Desde hace unas semanas se inició una crisis en el Ministerio del Interior, cuyos protagonistas fueron el ex ministro del Interior, Avelino Guillén, y el ex comandante general de la PNP, Javier Gallardo. Guillén denunció en una entrevista en “Epicentro TV” una serie de ascensos y traslados policiales conducidos por Gallardo en la PNP, donde se ha tratado de remover a generales de reconocida trayectoria, reubicando a otros integrantes de la policía al mando de direcciones clave, y cuya trayectoria es cuestionada para ejercer esos cargos. Asimismo, ha buscado recortar el presupuesto y reducir miembros de la DIVIAC.

Al parecer esto sería parte de una mafia que cobra por estos movimientos en la PNP, y como denunció el general Javier Bueno, en varios casos se habría pagado, según la posición a la que se postulaba, desde 25 mil dólares para lograr el ascenso. Y lo más cuestionable es cómo llega Gallardo a ser comandante general de la PNP. Según IDL, el congresista cajamarquino por Perú Libre, Américo Gonza Castillo, lleva a Gallardo a reunirse con el presidente Castillo antes de ser comandante, y poco después se anuncia su ascenso.

No solo habría una mafia que cobra por ascensos, sino un escándalo de corrupción por presuntos contratos corruptos en la Policía durante la pandemia, por lo cual la ex suboficial de la PNP, Patricia Sovero, está siendo investigada por la Fiscalía. Aun así, ella se ha reunido varias veces con Pedro Castillo, y en una de esas reuniones estuvo presente el ex comandante general Javier Gallardo.

Avelino Guillén trató de luchar contra todo lo antes mencionado. Observó las listas de ascensos presentadas por Gallardo, aunque este último habría hecho caso omiso a los cambios solicitados, y al tener contacto directo con Palacio de Gobierno, pasaba por alto al ex ministro del Interior en todas las coordinaciones. Guillén denunció esto ante Castillo, sin recibir respuesta alguna, lo que llevó a su irrevocable renuncia, admitida el domingo pasado en la noche.

¿Qué hizo Castillo? Brilló por su silencio, un silencio que podría representar un blindaje a la corrupción, y de ser así, sería una puñalada en la espalda al “pueblo” que tanto dice representar. El pueblo pide a gritos seguridad ciudadana, el pueblo pide a gritos luchar contra la corrupción. ¿Esperar dos semanas para actuar y recién oficializar el pase al retiro de Gallardo? Muy tarde señor presidente. 

Avelino Guillén ha sido en mi opinión de lo más destacado de este gabinete. Trató de defender la institución de la PNP, fue un político fuerte que denunció las irregularidades de las que fue testigo, no se prestó a ser parte de la presunta corrupción organizada por Gallardo, y, para reforzar la lucha contra el crimen organizado en el país, buscó impulsar que la DIVIAC sea considerada como una dirección al interior de la PNP. Durante su gestión se han desarticulado diversas bandas criminales, y, aun así, no recibió el respaldo del mandatorio del Perú.

Nuestro presidente parece estar más preocupado por darle mar a Bolivia que por mejorar la seguridad ciudadana. Se olvida que representa al “pueblo”. Lamentablemente ya nos estamos acostumbrado a su silencio, a su falta de mano dura, a su poco accionar en temas relevantes para la ciudadanía. Parece que Castillo sigue usando al Perú como su escuela de gobernabilidad. Me pregunto, ¿cuánto más tiempo tiene que pasar para que se tome en serio su cargo y comience a gobernar en beneficio del “pueblo”?

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Avelino Guillén, PNP

Leyendo Ojo por Ojo de Umberto Jara, me topé con un párrafo sobre el accionar de Vladimiro Montesinos que decía lo siguiente: “Montesinos […] pasó a controlar las fuerzas armadas y policiales en su totalidad […] e impuso en los principales cargos a sus compañeros de promoción sin importar méritos o capacidades.” ¿Esto les suena familiar? Muy parecido al reciente escándalo por los ascensos forzados en las FFAA donde Castillo buscó influir para ascender a dos coroneles que, coincidentemente, nacieron en el mismo distrito del actual presidente.

Definitivamente en el Perú, apostar por la calidad y la meritocracia no siempre han sido prioritarios, y es algo que venimos viendo desde hace muchos años, no solo en la política peruana sino también en otros sectores como educación. 

