Comenzamos la semana con la noticia de graves desastres naturales en Arequipa, que han cobrado la vida de por lo menos 40 personas, y por los cuales más de mil familias que han perdido su vivienda. Dolorosas imágenes de personas yendo reconocer a sus familiares vuelven a entristecernos como peruanos.
¿Qué dice la presidenta y el gobierno sobre este triste desastre? No se oye nada. No se le escuchan declaraciones, plan de acción, o viajes a la ciudad blanca para atender la situación.
El gobierno debería atender con urgencia la emergencia en Arequipa- no solo porque el impacto en pérdida de vidas y hogares es altísimo, y los arequipeños necesitan toda su atención- sino porque podría representar una oportunidad para mostrar algo de liderazgo, ganar un poco de legitimidad, a su vez tratar de bajar la polarización que hoy enfrentamos como país.
Ya hemos visto en ocasiones anteriores como los momentos adversos pueden unir a los peruanos. La respuesta del gobierno ante el niño costero en el 2017, a través de la campaña «Una sola fuerza», dio señales de liderazgo, nos unió como país, y logró que el gobierno de PPK repuntara su aprobación en 10 puntos, pasando de 32% a 43%.
Al gobierno de Boluarte, que cuenta con niveles de respaldo bajísimos entre la población en general, se le abre una ventana para demostrar algo de sentido de urgencia, liderazgo, y empatía con la población más necesitada, pudiendo argumentar que, en este momento, la prioridad para todos los peruanos debe ser atender lo ocurrido en Arequipa, debiendo parquear por un momento el tema político que nos enfrenta.
Boluarte y Otárola deberían subirse hoy mismo a un avión y solucionar junto con el gobierno regional de Arequipa la situación de miles de compatriotas que hoy sufren valiosas perdidas materiales, y de sus seres queridos.
Si no puede mostrar liderazgo cuando el país así lo requiere, entonces será mejor que de un paso al costado para que alguien más lo haga.
