Reddit es una red social que alberga grupos de discusión acerca de temas variados dentro de los cuales uno escoge los de mayor interés, pudiendo moverse dentro de comunidades dedicadas a la discusión de cuestiones específicas. Cada mes alrededor de medio billón de personas, que no necesitan identificarse como en Facebook, aportan intervenciones más extensas que en Twitter.
Una investigación llevada a cabo sobre 3 billones y medio de comentarios hechos por 25 millones de personas durante los últimos 10 años, revela algunos resultados que ningún peruano dejará de reconocer como reales, sobre todo si revisan lo que aparece en Internet a propósito de acontecimientos políticos en el país, especialmente los recientes 5 años.
Cuando se trata de ese aspecto de la vida colectiva, la lucha por llegar a la cima, la relación entre los poderes del Estado, los encuentros y desencuentros entre mayorías y minorías, los conflictos entre grupos de ciudadanos, los comentarios, la expresión de posiciones, son 35% más ofensivos y soeces, especialmente en periodos electorales.
Pero, más allá de los insultos, que abundan, se midió el nivel de complejidad lingüística del debate alrededor de temas políticos, y se constató que en esas discusiones e intercambios el nivel promedio, que ya era bajo en 2007 —el de púberes de 12 años—, se redujo al final de la década pasada a la mitad: niños de 6. No sería de extrañar que en tiempos pospandémicos en medio de enfrentamientos culturales e identitarios, guerras entre países y estados de ánimo colectivos rabiosos, hoy luego de habernos deslizado de la adolescencia a la niñez, estemos en el nivel de la infancia.
¿Razones?
Que en el ágora virtual las posiciones más extremas y quienes las enarbolan terminan por consolidarse y predominar, apabullar, sepultando a los mesurados, los que piensan en matices y sopesan evidencias, que se convierten en traidores para algún extremo porque permiten con su tibieza bobalicona que el otro extremo se imponga; que muchos de los que intervienen con enorme intensidad y convicción, no han tenido experiencia previa en debates cara a cara en los que los costos de la agresión desbocada, sin cauces, son muy altos; que cada vez más las transacciones interpersonales conflictivas se resuelven a través de avergonzar, poner en evidencia vicios o defectos y acusar; que el centro de atención permanente son intenciones y conspiraciones antes que ideologías y posiciones; que no hay adversarios ni aliados, sino solamente enemigos y súbditos; y que, finalmente, un ejército de robots invade con cada vez mayor eficacia el mundo digital.
En ese plan, muchas de las plataformas donde se forman opiniones y representaciones colectivas, se van a convertir en escenarios donde las palabras serán parte de esos despliegues propios del quién manda a quién en el mundo animal, junto con gruñidos y golpes en el pecho. El paso previo a la violencia física.
