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Presidente de las rondas de Cajamarca: “No somos una banda criminal”

Habla Aladino Fernández, máximo representante de los ronderos de la región Cajamarca. Rechaza las acusaciones de secuestro contra sus colegas y dice tener dudas sobre la autoría del comunicado que obligaron a leer al reportero. ¿Y la libertad de expresión? Fernández señala que los periodistas tenían que pedir permiso para ingresar al territorio e investigar una denuncia de corrupción de alcance nacional. “Son ellos los que estarían violando el derecho rondero”, afirma.

Aladino Fernández Rubio es presidente de la Federación Regional de Rondas Campesinas de Cajamarca. Su asociación tiene representación en 13 provincias y cuenta con comités en 70 de los más de 120 distritos de la región. Es parte de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú (Cunarc), cuyo líder es Santos Saavedra. Esta mañana aceptó tener una entrevista telefónica con Sudaca. En estas líneas intenta justificar el condenable accionar de sus colegas del caserío de La Palma, distrito de Chadín, Chota.

Señor Fernández, ¿ha tomado usted contacto con las rondas campesinas de La Palma? ¿Ya tiene la versión de ellos?

Los dirigentes de Chota, tengo entendido, están enviando a alguien para coordinar, para saber cómo han pasado las cosas. Son preocupantes las acusaciones y calumnias que hay contra las rondas campesinas, sabiendo que somos una organización que ha contribuido luchando contra el abigeato, luchando contra la delincuencia y seguimos contribuyendo en el tema de la seguridad ciudadana. Lo que sí tenemos conocimiento es que los dos periodistas no se han identificado, no han tenido el fotocheck o el chaleco y eso ha provocado la llamada de atención. No han pasado más de dos horas para conversar, dialogar y las rondas les han hecho entender que, en primer lugar, se tiene que respetar el territorio rondero.

Una persona que va con una cámara, con micrófono y se presenta como reportero de Cuarto Poder no deja muchas alternativas de cómo ser identificado.

Lo que yo he podido escuchar de dirigentes de allá es que no han tenido ninguna identificación. No ha habido el chaleco y, peor, cuando las rondas les han llamado la atención, ellos no han querido identificarse. Son ellos los que estarían violando el derecho rondero, el territorio rondero. Está bien, pues, pertenecen a los medios de comunicación, pero acá han estado obligando a los niños a que declaren, a unas humildes madres de familia, queriéndoles poner el micrófono a la mala. Eso se llama coacción, imposición.

¿Cuál es el procedimiento con el que actúan las rondas en la zona?

En ese caso, los compañeros de Las Palmas han actuado de acuerdo al derecho consuetudinario, a un marco normativo. Siempre acá en Cajamarca el servicio de las rondas es las 24 horas del día, mucho más cuando se trata de personas desconocidas que recorren algunos caseríos. Entonces las autoridades ronderas tenemos que llamarles la atención, que se identifiquen en primer lugar, que informen qué hacen y para qué han venido.

Obligar a una persona a leer un comunicado, retractándose de un reportaje ya emitido a cambio de su libertad, ¿eso es parte del procedimiento?

Acá se tiene que analizar minuciosamente. Si eso se ha dado dentro de las rondas campesinas, no es porque los propios dirigentes lo hayan promovido. Acá, en este caso, se tiene que señalar culpables. Y los únicos culpables para nosotros son estos dos periodistas. Puede ser que se haya dado esta situación, pero hay que investigar muy bien, se tendrá que esclarecer. Sin embargo, ya a nivel nacional nos están desprestigiando.

¿No hablamos acá de secuestro, de extorsión? ¿Qué hubiese pasado con el reportero si no se rectificaba?

Eso lo descartamos, porque sabemos nuestras facultades, nuestro trabajo frente a las rondas campesinas. Hay que esclarecer de dónde sale ese documento que usted me manifiesta [el escrito de la rectificación], esclarecer si verdaderamente fue hecho por los ronderos, porque es un documento hecho con palabras técnicas. Un campesino no tendría la habilidad para escribir de esa manera. Se tendrá que investigar si fue de las propias rondas o, si detrás de los compañeros o los periodistas, hubo un tercero. No podemos adelantar juicio.

Dice el presidente de la Cunarc que las personas se molestaron al ver que la prensa perjudicaba una obra para su zona, ¿eso justifica el accionar de las rondas?

No tengo tanto conocimiento de si se trata de alguna obra que se está ejecutando en este lugar, no sé si la prensa fue a investigar este tema. Eso no lo sabemos, queremos tener la coordinación con la gente de allá.

El domingo, la información que emitió Cuarto Poder, y por la que el reportero se encontraba en la zona, fue porque la hija del presidente se encontraba gestionando obras.

No puedo generar una opinión sobre cuál fue el objetivo de los periodistas. No estamos en contra, sino en contra del procedimiento de los periodistas. Ellos tienen que saber a dónde se están metiendo. Si ellos han querido hacer un trabajo honesto, transparente, tenían que coordinar con las rondas campesinas y, de repente, ellos debían apoyar para que se esclarezcan estos temas. Pero, como le digo, las rondas no han cometido exceso de justicia, solo fue una conversación entre ambas partes. ¿Dónde está el delito de secuestro? A cambio de su libertad no les han estado pidiendo dinero. Las rondas no son una banda criminal.

No siempre se pide dinero. En este caso particular, se les pedía rectificarse a cambio de la libertad.

