Opinión

Los únicos proyectos de ley que la presidenta del Congreso María del Carmen Alva ha propuesto desde agosto de este año, tuvo que retirarlos porque atentaban contra los derechos laborales peruanos. El mismo día que Alva Prieto los retiró, prometiendo una revisión consensuada con los trabajadores, la congresista fujimorista María Cordero, presentó un proyecto de modificación del código penal sobre el antejuicio político, que otorga al Congreso la potestad de decidir si Fiscalía pudiera investigar o no a funcionarios públicos de alto nivel. Un blindaje a la corrupción sin precedentes. 

La prensa peruana da poca cuenta de la temible labor del Congreso porque está direccionada hacia la vacancia del presidente de la República. La cual, al parecer, ya no es una estrategia para anular los resultados electorales y colocar a Keiko Fujimori. Como la Segunda Sala de Apelaciones Nacional del Poder Judicial declaró infundados los recursos interpuestos por su abogada en el caso Cócteles, su ausencia en la última marcha a favor de la vacancia anuncia que López Aliga o la congresista Patricia Chirinos ahora disputan su lugar, por el que están dispuestos incluso a ponerse de rodillas. 

A quien más parece convenir la vacancia del presidente es a Alva Prieto por alcanzar la presidencia de la República. Pero no parece contar con el número de congresistas necesario para lograrlo. De ahí que esta estrategia tiene que estar muy bien presentada por la prensa de tal manera que aporte las evidencias necesarias como para ganarse a los congresistas que poco a poco se han ido sumando, como los de Perú Libre tras la ruptura de Castillo con Cerrón.

En esa pesquisa, las reuniones presidenciales en la casa de Breña parecen haber dado en el blanco. El Presidente no ha presentado argumentos durante su discurso que justifiquen las detecciones y solo se ha ofrecido a ser investigado. Y sus respuestas deben estar justificadas porque Contraloría le había llamado la atención sobre la falta de transparencia al tener reuniones fuera de Palacio de Gobierno al comenzar su gestión. La prensa se ha centrado en el silencio del presidente respecto de la razón de las visitas de la asesora de una empresa del consorcio que ganó la construcción del puente Tarata sobre el río Huallaga en San Martín para Provías Descentralizado, después de una serie de reuniones registradas en Palacio de Gobierno, Provías y en la casa del Presidente Castillo. 

Mientras tanto, no sólo le resulta conveniente a Alva Prieto los escándalos que alimentan el pedido de vacancia, sino que es la totalidad de congresistas la que se beneficia enormemente, pues quedan fuera del debate público peligrosos proyectos de ley como el de María Cordero o grandes ausencias, como algún proyecto de ley sobre el enorme crecimiento del narcotráfico destinado a Bolivia y a Brasil. En su lugar, en la comisión de Defensa Nacional, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha Contra las Drogas congresistas como Patricia Chirinos, reconocida periodista de farándula, presentan proyectos como el que “Incorpora contenidos en el currículo nacional, con la finalidad de combatir el terrorismo y promover la democracia e identidad nacional”. El proyecto se basa en denunciar la “ausencia” de este tema, porque sus autores han observado en el Plan de Estudios de la Educación Básica Regular (que tiene áreas curriculares como Ciudadanía y Cívica o Ciencias Sociales) “no existe ninguna área curricular que abarque el estudio del terrorismo” (p.18). El proyecto de ley se concentra en un par de razones por las cuáles se debe retirar la información actual: una sorprendente historia anticomunista del país y una lista de adjetivos acusatorios contra los principales investigadores sobre los años de una guerra interna que nos hirió profundamente. 

¿Cómo salir de esto? Cada vez más peruanas y peruanos, como lo muestran las encuestas, percibe que el Presidente jamás llegará tomar el control del gobierno y poner fin a este festín de proyectos de ley que atentan contra todo el pueblo peruano. Este lunes fue confirmado cuando nuevamente, como suele responder ante cualquier acusación que recibe, el presidente recurrió a la enumeración de un conjunto de promesas electorales para defenderse (!). Y si pensamos en que la prensa pueda ayudar a organizarnos con información relevante y verdadera, tomando en serio el valor de su trabajo periodístico para salir de este atolladero, la propaganda y el servilismo ante los intereses de los organizadores de la vacancia ni siquiera nos dejan avizorar el horizonte. Es tiempo de reaccionar. 

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Presidente Castillo, Presidente del Perú, vacancia presidencial

Lamentable el mensaje a la Nación dado anoche por el presidente Castillo. No absolvió ninguna de las inquietudes ciudadanas surgidas luego de un reportaje televisivo que lo mostraba reuniéndose en secreto con proveedores del Estado y se amparó, absurdamente, en que eran reuniones personales.

El Presidente no parece darse cuenta de la gravedad de su situación política y confía en que el acercamiento que su premier, Mirtha Vásquez, le ha conseguido con Alianza para el Progreso, lo mantiene indemne de los riesgos de la vacancia o de que al menos el Congreso consiga los 52 votos necesarios para hacerlo comparecer ante el Pleno (él o su abogado). Olvida que APP en anteriores ocasiones ha llegado a arreglos similares con los gobiernos de turno y al final, si las circunstancias lo exigían, votaba, inclusive, por la vacancia.

Hemos calculado que el “momento destituyente” llegará el próximo año si Castillo no da un golpe de timón radical a su gobierno, llevándolo al centro o descartando de plano la Asamblea Constituyente, pero el propio Primer Mandatario parece empeñado en adelantar ese momento y dedicarse a jugar al filo de la navaja con sus inconductas políticas.

