Actitudes

Aunque armar un buen currículum vitae sigue siendo lo principal para buscar un empleo, entre la entrevista de trabajo y la consultas que los reclutadores hacen en las redes sociales, la imagen que se proyecta ha ganado protagonismo. De acuerdo a la coach Ashley Stahl, lo mejor es siempre ir a un proceso de selección con una actitud optimista, aunque nos arriesguemos a un resultado desfavorable.

“El pensamiento negativo puede conducir a una falsa sensación de seguridad. Si usted es del tipo que asume que no funcionará cada vez que se arriesga, entonces puede comenzar a sentirse cómodo con el fracaso. Cambia tu perspectiva. Cuando no lo contraten, enumere todas las formas en que aprendió de esa entrevista o esa llamada telefónica”, sostiene en un artículo para la revista Forbes.

Agrega que, si bien la experiencia laboral puede calificarlo para puestos específicos, los empleadores siempre buscan gente motivada. Por lo que, entrar a la entrevista con mucha energía puede compensar el hecho de tener una experiencia limitada.

Así como el estado de ánimo, el respeto y la cortesía son otros atributos personales importantes. Según Pedro Reyna, especialista en Gestión Humana y Seguridad Ocupacional, demostrar nuestros valores es indispensable en una entrevista. “Uno de los más esenciales es el “respeto” hacia uno y hacia los demás. Asimismo, (los jóvenes) deben seguir reforzando sus habilidades blandas”, precisó en una videoconferencia en el marco de Empléate UPN.

¿Qué actitudes se valoran más?

Con el mundo afrontando cambios cada vez más drásticos y abruptos, los empleadores valoran mucho la adaptabilidad de sus trabajadores. Estar abierto a realizar distintas funciones y aprender durante el proceso es una característica muy buscada.

«Las organizaciones prefieren a gente con disponibilidad y buena actitud, más que aptitudes, porque finalmente se puede aprender una tarea, pero es difícil modificar la personalidad», asegura Rosa María Farrell, directora general de Hewitt México, en entrevista con Expansión México.

Entre las cualidades atractivas para los empleadores también destaca la diplomacia, ya que todas las empresas lidian a menudo con situaciones delicadas que requieren de actitudes diplomáticas. «Basta con un gesto gentil, una palabra justa o escuchar con atención para aliviar tensiones en el trabajo», anota.

En cuanto a la motivación, asegura que, si tenemos un trabajador muy ilusionado, siempre se puede contar con que va a dar lo mejor de sí mismo. Además, lo que se busca mucho es la cooperación y el trabajo en equipo, que sirven para generar ambientes de solidaridad y compañerismo.

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A pesar de que muchos negocios tuvieron que cerrar con la pandemia, durante los meses en que la cuarentena se prolongó más, entre julio y septiembre del año pasado, más de 78 mil empresas se crearon, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Para Yennyfer Morales Olivares, docente de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), la clave está en escoger un producto que uno conozca y que se encuentre dentro de los bienes o servicios de mayor necesidad. Además, recomienda tener pasión en lo que se emprende sin temerle al fracaso porque se pasará por varios ensayos y errores antes de encontrar el producto correcto.

“La pasión y la perseverancia ayudarán a disfrutar lo que se hace con la nueva idea de negocio, así como generar los resultados que se desean. Mientras que no tener miedo al fracaso, creará la coraza necesaria para cualquier adversidad que se presente y evitar renunciar al emprendimiento”, explicó.

Entre los emprendedores que han estado surgiendo en Perú en esta complicada coyuntura, el estudio «Perfil del Emprendedor Peruano del Bicentenario», realizado por el BCP a nivel nacional, ha identificado algunas cualidades, además de la pasión, que permiten agruparlos hasta en cuatro perfiles, de acuerdo a su actitud:

Empeñosos apasionados. Son emprendedores que se esfuerzan y se caracterizan por preferir accionar a partir de sus experiencias y no planificar mucho. En su mayoría son mujeres (64%) y el 43% se encuentra entre los 30-42 años. Por nivel socioeconómico, 42% pertenece al sector C y el 54% de ellos son formales. La mayor parte se dedica a la compra y venta de artículos.

Competentes. Resaltan por su reflexividad. No suelen arriesgarse mucho para desarrollar sus planes de crecimiento. El 55% son mujeres y la mayor parte del grupo son formales (51%), el rango etario predominante es de 30 a 42 años. Por nivel socioeconómico, el 40% pertenece al sector B y 38% al C. La mayoría de los empresarios se dedican a los servicios (48%) y 44% al comercio.

Sobrevivientes. Decidieron emprender como respuesta a una necesidad y suelen comprender a la formalidad como una condición de las grandes empresas, solo el 41% es formal. La mayor parte son mujeres (57%) y la mayoría (49%) tiene entre 43 a 70 años. Por nivel socioeconómico, el 43% es parte del sector C. En tanto, el 53% optó por dedicarse a la compra de bienes y el 38% a los servicios.

Cazadores de oportunidad. Están en constante búsqueda de formas para hacer crecer su emprendimiento, ello los hace ser más arriesgados y buscar nuevas oportunidades. El 60% está compuesto por mujeres y el 46% de este perfil tiene negocios formales. Además, un 40% se encuentra en el rango etario de 30 a 42 años. La mayor parte proviene de NSE C (47%) y se dedica al comercio (52%), mientras que un 40% se dedica a los servicios.

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