Tú conociste la estrategia del Libertador Simón Bolívar de reunificar y cohesionar las fuerzas patriotas mientras desarticulaba el orden del ejército realista, lo que lo llevó a que en su corta vida de 47 años haya luchado en 447 batallas siendo derrotado solo 6 veces. El Perú actual tiene un sistema de representación a diferentes niveles que empiezan desde los barrios. Tenemos las juntas vecinales, organizaciones sociales, alcaldes distritales, alcaldes provinciales, gobernadores regionales y los tres poderes del Estado cada uno con sus programas y oficinas de apoyo social a nivel nacional. Hay que empezar desde abajo con la democracia participativa del barrio centrando al ciudadano como eje de toda decisión local partiendo así las necesidades y demandas regionales. El gobierno central es un aparato burocrático muy grande que no logra llegar por varias razones a alcanzar el desarrollo local; por ello, en lugar de enfrentarse a los ciudadanos y al sistema representativo, sería conveniente territorializar las demandas y para satisfacerlas se necesita del apoyo de los ciudadanos, la ley y las autoridades locales. En este momento, seguimos como hace dos semanas, sin representación por parte de los manifestantes que nos dice que no están organizados, es un punto a favor para poder organizarlos y entablar el diálogo desde las instituciones representativas existentes. La única estrategia no es mandar la fuerza policial y menos la militar, si no, escuchar las demandas, que en algunos casos no las hay, es más fácil romper el argumento y en el caso de que sí las haya usar los espacios colaborativos existentes por la sociedad civil organizada para generar cambios reales. Se debe ir a los espacios con propuestas y con planes de cambio, no solo escuchar sino tener un Estado proactivo que resuelve. Muchos de estos espacios de concertación o mesas de diálogo o temáticas terminan siendo espacios de catarsis o siendo las “mesas que más aplauden” como una vez lo dijo un alto funcionario . He ahí el reto de hacer que sean mesas con propuestas y resultados.
Soy testigo, a diferencia de muchos ciudadanos que solo piden renuncias, cierres y destituciones, que tanto cambio, en especial en los últimos 5 años, ha generado un quiebre en la institucionalidad del Ejecutivo. Interpelaciones, censuras y cambios constantes no han permitido una real inversión en las necesidades ciudadanas y el desarrollo local. Han beneficiado a las economías informales e ilegales para que se expandan.
Hoy la presidenta tiene la oportunidad de romper el discurso de confrontaciones para abrir un diálogo desde una visión territorial con las autoridades representativas desde los barrios o comunidades. Todos somos conscientes de las diferencias en el Perú, negar que existen diferencias y necesidades históricas en las regiones y en Lima Metropolitana es no querer ver la realidad. La pandemia nos mostró que nuestro crecimiento económico solo trajo mayores ingresos a algunos, pero no institucionalidad ni servicios reales a la población. Ahora, toca hacer un análisis hacia adentro.
Manuela, confío en que la presidenta logre tener una estrategia de conquista a sus propios ciudadanos y votantes. Ella conoce la realidad de los más necesitados porque es del sur, fue Ministra del Sector más sensible del Estado- que maneja y conoce a las organizaciones sociales de base- es bilingüe -domina el quechua- y comparte la ideología de los manifestantes. Ella debe poner al ciudadano y ciudadana al centro de toda acción activando todos los canales de diálogo para que sea una democracia desde la base.
Tags:
Diálogo