Hace casi un mes, el congresista Alejandro Cavero presentó el proyecto de ley 02803, el cual establece la Unión Civil. Este proyecto se crea con el objetivo de proteger legalmente a las parejas conformadas por dos personas del mismo sexo o sexo opuesto- denominados convivientes- que tienen un plan de vida en común.
Bajo este proyecto, la pareja será considerada como “pariente” según el código civil, y algunos de los efectos son que las parejas:
- Podrán acceder a la cobertura de un seguro en las mismas condiciones que los esposos
- Podrán tomar decisiones médicas cuando la otra persona no se encuentre en condiciones de decidir por sí mismo.
- Establece obligaciones a la pareja como la convivencia, la ayuda mutua, y el deber de alimentos.
- Los miembros de la pareja serán herederos y recibirán pensión y demás beneficios derivados del fallecimiento de uno de ellos.
- En caso de que uno de los convivientes tenga un hijo, se podrá designar a su pareja como tutor de los menores de edad, siempre que el otro progenitor no cumpla con sus deberes. La decisión del tutor tendrá prioridad sobre las de otros parientes del menor de edad.
- Se reconoce a las uniones civiles que han sido celebradas en otros países, siempre que estas reconozcan los mismos derechos y deberes reconocidos en el Perú
Sin bien el proyecto recoge la mayoría de los beneficios establecidos por el matrimonio civil, este ha sido criticado por ambos lados del espectro político: el progresismo considera que la Unión Civil, a diferencia del matrimonio igualitario (proyecto presentado por la congresista Susel Paredes), es discriminatorio, pues hace un tratamiento diferenciado para las parejas del mismo sexo.
Por otro lado, el conservadurismo más férreo, representado en partidos como Renovación Popular, ha declarado su desacuerdo con este proyecto. El congresista Alejandro Muñante, por ejemplo, declaró que el matrimonio “no se fundamenta en la orientación sexual de sus contrayentes, sino en asegurar la permanencia de una sociedad”, demostrando que esta propuesta difícilmente será apoyada por los más conservadores del parlamento.
Sin embargo, el congresista Cavero ha señalado que la iniciativa sí cuenta con el respaldo de otras bancadas de derecha como Fuerza Popular, y centristas como Alianza Para el Progreso y Acción Popular. Sin embargo, sin los votos de bancadas progresistas como Juntos por el Perú y el Partido Morado, será difícil que pueda ver la luz.
Entonces, parece ser que este sería un caso donde lo principista podría ser enemigo de lo práctico. Al oponerse a esta propuesta, sabiendo que el matrimonio igualitario no será aprobado en este Congreso mayoritariamente conservador, se privaría a la comunidad LGTBQ+ de contar con las protecciones y beneficios mencionados arriba. ¿Es entonces lo perfecto enemigo de lo bueno?
Quienes se oponen a la propuesta, consideran que, una vez aprobada, se usará como argumento para no debatir el matrimonio igualitario. Sin embargo, los ejemplos de otros países, como Chile, nos dicen que la Unión Civil es muchas veces un paso previo al matrimonio igualitario, en el cuál las sociedades van evolucionando y comprobando que las uniones entre personas del mismo sexo no le hacen daño a nadie.
Lo que correspondería en un Estado de derecho con igualdad ante la ley sería que la ley sea igual para todos. Sin embargo, mientras el Matrimonio Igualitario no sea una posibilidad, creo que las bancadas progresistas deberían reflexionar sobre si realmente quieren privar a las parejas del mismo sexo de tener al menos los beneficios que ofrece este punto medio. En este caso el “todo o nada” pone mucho en juego.
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