Es grave que un Presidente se reúna en privado, fuera de los reflectores de vigilancia ciudadana que están implícitos en la sede palaciega, con empresarios que contratan con el Estado. Huele a trasiego y tráfico de influencias para conseguir beneficios públicos. Apesta a posible corrupción.

Frente a esa denuncia lo que el Presidente debió hacer es señalar enfáticamente que había cometido un error y anunciar rectificación del mismo. Pero no, salió a victimizarse tontamente, sin ningún impacto político, y abonando más bien en la tesis de la sospecha.

Pocas veces en nuestra historia republicana hemos tenido un Primer Mandatario tan básico y carente de reflejos políticos mínimos. Si ocurre la indeseada vacancia prontamente será única y exclusivamente responsabilidad de un gobernante que no sabe medir los peligros ni la temperatura política del país, que, como indican las encuestas, le va perdiendo confianza a pasos agigantados.

Es verdad que la derecha nunca le dio respiro y que desde el primer día lo ha querido sacar de Palacio, pero no puede negarse el indudable mérito personal del Presidente para facilitarle la tarea a la derecha. Solo él es responsable de haber nombrado ministros impresentables, funcionarios cuestionados, de haber dado anuncios que luego debía revertir, de no reaccionar políticamente como correspondía, de malbaratear, en suma, la investidura presidencial.

-La del estribo: gran evento cultural para quienes aman la danza moderna. A las 19 horas de hoy se presenta la obra Las que habitan, videodanza del grupo Una hebra, bajo la dirección de María Angela Talavera. Luego de la presentación, a las 20 horas, habrá una charla en vivo con la directora y la reconocida bailarina Pachi Valle Riestra. Ambos eventos se transmitirán por la página de Facebook del CCE Lima.

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Mensaje a la nación, Pedro Castillo, Presidente del Perú

Hasta un par de semanas antes de las elecciones de segunda vuelta, yo no había decidido cuál de los dos candidatos quería que gane. Descontando a López Aliaga, Fujimori y Castillo me parecían las peores opciones para el país. ¿Pero cuál era peor? A mí me costó mucho decidirme. Y a pesar de que era muy difícil encontrar un espacio para discutir este tema sin apasionamientos, pude recopilar argumentos interesantes en favor de uno u otro candidato. En ese momento decidí analizar la situación dividiéndola por temas, y clasifiqué los diferentes argumentos de acuerdo con cada tema. Aquí les cuento cuál fue mi razonamiento, y en qué medida se ha modificado a la luz de los primeros meses de gobierno. Como verán no es nada muy sofisticado, pero es lo que me ayudó a decidir. 

Economía. Respecto al tema económico, un amigo economista me explicó clarito cómo el ideario programa era un tremendo despropósito. El hambre, como señaló RMP. El plan de Fujimori implicaba más estabilidad. El asunto clave era si Castillo iba a poder aplicar el plan de Cerrón. Aquí pensé que con un congreso en contra esto iba a ser difícil. Entonces decidí que en este punto Fujimori sería mejor, pero dada la oposición que enfrentaría Castillo, esto no sería un argumento decisivo contra él. 

Corrupción. Respecto a Fujimori, darle una oportunidad para que nos gobierne, con tremendo prontuario a cuestas, me parecía que iba a favorecer la impunidad. Por otro lado, Cerrón era un tremendo ladrón (con condena y todo), y era bien probable que la intención suya y de su partido (incluyendo a Castillo) fuera entrar a robar también. Por esa razón, se trataba de una decisión difícil. (¿Es mejor dejar que el mismo ladrón te robe de nuevo, o es preferible dejar entrar a un nuevo ladrón?) El apoyo descarado de la prensa a Fujimori me hizo pensar que Castillo recibiría un escrutinio mucho mayor, así que en este punto pensé que, a pesar de todo, sería mejor si ganara él. 

Salud. En plena pandemia, y con el proceso de vacunación en marcha, era claro que del nuevo gobernante dependería la vida de muchas personas. Fujimori y su equipo tienen experiencia de gobierno, pensé. Por lo tanto, no van a perder tiempo adaptándose, y van a continuar con el proceso de vacunación de manera relativamente competente. Castillo, por otro lado, era un total improvisado, y seguramente sería incapaz de realizar esa vital tarea con éxito. Durante varias semanas pensé que obviamente la mejor opción respecto a este punto crucial sería Fujimori. Pero luego me puse a pensar en cómo el sector político al que ella representa había cometido barbaridades tales como promover la ivermectina, o rechazar la vacuna de sinopharm, tomando ventaja de la pasividad mental de sus seguidores, quienes estaban dispuestos a seguirlos con los ojos vendados al abismo. Dos o tres intercambios de terror que tuve en diferentes redes sociales me alertaron del peligro que se vendría, y tenía que sopesar ese riesgo contra una posible iluminación del equipo de Castillo. Pero la verdad es que tomé la decisión sin mucha convicción. Y a pesar de que este era tal vez el factor más importante que considerar al momento de elegir, nunca llegué a decidirme del todo. Si este hubiera sido el único factor, creo que hubiera terminado decidiéndome por Fujimori (a pesar de que yo mismo he escrito a favor de la vacuna sinopharm, y en contra de la ivermectina). 

