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Opinión archivos | Página 268 de 342 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Opinión

Empiezan a vislumbrarse los primeros arrebatos autoritarios de un gobierno que se ha empeñado en cometer yerro tras yerro y ahora parece haber encontrado la fórmula para no resolverlos, como correspondería, y pasa por inventar enemigos externos a quienes atacar y buscar que ello genere un efecto distractor.

Así, hemos escuchado a la primera vicepresidenta, Dina Boluarte, y al titular de Justicia, Aníbal Torres, arremeter, en uno de los dos casos agraviantemente, contra la prensa, acusándola de distraer al país de los asuntos importantes y de centrarse en menesteres de menor relevancia.

Como si la cercanía de Sendero Luminoso al gobierno (Bellido, Maraví, etc.), la incompetencia de varios ministros y funcionarios públicos, la radicalidad obtusa de Vladimir Cerrón, el silencio dubitativo del Presidente, etc., fueran, primero, asuntos menores, y, segundo, inventados por los medios de comunicación.

Es necesario advertir la eventualidad de que estemos ante los primeros pasos de una estrategia de gobierno destinada a recuperar alguna popularidad aplicando la estrategia de la confrontación autoritaria. Ya se ha hecho así en otros países de la misma órbita. La prensa, los grupos de poder y el Congreso opositor han sido las instituciones elegidas para armar un muñeco conspirativo que, ese sí, distraiga a la población de los reales problemas políticos que el país afronta por obra y gracia del propio gobierno.

Hay que estar alertas y mostrar unidad. Así como se exige a la oposición congresal democrática que se muestre coordinada, así como los gremios empresariales deben salir de su modorra y activar sus alarmas respecto de los despropósitos económicos del gobierno, la prensa en su conjunto debe entender que frente a una amenaza autoritaria debe mantener la más férrea unidad, sin distingo ideológico o afán competitivo.

La ideología del gobierno, ese indigesto guiso de maoísmo castillista y leninismo cerronista, alberga en su seno evidentes gérmenes autoritarios que ante las primeras frustraciones gubernativas -que ya deben estar sintiendo-, aflorarán y harán que se elija frentes de batalla artificiales para disimular la propia mediocridad.

No vienen tiempos fáciles para la democracia peruana. Lamentablemente, el pueblo se equivocó al elegir a su gobernante y lo hizo por alguien no solo ideológicamente descaminado sino además personalmente incapacitado para gobernar con relativa eficacia.

Son los costos de la democracia y hay que asumirlos hasta donde sea posible, pero lo que no debe ser admitido bajo ningún concepto es que a causa del paulatino descrédito en el que viene cayendo el régimen, pretenda desplegar psicosociales arremetiendo contra libertades fundamentales, como la de prensa, piedra de toque de una democracia que se precie de funcional.

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anibal torres, Dina Boluarte, Guido bellido, Iber Maraví, Presidente Castillo

Keiko Fujimori: “Yo no voy a terruquear a nadie” empezando la segunda vuelta electoral.

A través de nuestras vidas forjamos opiniones en función de narrativas que se piensan objetivas pero son mecanismos de control social que responden a los intereses de las clases dominantes. Durante los últimos meses hemos visto el uso del terruqueo como un mecanismo de persecución mediática y judicial contra personas, desde políticos a artistas, que se atreven a salir de las normas impuestas por la narrativa dominante. El relato oficial sobre nuestra historia más reciente, es decir del conflicto armado, ha facilitado que el terruquear sirva para legitimar a las clases dominantes remecidas por un nuevo orden social desde el triunfo de Pedro Castillo y Perú Libre.

