Daniel Abugattas

Daniel Abugattás: “Hay que ser bien cojudo para creerle una palabra a esa mujer [Keiko Fujimori]”

El excongresista nacionalista y reciente candidato al Parlamento por el partido de César Acuña dice temerle más a un gobierno de Keiko Fujimori que a uno de Pedro Castillo, a pesar de que este “nunca se preparó para ser presidente”. Cuenta que le ha hecho la promesa a su esposa de no ir a votar y bromea -quizá no tanto- con la idea de migrar si sale electa la candidata naranja: “En Panamá puedes conseguir residencia con ciertas facilidades”.

¿El voto de Castillo hoy, que es resiliente a casi todo, es una continuación del voto nacionalista del 2011?

Tiene bastante similitud. El sector poblacional que está respaldando a Castillo fue el que creyó en las promesas de Ollanta Humala. Hubo una identificación con La Gran Transformación y [se pensó] que las cosas iban a cambiar. Otra gran parte ha sido construida por los gobiernos de turno y por la pandemia, que desnudó las falencias de un sistema de gobierno que se cae a pedazos por sí solo. 

¿Te refieres a que el voto castillista es uno que quiere, en su mayoría, un cambio radical [y no es antifujimorista]?

Sí, eso ha sido creado, por decirlo, artificialmente. Ha sido provocado por la arrogancia, la prepotencia, los abusos, los oligopolios, los monopolios, el rechazo de cualquier atención a lo que el pueblo necesite. Gran parte del voto se dio cuenta que ha sido engañado permanentemente y que todos los que vienen del mismo lado siguen defendiendo solo sus intereses.

¿Un votante de segunda vuelta de Castillo hoy no es uno que se sintió engañado, traicionado, por el gobierno de Humala?

Definitivamente. Ese es uno de los elementos principales. La gente salió frustrada y desilusionada de lo que Ollanta prometió. Pero viendo las cosas en el tiempo, ahora se agarran de la teta de Ollanta, de sus reformas. Aquellos que lo criticaron a morir. Carranza, por ejemplo, que dijo que Pensión 65 era un desperdicio e inflacionario. Ahora habla de multiplicarlo. Leyendo hoy La República, veía que Keiko Fujimori recibió tantos millones de acá, tantos de allá, y me dije: es candidata a la presidencia. ¿Qué es esto? ¿Estamos legalizando la corrupción? ¿Estamos aceptando que cualquiera pueda hacer lo que quiera en este país? ¿Antes estaba bien robar, matar, secuestrar, corromper, traficar droga? ¿Dónde quedaron todos los discursos? No estamos hablando de especulaciones, sino de hechos. El avión del papi lleno de cocaína, el tío Montesinos recibía dinero por vuelo.

En un reciente tuit asocias al fujimorismo con el narcotráfico, pero también dijiste que Castillo era «inviable». Además, sus acercamientos al brazo político de Sendero Luminoso son reales y documentados. ¿Qué hacemos?

Esperar al 2022. Yo creo que esto indefectiblemente debe terminar en una vacancia, o sucesivas vacancias y cierres del Congreso. Es lo que el país necesita. No podemos legalizar el narcotráfico, el lavado de activos, el robo, que es lo que estaría haciendo con la señora Fujimori. Y en el caso del lapicito, lamentablemente el hombre no está acompañado de un equipo de gente. Nunca se preparó para ser presidente de la República, nunca pensó en llegar a disputar una segunda vuelta. Si me preguntas a mí cuál me da más miedo, es Keiko. 

¿Ves entonces viable un gobierno del lápiz o eso también se acaba en el 2022?

No es un hombre escaso de recursos mentales. Es inteligente. Esta segunda vuelta es como meterte al purgatorio. Eso ha sido para Castillo. Ha visto lo bueno, lo malo y lo feo. Los demonios, los dioses, todo. Y ha habido una reacción positiva de parte de él. 

¿A qué te refieres? Porque la moderación en términos económicos −que es lo que asusta a muchos− no se ha visto. 

Me he enterado por gente que está cerca que tienen perfectamente claro que el 90% de sus propuestas no se pueden hacer si no hay un apoyo masivo de parte del Congreso. Y sabemos que el Congreso no va a apoyar reformas que no están dentro del modelo que ellos respetan. 

