Lo cierto es que, constitucionalmente hablando, Castillo ya hace rato no debería estar sentado en Palacio. Las pruebas de corrupción que ha adjuntado el prolijo informe de la Fiscalía de la Nación comprometen al presidente de tal forma, que la incapacidad moral permanente se desprende por sí sola. Pero Castillo ha cooptado antidemocráticamente a una parte del Congreso (¿se atreverá a decir algo la OEA sobre semejante atentado contra la voluntad popular?) y solo por ello ha logrado sobrevivir a lo que no es un ataque golpista de la derecha enfurecida e intransigente, sino el resultado de sus propias inconductas, mediocridades e inmoralidades.
–La del estribo: solo el hecho de ver al gran Alberto Isola hacer por primera vez en su vida un monólogo ya justificaría acudir a ver Conferencia sobre la lluvia, pero que, además, estemos ante una puesta en escena de un texto de Juan Villoro y la dirección de Marco Muhletaler, termina por cerrar el círculo de convicción. Va en el Centro Cultural de la PUCP hasta el 5 de diciembre.