El documento “Marco Conceptual del Grupo de Directivos Públicos del Servicio Civil Peruano” publicado por SERVIR señala que el 80% de los puestos directivos del Estado serán ocupados por profesionales seleccionados en concursos públicos competitivos, dejándose un 20% para cargos de confianza, pero que deben cumplir con el perfil del puesto (Fuente: SERVIR). Y hoy en día, el mismo Congreso está buscando vulnerar esto con la modificación de la Ley de Reforma Magisterial.

Este año, la Prueba Única Nacional, que es la evaluación que deben rendir todos los docentes para postular a una plaza en 2022-2023, fue filtrada, y el Minedu amplió los contratos para asegurar la presencia de maestros en marzo próximo. El Congreso aprobó eliminar esta prueba en el 2021, y además de eso, aprobó incorporar a la carrera pública magisterial a todos los profesores que trabajan en instituciones educativas que no son controladas por el MINEDU, sino por MINDEF o MININTER, sin que deban aprobar previamente la Prueba Única Nacional. ¿Dónde quedó la meritocracia? Si el mismo Congreso parece estar en contra de ella, y supuestamente son quienes representan a todos los peruanos, entonces, ¿qué podemos esperar? 

Definitivamente estamos lejos de tener un cambio en los ámbitos mencionados. Los años pasan, y nada cambia, y al parecer, siempre hay intereses ocultos que prevalecen sobre el bienestar del país. Y el problema no solo es que escogemos mal a nuestros líderes políticos, sino que el sistema tampoco ayuda. Hace unos años se aprobó la no reelección de congresistas, lo cual yo creo que es un craso error y, además, uno de los factores por los cuales no existe la carrera política, ni tenemos buenas opciones para elegir. Como menciona Martín Hidalgo en su libro Congresopedia, “Al no poder reelegir a sus cuadros, los partidos han optado por buscar personalidades de distintos rubros sin detenerse a pensar en la importancia de la carrera política, y específicamente la especialización parlamentaria”.

Por eso mismo no sorprende ver a exfutbolistas postulando a cargos públicos como George Forsyth, Jean Ferrari o el Coyote Rivera, o a una actriz como Vanessa Terkes postulando al Congreso. Aparte de Forsyth, ninguno de los demás mencionados tenía alguna experiencia legislativa, y muchos partidos recurren a estas personalidades para ganar votos y lograr pasar la valla electoral. Actualmente tenemos congresistas que parecen luchar por presentar el mayor número de iniciativas donde figure su nombre, antes que presentar proyectos de ley que realmente aporten, o siquiera conocer bien el reglamento en lugar de blindar a personajes cuestionables.

Nos urge un cambio. Necesitamos que las personas que trabajan para el país estén ahí por sus capacidades, por su experiencia, por el mérito, no simplemente por contactos, por allegados, o por intereses personales. Y esto precisamente juega un rol sumamente importante en la corrupción que nos aqueja hoy en día. No sigamos permitiendo que quienes nos gobiernan continúen haciendo del Estado su tablero de ajedrez. Alcemos la voz de ser necesario, informémonos para estar al tanto de lo que sucede con nuestro país, e involucrémonos para generar un cambio. Si nuestras autoridades no lo hacen, no nos quedemos sentados de brazos cruzados.

 

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Congreso de la República, meritocracia, política peruana

Luego de poco más de cuatro meses del gobierno de Pedro Castillo, la vacancia, o al menos el intento de, parece ser casi inevitable. Se repite la historia de los últimos 5 años, en donde la vacancia jugó un rol predominante en nuestra inestabilidad política, incrementando tensiones, y, a mi parecer, generando una crisis mayor en el país. Por ello me pregunto, ¿vacar a Castillo resolvería el problema de fondo?

Volviendo 5 años atrás, se dio el primer intento de vacancia con PPK, que, si bien él terminó renunciando, su salida solo llevó a que se continúen incrementando las tensiones entre el Ejecutivo y el Congreso. Recordemos el Congreso obstruccionista de Fuerza Popular que llevó a que se genere esta situación. La renuncia de PPK puso a Vizcarra como presidente de la República, y justamente para poder gobernar y evitar este obstruccionismo, es que decide cerrar el Congreso y convocar a nuevas elecciones. Aún así, las tensiones continuaron y terminaron con la vacancia de Vizcarra. 

