Mariana CPR

La marcha de todos

"Las marchas de noviembre fueron multitudinarias, apoyadas, según las encuestas, por más de 80% de la población, en parte porque no estaban lideradas por una persona, partido político, o un sector ideológico en particular, sino por un amplio grupo de ciudadanos que, sintiendo que la democracia estaba en peligro, salieron a exigir algo concreto".

Si bien hubo partidos que apoyaron las movilizaciones de noviembre, o políticos que participaron en ellas, estos no fueron los organizadores de las marchas. No existió nunca un estrado donde personajes políticos aparecieran a dar discursos, e incluso cuando Verónika Mendoza intentó participar de la marcha en la plaza de armas del Cusco, la población la obligó a retirarse, exigiendo que no tratara de capitalizar una protesta que no era política, sino ciudadana (pueden encontrar el video en YouTube).

¿Podría pasar algo similar ahora? Todo parece indicar que sí. Según la última encuesta del IEP, el 85% de peruanos está en desacuerdo con que el sentenciado por corrupción, Vladimir Cerrón, participe en el gobierno de Pedro Castillo. La designación del gabinete liderado por Guido Bellido ha generado rechazo tanto en los sectores de centro que apostaron por Castillo como el mal menor, como incluso en algunos sectores congruentes de la izquierda progresista.

¿Qué se necesita entonces para que las marchas en favor de la democracia sean, esta vez, también multitudinarias? En mi opinión, la clave está en despolitizarlas. Hoy probablemente tengamos a muchos ciudadanos de derecha conservadora, liberal, centro e incluso izquierda, que estarían dispuestos a marchar por un objetivo en común: la caída de este gabinete de izquierda conservadora, y más adelante, para hacerle frente a un atentado contra la democracia. Sin embargo, mientras estas marchas estén lideradas por políticos de un solo lado del espectro ideológico, no serán masivas. Los ciudadanos perciben que participar en estas implica dar su apoyo a algún partido político, o que atrás de las marchas hay personajes buscando capitalizarlas.

Quienes hoy organizan las marchas, parecen no darse cuenta de que, al insistir con la narrativa del fraude, incluir elementos racistas, clasistas, o atacar a otros sectores del espectro ideológico, podrían terminar teniendo un resultado contrario al deseado. Los ciudadanos podrían percibir que si bien lo que ocurre hoy en palacio es muy malo, la opción en calles es aún peor, y se vuelvan más resistentes a apoyar a algún tipo de oposición.

Todo parece apuntar a que se vienen tiempos difíciles para la democracia peruana. A todos los que creemos en ella, nos conviene tener un frente ciudadano de oposición sólido y transversal a las preferencias políticas. El único requisito debería ser querer defender la democracia.

Se buscan, urgentemente: líderes apolíticos que lideren un frente ciudadano para proteger la democracia.

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

Tags:

Guido bellido, Pedro Castillo, Verónika Mendoza, Vladimir Cerrón

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