escritores peruanos

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Para terminar mí recorrido, como alguien que tiene tatuado el árbol blanco de Góndor, tenía como objetivo los stands de fantasía. Siempre es divertido ver nuevas ediciones de Harry Potter y del Señor de los Anillos. Le dieron magia al mundo cuando estaba al borde de perderla. Y en este infinito mundo de libros, Albus Dumbledore coincide en que el lenguaje es el hechizo más poderoso. Ahora era un hobbit que asistía a Hogwarts.

Resguardado por Gandalf, el mago gris, emprendí la última caminata entre el laberinto de textos. Mi otra obsesión, el anime y los mangas, que en muchos casos son altamente discriminados, son una fuente de poder, reflexión y autosuperación que no muchos se atreven a beber. Ya casi no quedaban tomos completos. One Piece de Eichiro Oda, el más famoso y exitoso de todos los tiempos, se encontraba agotado.

No pude evitar comprar la novela ligera de Hatake Kakashi, sensei de Naruto, quien siempre está en mi interior dándome calor. Masashi Kishimoto dio vida al mundo de Naruto y a las naciones shinobi que me rescataron en mi infancia. Lo más preciado era la colección completa de Berserk del ya fallecido Kentaro Miura, quien no pudo culminar la aventura de Guts, su protagonista.

Foto de mangas
Foto de mangas.

Dirigiéndome a la salida, estaba imbuido de una metamorfosis de personajes y etapas de mi vida. El laberinto despertó un frenesí e ímpetu por regresar aún más a tiempos marcados por historias. Casi corriendo fui a las editoriales más grandes e hice mi última compra. Felizmente, al comprar las entradas te dan un descuento según el tipo de entrada que tengas. Encontré mi primer libro, mi introducción a millones de mundos: El diario de Ana Frank.

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Para Quiroz, el transbarroco actual de nuestra poesía es una reaparición de la tendencia barroquizante de las letras andinas desde el siglo XVII. Muchos de los poetas de la antología desarrollan una sensibilidad que parte del barroco de Indias, pero que se adapta a los ritmos de la vida contemporánea y recusa los excesos del conversacionalismo, esa tendencia a veces simplista que ha cundido y aún cunde en distintas tradiciones poéticas latinoamericanas.

Para referirnos a su última entrega poética, La mitad de un destello que nos devuelve (2022) Quiroz nos ofrece un conjunto de 33 textos los cuales destacan la movilidad, el tiempo y el espacio todo a través de los distintos tipos de sensibilidad. Escritos bajo la tendencia transbarroca de la que es adalid, en esos poemas encontramos numerosas innovaciones del lenguaje, con textos que fluyen como si los uniera un movimiento subterráneo que nos pone al borde del abismo, pues están dedicados a la memoria de un ser querido recientemente fallecido.

En fin, agotar la descripción de las innumerables publicaciones y actividades de Rubén Quiroz sería el cuento de nunca acabar. Que baste este saludo por su último libro y que los dioses de la inspiración lo sigan visitando con frecuencia. Es sin duda uno de los intelectuales peruanos más destacados de las últimas generaciones.

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Algunos llegaron muy pequeños y crecieron con el inglés. Son los casos, por ejemplo, de Marie Arana y Alberto Alarcón. Otros llegaron adolescentes y aprendieron el inglés de manera muy fluida, y por lo tanto escriben tanto en español como en la lengua de Faulkner. Este sería el caso de Oswaldo Estrada.

Pero muchos llegaron ya adultos y mantienen su lealtad al español de manera insobornable, creando una riquísima veta de producción que a veces es poco conocida en el Perú y otros países hispanohablantes. Entre los narradores hay que mencionar, por ejemplo, a Eduardo González Viaña (aunque ahora en España), Isaac Goldemberg, José Castro Urioste, Peter Elmore, Miluska Benavides, Rossana Montoya, Rocío Quispe, Cesar Ruiz Ledesma, Claudia Salazar, Margarita Saona, Rocío Uchofen, Alberto Caballero, Alfredo M. Del Arroyo, Ani Palacios, Fernando Salmerón, Jerry Gómez Shor Jr., Julio Jesús Zelaya Simbrón, Luis Fernández-Zavala, Martín Balarezo García, Rina Soldevilla, Ricardo Vacca-Rodríguez, Ulises San Juan, Luis Hernán Castañeda, Alexis Iparraguirre, Carlos Villacorta, Christian Palacios y Enrique Cortez, entre otros. 