¿Los promotores de esa vacancia tenían en mente las consecuencias de lo que finalmente sucedió? Tuvimos días de protestas masivas en todo el país que desencadenaron en la muerte de dos jóvenes, muchos heridos, una caída del nuevo gobierno de Merino en solo 3 días, y la creación de una nueva mesa directiva para gobernar el país. Recuerdo escuchar días después a varios congresistas de diversos partidos pidiendo disculpas por votar a favor de la vacancia, la mayoría argumentando que no previeron las consecuencias de su decisión.

Hoy en día, Castillo ha dado muchos más motivos de los que dio Vizcarra para ser vacado. Para comenzar, es un presidente que no da la cara, que no rinde cuentas, que no demuestra transparencia. ¿Por qué, a pesar de todo, Vizcarra tenía tanta popularidad? Justamente porque siempre se dirigía a la población, dando calma y explicando las acciones que se estaban tomando dada la crisis sanitaria que estábamos viviendo. Castillo, por el contrario, ante las acusaciones en su contra, su vago mensaje fue: “Deslindo de cualquier acto de corrupción. […] Las reuniones oficiales únicamente se realizan en Palacio de Gobierno. En mi domicilio solo he recibido visitas de carácter personal”. ¿Es esto suficiente cuando existen videos que prueban lo contrario? ¿Es esto una causal para ser vacado por incapacidad moral?

Actualmente existe un gran vacío en lo que vendría a ser la definición de incapacidad moral permanente, que prácticamente se engloba en comportamientos que no son éticos. Si nos basamos en ello, entonces Castillo ha tenido varios comportamientos no éticos durante sus cortos 4 meses de mandato. Por poner un par de ejemplos, tenemos las dudosas asignaciones a cargos públicos saltándose la meritocracia, como fueron los cuestionados ascensos de las FF.AA., o los cargos otorgados a sus familiares como es el caso de su sobrino Fray Vásquez, integrante de la comisión de transferencia del Ministerio de Defensa, y cuya única experiencia laboral es la de ventas de pollos a la brasa en Chota. Es decir, se contrató a un vendedor de pollo a la brasa para que supervise información técnica de la seguridad nacional, solo por ser sobrino del presidente.

Los ejemplos mencionados, sumado a las reuniones secretas de Castillo en el local en Breña que dan pie a un posible caso de corrupción, ponen en cuestionamiento la ética del actual presidente de la República, y le da argumentos más sólidos al Congreso para poder vacarlo. Pero ¿los problemas de gobernabilidad se resolverán con un simple cambio de la cabeza del Ejecutivo? ¿El 25% de aprobación de Castillo será suficiente para que se generen protestas masivas como ocurrió con Vizcarra? ¿Dina Boluarte tendrá un mejor desempeño que Castillo? ¿Renunciará? ¿Se quedará? Lo cierto es que esta vez los congresistas deben hacerse responsables de las consecuencias de sus decisiones, no podemos tener 5 años más de crisis, y es necesario un acuerdo centroderechista en el legislativo que, en caso se dé la vacancia, evite una mayor inestabilidad política y una lucha de poderes en el Congreso.

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vacancia presidencial

Señor presidente, pasados los primeros 100 días de su gobierno, lejos de ver acciones para sacar adelante al país, o de ver promesas cumplidas que mencionó en su plan de gobierno denominado Perú al Bicentenario, vemos a un Perú retrocediendo en muchos ámbitos. Lo que prima hoy en día es una enorme incertidumbre y una gran inestabilidad política y económica. 

Muy aparte de quienes votaron o no por usted, o de la ideología política a la que cualquier persona es afín, su elección como presidente debe ser respetada, así muchos sigan creyendo que no fue legítima. Ese es un tema aparte, pero, así como muchos respetamos su elección, es su deber respetarnos a nosotros como ciudadanos y respetar al país. Usted está en falta al haber incumplido el 85% de sus promesas (Fuente: Especial de El Comercio por Mayté Ciriaco) mencionadas en su plan de gobierno de los primeros 100 días y en su discurso de toma de mando. Muchos no comulgaremos con sus propuestas, pero un presidente que promete para llegar al poder y no cumple, demuestra que cayó en el populismo.