Autoritarismo. Otra preocupación era quién sería más autoritario. En este punto claramente Fujimori era el peligro mayor. Lo de convertirnos en Venezuela o en “un país terrorista” siempre me pareció absurdo (a pesar de que, efectivamente, había personas filosenderistas en Perú Libre). Fujimori tendría el apoyo de los militares, de la prensa, de los grupos de poder económico, y de la clase política. Castillo iba a tener todo en contra. Si bien había indicios autoritarios en su partido que pronosticaban que sí buscarían perpetuarse en el poder, pensé que sería mucho más fácil deshacerse de él que de Fujimori. Desde Toledo, hemos tenido presidentes que gobernaron cinco años y luego tuvieron que enfrentar a la justicia. Fujimori no cometería ese error. Aquí habría que escoger al más débil e incompetente, es decir, a Castillo. Además, faltando una semana para la elección, mi malestar frente a la campaña descarada del grupo El Comercio contra Castillo reafirmó mi idea de que Castillo iba a tener todo en contra. El Comercio no es Willax, pero no duda en willaxearse cuando lo considera necesario. En mi círculo cercano éramos muchísimos indecisos, y pude ver claramente cómo todos razonamos de manera similar: Fujimori tiene todo a favor, por lo tanto, es el peligro mayor (si esta evidencia anecdótica fuera representativa de un porcentaje significativo de indecisos (digamos, de unos 60mil), el grupo El Comercio habría sido la causa directa del triunfo de Castillo).

¿Cómo se han dado las cosas, a cuatro meses de la elección? Respecto a economía, se cumplió que el congreso y la prensa están de alguna forma conteniendo la realización de las ideas más absurdas de Castillo, al punto de haberlo hecho tomar distancia de Cerrón. En el tema de la corrupción, no puedo decir que los fuertes indicios de corrupción del gobierno de Castillo me hayan agarrado por sorpresa, pues en el Perú la premisa de partida es que los gobernantes van a robar. Pero de todas maneras es un triste espectáculo. A pesar de que se cumplió mi pronóstico de que habría un fuerte escrutinio de la prensa, confieso que no esperaba ver algo así (las reuniones en la casa, la plata en el baño) tan pronto. En el plano de la salud el gobierno de Castillo me ha sorprendido gratamente. No digo que todo esté bien, pero mis expectativas eran muy pero muy bajas. Haber continuado con éxito el proceso de vacunación ha salvado muchísimas vidas. Respecto a lo del autoritarismo y afines, al igual que todo el mundo yo también sabía de la presencia de filosenderistas en el partido, pero no me imaginé que Castillo sería tan descarado de poner a alguien como Maraví de ministro (de quien según varios medios habría indicios de no ser simplemente filosenderista sino de haber sido un terruco hecho y derecho). Sin embargo, sí se ha cumplido, hasta ahora, mi expectativa de que la presión política y mediática lo harían deshacerse de gente así. La campaña del fraude dejó en clara evidencia que a un buen sector de la prensa no le interesa tirar su prestigio, su cerebro, y su dignidad al inodoro con tal de favorecer a Fujimori, lo cual corrobora la idea de que, de gobernar, ella tendría demasiado poder.  

Hasta ahora no ha llegado el hambre (en el sentido de la predicción de RMP), ni nos hemos vuelto Venezuela, ni somos un país comunista, ni tenemos un gobierno autoritario. Más bien tenemos un presidente tan débil y torpe que es posible que lo vaquen antes de su primer año de gobierno. Esto, de por sí, se tira abajo más de la mitad de los argumentos que en su momento fueron los más populares para no votar por él. Aquí tiene que quedar algo claro: si terminan vacando a Castillo esto le daría la razón a las personas que lo eligieron como mal menor, como el más débil. 

“Pero Manuel, si sabías todo esto ¿por qué no lo publicaste antes? ¡Qué fácil es hacerse al analítico calculador cuando escribes después de los hechos!” 

Sí pues. Pero la verdad es que aquí simplemente estoy compartiendo el proceso de razonamiento que llevé a cabo para decidir quién prefería que gané. Yo no soy ni politólogo ni sociólogo, y la verdad es que nunca pensé que mis opiniones sobre este tema fueran muy relevantes. Además, todo esto lo dijeron otras personas en su momento, y muy poco de lo dicho arriba se me ocurrió a mí. 

Quisiera terminar señalando un par de pequeños puntos filosóficamente interesantes respecto a este tipo de razonamiento. Lo primero es que, al momento de hacer una predicción, uno tiene que establecer de antemano tanto las posibles condiciones futuras que nos darían la razón, como aquellas que nos refutarían (si vacan a Castillo, ¿esto le da la razón a los que votaron por Fujimori, o por Castillo?). Lo segundo es que debemos buscar comunidades de diálogo con gente que esté dispuesta a hacer este ejercicio, y luego analizar objetivamente si las predicciones se cumplieron o no. Esto nos ayuda a tener una brújula. Sin esto, andamos sin rumbo, guiados por nuestros prejuicios y emociones, cual gallinas sin cabeza que no aprenden de sus errores. 


* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas. 

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Gobierno peruano, Pedro Castillo

En los últimos 5 años, ha quedado más claro que nunca que el Perú es un país que no tiene especial aprecio por la democracia. Según la encuesta que realiza cada dos años el LAPOP (Latin American Public Opinion Project) de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, solo un 15% de peruanos considera que la democracia es la mejor forma de gobierno. El respaldo al sistema democrático, además, ha bajado 2 dígitos desde el 2008 en nuestro país.

La historia reciente ya es conocida: renuncias, vacancias, cierres de Congreso, elecciones, y nuevas amenazas de vacancia, muchas veces con respaldo ciudadano. Y en estos turbulentos años de poquísimo respeto por las instituciones, ha resaltado una clase de políticos, líderes de opinión, y ciudadanos: los demócratas circunstanciales.

