La autoestima es un elemento muy necesario en la vida de las personas, ya que de ella depende su felicidad y autorrealización, explica la psicóloga y coach Ester Fernández. “Un buen nivel de autoestima es necesario para realizarnos como personas y lograr cualquiera de nuestros objetivos vitales”, explica la experta.
Sin embargo, no todas las personas gozan de una sana autoestima, por lo que la psicóloga brinda algunas claves a tomar en cuenta para poder mejorarla:
Mantener hábitos saludables
Éstos son esenciales para llevar una vida sana, pues impactan en la autoestima de cualquier persona. “Cuando nos sentimos físicamente bien, es más fácil tener una visión constructiva sobre nosotros y nuestras habilidades”, indica Fernández. Algunos ejemplos para mantener esto en práctica son hacer ejercicio de manera frecuente, mantener una dieta sana y equilibrada, tener hábitos de sueño constantes o mantener la mente ocupada con actividades intelectualmente exigentes.
Evitar comparaciones
Ya sea en nuestros entornos más cercanos como amical, familiar o laboral, o con personas desconocidas, es importante evitar las comparaciones. “Siempre que nos comparemos con otra persona a quien le puede ir mejor en la vida podemos acabar sintiéndonos mal con lo que tenemos, es por eso que en general es mucho mejor centrarse en metas de autosuperación”, recomienda la coach.
Ser proactivo
Esta actitud es una de las vías de mejora de la autoestima más beneficiosas. La experta explica que los seres humanos somos más felices cuando tenemos objetivos por cumplir y siempre que no sea a costa de dañar a otra persona, tener interés por lograrlos es una gran forma de lograr una mayor autoestima.
Ser realistas
Algunas personas con bajos niveles de autoestima suelen ser muy duras consigo mismas, sobrevalorando sus aspectos que consideran negativos. La mejor forma de tener un nivel elevado de autoestima es aceptando lo que somos realmente sin generar una visión demasiado sesgada de nosotros mismos.
Salir de la zona de confort
Algunas personas tienden a vivir su vida sin asumir ningún riesgo, protegiéndose de cualquier actividad por miedo a fracasar o evidenciar alguna carencia propia, real o imaginada. “Con el fin de mejorar como personas y prosperar diariamente, es importante que asumamos algunos riesgos razonables y pongamos nuestras capacidades a prueba, sin importar lo que digan otras personas”, indica Fernández. Así, es más probable que se logren superar los miedos y complejos, y se descubran cualidades que se desconocían.
