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Perú, país de violadores y feminicidas | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad
país de violadores y feminicidas

Perú, país de violadores y feminicidas

“Tan solo en el 2022, se registraron 137 feminicidios y en el primer trimestre del año ya han sido asesinadas 33 mujeres de diferentes edades, muchas de ellas jóvenes. El reciente fallecimiento de KG una joven que fue quemada en la vía pública, nos recuerda el horror de la violencia, pero, a la vez, la crueldad de un Estado no es sólo débil sino misógino con las mujeres.”.

Que la indignación no se pierda, que la rabia y el dolor por tanta crueldad y ensañamiento se convierta en el motor para una lucha que corresponde a todos/as. La violencia contra las mujeres y niñas es uno de los problemas más graves que tiene el país. Sin embargo, las autoridades no priorizan esta problemática y la voluntad para hacerle frente a la misma parece haberse perdido o minimizado.

Tan solo en el 2022, se registraron 137 feminicidios y en el primer trimestre del año ya han sido asesinadas 33 mujeres de diferentes edades, muchas de ellas jóvenes. El reciente fallecimiento de KG una joven que fue quemada en la vía pública, nos recuerda el horror de la violencia, pero, a la vez, la crueldad de un Estado autoritario  y misógino con las mujeres.

La falta de debida diligencia en este y otros casos vulneró el derecho de los familiares de KG para acceder a la justicia y favoreció la impunidad. El resultado, un feminicida libre, consignado como “uno de los más buscados” pero en libertad, representando un peligro para todas las mujeres.

De otro lado, la violencia sexual en el Perú alcanza dimensiones dramáticas. Tan solo en el 2022, se registraron 11 080 violaciones sexuales (MIMP, 2022). De estas, 7614 fueron contra niñas y adolescentes. Es decir, en nuestro país cada día al menos 20 menores son atacadas y torturadas sexualmente.

En este escenario de extrema crueldad, un “influencer” se atreve a hacer apología de la violencia sexual, enarbolando un crimen cometido por él mismo y de forma colectiva contra una niña. Un hecho deplorable que ha despertado indignación ciudadana, pero que debe volver a poner en debate la importancia del enfoque de igualdad de género en la educación, en los medios de comunicación y en las políticas del Estado.

Como si fuera poco, el reciente ataque sexual a una niña de 11 años en Ucayali, quien se encuentra en cuidados intensivos, nos enrostra la dolorosa realidad: la violencia sexual es un crimen atroz, un crimen sin perdón, equiparable a la tortura, que amerita respuestas inmediatas de parte del Estado y un rechazo masivo de la ciudadanía.

¿Qué hacer frente a tanto horror? Es importante que la agenda por la lucha contra la violencia sea retomada por parte de todos los poderes del Estado, que estos cumplan con su obligación de prevención, atención y erradicación de la violencia de género desde el enfoque de derechos humanos, intercultural e interseccional.

Entre algunas acciones concretas, se necesita que el Protocolo base de actuación conjunta funcione realmente en los diferentes territorios; fortalecer el Sistema Especializado de Justicia e implementar la Estrategia Nacional para la prevención de la Violencia de Género. Para ello es clave la voluntad política en todos los niveles estatales y una gestión con enfoque de género, lo que – claramente-  no tenemos.

Aún en este contexto de agresiones y dolor, los sectores conservadores y antiderechos que han cooptado los espacios de decisión continúan con su agenda basada en odios, siguen desplegando esfuerzos para atacar a las mujeres, la lucha contra la violencia y la igualdad. Ayer, por ejemplo, se aprobó en Comisión de Educación el Proyecto de Ley 3464 que retira el lenguaje inclusivo de los textos escolares, propuesta impulsada por la congresista Milagros Jáuregui.

Es decir, sin importar el contexto violencia y crueldad contra las mujeres, las autoridades insisten con  desaparecernos simbólicamente de los textos escolares, mientras que feminicidas desaparecen nuestros cuerpos.

Ante tanta dejadez, impunidad y crueldad, es la ciudadanía la llamada a insistir y demandar cambios concretos, transformaciones culturales a favor de la paz, la igualdad y una vida sin violencia ni discriminación.

Que la indignación nunca se pierda. #VivasNosQueremos.

Tags:

Feminicidio, Perú, Violencia contra la mujer

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