Pie Derecho

El contrato social roto en mil pedazos

"Hay muchas reformas gruesas que acometer para construir o reconstruir el sueño republicano: la profundización de una auténtica economía de mercado, la mejora radical de la salud y educación públicas, la reforma político-electoral, la limpieza del Estado corrupto en el que nos hemos convertido, la fallida regionalización, etc. Junto a ellas, y en destacado lugar, debe estar la lucha contra la inseguridad ciudadana."

Este gobierno, entre otras materias en las que está haciendo poco o nada, es en el manejo de la galopante inseguridad ciudadana que nos agobia. Desde el Ministerio del Interior, el ente rector de las políticas policiales para hacerle frente a las bandas delincuenciales que actúan con absoluta impunidad, parece haberse decidido a realizar operativos mediáticos cada cierto tiempo, pero con la clara conciencia de que el problema de fondo no está siendo atacado.

No es, por cierto, una estrategia inédita. Todos los gobiernos anteriores han caído en lo mismo. No hay un plan integral, bien financiado, con estrategias claras y definidas para ponerle freno a la actividad de narcotraficantes, mineros ilegales, bandas de extorsionadores, la pirámide delictiva que arrebata celulares, empresarios corruptos, etc., que crece día a día, socavando los límites mínimos de convivencia democrática y vida civilizada.

La provisión de seguridad ciudadana, es parte fundamental del contrato social. El ciudadano renuncia al uso de la fuerza y se la entrega al Estado para que éste garantice que se respetarán los derechos básicos de las personas: a la vida, a la propiedad y a la integridad física. Sin eso, no hay sociedad moderna. La claúsula primera del contrato social que da pie a la civilización liberal, es incumplida flagrantemente por el propio Estado.

Hay necesidad de reformar a fondo un sistema policial corrupto e ineficaz, de ajustar las normales legales y evitar los populismos punitivos que a nada bueno conducen sino a llenar las cárceles por delitos menores sin ningún efecto rehabilitador ni disuasivo, y que solo buscan dar la apariencia de mano dura y represiva. Hay zonas liberadas en todo el territorio nacional donde no manda el Estado sino las mafias delictivas, en muchos casos en complicidad con la propia policía nacional.

Algún día, tendrá que venir un gobierno que decida ponerle coto a este tinglado miserable que pone en vilo a la mayoría del país en su día a día y que destruye la libre actividad que los ciudadanos realizan o quieren realizar para bien de los suyos.

Hay muchas reformas gruesas que acometer para construir o reconstruir el sueño republicano: la profundización de una auténtica economía de mercado, la mejora radical de la salud y educación públicas, la reforma político-electoral, la limpieza del Estado corrupto en el que nos hemos convertido, la fallida regionalización, etc. Junto a ellas, y en destacado lugar, debe estar la lucha contra la inseguridad ciudadana.

Tags:

Minería Ilegal, narcotraficantes, reformas, seguridad ciudadana

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