El Perú nunca fue un país perfecto, y antes de su gobierno estaba lejos de serlo. Si bien teníamos cierta estabilidad económica previo a la pandemia, con ella salieron a la luz muchas carencias, sobre todo en temas de salud. La falta de infraestructura fue un grave problema para enfrentar la crisis originada por la COVID-19; la falta de camas UCI y plantas de oxígeno hicieron que nuestro sistema colapsara y muchas personas fallecieran. Hace meses se habla de una tercera ola, y me pregunto: ¿qué ha hecho usted al respecto? Prometió la adquisición de mil camas UCI, y solo se han comprado 81, prometió la adquisición de 100 plantas de oxígeno y solo se han comprado siete. ¿Cómo planea enfrentar una tercera ola? Como presidente, está en sus manos evitar más muertes, y hasta ahora no veo acciones para evitarlo.

Sobre educación también realizó varias promesas, como el retorno a las aulas por turnos de mañana y tarde y con más horas de educación al aire libre, así como aplicar la semipresencialidad, alternando días presenciales y días de educación virtual. ¿Cómo estamos hoy en día? Estamos en la cola de Latinoamérica con 6.5% de estudiantes asistiendo a clases con cierta presencialidad, mientras que países como Argentina y Chile ya cuentan con el 94% y 88% respectivamente de escuelas abiertas (Fuente: Unicef). Van casi 20 meses desde que cerraron las escuelas, causando que muchos alumnos dejen de estudiar por falta de recursos para conectarse virtualmente, y afectando psicológicamente no solo a niños y jóvenes sino también a los padres de familia. Si otros países lograron el retorno a clases, ¿por qué el Perú no? Y usted, siendo profesor, debe saber mejor que nadie la importancia de la educación presencial en el país. Seguimos esperando su “palabra de maestro”.

Fuera de incumplir promesas y la falta de acciones como presidente, usted ha caído en muchas contradicciones y malas decisiones. No ha sabido deslindarse de Cerrón y prueba de ello fue el primer gabinete que presentó, cuya mayoría de integrantes no solo no tenía la preparación para ejercer un cargo ministerial, sino que escogió a personas con antecedentes muy cuestionables. Tuvimos a personas vinculadas a Sendero Luminoso, a personas con antecedentes de machismo y misoginia que se pusieron en evidencia ante los ojos de todos por sus declaraciones y comentarios, a una persona arrestada anteriormente por sedición, y continúa la lista. Y además de sus malas decisiones, están sus contradicciones. Mientras que su actual premier habla de “la importancia de la inversión privada para impulsar el crecimiento económico y generar empleo”, usted habla de la “estatización o nacionalización” del gas de Camisea. 

Señor presidente, es hora de gobernar, es hora de poner al país primero, es hora de dialogar con sus equipos, de llegar a consensos, es hora de darle estabilidad al país. Sea consciente de la incertidumbre que generan sus contradicciones y las malas asignaciones de personas a cargos públicos. Yo, todos los jóvenes y demás peruanos le pedimos que comience a actuar y haga lo mejor para el Perú. No más retrocesos, no más inestabilidad, no más incertidumbre. Usted tiene el poder de influir positivamente en el país, y hasta ahora creo que la mayoría estamos bastante decepcionados de su accionar, no en vano solo el 35% aprueba su gestión (Fuente: encuesta IEP). Sé que muchos lo quieren ver fracasar, pero yo amo mi país, y deseo de corazón que haga un buen gobierno para beneficio de todos los peruanos.

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Presidente Castillo, Presidente de la República, Vladimir Cerrón

En las últimas elecciones y durante la gestión del nuevo gobierno, hemos podido leer y escuchar comentarios sexistas, y hemos sido testigos de cómo candidatas al congreso o funcionarias públicas mujeres han sido víctimas de acoso político. Según el JNE, un 47% de candidatas afrontó acoso político en las Elecciones Generales del 2021.

Las últimas frases misóginas del premier Bellido contra la congresista Patricia Chirinos, nos demuestran que esta práctica es demasiado común y, aunque existe una ley, pareciera que prima la impunidad. Inclusive, en una sesión de la Comisión Agraria del Congreso, el congresista Héctor Valer usó la frase “que se ponga falda” luego de que un colega exigiera respeto para la presidenta de dicha comisión. Y entonces me pregunto, ¿es la política peruana un ambiente hostil para las mujeres?

Recuerdo que terminando la secundaria me quería dedicar a la política, y mis familiares, algunos de ellos expolíticos, me recomendaron estudiar otra carrera ya que consideraban que era un ámbito donde primaba el machismo. Definitivamente no se equivocaron con su afirmación, y justamente la política peruana es uno de los rubros en donde se pone en mayor evidencia este problema social que, lamentablemente, espanta a muchas mujeres capaces de involucrarse.