Para la comunidad PEX el terruqueo tampoco es ajeno. Después de Lima, EEUU es uno de los bastiones de la derecha peruana más importantes ya que alberga a más de 300 mil votantes. Con spots en la TV con Pedro Castillo junto a Hugo Chavez y Abimael Guzman, el fujimorismo grotescamente intentó crear “pánico” entre la comunidad peruana. Fiel a su estilo usó las redes sociales además para amenazar con la deportación a simpatizantes de Perú Libre con el cuento de que el comunismo está prohibido en EEUU. Lo cierto es que existen varios partidos comunistas en EEUU que son legales, y muchos partidos de izquierda siguen creciendo como el partido Democratic Socialist of America (DSA) que tiene a la popular Alexandra Ocasio-Cortez como una de sus líderes y seguidoras más entusiastas del izquierdista Bernie Sanders.

La narrativa dominante post-conflicto armado que contiene relatos falsos y medias verdades se ha normalizado por la aceptación de la sociedad, el Estado y sus instituciones y amplificada por la prensa. Eso también ha afectado a una parte de la izquierda peruana que está sumergida en la narrativa neoliberal y anti-comunista, y caen en posiciones tibias y no confrontacionales. La cultura dominante refleja los miedos y la desinformación selectiva de la clase media limeña, y ganarse a esos grupos es para cierta izquierda un objetivo, por lo tanto es mejor ser tibios que ser terruqueados.

El relato oficial del conflicto armado tiene en parte su origen en las conclusiones del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). A 20 años de su creación, aún sigue siendo un documento importante. Mientras es encomiable que en las conclusiones se haya extendido en el análisis y explicación de los crímenes contra los derechos humanos cometidos por Sendero Luminoso, no se explica de igual manera en profundidad y rigurosidad sobre la responsabilidad de violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas durante los gobiernos de F. Belaunde, A. Garcia y A. Fujimori. De alguna manera las conclusiones de la CVR justifican esos crímenes como falta de preparación e improvisación del Estado. Este desbalance ha sido usado como argumento perfecto para la creación de un relato a favor de las clases dominantes.

Investigaciones del economista Silvio Rendón demuestran que la CVR redujo en sus proyecciones el porcentaje de víctimas a manos de agentes del Estado*. Estas omisiones y otras como el rol de los empresarios y el clero en la guerra antisubversiva, la razón de crear el Plan Verde paralelamente al avance de Sendero Luminoso y otros temas irresueltos impidieron crear un momento político para exigir una reforma militar y desmantelar la “fujimorización” del estado peruano. Ahora estamos pagando eso con el terruqueo y la intromisión de las fuerzas armadas en el gobierno como la Marina, y permitimos políticos golpistas y ex militares como W. Zapata, J. Montoya, R.Chiabra y D. Urresti vinculados a la corrupción y violaciones de derechos humanos.

Han pasado más de 40 años desde que empezó el conflicto armado y una generación espera justicia antes de morir. Es necesaria una revisión de la historia y la construcción de una verdad que sirva para el país y no para una elite. Se necesitan organizar conversaciones difíciles pero necesarias sobre los sucesos de Uchuraccay, Los Molinos, El Frontón, Castro Castro, y la embajada de Japón así como otros crímenes del Estado no resueltos. Se necesita acceder a información desclasificada sobre las acciones de las fuerzas armadas y policiales, conocer el rol de la C.I.A. en la lucha antisubversiva, e incorporar las voces y poder de decisión de las comunidades directamente impactadas por la violencia. Tenemos derecho a la verdad.

Como el premier Guido Bellido hay peruanos y peruanas que no son parte de la elite limeña y tienen una interpretación sobre el conflicto armado diferente al relato oficial. Eso no los convierte en senderistas. No debemos escoger quienes son y no son víctimas. No puede haber reconciliación sin primero descolonizar nuestras mentes de la narrativa dominante que solo ha servido para afianzar el capitalismo corporativo en el Perú.