¿Quiénes son los demócratas circunstanciales? Aquellos que dicen defender la democracia con mucha energía, pero tarde o temprano demuestran que solo lo hacen si es que esto implica defender a los políticos de su preferencia, ya sea por motivos de ideología o de interés. 

¿Es usted un demócrata circunstancial? ¿O conoce alguno? A continuación, unas cuantas “red flags” (banderas rojas) que lo ayudarán a levantar las alertas de la democracia circunstancial:

  1. Está en contra del pedido de vacancia contra Pedro Castillo, pero estuvo de acuerdo con las dos mociones de vacancia contra PPK 🡪 Bandera roja
  2. Cree que, si bien Pedro Castillo ganó las elecciones, al país no le conviene, por ende, es mejor vacarlo. 🡪 Bandera roja.
  3. Considera que el Congreso Fujimorista estuvo bien cerrado, por impopular y obstruccionista 🡪 Bandera roja
  4. Considera que la vacancia de Martín Vizcarra fue “un golpe de Estado”, pero cree que sería conveniente vacar a Pedro Castillo 🡪 Bandera roja
  5. Considera que el gobierno de Alberto Fujimori fue una dictadura, pero que el de Evo Morales fue una democracia 🡪 Bandera roja!!
  6. El punto 5, pero al revés 🡪 Sí, bandera roja
  7. Cree que una vacancia contra Pedro Castillo sería un golpe de Estado, pero si Keiko Fujimori fuera presidenta y diera indicios de corrupción, estaría a favor de una vacancia 🡪 Bandera recontra roja. 
  8. Considera que hubo un fraude electoral en las elecciones del 2021, pero no tiene pruebas. 🡪 Ban de ra ro ja.

Caer en la democracia circunstancial en un mundo cada día más polarizado, es muy fácil. Incluso muchos de los que creemos que la democracia es el mejor sistema de gobierno descubierto hasta ahora, hemos justificado alguna vez actos poco democráticos, pensando que el fin justificaba los medios. Tarde o temprano, sin embargo, terminamos llegando a la conclusión que entre más petardeamos nuestra frágil institucionalidad, es más difícil salir de este espiral en el cuál nos metimos hace más de 5 años, y que no nos deja avanzar hacia ningún lado. 

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

Es grave lo descubierto por el programa Cuarto Poder respecto de reuniones extraoficiales del Presidente de la República ocurridas en su casa particular en Breña, con autoridades políticas y, lo que es más cuestionable, con empresarios que luego resultan siendo proveedores del Estado y ganadores de millonarios contratos.

Castillo se zurra en la ley de transparencia y no lo hace por simple descuido. Obedece a una intención explícita de esconder actos gubernativos de la mirada ciudadana. Y quien eso hace, sin duda es porque trata de esconder actos que puedan ser reñidos con el buen proceder administrativo.

La propia Contraloría ya había advertido que este tipo de reuniones violaban la ley de transparencia y por eso, presuntamente, se suspendieron y se trasladaron a la sede palaciega. Por lo que se ve, Castillo ha seguido con sus malas artes con sentimiento de impunidad.

Lo reiteramos: sinfín de empresarios cuentan, sotto voce, que en muchas gestiones con el Estado, normalmente fluidas porque no tienen nada de irregulares, suelen aparecer dizque emisarios del poder, que solicitan coimas para facilitar las firmas necesarias de modo que salgan los contratos o se activen los mecanismos administrativos normales. Y ocurre en muchas instancias sectoriales del poder.

Los veinte mil dólares encontrados en un baño de Palacio a Bruno Pacheco, exsecretario de la Presidencia, apuntan en esa perspectiva, a ser un pago irregular por servicios que, no se sabe, podrían llegar a involucrar al propio Primer Mandatario, pero que un fiscal enclenque ha dejado pasar, al no requisar al teléfono del exsecretario, ni detenerlo por sospecha de corrupción. Es lo que correspondía y aún corresponde que se haga.

Castillo está comprando todos los boletos para ser vacado. Según la última encuesta del IEP, un 43% aprueba la vacancia frente a un 55% que la desaprueba -aún no es mayoritaria la exigencia de vacancia-, pero en la misma encuesta se refiere que el 62% de los ciudadanos cree que Castillo no terminará su mandato.

Por lo pronto, estos hechos animan a quienes esperan que se logren al menos los 52 votos necesarios para que Castillo o su abogado concurran al Congreso a dar explicaciones que el inquilino palaciego nunca le ha dado a la prensa respecto del sinfín de irregularidades que ha desplegado, con notable prodigalidad, en estos primeros cuatro meses de gobierno.

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ciudadanía, Encuesta IEP, Ley de transparencia, Pedro Castillo, Presidente del Perú

Uno sabe que el sánguche es ese facilitador de la vida que consiste en dos tajadas de pan y al medio todo lo que se pueda. Algunos tratan de hacerlos muy modositos, solo con un ingrediente y casi nada más, pero sabemos que para que un sánguche sea exitoso debe tener la mayor cantidad de cosas al medio.

En la política peruana, sin embargo, el relleno del sánguche lo hacemos todos aquellos los que estamos en el medio de este afán por hacer todo mal, siendo gentiles y sin recurrir a los artilugios verbales de la congresista Chirinos, que tiene el Ejecutivo y el Legislativo por estos años. Y nos gusta comer los sánguches, no ser parte de ellos. La última encuesta del IEP, publicada ayer domingo en el diario La República, da cuenta de ello y deja mucho por analizar.¹

La tajada de abajo: Castillo y el gobierno

Se desploma su aprobación a niveles acelerados. En un solo un mes ha perdido 10 puntos de apoyo y ha ganado 17 puntos de desaprobación. 17% más que hace un mes. Digamos que si en octubre en una mesa se encontraban 10 personas, casi cuatro de ellas apoyaba a Castillo. De esas cuatro, dos dejaron de apoyarlo y hoy desaprueban su gestión. En un mes. Fueron 30 días donde además la oposición no ha brillado precisamente. Era un tiempo para que el gobierno pudiera sumar por confrontación, pero no.

