Juan Carlos Tafur

Los dinámicos del centro

“Jaloneado entre la extrema izquierda cerronista y la extrema derecha lopezaliaguista, Castillo puede discurrir por los linderos de una centroizquierda legítimamente”

Queda cada vez más claro que Pedro Castillo va a necesitar del apoyo político del centro congresal si quiere gobernar con tranquilidad y además no depender de los votos cerronistas dentro de la bancada de Perú Libre.

El centro suma 45 votos en el Parlamento (43 la derecha y 42 la izquierda), con la sumatoria del congresista Héctor Valer, expulsado tontamente de Renovación Popular por Rafael López Aliaga, ya que con ello rompió la capacidad de veto que tenía la derecha, con sus 44 votos, para cualquier reforma constitucional, elección de magistrados del TC o directores del BCR.

Obviamente, no se trata de que Acción Popular, Alianza para el Progreso, Podemos, Somos Perú y los morados le otorguen sus votos a cambio de nada. El acuerdo debe pasar por la moderación económica y política de Castillo, su abandono de las banderas estatistas de la primera vuelta y de su afán de convocar a una Asamblea Constituyente a trompicones.

Esa decisión eventual de Castillo le va a costar, probablemente, una ruptura con el radicalismo cerronista, quien acaba de publicar una convocatoria a un evento para el 24 de julio donde en la práctica lo compele a Castillo a someterse a su lógica política. Castillo puede perder a doce o quince congresistas cerronistas si se aparta de la línea radical y con mayor razón va a necesitar de los votos del centro para gobernar sin sobresaltos.

Jaloneado entre la extrema izquierda cerronista y la extrema derecha lopezaliaguista, Castillo puede discurrir por los linderos de una centroizquierda legítimamente. Nadie le puede pedir que se vuelva un gobernante de derecha (lo de Humala ha marcado a sangre y fuego a la izquierda como una traición indigerible e imperdonable y sería absurdo exigirle a Castillo que se ponga el polo blanco).

La incertidumbre que existe aún respecto de cuál será la línea programática, en materia política y económica, del gobierno entrante solo se empezará a resolver luego de su proclamación y su reaparición pública concomitante, pero de antemano sería muy importante que el centro se manifieste y le haga entender a Castillo que hay posibilidad de construir puentes de gobernabilidad que no pasen por la renuncia de sus propuestas esenciales de gobierno (aumento recaudatorio, inversión potente en salud y educación, infraestructura popular, etc.). Eventualmente, inclusive, alguna reforma constitucional puntual podría ser aceptable como parte del intercambio político y el centro le daría los votos para lograr los 66 votos que luego permitirían convocar a un referéndum. Ases bajo la manga hay muchos.

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Asamblea Constituyente, Pedro Castillo, Rafael Lopez Aliaga

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