¿Qué es lo primero que haces al ver que hay alimentos con la fecha de vencimiento pasada o con aspecto dudoso? Quizás de manera automática: tirarlos a la basura.
Pero ¿alguna vez has pensando en que esto califica como desperdiciar alimentos? Probablemente no y es porque pensamos más en no consumir productos vencidos que en no dejarlos vencer. La realidad es que hay un problema enorme de desperdicio de alimentos en el mundo y esto no ha sido correctamente dimensionado hasta hoy.
La ONU realizó un informe sobre el índice de Alimentos 2021, el mismo que señaló que en el año 2019, hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados. Esto implica que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo terminó en la basura. El peso equivale aproximadamente a 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados, suficiente para dar siete vueltas a la Tierra. También es suficiente alimento como para alimentar, varias veces, a todas las personas con problemas de desnutrición en el mundo.
¿De donde proviene la mayoría de alimentos desperdiciados?
Según los resultados del informe de la ONU, la mayor parte del desperdicio de alimentos (61%) proviene de los hogares, de las casas de cada uno de nosotros. De esas uvas que compraste de más y decidiste desechar. O de esa chiirimoya que, tras llevar días en la cocina, se puso negra.
En segundo lugar se encuentra el rubro de servicios de alimentos, restaurantes, hoteles con un 26%. Y, finalmente, un 13% proviene del comercio, como supermercados o pequeños almacenes.
¿Y en Perú?
Según una investigación realizada, en Perú se desperdician más de 12 millones de toneladas de alimentos por año. Esta cifra equivale al 47,6% del suministro total de alimentos del país e indica que cada peruano desperdicia 67 kilos de comida al año.
Estas cifras son alarmantes, si se tiene en cuenta que la pobreza en Perú, antes de la pandemia, era el 20.2% de la población y que la tasa de desnutrición crónica en niños menores de 5 años era de 12.2%.
¿Cuál es el impacto del desperdicio de alimentos?
Además de los impactos sociales o humanitarios, existe un alto impacto ambiental ya que cuando desperdiciamos alimentos, también desperdiciamos toda la energía y el agua que se usaron para cultivarlos, cosecharlos, transportarlos, empacarlos y ponerlos a la venta.
Asimismo, si los alimentos terminan en botaderos o rellenos sanitarios y se pudren, producen metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono. El desperdicio de alimentos genera aproximadamente entre el 8% – 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por el hombre.
¿Qué podemos hacer?
Empezar por nuestra casa y ser parte de la solución con estas recomendaciones:
- Compra de forma planificada cada una de las porciones de alimentos que necesitarás a la semana.
- Tener claro la fecha de vencimiento de tus productos. Recuerda que muchos de ellos se pueden congelar y así prolongar su tiempo de uso.
- Compostar los desperdicios, para evitar que terminen en botaderos o rellenos sanitarios.
- Sé un agente de cambio y educa a las personas que tienes a tu alrededor, en los impactos del desperdicio de alimentos.
