desastre natural

Más bien, mientras se diseña una reforma del ejecutivo en consenso político con el horizonte de las elecciones generales del 2026, lo que se debería hacer es recomponer el programa de Reconstrucción Con Cambios y enfocarlo en estos próximos 3 años a trabajos de canalización de ríos, expansión de salida de ríos al mar, descolmar cauces, trabajar en conjunto con los Gobiernos Regionales para una redefinición de zonas habitables en laderas y cuencas, y la consecuente reubicación de las familias vulnerables.

Quien lleve las riendas de la ARCC debe ser un profesional experto en gestión de proyectos, altamente calificado, pragmático y con comprobada probidad, que pueda estar rodeado de los mejores técnicos con similares características, para priorizar y ejecutar las acciones pertinentes en estos 3 años.

En paralelo, urge que se inicie la discusión de la reforma del ejecutivo, para pasar de una burocracia del siglo XIX a una del siglo XXI, con la cuarta revolución industrial encima, la cual nos obliga a implementar políticas públicas que combinen técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que generen un nuevo valor e integración en las organizaciones, las personas y los activos.

Una parte consiste en definir o unificar Ministerios, por ejemplo, es necesario juntar Midis con Mujer, Pesca con Agricultura, pasar Mypes a Mincetur, reorientar Minedu en Ministerio de Formación, Ciencia y Tecnología, la creación del Ministerio de Obras Públicas, entre otras reformas posibles.

Pero aún es más importante definir sus roles, sus procesos y sus objetivos, con el convencimiento de que el uso de las tecnologías inteligentes más que una necesidad, son herramientas vitales para el desarrollo del bienestar de nuestras sociedades.

Porque la lluvia, la lluvia caerá…

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Durante el terremoto del 2007, como en las inundaciones provocadas por el niño costero, se registró un aumento de los casos de violencia de género, especialmente de violencia sexual. Un nuevo escenario de catástrofe como el que vivimos actualmente con el Ciclón Yaku vuelve a generar la alerta. Pero una vez más, nos encuentra sin mecanismos estatales establecidos para la atención de uno de los principales problemas que tiene el país que registra más de 25 000 denuncias por violencia sexual al año en agravio de mujeres, siendo que para el 2022, 11 080 eran de violación sexual y de estas, 7614 en agravio de niñas y adolescentes.

La solidaridad ciudadanía es aplaudida, sobre todo la relacionada con dotación de alimentos para la población afectada. Sin embargo, hay necesidades que son invisibles en estas circunstancias pero que exponen y agreden a las personas más vulnerables y cuya atención es responsabilidad estatal.

Urge un protocolo de actuación específico para estos casos, que involucre la participación ciudadana y contribuya a la lucha contra la violencia y la discriminación.

 

[1] Artículo 8 del Reglamento de la Ley N°30364 – “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar” que reconoce como una modalidad de violencia a la violencia en conflictos sociales.

[2] Recomendaciones del Comité CEDAW al estado peruano en el marco de su noveno informe periódico, párr. 24, h).

[3] Recomendación General N°37 del Comité CEDAW, párr. 56.

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Ciclón, desastre natural, violencia sexual
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