Una caída así genera pérdida de apoyo a todo nivel, pero los más significativos son: El Perú urbano sin Lima (-14%), el NSE C (-15%), los jóvenes de 18 a 24 años (-14%). Además, dos detalles sobre la aprobación por regiones que vale la pena destacar: Lima cae más aún, conservando solamente 16% de apoyo, mientras que en el sur, que hasta octubre balanceaba su opinión, hoy solo 1 de cada 3 aprueba la gestión (56% de rechazo).

Lima ha sido más reactivo a la actitud opositora que la semana pasada levantó la bandera de la vacancia como un tren que recorre la avenida Abancay. Pero lo del sur resulta sorprendente. Sobre esto, dos hipótesis: por un lado, el “divorcio” entre Castillo y Perú Libre hace que la dirigencia del partido haya emprendido una campaña para recuperar presencia aún a costa de Castillo. Ello puede haber mellado la imagen del gobierno en sectores donde basaba su apoyo. Pero por otro, se puede tratar ya de un reclamo reivindicativo de que el gobierno haga lo que prometió en campaña. 4 meses parece poco, pero con la campaña mediática que hay por un lado y con una sociedad que ya ha sido “mecida” tantas veces, la paciencia tiene cada vez la manta más corta.

La perspectiva de la gente con respecto al gobierno es también pesimista. 62% considera que no va a terminar su mandato. Esto no es una “predicción”, como algunos parecen considerar en los comentarios a este dato. Incluso los que se consideran de izquierda, sostienen que el presidente no dura 5 años (50% opina así). Es una percepción más relacionada con un aspecto emocional: se considera que el gobierno no tiene el fuelle suficiente para soportar las crisis. Que a veces ellos mismos generan, valgan verdades. Además, la mitad de las personas sienten que el gobierno va a empeorar los siguientes meses. Lo que no se sostiene es cómo un gobierno “empeora”. Pero la perspectiva está dada. Como Ipsos lo anticipó en la semana, IEP demuestra que si algo no tiene ya el gobierno de su lado es la confianza de la gente. Hay recelo, duda, sospecha dando vueltas.

Un factor adicional: el gobierno empezaría a transitar del “no saber gobernar” a serios indicios de corrupción Los recientes destapes relacionados con el ex secretario de Palacio y con las reuniones del presidente en Breña pueden generar el traslado. Ese camino ya lo conocemos y no significa nada bueno. Hasta ahora el presidente no tiene ninguna acusación directa. Pero el entorno cercano cada vez es más cuestionado. Llamada seria de alerta sobre esto.

El tema es que la oposición usa esta información de las encuestas como justificación a sus torpes intentonas desestabilizadoras. Cuando no se miran en el mismo espejo y no se dan cuenta que son tan desaprobados como el gobierno. Tan sencillo como eso, pero prefieren buscar discursos “morales”.

En ese escenario la consideración de la vacancia de parte de la opinión pública es todavía negativo, el 55% desaprueba que el Congreso la pida. A media semana Ipsos presentó una escala confusa que permitió que se sumaran y restaran a criterio. Una pregunta más simple arroja una interpretación más simple. Poco más de la mitad del Perú desaprueba la vacancia y el 43% la aprueba. ¿Se relaciona esto con la aprobación del gobierno? No está el dato, pero es muy probable que sí. Esta perspectiva vacadora es significativamente más fuerte en Lima, como era de esperarse, en sectores urbanos del país y en el NSE AB. EL C aún se mantiene expectante.

Algunos han sostenido que el 55% de rechazo es muy justo, apenas un poco. Pero primero hay que considerar que hablar de vacancia a los 4 meses de iniciado un gobierno es perverso. No hay manera de aguantar un sinsentido de esta naturaleza, y no hay data contra qué comparar porque nunca ha estado en agenda antes. Segundo, hay gobiernos que han sobrevivido a aprobaciones menores (Toledo en el 2001 por ejemplo), pero tenían un congreso más equilibrado en su composición y en sus integrantes.

La tajada de arriba: La oposición furibunda

La congresista Chirinos, que generó tantas muestras de solidaridad por haber sido agredida verbalmente por el ex Premier Bellido, el sábado decidió regalarle al pueblo peruano una performance única: mandó al carajo al presidente de la República, en vivo y en directo. La congresista afín a las mafias que han gobernado el Callao por tanto tiempo, vicepresidenta de la mesa directiva del Congreso por añadidura, le dice a Castillo “vete al carajo”, tuteándolo además.

Días antes, en una entrevista, el líder de Renovación Popular López Aliaga señaló en un derroche de sabiduría y posmodernidad que “la capacidad antropológica del presidente Castillo solo le permite ser profesor”. No hay paráfrasis ni interpretación en esto, lo dijo tal cual. En su brillantez habitual el excandidato hizo gala de una oratoria que haría palidecer a Cantinflas.