¿Por ese proceso también crees que transitó Humala, con la ‘hoja de ruta’?

En el caso de Humala fue después. Fue el equivalente al 7 de junio. Después de que juramentó Ollanta ya no había decisión alguna que se tome con él. «Te va a llamar fulano, habla con mengano». O con mengana, que era la mayor cantidad de las veces. En su caso, creo que vio la luz, verde, después del proceso electoral. Una luz que dicen que ilumina, pero bueno. 

¿Ves que si Castillo gana se le van a acercar empresarios de forma similar, a hacerlo pisar tierra?

Sí, definitivamente. El empresario peruano, como lo estamos constatando, puede haber pasado por el Club de la Construcción, Odebrecht, Lava Jato, lavado de activos, y le está besando los pies a la señora Fujimori el día de hoy. Con las mismas, mañana se los van a besar a Juan Pérez. Son animales que no ven quién les da de comer, ven la comida nada más. Ven el billete. No les interesa de dónde sale, sino que su mesa esté llena de billetes. 

Vamos al otro lado: ¿qué esperas de un Carranza como ministro de Economía en época de crisis?

Hay una situación de desesperación de la candidata, no olvidemos. Viene de un proceso tortuoso, 15 años de frustración. Si ella llega va a hacer lo posible e imposible por generar apoyo popular. Tiene la escuela del tío Montesinos, la escuela del papi. La diferencia es que ahora la economía está de cabeza. Creo que se puede terminar por quebrar al país. Ahora el conchudo de Carranza dice: «tenemos que hacer reformas porque no hay una gestión adecuada a nivel de las regiones». Oye, lo que no hay es capacidad de gestión en el Ejecutivo, que hay que reformarlo comenzando por el MEF. Acá se ha generado la creencia de que un economista es casi equivalente a un sabio. ¡Un economista es un simple economista! Si quieres gerenciar, necesitas gente con estudios en gerencia, capacidad de gestión. 

¿Pero cuál sería el camino de quiebra del país con un MEF de Carranza?

Van a disparar el déficit fiscal. La deuda se va al 40%-45%. Bueno, podrían tener la fortuna que tuvo García en el 2006, que se disparen los precios de los minerales y que se compense con las regalías e impuestos mineros. Ese es un aspecto a favor del país, que esperemos [se dé]. Lo demás va a ser deuda, que no la va a pagar él. 

¿Carranza es un tipo que solo se va a preocupar del numerito de crecimiento del PBI y de nada más?

Por supuesto. Él no sabe otra cosa. Para él, los números son la gente. Cuando hablas de pobreza, en el Perú son S/360, si tienes S/361 ya no eres pobre. Eso está en la cabeza del señor Carranza. ¿Cómo vive un hombre con ese dinero, su familia? Eso no importa. Eso no está en los libros ni en el Marco Macroeconómico Multianual, ni en los reportes del BCR, ni de Moody’s. Ahora, creo que la gran presión será tener a una Keiko desesperada por recursos para mantener una imagen y ganar popularidad, porque creo que no es tonta: un porcentaje ínfimo de la población ha votado por ella en primera vuelta. Si le gana a Castillo, va a ser con la gente que votó tapándose la nariz, como se dice en Lima, como con Alan. 

¿Qué nos espera, entonces, en el 2026?

No creo que lleguemos al 2026. No más allá del 2022 ya se tiene que estar convocando a elecciones. Salvo que ocurra un milagro. El milagro de que las bancadas se ponen de acuerdo, aparece un San Martín con su escoba, su perro, su ratón y su gato. Lo que pasa es que aquí se habla de bancadas como que los partidos realmente supieran qué cosa han llevado al Congreso. Es increíble que hasta ahora no se den cuenta de que los partidos simplemente son vehículos para caudillismos. En el caso que he visto de cerca: César Acuña. De los 15 congresistas que ha metido, 13 son de provincias. Muchos [de ellos] preguntaban «¿y el otro quién es?», “¿y aquél quién es?».

Tú te subiste al vehículo de Acuña. 