*Capturing correctly: A reanalysis of the indirect capture–recapture methods in the Peruvian Truth and Reconciliation Commission publicado por la revista Research and Politics, SAGE Journals, 2019

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Keiko Fujimori, Perú, Terrorismo, terruqueo

Una reciente encuesta de opinión pública nacional publicada por CPI a comienzos de esta semana sugiere que el turbulento comienzo del Presidente Castillo parece seguir una trayectoria relativamente similar a la de gobiernos anteriores, aunque partiendo de una base bastante menor. La aprobación del Presidente sube a 44%, del 40% registrado en agosto, con su desaprobación también en 44%. Esos números pueden sonar sorprendentemente altos considerando las circunstancias, pero deben ser puestos en contexto histórico: tanto los Presidentes Humala como Kuczynzki también experimentaron crecidas en su aprobación en el setiembre siguiente a su juramentación, posteriormente al otorgamiento de confianza a sus primeros gabinetes – sólo que ambos superaban entonces el 60%, muy por encima del nivel de aprobación del Presidente Castillo. 

Igual, el incremento de la aprobación presidencial en medio de un mes donde salió a la luz evidencia adicional de vínculos entre integrantes del Gabinete y el MOVADEF, así como de afinidad con las ideas de Sendero Luminoso, ha sorprendido – y desolado – a muchos. La expectativa era ver reflejado un rechazo más contundente al Gobierno en función de estas revelaciones. No ha sido el caso.

La razón de ello es sencilla: a esta altura, el electorado ya está perfectamente al tanto de la cercanía de este Gobierno a personas e ideas de la esfera de influencia de Sendero Luminoso. Las revelaciones periodísticas sobre el tema han sido abundantes y constantes desde la campaña de segunda vuelta. Nuevas denuncias harán poco por cambiar la percepción sobre la importancia de las mismas, por más difícil que nos resulte entender que no despierten para la mitad del electorado la misma repulsión y sentido de urgencia que nos genera a los que pululamos por twitter consumiendo noticias políticas a diario, repitiendo hasta el cansancio, sin mayor evidencia que nuestra propia exasperación que “este Gobierno es insostenible” y que “así no va a durar”. 

Hay quienes ven en esto evidencia de que la estrategia del Gabinete  de posicionar el conflicto entre el Gobierno y la oposición como una extensión de las tensiones entre Lima y “el Perú profundo”, entre el establishment y “el Pueblo”, ha tenido éxito y que el apoyo al Gobierno se ha tornado fundamentalmente identitario.   No estoy de acuerdo con esa impresión – al menos, no en la dimensión que se sugiere. 

Más bien, creo que buena parte de dicha aprobación obedece a votantes que ven a este Gobierno como a cualquier otro que lo haya precedido, como un gobierno nuevo ordinario, normal, y al que por ende están dispuestos a concederle – por ahora – el mismo apático optimismo que les mostraron a Humala y a Kuczynski en sus primeros días. El razonamiento es bastante simple: ¿qué alternativa hay más que darle una oportunidad a un gobierno que recién empieza? 

Estos son electores que no tienen tiempo ni interés para andar pendientes de cada reportaje periodístico sobre los vínculos del Gobierno con lo que para ellos constituyen fantasmas del pasado, y que están más avocados a lidiar con los problemas de su vida diaria. Ellos juzgarán al Gobierno en función de que tan competente se muestre en atender sus prioridades, que la encuesta muestra con claridad: reactivar la economía, poner bajo control la inflación y normalizar la vida cotidiana conforme amaina la Pandemia (el ejemplo más concreto de ello es el pedido de asegurar un retorno seguro a las clases).

En dicho sentido, el Gobierno haría bien en no malinterpretar la aprobación que mantiene: esta constituye un llamado al Gobierno a ponerse a trabajar, ya mismo. Ciertamente no es un endoso a agendas de cambios estructurales bruscos que más bien entorpezcan la recuperación económica. Ya es sabido lo impaciente que puede llegar a ser el electorado Peruano con sus autoridades cuando percibe que estas no están poniendo la atención en sus problemas. El rápido colapso de la aprobación de los últimos tres Gobiernos electos – que partieron con niveles de aprobación mucho mayores – resulta más que ilustrativo del destino que le espera al actual si no está a la altura de las expectativas de la población.

