crianza

Pretender tamizar todo lo que los chicos van a leer en textos escolares o ver en películas, es como masticar previamente todo lo que van a comer. Revela nula confianza en ellos y, sobre todo en nosotros y en lo que nosotros creemos. Apunta a una vocación de control totalitaria que termina en uno de dos extremos, ninguno deseable: el sometimiento que anula o la rebelión que destruye. Y por último, es una pérdida de tiempo y energía impráctica que lleva al desorden.

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crianza, Padres, sociedad
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