Mira, yo tenía una permanente contradicción entre el ying y el yang, entre volver al Congreso o no. Quería y no quería. Realmente, sabiendo que en Lima la votación de Acuña [como candidato] nunca pasaba de 1%, estaba perfectamente consciente de que eso no pasaba de dos congresistas. Aceptar el número 4, sabiendo que el 1 y el 2 se llevan la mayoría de los votos siempre, era parte de mi «quiero y no quiero». Pero prácticamente no hice campaña [Abugattás obtuvo 8.175 votos]. Me subí a un carro que en un momento pensé que era de la persona indicada. El Acuña que conocí es un hombre con ideas muy claras, enfocado en la gente. Pero bueno, han tomado un camino de apoyar a Keiko. Yo simplemente ya no he vuelto a tener contacto con ellos y no lo volveré a tener. 

Acuña ha apoyado a Keiko. Tú no, me queda claro. ¿Cuál es el interés que lees en Acuña para ese apoyo público?

Honestamente, creo que ha cometido un error que le va a costar su base social. Esa gente quizás ha votado por APP al Congreso, pero votó por Castillo a la presidencia. Al irse él con Keiko, creo que los pierde definitivamente. 

¿Entonces por qué crees que se ha ido con Keiko, si no es por intereses personales?

Creo que hay una deformación cultural en el país de aceptar las cosas. Hay cosas que se pueden aceptar y cosas que no se pueden aceptar en la vida. Yo no me puedo sentar al lado de alguien que está acusado con pruebas más que evidentes de tráfico de influencias, lavado de activos. Aparentemente, al señor Acuña no le importa. A mí me hicieron puré, pero ahora a todos les parece bien sentarse al lado de una persona que ha cometido delitos de toda naturaleza. 

¿Qué entra detrás del fujimorismo si llega a Palacio?

Mucho miedo. Viene la parte oscura del Ejército, de la Marina. Comienza el marcaje, el seguimiento. Escuchas, filmaciones a todas las personas que sean opuestas al régimen. Comenzarán amenazas de toda naturaleza, directas o indirectas. Despidos del centro de trabajo: no te amenazo a ti, pero llamo a tu jefe y le digo «esta persona no es conveniente, por favor despídela». O al hijo. Ese gobierno no se va a sostener solo con el apoyo de la Confiep, de Adex. No resultan siendo más que 500 empresas las que están representadas ahí. A la hora que las papas queman, desaparecen más rápido que cualquiera. Toda esta gente ha estado con Velasco, papá Fujimori, Alan García versión I, Toledo, Alan García versión II, y Ollanta. ¡Pueden estar con dios y con el diablo!

¿Qué va a pasar cuando haya marchas contra el gobierno de Fujimori?

¡Mano dura! ¡Ofrecí mano dura y aquí está! Para que esto se mantenga, no se puede mantener dentro de los cánones democráticos. No hay una forma de que obligues a un policía, un fiscal, un juez, a participar de una maniobra si no tienes una organización criminal dentro de ti. Y eso es como la ley de la mafia. Quien comete un error, balazo en la cabeza. 

¿No ves la posibilidad de un fujimorismo ‘democratizado’, que superó al albertismo y que quiere seguir participando en democracia?

Mira, tendríamos que ser bastante ciegos. Si no hubiéramos visto a la Keiko del periodo de PPK, podríamos tener la duda. Pero después de haber visto cómo se comportó, que me disculpen, pero hay que ser bien cojudo para creerle una palabra a esa mujer. Los cambios: odio a papá, odio a mamá, ahora adoro a mamá… ¡Es una psicópata! ¡Son comportamientos psicópatas! ¿Una psicópata de presidenta de la República? Dios nos coja confesados. 

¿Vas a votar por Castillo?

No. No voy a ir, porque le he hecho una promesa a mi mujer. No voy a asistir a votar. 

¿Temes por tus ahorros si sale Castillo?

Para nada. 

¿No has cambiado tu plata a dólares para sacarlos del país?

No. Más bien, tengo temor si sale Keiko. Ya estuve averiguando, en Panamá puedes conseguir residencia con ciertas facilidades.

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Daniel Abugattás, Elecciones 2021, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

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