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Gobierno peruano, Perú, Presidente Castillo

I

La antropóloga Ana María Gálvez Barrera ha publicado un importante estudio dedicado a Chuqui Chinchay, divinidad del agua. En su lectura, hay un cambio de paradigma: el animal de poder en ciertos sectores del mundo precolombino no sería el puma o el jaguar, como se estableció canónicamente, sino más bien el gato montés andino, uno de cuyos rasgos es miccionar agua, elemento vital entre los elementos vitales. Adicionalmente, Gálvez Barrera ofrece una interpretación que añade a la tríada de la cosmovisión andina (Hanaq Pacha –mundo de arriba–, Ukhu Pacha –mundo de los muertos– y Kay Pacha –mundo terrenal–) un cuarto universo: el Wáh Pacha, que corresponde al mundo de las constelaciones. De la exhaustiva revisión de evidencias arqueológicas, de la reinterpretación rigurosa y creativa de fuentes míticas y cronísticas, así como de la atenta mirada sobre estudios más contemporáneos, Gálvez Barrera propone una renovada mirada al mundo prehispánico, partiendo de la reivindicación del gato montés andino como pilar de esta revelación. El Perú y su cultura no se agotan nunca. 

Chuqui Chinchay, deidad del agua. Animal de poder en la cosmovisión andina. Ana María Gálvez Barrera. Lima: Sinco Editores, 2021.

 

 

II

Está en circulación la revista Amarukan, apuesta de dos estudiosos del universo simbólico y cultural del Perú: su editor, Francisco León, y Diego Velasco. No abundan las publicaciones de este tipo, que arriesguen conceptualmente y pongan sobre la mesa de los lectores temas de evidente perfil polémico, pero eso sí, tratados con seriedad. El número se abre con una reflexión de su co-director sobre el sentido del proyecto, afiliado a una concepción “unidiversa” del mundo andino. Le siguen textos de mucho interés, como el de Castells y Destéfanis sobre el discurso de la opresión, la respuesta de Atawallpa Oviedo a varios teóricos culturales (Grosfoguel y Dussel entre otros), una revisión de las ideas de Aníbal Quijano, a partir de la descolonización, por Fernando Cassamar; dos acercamientos a Gonzalez Prada desde la multiculturalidad y el posmodernismo (Jaime Gamarra y José Vásquez, respectivamente) y dos ensayos de particular interés: “Hoja de coca y Wachuma, plantas maestras”, de Agustín Guzmán y “¿Por qué debe erradicarse el término provincia?, del ya mencionado Francisco León. Este es el primer número; entiendo que ha salido un segundo. Se espera que sean muchos más. 

Amarukan. Revista Andina de Ideas, Política y Cultura. Año 1, número 1. Lima: Francisco León Editor, 2020. 

 

 

III

Desde hace un tiempo la Biblioteca Nacional del Perú viene publicando varios volúmenes dedicados a analizar la problemática de la promoción y mediación de la lectura, así como el papel fundamental que cumplen las bibliotecas en el espacio público. Temas nada menores, teniendo a la vista los beneficios que podría reportar una ciudadanía lectora y unas bibliotecas, equipadas y dotadas de manera idónea, que sirvan de lugar de encuentro y cumplan la función de mediar entre las personas y la garantía del acceso libre a la información y el conocimiento. Uno de los volúmenes de la colección “Lectura, Biblioteca y Comunidad” es La biblioteca imaginada. Jardín para sembrar comunidades, del bibliotecólogo chileno Gonzalo Oyarzún, que analiza el rol de las bibliotecas públicas desde diversas perspectivas: la libertad y la resistencia cultural, su rol en el espacio público, su papel formador de comunidad, su impacto en el desarrollo humano y económico y un horizonte en el que Oyarzún traza los rasgos de una biblioteca imaginada: “un espacio democrático y, al mismo tiempo, un espacio de creación de democracia, de debate, de encuentro en la diversidad y la tolerancia. La biblioteca será siempre el jardín de los derechos humanos, donde se cultivan y florecen ideas y pensamientos libremente” (p.116). Nunca más de acuerdo.

La biblioteca imaginada. Jardín para sembrar comunidades. Gionzalo Oyarzún. Lima: Biblioteca Nacional del Perú, 2021.

