Juan Carlos Tafur

Chile: derrota de los radicales maximalistas

“La confección arbitraria de una Convención inclinada artificiosamente hacia la izquierda no le sirvió a los radicales chilenos para imponerla a la mayoría del pueblo que ayer le ha dado un cachetazo a esa pretensión radical”

Los resultados del plebiscito en Chile respecto de la esperpéntica Constitución armada por los sectores radicales de izquierda, con un claro y contundente rechazo a la misma, es un punto de inflexión en las pretensiones del gobierno del presidente Boric de refundar socialistamente el país del sur. Eso ya no será posible si Boric, como ha anunciado, conocido el resultado, hará suya la voz del pueblo expresada ayer (más del 60% ha rechazado el texto propuesto).

La centroderecha y la centroizquierda chilenas se unieron para frenar el despropósito planteado por la Convención Constituyente. Desde Sebastián Piñera (liberal), pasando por Eduardo Frei (socialcristiano) y terminando con Ricardo Lagos (socialista), la clase política chilena de la transición entendió que el texto constitucional propuesto suponía la destrucción no solo del modelo económico sino de la propia institucionalidad democrática y la solidez de un Estado nación.

No ha triunfado el statu quo, eso que quede claro. Hay consenso respecto de la necesidad de impulsar cambios a la Constitución de 1980 (recordemos que el 25 de octubre del 2020 el 78.3% de los chilenos dijo, en las urnas, que sí quería una nueva Constitución), pero estos deberán encauzarse por los senderos de la sensatez y la concordia. Ese es el gran desafío político de los chilenos y ojalá un político novato como Boric sepa aquilatarlo en su justa dimensión. Chile no quiere ser refundado aviesamente sino mejorar el proceso social vivido durante todo el tiempo de la transición post Pinochet.

Lo ocurrido en Chile era observado con mucha atención por los políticos de la región. Un triunfo del apruebo hubiera generado un parteaguas y un estímulo a posturas maximalistas de la izquierda regional (ya vimos anoche un impertinente tuit del mandatario colombiano Gustavo Petro señalando que el resultado suponía la resurrección de Pinochet, faltándole el respeto a la inmensa mayoría de chilenos). Les salió el tiro por la culata. La confección arbitraria de una Convención inclinada artificiosamente hacia la izquierda no le sirvió a los radicales chilenos para imponerla a la mayoría del pueblo que ayer le ha dado un cachetazo a esa pretensión.

Deberá servir de gran lección también a la derecha y centro de la región, para que aprendan que si hacen política en serio y sin remilgos tontos, cuentan con el pueblo a su favor. Ha sido la derecha quisquillosa y acomplejada la que le ha abierto la puerta a las izquierdas en la región. Es hora de despertar y el maravilloso resultado electoral de este domingo en Chile debiera servir de acicate en ese propósito.

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