Alonso-Rabi-Do-Carmo

50 años de feria

"La Feria del Libro Ricardo Palma cumple 50 años y se inicia hoy. Toda una fiesta para el libro y los lectores".

La Feria del Libro Ricardo Palma cumple 50 años. Bodas de oro, de tinta, de ilusión. Se trata de la más antigua feria de este tipo en Lima, acaso marcada por un aura de tradición (bueno, el nombre de Palma nunca es gratuito, ¿verdad?). Realizada desde siempre en Miraflores, ha pasado por diversas locaciones. Alguna vez en un desocupado supermercado de la calle Schell, otras en Larcomar, pero siempre y sobre todo en el Parque Kennedy, que parecería ser su lugar natural.

Algunas almas confundidas piensan que los libros y la lectura no tienen ningún efecto práctico en la vida de las personas, que es puro ocio y horas perdidas esto de andar por ahí leyendo novelitas e historias llenas de fantasía. Debo señalar el profundo error que cometen quienes así piensan (y deseo de verdad que sean una minoría intrascendente) porque leer es el mejor pasaporte que hay. Nadie pide visa para visitar los mundos imaginados por Verne, ni para vivir las aventuras de Salgari, conocer los grandes dramas humanos que retratan Dostoievski o Thomas Mann; tampoco para comprobar cómo algunas novelas del boom resultan incluso más efectivas que un texto de historia para pensar América Latina.

Pierden su tiempo quienes se privan de viajar a través de la lectura. Lo desperdicien miserablemente quienes no se conceden ese momento de luz que consiste en vivir otras vidas como si fuera la propia, esa maravillosa oportunidad de acercarse al otro, de ser Anna Frank, Raskolnikov, uno de los dieciséis Aurelianos, George Sorel, Ernesto, El Poeta, Julius; la suerte de ser por un momento Ximena o Claudio Alaya. 

“La literatura nos educa para la vida”, me dijo alguna vez el escritor colombiano Héctor Abad, respondiendo a una de mis preguntas. Y sí. Solo de esa manera, a través de estos viajes y aprendizajes, entendemos con más claridad los vericuetos de la condición humana, sus entresijos, sus contradicciones, sus heridas más profundas y sus alegrías más luminosas. Leer, en suma, pone el mundo a nuestros pies.

Por eso celebro que la Feria del Libro Ricardo Palma cumpla 50 años, un ejemplo de constancia que ni siquiera la pandemia pudo frenar. No tengo cifras actualizadas de los índices de lectoría actuales en nuestro país, pero sospecho que hay un crecimiento, si no considerable, al menos auspicioso. Más editoriales, más librerías, más ferias y eventos vinculados al libro parecen decir eso.

Es un buen momento también para que los dirigentes piensen alguna vez en el libro y en todo lo que significa. Para que, por ejemplo, cumplan de una vez con la devolución del IGV a las editoriales pequeñas. Para que dejen de mirar la actividad editorial como algo menor. Para que al fin exista la voluntad permanente de construir, implementar y poner en todo lo alto a las bibliotecas públicas, en especial a las distritales, muchas de ellas un verdadero páramo. 

Felicito desde este modesto espacio a la Cámara Peruana del Libro, que hoy, justamente, inaugura la “edición oro” de la Feria del Libro Ricardo Palma. No es para menos. Fiesta para el libro y para los lectores. Vaya, asista a las actividades, lea. Usted mismo se lo va a agradecer.Alonso Rabí

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actividad editorial, feria del libro, Lectura, Libros

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