Por eso, se tiene que analizar. Yo no soy abogado para decir si va o no va el delito de secuestro. Nuestra posición es que no se cometió [delito], porque han estado en un diálogo que no ha pasado de dos horas. Errores ha habido de parte de los periodistas, porque, sin el consentimiento de nadie, no pueden estar ahí movilizándose.

Señor Fernández, las rondas son autónomas, pero ese derecho no es absoluto. Violar derechos humanos, como la libertad personal y de prensa, es el límite.

Las rondas campesinas somos una organización que respeta los derechos fundamentales de las personas. Lo que ha pasado allá no ha sido violación de derechos humanos. Como rondas podemos tener errores, no se descarta, porque algunos compañeros tienen desviaciones. Para mí, antes de ser un delito de cualquiera de las partes, lo que ha pasado es una contradicción por falta de comunicación, porque no hubo la coordinación [para ingresar] y, por eso, se llega a estas cosas.

Pero entonces, lo que me dice usted es que un periodista que quiera investigar un caso de corrupción nacional tendría que tener la venia de las rondas. Entenderá que muchas investigaciones dependen de la discreción con la que uno se pueda aproximar al tema. Anunciar una investigación, pedir permiso para investigar, ¿no choca eso con la libertad de prensa?

Podría ser para ustedes, porque lo interpretan de esa manera, pero ¿qué diríamos nosotros como rondas campesinas? Es igual cuando uno tiene su casa y alguien llega sin pedir permiso. Uno no estaría de acuerdo, va a reaccionar. Acá no ha habido respeto al territorio rondero. Nosotros no nos cerramos. Si ellos quieren hacer entrevistas, que se haga, pero respetando la posición de cada persona, porque no se le puede obligar a nadie. Porque no es la primera vez que los reportajes de Cuarto Poder siguen a los campesinos, los obligan, los presionan. Ellos están yendo contra la libertad de expresión. Pero acá hay presión, hay coacción y eso denigra a la prensa nacional.

Ahora, el Ministerio Público ha iniciado una investigación. ¿Van a acatar lo que decida la justicia?

Las rondas campesinas somos una organización constitucional, podemos ejercer funciones jurisdiccionales dentro de nuestro ámbito territorial. Nosotros tenemos el aval de denunciar, de investigar y de sentenciar. Eso lo dice la ley de rondas en su artículo 149 y estamos amparados por la Organización Internacional del Trabajo. Lo que pasa es que a nivel nacional no hay un entendimiento de parte del Ministerio Público, piensan los fiscales que solamente son ellos los llamados a administrar justicia.

Si hablamos de marco normativo también está el acuerdo plenario del 2009, donde se señala que las rondas están sujetas a la justicia ordinaria cuando hay la presunta comisión de un delito.

La justicia estatal no entiende a las rondas campesinas, por eso terminan denunciándonos, criminalizándonos. Cuando estaba en la dirigencia provincial, he terminado con 70 procesos del Ministerio Público. Una vez que nos denuncian, tenemos que responder. Pero cuando un rondero no comete delitos y no hay errores, ellos terminan dándonos la razón o archivando el proceso. La típica de las autoridades es denunciarnos por secuestro, por coacción, por tortura, delitos que no hemos hecho. Nosotros lo demostramos y aclaramos que las rondas son una organización legal, formal, avalada para administrar justicia. Que podemos cometer errores, sí, no somos perfectos. Similar a los que cometen el Ministerio Público y el Poder Judicial.

En Cajamarca, en diciembre del 2020, condenaron a 20 años a unos ronderos porque tuvieron 17 días privado de su libertad a un sujeto al que acusaban por estafa. Es decir, ya tienen condenadas en contra.

Ellos jamás han cometido secuestro, solo fueron parte de la investigación de un estafador, que se dedicaba a la venta de combis y estafaba a la gente. Las rondas en una oportunidad lo intervienen, lo llevan a una asamblea comunal y el individuo reconoce y hace la devolución. Pero luego de unos días, con algunos malos abogados, algunos malos fiscales y jueces, los terminan condenando. En la segunda instancia, sin embargo, les han dado la razón a las rondas campesinas. Ahora están trabajando con nosotros.

Panamericana también informó el 2019 sobre el asesinato a un presunto delincuente de parte de los ronderos.

Yo desconozco ese caso. Hay que sacar toda esa información, ver si es real o no, pero no conozco yo que líderes de las comunidades campesinas hayan tenido que desaparecer a sujetos. Eso lo desconocemos acá en Cajamarca.

Hay medios que han calificado a los ronderos de Chota como “allegados a Pedro Castillo”. ¿Qué responde?

Las rondas campesinas somos autónomas, independientes, democráticas. Nunca hemos pertenecido a ningún gobierno de turno, menos a algún partido político. Siempre hemos deslindado de la mafia, la corrupción, venga de donde venga. Si el presidente está involucrado en cosas negativas, que se le juzgue. Pero que se les mida con la misma vara a todos.

¿Y qué piensa entonces de la actual gestión de Castillo?

Vemos que el Congreso, por su lado, y el Ejecutivo, por el otro, quieren encaminar su propio rumbo. La bronca es entre ambos poderes. Ahora, las autoridades no están haciendo nada, por lo cual no nos parcializamos con nadie. No se está cumpliendo lo que Castillo dijo en campaña: cambios reales, la transformación de la patria, la segunda reforma agraria. Se habló de la nueva Constitución, pero ha quedado en el discurso. Entonces, no nos convence nada. Parece que esto va a terminar siendo un gobierno continuista, defendiendo a los grandes y olvidándose de los pobres.



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Pedro Castillo, Rondas campesinas

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