Nuevamente publicamos audios en Sudaca que ponen en evidencia un manejo irresponsable, oscuro y muy grave al crear injustificadamente escandalosos espacios de impunidad por parte del equipo que administra el caso Cuellos Blancos, en especial, del equipo que debía investigar los casos de corrupción y narcotráfico en la Corte Superior de Justicia del Callao.
La sentencia a Walter Ríos, como colaborador eficaz, no tomó en cuenta los audios y los hechos que prueban las tratativas del expresidente de la Corte chalaca con temas de narcotráfico, con casos relacionados con narcotraficantes condenados y tráfico de terrenos, que, sin duda, de haberse investigado con mayor prolijidad, hubieran llegado a conclusiones distintas de aquellas que le permitieron una sentencia benigna y que no cubre todos los hechos que se encuentran en los audios de la vergüenza.
Según las fuentes consultadas hay muchos casos vinculados al narcotráfico, a la comercialización de oro ilegal, y otros graves casos de corrupción, que el Ministerio Público no ha mapeado y menos investigado pese a encontrarse en los audios del caso Cuellos Blancos, en especial, de Walter Ríos.
El Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, debería estrenar su cargo poniendo orden en las fiscalías que siguen el caso. Sánchez es un fiscal de amplia experiencia y probada solvencia moral, y debería, por ende, tomar cartas en el asunto.
El Ministerio Público tiene mucho poder. Es un tractor, que requiere ciertos autocontroles o que organismos como la Junta Nacional de Justicia lo supervisen, sobre todo en el manejo de temas tan sensibles como el tráfico de drogas cuando se dejan vacíos en las investigaciones y se contribuye a la impunidad selectiva. Y lo más grave es cuando esa aplanadora pretende exhibir determinados resultados, pero en realidad es una coladera y deja pasar a elefantes cargados de droga entre sus piernas.
Queda mucho material por desbrozar en el caso Cuellos Blancos. Pero o se cambia de equipo de fiscales o se toma medidas radicales para acabar con esta clara impunidad y selectividad en el tratamiento de los casos. Es tarea, fundamentalmente, del Fiscal de la Nación.
