Juan Carlos Tafur

¿Su último discurso?

“El primer mandatario tiene poco que anunciar, porque todas las políticas públicas que ha lanzado han sido un fracaso, y no hay entidad estatal que haya mejorado su funcionamiento”

Puede ser el de hoy el último discurso del presidente Castillo. Conforme se van conociendo las declaraciones de Bruno Pacheco ante el equipo de fiscales, se confirmaría que el presidente de la República estaría comprometido en una serie de hechos delictivos, que calificarían perfectamente para configurar la incapacidad moral permanente que se requiere para que el Congreso declare su vacancia.

Si ello finalmente ocurre, este año político del Perú será recordado con tremendo malestar, dada la pasmosa mediocridad, incompetencia y corrupción desplegadas por una organización criminal montada inclusive desde antes de que el profesor chotano se instalara en Palacio de Gobierno.

El pueblo se equivocó votando por Castillo en lugar de hacerlo por Keiko Fujimori. Sin duda, un gobierno fujimorista hubiera merecido severa y estricta vigilancia para que no se reeditasen actos corruptos o autoritarios, que formarían parte del ADN fujimorista, pero era claramente el mal menor respecto de una opción que no solo ha mostrado esos vicios sino que a ellos les ha sumado una medianía tecnocrática pavorosa, que un gobierno keikista no hubiera desplegado.

Habrá que escuchar más tarde la letanía que Castillo nos endilgará. Ojalá no decida huir hacia adelante, lanzando anuncios radicales con el afán de disimular el problemón en el que se halla, metido por las delaciones de su exsecretario general. Si lo hiciera, en todo caso, es de esperar que el Congreso le ponga coto a semejante despropósito.

Fuera de ello, el primer mandatario tiene poco que anunciar, porque todas las políticas públicas que ha lanzado han sido un fracaso, y no hay entidad estatal que haya mejorado su funcionamiento gracias a la gestión perulibrista. Por el contrario, el Estado peruano está al borde del colapso, debido al irresponsable copamiento partidario de casi todo el organigrama burocrático.

Si algo cabal correspondiese a Castillo hacer hoy, en unas horas, es un mea culpa estruendoso y sincero, y una rectificación inmediata del modo de gobernar que ha desplegado en estos aciagos 365 días. Pero ello, sin duda, no ocurrirá. Seguramente hará un recuento demagógico de presuntas obras hechas, desmentirá oblicuamente, victimizándose, los indicios de corrupción que le tocan, y hará tres o cuatro anuncios efectistas para las tribunas. Más no se espera de un personaje que jamás debió tener bajo su responsabilidad el manejo de las riendas del poder. Creer que renunciará o convocará adelanto de elecciones es, ojalá me equivoque, una ingenuidad.

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Fiestas Patrias, Mensaje a la nación, Presidente Castillo

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