Mariana CPR

No quiero tener razón

"Si Pedro Castillo hace un gobierno al menos decente, significaría que estuve equivocada, que quizás él sí era el mal menor, y que perdí todas las discusiones que tuve durante estas elecciones. Y ojalá así sea porque no quiero tener razón; quiero lo mejor para el Perú".

Al igual que para la mayoría, ninguno de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta era de mi agrado. Ninguno era liberal ni en lo social, ni en lo político, ni en lo económico. Ambos, un peligro para la democracia. Sin embargo, a medida que fue desarrollándose la campaña, la propuesta de Perú Libre logró lo increíble: convencerme de ser más peligrosa que el Keikismo, que tanto daño nos ha hecho en los últimos 5 años. Su propuesta económica, que parecía una mezcla de todas las recetas que han empobrecido tanto al Perú en el pasado como a otros países en el presente, me hizo llegar a la conclusión de que Fuerza Popular era el mal menor.

Debe ser humano que cuando uno pierde una contienda, quiere ver al otro hundirse. Sostuve varias discusiones durante la campaña electoral con personas que consideraban a Keiko el mal mayor. En ese momento, expuse mis argumentos contrarios e incluso intenté convencerlos. Por supuesto que ahora, proclamado Pedro Castillo, pasa por mi cabeza un “¡Cuando nos hundamos, vas a ver!”. Supongo que a todos nos provoca tener razón y decir “Te lo dije”. Pero ya pasó más de un mes desde las elecciones, y tuvimos suficiente tiempo para enfriar nuestras cabezas y darnos cuenta de que, en esta oportunidad, si se hunde el barco nos hundimos todos.

Nunca sabremos quién tuvo razón, pero eso ya es irrelevante, porque uno de los dos ganó las elecciones, así sea por un pelo. ¿Me gustan los resultados? No. ¿Acepto los resultados? Sí.

Hoy, ya no quiero tener razón. Quiero, por el contrario, estar lo más equivocada posible. Entre más equivocada haya estado sobre Pedro Castillo, mejor le irá al Perú. Espero de corazón que todas las personas con las cuales debatí durante la segunda vuelta puedan venir, reírse de mí y decirme: “¿Ves? ¡Te dije!”. Y me tocará comerme el orgullo, con una sonrisa secreta.

Claro que no basta simplemente con desear estar equivocado. Todos debemos ser conscientes que lo que nos toca desde el próximo miércoles es estar vigilantes. Pero es diferente vigilar deseando que al próximo gobierno le vaya mal, que dándole el beneficio de la duda que merece cualquier gobernante nuevo. Finalmente, a todos, sin excepción, independientemente de por quién hayamos votado o en qué parte del espectro ideológico nos ubiquemos, nos convendría que Pedro Castillo haga un buen gobierno.

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

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Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Perú Libre

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