Por eso mismo, a veces me sorprende escuchar que la ley de paridad y alternancia es innecesaria, que las personas deberían ser contratadas por sus capacidades, no por el género. ¿Acaso hombres y mujeres están en igualdad de condiciones? Mirtha Vásquez reveló en el documental Peruanas del Bicentenario, que le ofrecieron un puesto en la Fiscalía de la Nación a cambio de tener relaciones sexuales con ella, y Maria Antonieta Alva declaró que durante su gestión como ministra de Economía fue blanco de críticas por su edad e incluso por su ropa. Me pregunto, ¿los hombres también tienen que pasar por eso?

Durante la última contienda electoral, también pudimos ver el acoso y comentarios sexistas que recibieron muchas postulantes al congreso en las redes sociales, la mayoría de ellos haciendo alusión al físico de la candidata. Comentarios como “por qué no te dedicas al mundo del porno”, “qué ricos melones”, “por tu belleza tienes un lugar en el congreso” abundaron, faltándoles al respeto y desacreditando sus capacidades para ocupar un curul en el Pleno.

Tenemos que dejar de normalizar estas situaciones. Es una realidad que el acoso político trae como consecuencia que las mujeres participemos menos en la política para no exponernos, cuando todos llegamos para trabajar bajo las mismas condiciones. Las ganas de trabajar por nuestro país no deberían verse vulneradas por el machismo ni por el miedo a ser víctimas de acoso. Tanto hombres como mujeres debemos alzar la voz ante situaciones de este tipo, y así, ojalá algún día dejen de ser necesarias las leyes de cuotas y paridad para motivar a que las mujeres se involucren más en la gestión pública del país.

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cargos públicos, Machismo, mujeres, política peruana

A un día de nuestro bicentenario, estamos lejos de ser el país con el que todos los peruanos soñamos, menos aún después de lo acontecido en los últimos 5 años. Han sido años plagados de escándalos de corrupción, actos antidemocráticos, mentiras, polarización, y, sobre todo, decepciones. No en vano, el 93.4% de la población no confía en los partidos políticos y el 91.2% no confía en el Congreso de la República (INEI Percepción Ciudadana 2020). Pero como dicen, no hay mal que por bien no venga.

No todo fue malo en estos últimos años. La última crisis política y los escándalos de corrupción marcaron el nacimiento de una nueva generación política, una generación en donde ser indiferente no está permitido. Como dice la canción “Así es mi raza, noble y humilde por tradición, pero es rebelde cuando coartan su libertad”. Qué cierta es esta letra, y representa bastante bien a esta nueva generación, que se atrevió a salir a las calles cuando consideraron que la democracia estaba siendo vulnerada, o la voluntad del pueblo no estaba siendo respetada. Y prueba de ello son las marchas de noviembre, y las marchas originadas tras la segunda vuelta.

Hoy los jóvenes queremos que nuestra voz sea escuchada, ya no somos simples observadores, y buscamos tener un rol más activo. Esto definitivamente es algo para destacar. Hemos sido los jóvenes quienes incluso hemos motivado nuevas agendas, sobre todo en temas ambientales, temas LGTIBQ, o hasta temas de salud pública como la “Ley 4 Patas”, en la que tuvo un rol participativo la asociación sin fines de lucro WUF, cuyos miembros son jóvenes entre 23 y 33 años, y que demuestra cómo nuestras acciones o deseos pueden derivar en una ley.

Los jóvenes somos el presente y el futuro. Somos el presente porque ya tenemos edad para involucrarnos activamente en la política, y el futuro porque seremos los próximos líderes. Por ello mismo, sobre nosotros recae una gran responsabilidad y tenemos muchos retos por superar para llevar al Perú a ser el país con el que todos soñamos.

El primer reto es el de la información. En los últimos meses, todos hemos sido testigos de cómo noticias falsas que buscan sembrar el miedo y el odio entre los peruanos se han estado difundiendo a través de redes sociales. Incluso, se utilizaron noticias verdaderas pero ocurridas en el pasado, como si se refirieran a la coyuntura por la que atravesaba el país; y medias verdades que causaron mucho daño. Es responsabilidad de todos los jóvenes, para ejercer una ciudadanía responsable, informarnos de manera adecuada, de diferentes fuentes de información confiables, y, sobre todo, de verificar la información que recibimos antes de reenviarla o de formar una opinión.

