Manuel Barrantes

Sinopharm y las Teorías de la Conspiración

En el Perú existen personas que creen que la Organización Mundial de la Salud se ha asociado con el gobierno chino para conseguir que se apruebe la vacuna de Sinopharm, vacuna que en realidad sería no solo ineficaz sino perjudicial para la salud. La manera como varias personas se aferran a esta creencia clasifica bajo el rubro de teoría de la conspiración.

Para explicar qué es una teoría de la conspiración voy a usar la definición que la filósofa Giulia Napolitano presenta en su artículo ‘Teorías de la Conspiración y Aislamiento Evidencial’, que aparece en el libro La Epistemología de las Noticias Falsas, publicado hace unos meses por Oxford University Press.

Napolitano comienza aclarando un par de cosas. Primero, una conspiración ocurre cuando un conjunto de actores complota para conseguir una meta que los favorece, manteniendo ocultas sus intenciones. Segundo, no todas las teorías (es decir, las explicaciones) que plantean como hipótesis central la existencia de una conspiración merecen llamarse ‘teorías de la conspiración’. La diferencia tiene que ver con la actitud con la que aquellos que sostienen la teoría analizan la evidencia a favor o en contra. Es decir, la hipótesis de la conspiración puede manejarse de manera racional o de manera ‘conspiranoica’ (el criollismo es aporte mío).

Para Napolitano, una teoría de la conspiración propiamente dicha es aquella sostenida por alguien que es completamente impávido frente a la evidencia que desmiente dicha teoría. Es decir, alguien que ha conseguido aislar (insular) la teoría frente a cualquier posible evidencia contraria. Y, crucialmente, parte de la estrategia consiste en interpretar la evidencia contraria como si fuera evidencia a favor, porque supuestamente es parte del plan de los conspiradores crear dicha evidencia contraria con el fin de disuadir a aquellos que son capaces de ver las cosas como realmente son.

Podemos sacar dos ideas principales de la visión de Napolitano. Primero, llamar a algo teoría de la conspiración tiene siempre una connotación peyorativa. Una teoría que plantea la hipótesis de una conspiración no es necesariamente una teoría de la conspiración. Ser acerca de una conspiración es una condición necesaria, pero no suficiente, para calificar como teoría de la conspiración. Segundo, al llamar a algo ‘teoría de la conspiración’ estamos haciendo un juicio negativo sobre la actitud de aquellos que sostienen dichas hipótesis (los ‘conspiranoicos’). Dicha actitud consiste en ser completamente inmune a la evidencia contraria, e incluso interpretarla como si fuera evidencia a favor.

Apliquemos estas ideas al caso de Sinopharm. Si usted cree que el gobierno chino ha corrompido a la Organización Mundial de la Salud, y que eso explica por qué ‘una vacuna que no sirve’ fue aprobada, eso no necesariamente muestra que usted sea un conspiranoico. Pero si usted accede a los reportes de los numerosos estudios que prueban la efectividad de esta vacuna, y su conclusión es que los investigadores que han realizado dichos estudios, en Perú y otras partes del mundo, son parte del complot; y considera además que el hecho de que no se conozcan estudios que muestren la ineficacia de la vacuna de Sinopharm se debe a que el gobierno chino ha complotado con otros gobiernos a nivel mundial para reprimir dichos estudios, y que por lo tanto la ausencia misma de dichos estudios prueba que realmente existe una conspiración, entonces lo felicito: es usted un conspiranoico.

[Referencia: M. Giulia Napolitano, ‘Conspiracy Theories and Evidential Self-Insulations’, En: S. Bernecker, A. Flowerree, y T. Grundmann (Eds), The Epistemology of Fake News, Oxford University Press (2021). DOI: 10.1093/oso/9780198863977.003.0005]
* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas. Obtuvo su doctorado y maestría en filosofía en la Universidad de Virginia, y su bachillerato y licenciatura en la PUCP.

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Fake news, Organización Mundial de la Salud, Sinopharm

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