Un periodista que claramente plantea un espacio de oposición (como tantos otros que no renuncian a la decencia para hacerlo) en una entrevista con un congresista oficialista, frente a la alusión de que serviría a sus patrones, comenzó con una serie de agresiones inconcebibles en cualquier otro país, donde el entrevistador pone en evidencia al entrevistado, no se pone él. Lo interesante es que lo llama “muerto de hambre” (qué va a ser racista y discriminador ese insulto, qué va) en señal nacional. La emisora distribuye el material por sus redes sociales buscando el clickbait exitoso y el periodista mantiene su discurso. No pasa nada. Por cierto, los gremios de periodismo tan rápidos para condenar las agresiones a la prensa del gobierno, lo que está muy bien, han guardado un silencio bien preocupante: que el gobierno no se meta con nosotros, nosotros sí podemos hacer lo que queramos. Bonito contrapeso.

Tres muestras de una oposición débil, figuretista y que solo quiere derrocar al Ejecutivo. ¿Tiene un plan? No ¿Tiene argumentos? No. Solo es oposición. Pero una oposición bruta. Que ni siquiera pueden hacer una real marcha masiva en Lima, donde la vacancia es aprobada por más de la mitad de las personas. Vacar por vacar.

Por ello, la desaprobación de todas las bancadas en el Congreso es tan alta. Todas alcanzan más del 50% de rechazo a su acción en el Congreso. Por bastante margen, esa desaprobación es más alta en Fuerza Popular (71%). Pero Renovación Popular (63%) y Avanza País no se quedan atrás.

¿Con esa mirada sobre ellos promueven la vacancia? Es difícil de entender sin recurrir a los casos que se ventilan en el Poder Judicial.

Al medio de este sánguche, nosotros. El relleno que no parece importarle a ninguna de las tapas.


1. https://iep.org.pe/noticias/iep-informe-de-opinion-noviembre-2021/

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Congreso de la República, Oposición, Pedro Castillo, vacancia presidencial

Hay una tendencia cada vez más de moda por hacer pasar testimonios personales y amicales como relatos verídicos o “historias”. Si bien es cierto que la disciplina de la musa Clío debe estar sujeta a constante revisión, porque incluso en su ejercicio más serio no está exenta de articulaciones retóricas –como ya demostró hace décadas Hayden White–, se espera que haya un mínimo de rigor en el uso y cita de las fuentes y que se mantenga una perspectiva neutral. De lo contrario, se está haciendo grueso partidarismo y pasando gato por liebre.

Esto es lo que sucede con el reciente libro Hora Zero: una historia, de José Carlos Yrigoyen Miró Quesada y Carlos Torres Rotondo, aparecido en Lima a fines de este 2021 bajo el sello Pico y Canto, a cargo de Víctor Ruiz Velasco, quien en un post reciente en su Facebook dice que esta no es “una” sino “la” historia de Hora Zero, ya que “así de luminoso es este estupendo trabajo”.

Vayamos, pues, por partes.

En la contratapa del libro, repitiendo palabras de la introducción, los autores afirman: “Esta no es una historia contada por dos horazerianos, pero sí por un par de escritores que admiran la poesía de Hora Zero y su legado literario, humano y social. Por eso mismo, han vuelto sobre la historia del movimiento poético peruano más importante del siglo XX con la finalidad de iluminar sus rincones más oscuros y profundizar en sus zonas menos concurridas”. Y así, hablan de una “épica fulgurante del colectivo [que] termina incólume y vigente”. Es decir, desde el principio reconocen su favoritismo por HZ, especialmente el de la Segunda Fase, iniciada en 1977, luego de cuatro años de la ruptura de la fase inicial (1970-1973).

Es precisamente ahí donde se asoma el “rincón más oscuro” del libro: el papel distorsionado que le atribuyen a Juan Ramírez Ruiz, fundador de la primera fase en 1970 junto con Jorge Pimentel, en el devenir del movimiento. Cuando en la misma introducción señalan “el inmenso silencio que nos legó Ramírez Ruiz”, se saltean el marxismo-leninismo que aparece clarísimo en el manifiesto “Palabras urgentes-2” (1980) de JRR, reafirmando el espíritu revolucionario que lo guiaba y que según él –y con razón– abandonaron los miembros de la Segunda Fase de HZ a partir de 1977. Si bien en la sección sobre “Palabras urgentes-2” se citan algunos fragmentos, el sentido fundamental de la denuncia del oportunismo y personalismo del HZ-Segunda Fase no queda muy claro. No olvidemos tampoco las declaraciones del mismo JRR en esa misma dirección. Así, en esta “historia” se termina descafeinando a Ramírez Ruiz y, a lo sumo, dejarlo como un personaje problemático y elusivo. Hora Zero es, sin duda, un fenómeno importante en la poesía peruana del circuito letrado, pero al sobredimensionamiento que practican los autores se le notan demasiado los tintes.