 

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Ana María Gálvez, Biblioteca Nacional del Perú, Deidad del agua, Revista Andina de Ideas

Querida Manuela,

Estoy recordando que:

52.7% de encuestados está de acuerdo con que las mujeres deben cumplir el rol de madre y esposa después de sus sueños.

33.2% de encuestados está de acuerdo con que las mujeres infieles deben tener alguna forma de castigo por parte de su pareja.

33.1% esta de acuerdo con que una mujer que viste provocativamente busca la acosen

27.7% de encuestados está de acuerdo con que si una mujer le falta el respeto a su esposo o pareja merece castigo.

26.6% de encuestados está de acuerdo con que la mujer esté dispuesta a tener relaciones sexuales cuando el esposo o la pareja desee.

Esta data fue el resultado de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (Enares) 2019 y la leí en un evento que organizamos cuando trabajé como Directora Ejecutiva del Programa Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar- PN Aurora en julio de 2020 . En ese evento estuvo la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, las viceministras del sector, el Jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática y más de 500 personas vinculadas al mundo de la academia y del Estado. 

¿Te parece conocida esa forma de pensar? Te condenaron por dejar a tu marido, uno al que fuiste forzada a aceptar. Tuviste que vivir sin pensión por el acoso político de los enemigos de Simón Bolivar por haber sido su consejera y pareja. No sé si alguna vez imaginaste el Perú de 2019, pero parece que sigue siendo casi igual al de tu época: mujeres condenadas por “normas” sociales patriarcales.  

¿Para qué se gastaron miles de soles en realizar esta encuesta? ¿Para que sirven estas encuestas? ¿Por qué seguimos pensando de esta manera? ¿Alguien ha tomado esta data en cuenta? ¿Qué acciones concretas se tienen para revertir esta data desde el Ejecutivo, las regiones, las provincias, los distritos? 

Cada cierto tiempo se ocurren escándalos relacionados a congresistas, ministros, viceministros, funcionarios de alto nivel que han tenido un comportamiento basado en este tipo de pensamiento. ¿La solución es llevar un curso? Esto propone la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerable y no creo que así funcione la cosa. El caudillaje se acabó, hoy el Estado cuenta con documentos de gestión que dan los lineamientos de acción y marcan una etica para procesar este tipo de acciones. Me queda claro que este gabinete no cuenta con esa información. ¿Tú qué dices Manuela? ¿En tu época llevaban cursos los grandes caudilllos para respetarte? ¿Hubiera funcionado? 

Tomo una pausa, sabes, no tengo solución, miro por mi ventana, vivo frente a un parque, y veo cómo niñas y niños del colegio vecino se están tomando sus fotos de graduación. Vestidos color pastel, tules y bordados, deben tener entre seis y ocho años. Las niñas complementan sus galas con flores de tela en el pelo. Los pequeños en ternos azules, camisas blancas y corbatitas color vino tinto haciendo cola para retratarse. Todos igualitos. Todos con mascarillas por la pandemia. Los padres los ven orgullosos y felices mientras ellos posan con soltura. Sus “príncipes y princesas” que terminan el año escolar. Todos iguales, pero todos distintos, con mentes abiertas a cientos de posibilidades. A pesar de la estandarización, existe la oportunidad de diferenciarse si desde temprana edad se les inculca la importancia del enfoque de género. Me pregunto si los dejarán ser ellos. Los veo y pienso, ¿qué futuro les espera?.

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Enfoque de género, INEI, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerable, mujer

El ingreso al gobierno de un profesor sindicalista que representa a una de las provincias más olvidadas del Perú y cuyo poder significa, para muchos, la reivindicación ante 200 años de injusticia, pobreza, discriminación y desigualdad, han generado una «seguridad» y » orgullo» traducido en fanatismo de un sector social y político que, considera que cualquier crítica o cuestionamiento que se haga a este gobierno de izquierda es «hacerle el juego a la derecha».

