Paúl Cruz: un arquitecto que enseña a construir los sueños de los niños

Paúl Cruz Reyes, arquitecto y fundador de Arkilab, busca acercar esta profesión y sus distintos componentes a los más pequeños, no solo para que logren descubrir una pasión, sino también adquirir diversas habilidades que les servirán en adelante.

“Cuando terminó mi carrera, regreso a Trujillo, mi ciudad natal. Regresé por temas familiares y vi que el mercado era muy pequeño. Quería hacer algo de manera independiente y conversé con familiares que están en el mundo de la educación. Les propuse desarrollar algunos programas educativos relacionados al arte y decidí vincularlo a la arquitectura”, cuenta Cruz Reyes.

El arquitecto encontró referentes en España y Finlandia y decidió apostar por el mercado peruano. “Me lancé a intentar esta idea en 2017 en el colegio de un familiar y funcionó. Fue como la prueba para empezar a hacer todo de manera independiente y en un local más amplio”, cuenta.

Enseñanza disruptiva

Cuando los talleres de Arkilab empezaron, muchos padres estaban intrigados frente a un concepto algo futurista. “Me decían ‘oye qué haces enseñando arquitectura a un niño si todavía no sabe lo que quiere’. Entonces poco a poco se fue moldeando la idea y si bien no todos los niños que pasan por Arkilab querrán ser arquitectos, les hemos dado innumerables conocimientos y habilidades para su futuro“, cuenta el arquitecto y emprendedor.

A la fecha son más de 1,000 niños y adolescentes los que han pasado por los talleres de Arkilab. “ Hay chicos que estuvieron en los talleres en el año 2017 y ahora ya están en secundaria. Hay varios que siguen esa ruta y quieren ser arquitectos pero hay otros que quieren estudiar medicina o ser futbolistas. Me encanta eso, porque el objetivo de Arkilab no es que se conviertan en arquitectos sino que desarrollen su creatividad con las herramientas de la arquitectura», cuenta Cruz Reyes.

El arquitecto cuenta que al inicio veía a muchos de sus alumnos muy tímidos, tenían miedo de contar sus ideas pero al motivarlos y hacerlos explotar su creatividad, iban tomando mayor valor para salir adelante y evitar que alguien les corte las alas. “Me decían ‘Paúl, quiero construir una casa bajo el agua porque siempre lo he soñado’. Y lo hacíamos, porque esas ideas locas son la madre de Arkilab”, explica.

Para Paúl Cruz, desarrollar y expandir la creatividad de las personas es clave para salir adelante. “Así como entrenamos nuestro cuerpo y nuestra salud mental, debemos entrenar nuestra creatividad desde niños hasta la edad que tengamos. Eso nos permitiría tener muchas soluciones a todos nuestros retos ya sea en el trabajo, en el estudio o en lo personal. La creatividad sirve para todo, esa es una de las grandes habilidades de este siglo“, sostiene.

Arquitecto atípico

Para el arquitecto y emprendedor, la parte más retadora de Arkilab fue romper con el prejuicio de un profesional que sale a las calles a volantear para promocionar su negocio.  yo mismo diseñe mis volantes y fue todo un dilema. Me preguntaba con vergüenza qué iba a hacer si me encontraba con un amigo o con el papá de algún conocido y me veían repartiendo volantes. Tuve que enfrentarme a eso y romper el miedo. Afortunadamente Arkilab tuvo mucha aceptación desde el inicio”, recuerda Cruz.