Juan Carlos Tafur -Columna

La falta de carácter del Presidente

“Castillo es un capitán que no sólo tiene la brújula ideológica averiada (su norte nos llevaría al retraso social) sino que además le tiembla el pulso para administrar el timón en medio de la zozobra”

Lo que está en juego con la permanencia de Luis Barranzuela como ministro del Interior, luego de su grave inconducta funcional, y la severa llamada de atención y ultimátum lanzado por la Premier Mirtha Vásquez, es el carácter del presidente Castillo para tomar decisiones difíciles con rapidez y sin que le tiemble el pulso.

En verdad, no ha debido hacer falta que la Premier se plantase como lo ha hecho para que el Primer Mandatario se vea conminado a tomar una decisión. Él mismo lo debió haber hecho desde el mismo momento en que se conocieron los escandalosos sucesos y haber procedido a retirarlo del cargo de inmediato.

Es más, ya las denuncias que había en contra del ministro de marras debieron haber bastado para que Castillo lo sacase del gabinete sin pensarlo dos veces. Era y es -hasta el momento de escribir esta columna- lo que políticamente correspondía.

El inquilino de Palacio muestra, sin embargo, conforme avanzan los días ocupando el poder, que es un personaje no sólo muy básico e improvisado (no sabe ni dónde está parado, literalmente hablando), sino que, además, tiene un pasivo de carácter gigantesco: no toma decisiones, posterga todo lo que pueda las cosas que debe hacer, trata de no pelearse con nadie y contentar a todos, cede a la menor presión política de la coalición que lo acompaña, tiene miedo de zanjar un tema.

Estamos fregados. Nos tocó en mala suerte un gobernante no solo descaminado en términos ideológicos, que, felizmente, tiene una oposición congresal que impide que despliegue sus despropósitos (ojalá le nieguen las facultades legislativas para dictar normas tributarias, financieras y económicas), sino que, además, exhibe una clamorosa falta de temple para llevar con la firmeza requerida las riendas del gobierno.

El país se encamina al caos, con la sumatoria de crisis sanitaria, económica, política y social (el 2022 va a ser un año terrible, en todo el frente de acción), y el llamado a poner mano firme y conducir la nave en medio de la tormenta es un capitán que no sólo tiene la brújula ideológica averiada (su norte nos llevaría al retraso social), sino que además le tiembla el pulso para administrar el timón en medio de la zozobra.

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Luis Barranzuela, ministro del Interior, Mirtha Vasquez

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