Es un planteamiento insostenible, que solo responde a un falso orgullo que el mismo gobierno no está ayudando a justificar. El gobierno de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón nació desorganizado, sin cuadros ni objetivos claros, y priorizando símbolos de identificación con ese Perú excluido -hablamos del uso del quechua durante el discurso del premier Guido Bellido durante el pedido de confianza en el Congreso y que la derecha revanchista, tontamente, criticó-, que podrán servirles un tiempo limitado; pero que no sostienen un gobierno.

Pareciera que el acto de reconocer errores y actuar al instante, cuando se necesita, no está entre las prioridades de este gobierno. Los errores en los planteamientos del presidente, su falta de claridad; un premier con la cultura del desatino, su terquedad, su pésima forma de comunicar; y lo más importante, su vergonzosa posición ante un ministro con vínculos senderistas que sigue calentando el sillón en el Ministerio de Trabajo. Esto es un insulto para el país. Tenemos que decirlo, presidente: el Perú olvidado y discriminado no le dio su voto para tener a amigos de terroristas en el poder y con dinero del Estado.

Intentar tapar estos errores; y lo peor, defenderlos indirectamente con los débiles argumentos de » hacerle el juego a la derecha», sólo contribuyen a hacerle creer a este gobierno que el sombrero es todopoderoso. Pero no lo es.

Sus simpatizantes, en base al fanatismo, alientan a seguir cometiendo más errores que van a terminar debilitando a la figura presidencial, su entorno y la sostenibilidad política y económica del país. Un objetivo que los adversarios políticos conocen y lo tienen claro. ¿O ustedes creen que le dieron la cuestión de confianza en aras de la gobernabilidad?

Todas esas acciones son parte de un plan. Y el presidente está contribuyendo a ese plan. Los fanáticos de las derechas dentro del Congreso no faltan, defendiendo posiciones racistas, clasistas y que, a pesar de que ya terminó la campaña política, continúan minimizando al votante que escogió «al Profe» como presidente; y eso los mantendrá en el rincón de la desaprobación.

Si el presidente no llega al año de mandato, no será solo porque «los golpistas» están organizando su salida. El mérito también lo tendrán esas acciones e inacciones de un partido que llegó al poder y no sabe cómo manejarlo y ejercerlo; y además por esa masa de fanáticos que tuvieron la oportunidad de decir, sin aspavientos, los errores a este gobierno, pero eligieron llenarlos halagos e inservibles narrativas.

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Congreso de la República, Presidente Castillo, Vladimir Cerrón

“El pequeño Jesús, quien perdió a su madre hace 26 días por COVID-19, se encuentra bajo el cuidado de un albergue. Un coágulo en el cerebro lo tiene al borde de la muerte, por lo que piden ayuda para conseguir un dispositivo de S/ 5.000 lo más pronto posible. El Hogar Mantaro de la Congregación Hijas de María Auxiliadora hace un llamado a la comunidad para conseguir de manera inmediata un kit cerebral que permitirá salvarle la vida a uno de los niños que tienen a su cuidado.

Se trata del pequeño Jesús, de 4 años de edad, quien ha sido diagnosticado con un coágulo en el cerebro. En estos momentos él permanece en una cama de cuidados especiales ubicada dentro del albergue, pero necesita ser intervenido quirúrgicamente con urgencia, pues la ruptura del coágulo puede darse en cualquier momento, lo que significaría su muerte inminente”.

Me tomo la licencia de citar in extenso una nota publicada por el diario La República porque llama a la sublevación moral ver que la salud pública es una calamidad sin nombre, que explica sobradamente la anomia cívica que se extiende en el país entre los sectores populares.

Sin una salud pública eficiente y de calidad, ecualizadora de las desigualdades sociales, no seremos viables como República. En este caso en particular, el Minsa está obligado a tomar cartas en el asunto y actuar para resolver el problema. No se debería necesitar la caridad. Es una obligación del Estado brindar una salud pública como derecho consagrado. Ojalá el ministro Ceballos actúe de inmediato.

