Antipolítica

[EN EL PUNTO DE MIRA] La campaña electoral que recién empieza ha visibilizado un asunto bastante complejo de la dinámica política peruana: tener en disputa dos tipos de práctica política. La primera está representada por la práctica política mercantilista. En este punto podemos encontrar que la compra de votos es la condición sine qua non para llegar al electorado y para tener relativo éxito electoral. Durante el Gobierno autoritario de Fujimori esta forma de hacer política tuvo su incentivo perverso. Hasta el día de hoy se puede apreciar cómo este ejercicio político ha logrado generar un sentido común difícil de romper.

Con esta práctica lo que se busca es no tener militantes, sino clientes y redes de patronazgos. Y también –de acuerdo con Henry Hale– se busca hacer política mediante sustitutos partidarios (léase oenegés, canales de televisión, consorcios universitarios, equipos de fútbol, etc.), en los que se tenga como prioridad el candidato con dinero (así no tenga ideas claras de gobierno).

Por el otro lado tenemos a la práctica política institucional, que tiene su base en la estructura partidaria para generar adhesión política y éxito electoral. En estos momentos, dicha práctica política se encuentra disminuida por la presencia casi hegemónica de la política mercantilista, y por errores propios también. Pero, de acuerdo a una investigación que realicé para mi tesis de maestría, en las elecciones del año 2010 y 2014 para las elecciones regionales en Cajamarca, la política mercantilista tiene sus límites. El MAS, con su lema “aquí manda el pueblo” y con el uso estratégico de la problemática minera, logró ganar de forma abrumadora a un candidato fujimorista que ofrecía y regalaba dinero y víveres a cambio de votos.

Para las elecciones generales del 2026, la antipolítica (disfrazada de mercantilismo) pretende hacerse nuevamente de la política como organización y como liderazgo. Pero en un escenario caótico como el que vive actualmente el Perú, ir del terreno de las propuestas vinculadas a la recuperación de la política como asunto público –mediante liderazgos distribuidos y un partido organizado– se puede revertir ese escenario. Es un reto muy grande, pero apelando siempre a la capacidad de agencia se puede cambiar el escenario fragmentado y mercantilizado que tenemos actualmente en el Perú.

 

Tags:

Antipolítica, Campaña electoral, Institucionalidad política, Mercantilismo político

Muchos de esos rasgos antipolíticos se han mantenido y se han exacerbado a lo largo de más de dos décadas. Ahora no son patrimonio de tal o cual fuerza política o de tal o cual liderazgo. Por el contrario, se les encuentra en líderes y partidos políticos que se ubican en las derechas, en las izquierdas y en el centro del espectro político; algunos de los cuales tienen hoy responsabilidades gubernamentales y legislativas. Por eso, durante las movilizaciones de protesta, los cuestionamientos al gobierno de Boluarte fueron respondidos con un uso excesivo de la fuerza policial y militar que causó la muerte de 49 ciudadanos. O cuando Perú Libre y Fuerza Popular, partidos ubicados, al menos declarativamente, en polos opuestos la elección del Defensor del Pueblo teniendo en el horizonte sus particularísimos intereses. Como se aprecia, la antipolítica, por el momento, goza de buena salud y seguirá, en consecuencia, erosionando nuestra precaria democracia.

Carlos Iván Degregori partió a la eternidad un 18 de mayo de 2011. Aquel día nos dejó un estupendo intelectual, un antropólogo sin par, un excelente docente y un escritor excepcional.  Aquel día se nos fue uno de los imprescindibles como diría el dramaturgo y poeta Bertolt Brecht. Hoy queda releerlo, pensar los problemas del país, imaginar futuros posibles muchos más dignos y humanos que el presente y actuar en consecuencia para hacerlos posibles.

Tags:

Alberto Fujimori, Antipolítica, Carlos Iván Degregori, conflicto armado interno, corrupción, Dina Boluarte, hiperinflación, Política
x