Juan Carlos Tafur

Bellido no merece la confianza

“El gabinete Bellido no merece la confianza. El efecto político de no dársela será inmensamente benéfico para el país”.

La consolidación de la alianza radical Castillo-Cerrón se expresa fundamentalmente en el gabinete Bellido. Por esa sola razón, el Congreso debería negarle la confianza. No puede avalar un pacto espúreo. Lo que se consolidaría con ese gabinete sería un proyecto refundacional socialista que conllevará una agenda de confrontación paulatina hasta lograr la destrucción de la democracia formal y la economía de mercado.

El juego político que se pretende, pasa por suavizar los modales, evitar los temas conflictivos -la Asamblea Constituyente, por ejemplo-, a la espera de que el Congreso le termine dando la confianza y así poder empezar a desplegar la agenda encubierta.

La abrumadora presencia de ministros con prontuariado político, judicial o penal, o con demostrada incompetencia técnica para el cargo al que han sido nombrados, ya de por sí también constituye un factor político suficiente para que el Legislativo le tire un portazo bien merecido al Ejecutivo.

La presentación generalista de Bellido, sin ninguna precisión programática ni claridad respecto de políticas públicas, no puede engañar al país sobre las reales intenciones radicales de su entorno y del influyente Cerrón. A eso van.

Y eso, más temprano que tarde, pasará por confrontar con el Congreso, con los medios de comunicación o con los grupos empresariales. Y una vez que logre recuperar alguna popularidad gracias a esa estrategia de choque y al despliegue de medidas populistas, arremeterá para lograr su cometido de convocar a una Asamblea Constituyente que nos lleve a la deriva chavista tan cara a la ideología del gobierno (en ese talante, la presencia de ministros moderados es solo una concesión temporal para poder desplegar la estrategia subalterna a la primera de bastos).

El gabinete Bellido no merece la confianza. El efecto político de no dársela será inmensamente benéfico para el país, porque obligará a Castillo a recomponer su círculo de poder y ojalá a entender que el camino que Cerrón hasta el momento ha logrado imponerle solo lo llevará a la ruina.

Las balas de plata están para usarse. El Congreso debe usarla. Y si luego de hacerlo, el gobierno declara la guerra y atiza el conflicto haciendo cuestión de confianza por cualquier cosa, en venganza por la negada a Bellido, se espera que en esa tesitura, el Legislativo se comporte a la altura de las circunstancias y simplemente decida ejercer sus fueros y proceda a vacar a un Presidente que demostraría, con su tozudez, que no está moralmente capacitado para ejercer la primera magistratura de la República.

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Cuestión de confianza, Guido bellido, Pedro Castillo

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