Según la última encuesta de Ipsos, cuando se le pregunta a la ciudadanía “¿Por qué tipo de líder votaría para presidente de la República?”, un mayoritario 25% señala que por uno que promueva la economía de mercado y el desarrollo económico, 24% por un líder fuerte, dispuesto a actuar con mano dura y poner orden, y muy por detrás, un 12%, por uno que nacionalice las principales empresas del país y promueva la redistribución del ingreso.
Si a esta encuesta la sumamos la de autodefinición ideológica del IEP, que claramente muestra una predominancia de la derecha y del centro, uno podría pensar que la mesa está servida para un candidato de este sector. Pero primero tiene varias tareas por cumplir por delante.
Primero, lamentablemente, no se aprecia en el mismo una renovación. Siguen apareciendo en todas las encuestas Hernando de Soto, Rafael López Aliaga y Keiko Fujimori, el mismo tinglado del 2021 que no pudo hacerle frente a un candidato disruptivo como Pedro Castillo.
La derecha y el centro necesitan lanzar rostros nuevos a la arena política si quieren que la masa crítica existente a su favor se plasme finalmente en votos para sí. Y ello pasa no solo por una mayor presencia mediática y política de estos nuevos protagonistas, sino por la difusión de una narrativa eficaz respecto del establishment que estamos padeciendo, con un gobierno descuajeringado, autoritario y poco reformista, junto a un Congreso mediocre y que ahora, gracias al Tribunal Constitucional, va a practicar la política de la “tierra arrasada” frente a todo lo que se le ponga al frente (y lo va a hacer la derecha y el centro congresales).
La gestión del Ejecutivo y el Congreso, ambos altamente desaprobados por la ciudadanía, puede ir minando el apoyo que las encuestas muestran a la fecha por un candidato de la centroderecha. Así como la continuación de Castillo en el poder iba a terminar por hacer trizas las opciones de una izquierda radical y moderada, la gestión de la dupla Boluarte-Otárola y un Congreso montoyista harán lo propio con la centroderecha que se pueda asomar, si ésta no marca distancia clara de los desmanes que se vienen cometiendo en su nombre en ambos poderes del Estado.
–La del estribo: dos peliculones a recomendar. La primera The Whale, dirigida por Darren Aronofsky y con una actuación superlativa de Brendan Fraser. La segunda, Women talking, dirigida por Sarah Polley, con un reparto extraordinario donde destaca Frances McDormand. Como es habitual, ninguna de las dos llegará a la paúpérrima cartelera cinematográfica local, así que, sin temor, acuda a su proveedor habitual.