El segundo reto es involucrarse. Como dijo la historiadora Carmen McEvoy, “la movilización y la política de la calle no es suficiente (…), el siguiente nivel es la política activa.” No sorprende que hoy muchas personas con intenciones genuinas no quieran involucrarse en política, y se debe a la gran decepción que nos hemos llevado por el accionar de nuestros líderes políticos o la poca credibilidad en nuestras instituciones. Pero es hora de cambiar eso, es hora de que los jóvenes participemos en la política municipal o la de nuestra región. Es hora de que los jóvenes con un interés genuino por hacer del Perú el país con el que soñamos invadamos la política peruana.

El tercer reto es la unión. Los jóvenes debemos entender que todos buscamos lo mejor para el país, pero no siempre vamos a coincidir en qué es lo mejor. Es imposible pretender que todos pensemos igual, por ello la tolerancia, el respeto y la empatía deben ser valores fundamentales en todo joven del bicentenario. Solo así, y unidos podremos lograr construir una república de inclusión y dar origen a la política que queremos.

Es hoy jóvenes, es hoy. Luchemos juntos por nuestro país, hagamos realidad la letra de esta canción y cantémosla a todo pulmón “Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz, de haber nacido en esta hermosa tierra del sol…”

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Bicentenario, Carmen McEvoy, Fake news

Todos hemos sido testigos de cómo esta segunda vuelta, más que llevarnos a estar atentos, involucrados y vigilantes, dio origen a un fanatismo político que los jóvenes no hemos visto antes.

Al tener a dos candidatos en segunda vuelta que son de extremos opuestos, pocos han mantenido la cordura y la sensatez al manifestar su apoyo o dar opiniones. El país está fragmentado en dos bandos que parecen odiarse entre sí. Esto ha inundado, no solo la prensa, sino también las redes sociales, de agresividad, insultos, “fake news” y racismo.

Hoy, el sensato es “tibio”, el que no piensa como uno es terruco, caviar, fascista o DBA, y todos buscan culpables para esta situación, y los ataques al bando opuesto son incesables. Pero, ¿qué nos llevó a esta polarización?

Por un lado, tenemos a las clases acomodadas del país que consideran que sus privilegios están en riesgo, y culpan de ello al comunismo, a sus amigos que viajaron y no votaron, a quienes votaron viciado, nulo o blanco, pero no son conscientes de que este resultado tiene mucho más por detrás. Han sido muchos años en los que la clase política no ha representado a sus votantes, hemos estado plagados de escándalos de corrupción y de gobiernos regionales ineficientes, y nuestro crecimiento económico no ha estado acompañado de políticas sociales.

Por eso mismo es que surge el otro bando, el que pide un cambio a gritos, sin importar las consecuencias que este cambio pueda traer. Decir que son ignorantes es el peor error. Ignorante es el que ignora lo que pasa fuera de su burbuja y el que ignora que es necesario involucrarnos todos, derecha, izquierda y todas las clases socioeconómicas, y priorizar el bien común, no el bien individual. Y por bien común no me refiero a un modelo económico específico y menos a una ideología política, sino empatía. Qué fácil es criticar y buscar culpables, pero qué difícil es entender a quien piensa diferente a uno.

Mientras uno se involucre solo cuando sus privilegios o el status quo estén en riesgo, seguiremos teniendo opciones de extremos que vayan ganando mayor terreno en la política peruana. En primera vuelta vimos el mayor ausentismo de los últimos 20 años, 30% de la población no fue a votar (vs 18% del 2016), y año a año vemos cómo esta cifra aumenta. El ausentismo refleja la desafección de la población hacia la política peruana, y en distritos limeños como La Molina, Surco, San Borja, Jesús María y Miraflores, la tasa de ausentismo superó el 30% (San Isidro tuvo 28%). Coincidentemente, los votantes de estos distritos representan a la clase acomodada limeña, quienes hoy son los principales protagonistas de las marchas contra el comunismo.

Lo que se puede destacar de estos nuevos fanatismos políticos, es que hoy vemos a toda la población atenta. Así cada uno tenga motivos diferentes para involucrarse, ojalá esta situación nos lleve a ser conscientes de que es necesario tomar un rol más activo siempre. Dejemos de ser fanáticos cuando el status quo está en riesgo, seamos fanáticos del Perú.

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Elecciones 2021, Fanatismo, Polarización
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