Por estos días, estamos siendo testigos de la desarticulación que está teniendo la oposición política en el Congreso para proponer un candidato de consenso. Tan es así que el día de ayer Lady Camones de Alianza Para el Progreso, en alianza con ciertas bancadas (como Fuerza Popular, Somos Perú y Podemos Perú en bloque y ciertos congresistas de Avanza País), han presentado su postulación a la presidencia de la mesa directiva, dejando sin piso la candidatura de Gladys Echaíz.
Lo visto ayer es una muestra de la falta de madurez política de parte del sector opositor para presentar un consenso mínimo. La política es también gestos. Y lo visto ayer refleja falta de táctica política o de operatividad por lograr establecer una agenda en común. Por más bien intencionado que se sea, en política eso no es suficiente. Y eso se demostró ayer. Se demostró ante el país falta de articulación y de conocimiento de historia política.
El año 1956, ante los comicios que se avecinaban, un opositor férreo al aprismo como fue Prado, le planteó a Haya de la Torre que este le otorgue su apoyo electoral para así ganar las elecciones y darle a cambio legalidad al Apra, luego de 8 años fuera de la ley. De que ambos líderes tenían razones para no sentarse a la mesa a dialogar era evidente, pero -dentro de lo táctico- ambos necesitaban cierto acuerdo para poder trabajar políticamente. Era lo sensato en un tiempo de enfrentamiento fratricida. Era lo profesional. En política nada puede ser tomado como personal.
Por ahora, apreciamos que a la oposición le falta táctica política. Hay una estrategia que se ve a todas luces: oposición férrea al gobierno de Castillo. Pero no evidenciamos cómo hacerle frente. Las negociaciones para una candidatura a la mesa directiva del Congreso así lo demuestran. Lo demuestra también que el discurso que manejan solo tenga como referencia a Lima y no a las regiones. La oposición no camina, no articulan, no construyen una narrativa más allá de Paseo de los héroes navales acorde a estos tiempos.
Y eso se debe a que se quiere hacer política con organizaciones que más que ser partidos políticos son una especie de clubes electorales, como en los inicios del siglo XX. Clubes de amigos y no de políticos. Sabemos claramente que esto se debe a la contrarreforma planteado por Vizcarra, pero hay algo más que eso. Esto se debe también a la crisis permanente de los partidos políticos. Lo que actualmente tenemos mayoritariamente en el país son aficionados a la política.
¡Ojo con eso!