Está pocos días en el poder la administración de Castillo, pero si algo se espera, más allá de sus devaneos ideológicos y su incapacidad de liderazgo, es que al menos en salud y educación marque la diferencia respecto de gestiones precedentes que hicieron poco o nada al respecto.

Se debe construir un sistema único de salud pública. EsSalud debería ser disuelto y pasar al Minsa, sus aportes sumarse a la remuneración mensual de los trabajadores (y pronto ojalá ocurra lo mismo con los aportes a la ONP y a las AFP, haciendo voluntario el sistema) y para ello se necesita que se produzca un incremento presupuestal significativo para atender la necesidad de construir ese sistema.

En el proyecto de presupuesto para el 2022 hay un incremento del 6% para el sector Salud respecto del pliego del año en curso. Es muy poco y debiera revisarse. La viabilidad del país y el debilitamiento de opciones antiestablishment pasa por edificar una educación y una salud públicas de primer orden. El caso que da pie a esta columna no hace si no revelar cuán lejos estamos de alcanzar ese objetivo.

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AFP, ONP, Presidente Castillo

UNO

“Imperdonable que el Canciller renueve el convenio con la USAID, cómplice de todos los golpes de Estado en América Latina…esta política no corresponde a un gobierno de izquierda” – Congresista Bermejo

Pelo crespo y su tez cobriza inconfundible. A cara lavada y con el café al costado, esa mañana, nerviosamente, twitteo su malestar. Pensó: “Me calienta tres carajos que este convenio tenga la venia del Presidente”. Tiene, según él, en todo su derecho de emitir una opinión. No es de extrañar, lo ha hecho desde marzo, e incluso antes: “Y si tomamos el poder, no lo vamos a dejar. Con el respeto que nos merecen Uds. y sus pelotudeces democráticas”.

Si hubiera cursado Ciencias Políticas, no aprobaría las materias “Análisis Político Nacional” y “Liderazgo y Política”.

Tengo 55 años y no conozco que un congresista – siendo del mismo partido – haya manifestado tan abiertamente, su oposición a una designación (la del nuevo Canciller) en el primer mes de gobierno. Insólito. El silencio de Pedro Castillo ya era lastimero.

El personaje de marras responde a la caricatura que se tiene de un izquierdista. Esto es, recalcitrante, obtuso y que parece vivir aun en tiempos pretéritos.

 

DOS

“La revolución no necesita peluqueros y el trabajo los hará hombres. El nuevo hombre no puede ser maricón”. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones”.

Bellido parafraseando a Castro

El Premier nunca pierde. Jamás. Uso el quechua en forma demagoga. Tentó a los opositores; quienes pisaron el palito, cojudamente. Y los hizo quedar mal ante la opinión pública. Simple nomas. Se floreó en entrevistas televisivas. Es mordaz.

Según su percepción, el caso de Patricia Chirinos no es tal. Hay testigos, aun así, lo niega. Tiene un historial, en las redes, de misoginia y homofobia, difícil de eludir. Ud. es el Premier, no es un ciudadano cualquiera. Debe dar el ejemplo. El destrato a las mujeres ha tenido un historial largo e hiriente en nuestro país. Sus posteriores declaraciones empeoraron su imagen.

Lo que sorprende, o ya no, es que el Presidente, mantenga su mutismo.

“El pueblo votó por un cambio real y profundo, no para administrar la crisis neoliberal” refiriéndose burdamente a Julio Velarde, al frente del BCP. Dando a entender que de economía tiene nimios conocimientos.

Pues bueno, desde la semana pasada, hay una increíble escasez de agua potable en el distrito más populoso de Lima.

¿Dónde están los que iban a gobernar para los excluidos?

 

TRES

“Cualquier disidencia es traición”. “Si el gobierno defrauda las expectativas del pueblo…se convertirá en un segundo humalismo”. Declaraciones de Vladimir Cerrón – Fundador de Perú Libre

Nunca imagino este escenario. Jamás. Y ahora se regodea. Se cree Presidente. El, que, según Pedro Castillo, no sería ni portero de Palacio; pues ahora es una de las cabezas de este Gobierno bicéfalo. Es el hermano mayor, bastardo de Bermejo y Bellido: en actitudes y despropósitos. No lee la realidad, solo la distorsionada.