Este carácter de historieta se acentúa precisamente en su no entendimiento de la herencia poética e intelectual de Juan Ramírez Ruiz. Trataré de explicarme. Tanto Yrigoyen como Torres se enmarcan a sí mismos como dos escritores-cronistas miraflorinos (el señalamiento distrital no es gratuito) que apuestan por rescatar en formato mítico oralizador un anecdotario rockeril y poético de la Ciudad Jardín en los estertores de su reputación arcádica y en paralelo con la desacralización de Sebastián Salazar Bondy en su ensayo Lima, la horrible de 1964, precisamente el año que da marco al inicio de la trama de Hora Zero: una historia en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Cuando Yrigoyen Miró Quesada y Torres Rotondo inician su libro con una cuestión de principios titulada “Once años después” (de la publicación el 2010 de su libro Poesía en rock, se entiende) expresando ser “muy conscientes del inmenso silencio que nos legó Juan Ramírez Ruiz”, silencio situado “al margen de la oficialidad y los poderes mediáticos”, ilustran su ideología de carácter burgués. Este carácter es el que convierte en “silencio” a un discurso autorial que nunca dejó de alentar (expresar, sentenciar, fijar) una posición ideológica de transformación radical, en sintonía con ambas “Palabras urgentes” de 1970 y 1980. Luego de retratar la realidad social y literaria nacional en una “época de desfallecimientos y omisiones”, el primer manifiesto señala: “compartimos plenamente los postulados del marxismo-leninismo, celebramos la revolución cubana”. Y en el segundo, Ramírez Ruiz es enfático desde la primera palabra: “Todo debe estar expuesto al aire de los días para que cada cosa sea recortada por la luz del sol. Por más dolorosos que sean ciertos hechos es necesario que se conozcan si con ellos se abren nuevas perspectivas a la realidad”. Ninguna “poética del silencio”: la ruta de Juan Ramírez Ruiz (que es la de Vallejo, la de Heraud) está clara y elocuentemente fijada. Esa ruta es la de la historia, no la de la historieta para el imaginario conservador de la Ciudad Jardín postmodernamente contraculturalizada.

Mención aparte, y en relación con el tema de mi anterior columna “¿Qué pasa en la Kloaka?”, es la presencia de Róger Santiváñez, cuya entrada –vía la dedicatoria del libro– al “Paraíso” horazeriano, nada menos que al lado de la “Santísima Trinidad” de Ramírez Ruiz, Pimentel y Verástegui (desplazando, por ejemplo, a Tulio Mora), explica suficientemente su revisionismo y (llamémoslas así) ambigüedades sobre el Movimiento Kloaka, sobre las que no hace falta abundar. Ese es el paradisiaco importe, pues, los ágiles testimonios con que Yrigoyen Miró Quesada y Torres Rotondo han podido parchar diversos momentos en la construcción de su historieta sobre Hora Zero.

Para terminar: los autores del libro abundan en citas insultantes hacia algunos de los críticos de HZ-2, pero no reproducen las réplicas de los insultados. Mala y manipuladora práctica. Hubiera sido ideal que, en ejercicio igualitario, citaran el famoso manifiesto de Kloaka –firmado por Santiváñez– en que se refieren a Jorge Pimentel, uno de los fundadores del HZ-2, de esta manera en enero de 1984: “Jorge Pimentel: chichero (poético) malo, ya sabemos que no tiene chamba (tiene que publicar un libro [Palomino] para decirlo); eres un bluf; gritoneas en el Queirolo y lloriqueas en el regazo del sistema; animador hz, eres el ‘belmont’ del 70” (Manifiesto “Carta a los imbéciles de la poesía peruana: quema de basura”).

En fin, conocido es que Yrigoyen fue corrector de los libros de Alan García y que lo vincula una fuerte amistad con la familia de Jorge Pimentel. No se trata de atacar a las personas, pero si lo hacen, no pueden estar inmunes al mismo chocolate.

Salud y espero su réplica.

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Puede leerse el texto completo del manifiesto “Palabras Urgentes-2” de Juan Ramírez Ruiz aquí:

https://tajo-tajodido.blogspot.com/2015/10/juan-ramirez-ruiz-palabras-urgentes-2.html?m=1&fbclid=IwAR2T8b9OaQc7gzdesuHDBEhOfeVrJUCKjAlqPHPGSGXvQJ_n3J9dAA0oxUM

 

Hora Zero_ una historieta

 

 

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Hora Zero, Poético

Se desploma la aprobación de Castillo, según la última encuesta del IEP. Cae de 35 a 25% en apenas un mes y su desaprobación crece de 48 a 65%. Duro golpe político para un régimen que ya viene dando severas muestras de disfuncionalidad, a las que ahora se agrega una brecha cívica muy difícil de remontar y que, de persistir, ahondará la crisis política en la que se encuentra.

Casi no se ve salida política posible a este creciente desencuentro entre Castillo y el pueblo. Aún no ha llegado al punto de quiebre (55% reprueba el intento de vacancia frente a un 43% que lo aprueba), pero el desenganche parece inminente. Tanto así, que para el 47% de la ciudadanía, la situación empeorará.

Va a tener que realizar gestos políticos audaces, el presidente Castillo, si quiere recomponer la precaria relación que mantiene con el país. Solo se asoman en el horizonte dos opciones: o convoca a un Premier y, por ende, a un gabinete más de centro, descartando o subordinando la coalición de izquierdas que hoy lo acompaña y que ha demostrado terrible torpeza ejecutiva; o anuncia oficialmente, y sin ambages, el abandono de la pretensión de refundar el país a través de una Asamblea Constituyente.

Ello tendrá un costo, sin duda, entre sus bases radicales, pero en la práctica ya muchas de ellas lo han abandonado luego de su ruptura con Vladimir Cerrón, de modo tal que la pérdida eventual no sería muy significativa. Y lo que ganaría con ese giro o ese anuncio sería enorme, en comparación a lo que perdería.

Y no hablamos solamente de la confianza de los inversionistas privados, cuya recuperación es crucial para que el 2022 no sea un año perdido, sino de la confianza ciudadana, capital necesario para sobrevivir políticamente y que en los meses entrantes no se genere un momento destituyente que lo saque de Palacio, como hasta ahora solo la derecha quiere, pero a cuyo afán podría sumarse el centro si aprecia que apoyar a un gobierno en caída libre deja de serle políticamente rentable.

Castillo no puede gobernar manteniendo el statu quo. El grado de impericia, torpeza y negligencia es de tal envergadura que, de mantenerse, lo llevará al abismo. Tiene que dar un golpe de timón pronto si no quiere ser uno más de los últimos mandatarios que tuvieron que salir por la puerta falsa de Palacio.

