El primer ministro Gustavo Adrianzén fue querellado por presentar como “delincuente y terrorista” a una persona inocente y para su defensa legal contrató a uno de sus trabajadores al cual la Presidencia del Consejo de Ministros le paga más de cuarenta mil soles.
Con las encuestas cada vez más cerca del 100% de desaprobación, el gobierno liderado por Dina Boluarte lleva un largo tiempo en un estado de desesperación ante la necesidad de algún logro que les permita presumir que están capacitados para gobernar y aleje el apellido de la presidenta de los rankings de los mandatarios con mayor desaprobación en el mundo.
Sin embargo, esta impaciencia, sumada a la innegable incapacidad que parece ser el sello de este gobierno, los ha llevado a cometer los más burdos errores. Uno de estos tuvo lugar a finales del año pasado cuando, con la crisis de inseguridad escalando fuera de control, se anunció que “el mando número dos de Sendero Luminoso” había sido capturado.
En aquella oportunidad, el entonces titular del Ministerio del Interior, Juan José Santivañez, apareció ante los medios para anunciar, y presumir, que Iván Quispe Palomino había sido capturado por la policía y que este sujeto era “un delincuente terrorista con requisitorias vigentes”. El primer ministro Gustavo Adrianzén no quiso quedar al margen del espectáculo montado y se pronunció catalogando a Quispe Palomino como un “delincuente y terrorista”.
Pero este show con el cual se pretendía mostrar eficiencia no tardó mucho en transformarse en uno de los más grandes bochornos para el Ejecutivo. Luego de haber privado de su libertad a Iván Quispe Palomino, se descubrió que este personaje no tenía requisitorias vigentes ni mucho menos formaba parte de una agrupación terrorista.
Días después, Quispe Palomino fue liberado. No obstante, su imagen había aparecido en cuanto medio de comunicación existe en el Perú acompañada del infame rótulo de terrorista y, como cualquier persona que ve dañada su imagen, Iván Quispe decidió querellar a Gustavo Adrianzén y Juan José Santiváñez por el presunto delito contra el honor en la modalidad de difamación agravada.
¿TRABAJO DE MEDIO TIEMPO?
Según lo señalado en la Ley del Servicio Civil, el servidor civil, como lo es el premier Gustavo Adrianzén, tiene derecho a contar con defensa y asesoría legal en procesos judiciales o investigaciones por hechos que han tenido lugar cuando estaba en funciones.
Por ello, luego de ser querellado por Iván Quispe Palomino y estar próximo a una audiencia de apelación por este caso, el premier Gustavo Adrianzén Lino no dudó en solicitar el servicio de asesoría y defensa legal cuyo costo sería asumido en su totalidad por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Un día después de esta solicitud, el miércoles 16 de abril de este año, la Presidencia del Consejo de Ministros decidió otorgarle a quien la preside el beneficio de defensa y asesoría legal.
Sin embargo, al revisar la extensa lista de órdenes de servicio emitidas por la Presidencia del Consejo de Ministros en el mes de marzo se puede observar que los pagos por defensa y asesoría legal al premier vienen desde mucho antes. En el mes de marzo, la PCM pagó cuarenta y un mil soles al abogado César Alberto Chávez De la Peña por esta labor.
Pero no es la primera vez que el nombre de este abogado aparece en la lista de órdenes de servicio de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Aparentemente, el premier Adrianzén habría elegido como su abogado a uno de su trabajadores. En la siguiente orden de servicio que corresponde al mes de enero del 2025, se puede ver que el abogado Chávez de la Peña fue contratado por la PCM para brindar apoyo legal y por este trabajo recibió treinta y seis mil soles.
Además, entre los meses de septiembre y diciembre del 2024, el letrado que ahora atiende el caso que involucra al primer ministro registró cuatro órdenes de servicio por diferentes servicios por un total de cuarenta y un mil soles, un monto que pudo repetir con lo recibido sólo en el mes de marzo de este año con el caso de Gustavo Adrianzén.
EXPERTO EN MALOS FUNCIONARIOS
Esta no ha sido la primera experiencia del abogado y trabajador de Adrianzén en casos de funcionarios cuestionados. Entre 2023 y 2024, el letrado Chávez de la Peña recibió más de setenta y ocho mil soles por encargarse de la defensa de Modesto Montoya, quien fue ministro del Ambiente durante el gobierno de Pedro Castillo y al quien la Contraloría recomendó denunciar por designar personal no calificado.
Chávez de la Peña también se ha encargado de la asesoría y defensa legal para el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES), una de las áreas más cuestionadas y con repetidas falencias del sector salud, y por ese trabajo ha recibido más de veintiséis mil soles.
Las innumerables distracciones que afronta un gobierno más preocupado por convencer que no merece este nivel de desaprobación que por realizar una labor eficiente están llevando a que el premier, los ministros y hasta la propia Dina Boluarte cometan errores pocas veces vistos. Pero casos como el del titular de la PCM contratando con dinero del erario público a uno de sus trabajadores para que lo defienda demuestran que no hay un interés real en enderezar el rumbo.