El acoso telefónico no quedó ahí, porque esas comunicaciones terminaron elevando su plan hasta los S/100, asegura mostrándonos el recibo que le llegó. “Entel te llama de manera insistente y encima te cobra por contestarles”, dice Pinzás, que en varias oportunidades había solicitado a la empresa que deje de llamarlo para ofrecer promociones.
Lo peor es que muchos clientes enfrentan la suspensión de sus servicios cuando no pagan lo que les pide la empresa de telefonía. Walter Curioso Vilchez, por ejemplo, hizo un viaje con su familia a Estados Unidos en noviembre del año pasado. Solicitó a Entel la activación del roaming, pero durante el tiempo que estuvo fuera del país le llegaban mensajes de una deuda que él no reconoce hasta hoy.
“Me suspendieron la línea por una deuda de S/300 por uso de roaming”, relata Curioso, y nos muestra los mensajes de las amenazas de Entel. Indica, además, que la empresa no le permitía hacer el pago por Internet y le sugirieron que busque un amigo que viva en Perú para que pueda cancelar la deuda.

Sudaca se comunicó con Entel para pedirle explicaciones ante estos reclamos. La empresa apenas atinó a comunicarnos que “debido al secreto de las telecomunicaciones, sólo podemos brindar los detalles del procesos a las personas involucradas”.
Los abogados consultados para este informe señalan que si la respuesta a las quejas de un cliente no es satisfactoria, lo mejor es recurrir a Osiptel, que solo en el primero semestre del año pasado impuso multas a esta compañía por S/7,3 millones, principalmente debido al incumplimiento de obligaciones relacionadas a la “portabilidad” (el servicio que permite a los usuarios mantener sus números aunque cambien de operador). Al parecer, a Entel le hacen falta algunas multas más para cambiar su proceder.