No podemos seguir tolerando un Estado deficiente que solo sirve para beneficiar a unos pocos en detrimento de los intereses de la mayoría. La reforma del Estado peruano es esencial para garantizar un futuro próspero y justo para todos los peruanos.
Si Dina Boluarte no tiene idea de cómo hacerlo, como seguramente no la tenemos la mayoría de opinantes, pues que convoque a una comisión de expertos -que los hay, y muchos- en la materia y produzca una propuesta de cambios normativos, eventualmente constitucionales, que construyan un Estado capaz de resolver desafíos, un Estado que hoy no puede, siquiera, construir un sistema de alcantarillado moderno en las principales ciudades del país.