Juan Carlos Tafur

Destrucción de la confianza económica y política

“Castillo nos va a dejar un país desinstitucionalizado, polarizado, empobrecido políticamente. A este paso, la segunda vuelta del 2021 nos va a parecer paradisíaca respecto de la que podría venir el 2026”

Dos puntos del PBI anuales, según el Instituto Peruano de Economía, IPE, nos cuesta la incertidumbre política generada por la actuación del gobierno y, sobre todo, la designación de funcionarios poco idóneos en cargos de relevancia (por ejemplo, en pleno boom de los precios de los minerales, el nombramiento de alguien como el actual ministro de Energía y Minas, que no sabe ni dónde está parado).

Ya hemos advertido del colapso del Estado por culpa de la mediocridad campante del régimen. Y ello se va a traducir en un deterioro de la confianza de los inversores privados, en una caída de la inversión, y, por consiguiente, en menor crecimiento, mayor pobreza y mayor desigualdad social, todo lo contrario de lo que orondamente el gobierno propugna, dizque como administración de izquierda identificada con las necesidades del pueblo.

Lo grave del tema es que el presidente no parece escarmentar sobre los groseros errores que comete y no parece ser consciente de las consecuencias que ello genera. Feliz de la vida, sigue nombrando impresentables uno tras otro o a cada cual peor, sin medir el impacto negativo que ello trae para el país y de paso para su propia gestión.

Hemos visto con espanto el nivel de mantenimiento de la infraestructura educativa y oído con pavor el diagnóstico efectuado al respecto por la Contraloría General de la República. No es, por cierto, sola responsabilidad de este gobierno. Vizcarra y Sagasti tienen también su cuota de culpa en no haber aprovechado la paralización obligada por la virtualidad para remediar los graves problemas materiales de infinidad de centros escolares, pero este gobierno tiene ya casi ocho meses en ejercicio del cargo y no ha hecho absolutamente nada al respecto.

Pues lo mismo sucede en la salud pública, en la seguridad interna, en la administración de justicia, en el diseño de políticas públicas sectoriales, en los organismos subministeriales.

Como bien señala Gianfranco Castagnola, presidente ejecutivo de Apoyo Consultoría, “ante el previsible deterioro en la calidad de las instituciones del Estado, es poco probable que algún proyecto de clase mundial pueda iniciar su ejecución en los próximos años”.

El problema adicional es que la medianía del regimen no solo destruye la confianza empresarial, también la confianza ciudadana en la política y en la democracia. Castillo nos va a dejar un país desinstitucionalizado, polarizado, empobrecido políticamente. A este paso, la segunda vuelta del 2021 nos va a parecer paradisíaca respecto de la que podría venir el 2026.

 

 

Tags:

Gobierno, PBI, Pedro Castillo

Mas artículos del autor:

"Puede venir una masiva migración"
"Se necesita otro Fredemo"
"El debate final"
x