La del estribo: la mejor prueba de que el formato impreso sigue vivo es el aumento sostenido de las ventas de libros. Si los periódicos están cayendo no es por el formato, es porque no hacen lo que deben hacer. En el mundo entero el libro digital no ha derrotado al libro físico. Y en el Perú hay que saludar la aparición de cada vez más librerías por toda la ciudad. La lectura es un placer adquirido que puede cambiar una vida, enriqueciéndola notablemente.

 

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desaprobación, encuestas IEP, Pedro Castillo

¿Qué relación existe entre el primer lugar obtenido por el ultraderechista José Antonio Kast en la primera vuelta presidencial chilena, el ataque de la radical Resistencia al domicilio del excongresista Jhony Lescano, la nueva moción de vacancia presentada por Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza Perú contra el Presidente Pedro Castillo, los gobierno ultra derechistas de Polonia y Hungría, que aterrorizan a sus ciudadanos en contra de una inmigración que, en sus países, es casi inexistente, el supremacista blanco con cuernos de búfalo en el Capitolio cuando Donald Trump no aceptaba su victoria, los representantes de la ultraconservadora Vox en felices coloquios con Keiko Fujimori y un larguísimo y global etc.?  

La respuesta, que parece compleja, es sencilla y absolutamente preocupante. En el mundo se impone el pánico dirigido hacia enemigos, las más de las veces imaginarios, pero, al mismo tiempo, perfectamente identificables por enormes masas que ya no se sienten seguras con el pacto demoliberal que se afirmase en el planeta tras la caída del muro de Berlín en 1989. En tal sentido, las razones de la migración de montones de gente hacia posturas integristas, esencialistas, conservadoras, religiosas, nacionalistas, identitarias deben abrir urgentemente el espacio para la autocrítica. 

La línea que separa la defensa de los derechos civiles de la cancelación violenta y autoritaria -mediática y en redes sociales- de cualquier opinión que pudiese interpretarse políticamente incorrecta, y que incluye la prohibición de películas, monumentos y autores que desarrollaron sus obras en tiempos en los que otras epistemes predominaban y que de pronto debían sencillamente ser borrados, quemados, olvidados o demolidos se cruzó con total y absoluta naturalidad. Esta puede ser la causa principal de la proliferación de binarismos, reduccionistas pero efectivos, que, básicamente, tildan de comunista o descalifican, sin más, todo lo que perciben que amenaza su forma de vida tradicional, a la que se aferran con mucha más conciencia que hace diez o veinte años. Son tiempos de guerra ideológica, no tiempos de paz, disenso/consenso, deliberación y democracia. Son tiempos como los previos a los fascismos europeos de las décadas de 1920 y 1930, y ya sabemos cómo acabaron esos experimentos. 

Ante contextos de polarización se desarrollan condiciones propicias para el advenimiento de gobiernos populistas, sólo hacen falta líderes que encajen en el momento (ojo Perú). De aparecer estos líderes, el paso principal hacia el autoritarismo se habrá dado con masas eufóricas apoyándolo en las calles, no sólo Lenin se preguntó “¿libertad para qué?”.

Vayamos a Chile, los candidatos de la derecha e izquierda sistémicas han obtenidos, juntos, 22%, en un mar de postulantes y partidos que nos hace plantearnos si realmente las reformas al antiguo bipartidismo fueron una buena idea. Luego, 30% de los chilenos están dispuestos a votar por cualquier tipo de derecha -con más ganas si resulta que José Antonio Kast tiene un aire a Pinochet- si esta representa una vuelta al orden, en lo que entienden como dos años de caos propiciado por la izquierda. 

No toman en cuenta que el pacto neoliberal de 1989, cuyas desigualdades económicas fueron llevadas al extremo durante las últimas tres décadas, está en la base de las protestas de las clases medias y populares que forzaron un nuevo pacto social a través de la Convención Constitucional. En todo caso, las posibilidades de triunfo de un candidato tildado por algunos como “el Bolsonaro de Chile” sólo se explica en un mundo sin certezas, sin parangones, en el cual la democracia es vista como debilidad y la moderación política como defecto. 

Por otro lado, Franco Parisi, enigmático candidato que postula desde el exterior, y realizó su campaña a través de las redes, ha obtenido el 12% de las preferencias y resultará decisivo en el balotaje del 19 de diciembre.  La política de las TIC y la virtualidad también está presente en el Chile contemporáneo, quizá tengamos que acostumbrarnos más y más a ella en las próximas décadas. 

Salir del autoritarismo

El mundo avanza hacia el autoritarismo. La incertidumbre posmoderna es una profecía autocumplida, pensamos que el credo liberal y la impronta de los derechos civiles podía imponerse a través de la dictadura de las redes sociales y hemos obtenido por repuesta el atrincheramiento de la derecha en la tradición y la intolerancia: el mundo, una vez más, se ha polarizado. De aquí en adelante, vuelvo a la idea, hay que rescatar el centro político, los valores de la república y la democracia, valores que nos amparan a todos, hay que rescatar cuestiones tan elementales como la inviolabilidad del domicilio, el derecho al honor y la libertad de opinión, venga esta de donde venga y por incorrecta que pudiese parecernos. 

Necesitamos reencontrar aquel pacto global democrático que hemos perdido. Siglos de derechos fundamentales no pueden tirarse al pozo debido a pasajeros exabruptos generacionales, al margen de su impronta y de su color político. 

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derechos fundamentales
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