[AGENDA PAÍS] El gobierno de Pedro Castillo, entre mucha ineptitudes, tuvo la impericia de nombrar a la cabeza del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, a Roberto Sánchez, sicólogo y líder de Juntos por el Perú, cuyo paso por ese sector solo trajo el copamiento de puestos clave por miembros de su partido, ignorando la meritocracia que ese ministerio ha desarrollado por varios lustros.
La llegada de la Presidenta Dina Boluarte al poder, trajo también un toque de pragmatismo político lo que permitió armar un primer gabinete con un gran número de ministros conocedores de sus respectivos sectores, como fue el caso de Luis Helguero en el Mincetur.
El ministro Helguero, además de su experiencia en el sector privado, fue viceministro de Turismo y Consejero Económico Comercial del Perú en Japón por varios años. En sus cuatro meses de gestión, Helguero devolvió al sector el orgullo olvidado, nombrando profesionales de renombre y conocedores de sus responsabilidades que devolvieron la sonrisa y esperanza a millones de peruanos que ven en las exportaciones y en la atracción de turistas extranjeros, una fuente de vida para sus familias y trabajadores directos e indirectos.
Hace pocos días, una recomposición del gabinete hizo sonar las alarmas, pero fue grato conocer que quien reemplazaría a Luis Helguero, era Juan Carlos Mathews. El ahora ministro Mathews es un especialista en temas de Comercio Exterior y mipymes, además ha sido Director Ejecutivo de Prompex (institución que promovía las exportaciones previo a Promperú) así como viceministro de Pymes e Industrias.
Es importante que el Mincetur continúe por la senda de la meritocracia, ya que es a través del desarrollo de las aptitudes técnicas de sus funcionarios que podremos seguir implementando políticas públicas que fomenten el crecimiento de las exportaciones y turismo, el desarrollo de las capacidades de gestión en las empresas y la simplificación de procesos. Estas iniciativas deben servir para maximizar los esfuerzos de los empresarios en sus sueños, tanto de llegar a nuevos mercados, como de poner al Perú en el corazón de quienes nos visitan.
Esta continuidad de apoyo mutuo entre sector público y sector privado (este último representado por los diversos gremios empresariales regionales y nacionales) debe también servir para que esas políticas públicas enmarquen a Promperú en el desarrollo de estrategias y acciones que tengan impacto directo en los tres ejes de su responsabilidad: exportaciones, turismo e inversión extranjera directa (IED), todos ellos bajo el paraguas de la marca país.
También en Promperú, con la llegada del ministro Helguero, se empezó a recuperar en puestos directivos a profesionales del sector cuyo conocimiento asegura una ejecución profesional y orientada a objetivos.
Sin duda Promperú, como otras instituciones del Estado, con las herramientas tecnológicas que se encuentran a disposición, requiere de una modernización en sus procesos para facilitar la gestión de sus funcionarios y adaptarse a los nuevos requerimientos de los mercados internacionales.
La relación Regiones-Promoción Comercial y la transversalidad del programa Ruta Exportadora son claves no solamente para la inclusión de nuevas empresas de todos los rincones del país, sino también, para tener un constante monitoreo que apoye su crecimiento en el tiempo y evite que su incursión en el mundo exterior, sea de corto plazo.
Por último, la presencia de Promperú en el extranjero a través de sus Oficinas Comerciales en el Exterior (OCEX), debe fortalecerse a través de su concentración en los mercados más importantes, dotándoseles de recursos y de personal especializado en comercio exterior y turismo en todas ellas, y de captación de IED en aquellos países priorizados para la inversión.
Solo con continuidad en la gestión profesional, técnica y meritocrática de las instituciones, se podrá crecer de manera significativa y eficiente, beneficiando a los ciudadanos que son, finalmente, la razón de ser de toda institución pública.
