Arbildo Meléndez

La impunidad también se puede palpar en el terreno de lo judicial. La Fiscalía de Puerto Inca renunció a identificar a los autores intelectuales del asesinato de Arbildo. Las investigaciones, ahora en etapa intermedia, están dirigidas exclusivamente contra el comunero Rabel Ibarra, quien confesó haber disparado el arma que acabó con la vida del líder kakataibo. Lo más probable es que el autor material sea condenado, mientras que la mafia de narcotraficantes detrás del crimen seguirá sin responder ante la justicia.

Hay mucho que hacer para evitar el descalabro de la Amazonía en el corto plazo, aunque el escenario no sea el más optimista. La premisa de fondo debe ser una sola: apuntalar la presencia del Estado en los territorios de los pueblos indígenas hasta que sea capaz de brindarles protección y garantizarles autonomía para que también puedan protegerse a sí mismos. Las soluciones más sostenibles funcionan así, de abajo hacia arriba y con los pies bien firmes sobre el bosque.

El segundo aniversario de la muerte del apu Arbildo Meléndez es la ocasión propicia para que el Gobierno rinda homenaje a su lucha y la de toda Unipacuyacu. Los kakataibo merece al fin vivir en paz sobre los territorios que siempre les han pertenecido.

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