Siempre he desconfiado de los dogmáticos, tanto en religión, como en política. En pleno siglo XXI, la megalomanía sigue rampante, envolviendo a las personas. Es lo que dijo en una ocasión Sartre: “Tienen chancro de poder”. En igual manera, podemos deducir que su necesidad de reconocimiento es patológica: Sabe que le hace daño a la imagen del gobierno electo, pero no le interesa.

Eso sí, debe odiar a Pedro Francke y Aníbal Torres (las figuras del gobierno, junto con Maúrtua), que están en las antípodas: profesionales y pragmáticos. Los 2 primeros conforman la izquierda moderna, la del siglo XXI.

Antes de las elecciones del 90, mucha gente clamó por nueva gente en la política peruana. De ahí el fenómeno Fujimori. Que de sueño trocó en pesadilla. Desaparecieron los Belaunde, Bedoya, Haya de la Torre, Townsend Escurra, Pease, Barrantes, etc. Emergieron políticos ignotos, ignaros, coprolálicos que con el tiempo han quedado en el túnel del olvido. Que es lo peor que le puede ocurrir a un hombre dedicado al quehacer político; o terminar preso.

¿La solución? Romper lo más pronto con ese lazo umbilical. Mientras no lo haga, la derecha se seguirá frotando las manos: la vacancia está a la vuelta de la esquina.

“La venganza es un plato que se come frio” – Francisco de Quevedo Villegas.

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Guido bellido, Patricia Chirinos, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

Es hora de que el Congreso vuelva a poner sobre el tapete una interpelación al gabinete Bellido en su conjunto -no solo a Maraví- y de no encontrar cabales respuestas, proceder a la censura. Nunca, en verdad, debió otorgársele la confianza cuando se presentó en el Congreso.

Hoy después de confirmarse los vínculos filosenderistas del Premier y de varios ministros, además de la absoluta incompetencia de otros, o la proliferación en otros tantos titulares de pliego de conductas reñidas con temas de equidad de género (violencia familiar, incumplimiento conyugal, etc.), sin contar con el radicalismo de la facción cerronista que este gabinete alberga, es imperativo que el Congreso ejerza control político sobre este desaguisado y gaste su bala de plata para conminar al Presidente a recomponer el gabinete y ver si así lo ayuda a salir del entrampamiento en el que se encuentra y del que aparentemente no puede escapar.

Está fuera de toda tolerancia democrática admitir que se permita a Sendero Luminoso, a través del Movadef y del Fenate, merodear Palacio de Gobierno como si fuera su casa. Eso no admite consideraciones estratégicas ni cálculos de gobernabilidad. Hay que zanjar con esas licencias ideológicas que el Primer Mandatario permite con ligereza punible. No es tema de polarización gratuita o de terruqueo ultraderechista. Es evidente el grosero papel que cumplen agrupaciones filosenderistas en las esferas del poder, con la anuencia o pasividad del propio presidente Castillo, y eso no puede permitirse.

El Congreso, baluarte de control político del poder Ejecutivo, debe ponerse los pantalones y actuar en consecuencia. Este es el momento en el que debe hacerlo, no cuando sea demasiado tarde y ya se haya normalizado la inconducta palaciega.

El pueblo que votó por Castillo no es proterrorista ni prosenderista y, como revelan las encuestas, rechaza ese comportamiento político del gobierno. Ese pueblo creciente y mayoritario requiere que el Congreso esté a la altura de su representación.

A ese esfuerzo deben sumarse todos los partidos de la oposición democrática. No solo la derecha -que ha mantenido en ristre una actitud de vigilancia- sino también el centro, que claudicó en la presentación del gabinete Bellido, pero que ahora tiene la oportunidad de reivindicarse frente a sus propios electores.

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Congreso de la República, Gabinete Bellido, Maraví, Movadef, Pedro Castillo
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