Los poetas no se quedan atrás. Hay poetas mayores, de la generación del 68, como Raúl Bueno, Rubén Urbizagástegui y José Cerna-Bazán. Otros ochenteros como el finado Eduardo Chirinos (muerto el 2016), José Antonio Mazzotti, José Bravo de Rueda, Carlos Orihuela, Mariela Dreyfus, José Serna, Roger Santiváñez y Miguel Ángel Zapata, y otros noventeros y más recientes como Ana Varela, Enrique Bernales, Chrystian Zegarra, Evgeni Bezzubikoff, Erika Almenara y muchos más. Que me disculpen si se me pasa algún nombre, como es casi seguro. Y no son menos importantes los poetas en quechua como Dora Caballero Hurtado, Fredy Roncalla, Odi Gonzales y la itinerante Ch’aska Anka Ninawaman.

El 2015 la Asociación Internacional de Peruanistas, creada en 1995 para coordinar las actividades de los muchos estudiosos que se enfocan en el Perú, organizó el Primer Encuentro de Escritores Peruanos en los Estados Unidos en Washington, DC. Acudieron casi cien escritores y la cosa acabó en fraternal fiestón. 

El panorama es, pues, muy amplio. Se espera que pronto haya un Segundo Encuentro, ya que las masas lo exigen.

Escuchemos a nuestro Quinto Suyo, pues tiene mucho que decir.

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Vaya escandalete que se ha armado esta semana por la decisión de desembarcar a nueve de los invitados de la lista anterior de delegados a la FIL Guadalajara. Los desembarcados son los escritores Karina Pacheco, Katya Adaui, Gabriela Wiener, Jorge Eslava, Renato Cisneros y Cromwell Jara, el crítico Marcel Velásquez, la historiadora Carmen Mc Evoy y la especialista Nelly Luna, que en agosto ya había desistido de participar.

Se trata de nueve personalidades del mundo literario y cultural que han sido “desinvitadas” a la Feria de un total de sesenta. La nueva lista contiene 69 nombres. Es decir, que el ministro Gálvez logró su cometido de introducir 18 nombres nuevos, en su mayoría provenientes de provincias, según prometió al anunciar que revisaría la lista del ministro anterior, Alejandro Neyra, proclamada apresuradamente en los estertores del gobierno neoliberal de Sagasti, el 27 de julio último.

Ante el desembarco, una serie de los re-invitados decidieron declinar en solidaridad sobre todo con Karina Pacheco, Katya Adaui y Gabriela Wiener, supuestas representantes del feminismo local que incomoda al actual gobierno “machista y patriarcal”. (¿Será por eso que casi nadie puso la cara por los escritores varones bajados del avión?).

Sacando pechito, también “Renato Cisneros se solidarizó con sus compañeras [desembarcadas] y calificó la medida como como un maltrato lleno de torpeza y mezquindad por parte del ministro de cultura y el gobierno”, según dice en una entrevista el autor de Busco novia.

Por su lado, el periodista de La República Mirko Lauer apunta: “Pero la solución a la polémica no es el maltrato. Tampoco lo es introducir, o añadir, en el proceso de selección criterios que no son estrictamente literarios”, como si la lista anterior hubiera estado basada solamente en criterios literarios y no en la tradicional preferencia hacia la argolla del establishment culturoso limeño.

De este modo, y en contraste con esas lecturas, el autor disidente Rodolfo Ybarra afirma: “El caso más patético es el de escritores, hijitos de familias pudientes y/o criollos, que se han venido beneficiando todos estos años solo con el fin de apuntalar una especie de costra culturienta que clasista y racistamente invisibiliza a las provincias y le niega el paso a las nuevas generaciones”.

Asimismo, la actriz Andrea Patriau publicó en un tweet que: “Saltan todas las voces cuando tocan al establishment caserito del mincul. Pero cuando se denunciaron irregularidades en los concursos o asignaciones de dinero a dedo en las administraciones anteriores callaron en todos los idiomas. No llamen justicia a sus intereses personales”.

En efecto, “muches” de “les” renunciantes y denunciantes de la nueva lista son “les mismes” que firman comunicados contra el gobierno de Nicaragua y salen a defender al neoliberal y filogolpista Sergio Ramírez. Suelen ser Verolovers que han visto amenazada su entrada al Mincul y ahora pegan el grito en el cielo. Hasta “argolla minculera” los llama el periodista Gabriel Ruiz Ortega de Caretas, en tono coprolálico que no suscribimos. Sin embargo, una dramaturga renunciante calificó a los nuevos escritores de provincias como una sarta de “desconocidos”, en evidente expresión de clasismo y racismo limeñocéntrico, cuando en la nueva lista hay valiosos representantes de la literatura oral y escrita que simplemente no circulan en los medios de la capital. 

En suma, los testimonios de uno y otro lado abundan. Lo cierto es que el ministro Gálvez puso el dedo en la llaga, aunque quizá debió ser más radical y desembarcar a muchos otros y no solo a nueve de la primera lista, como lo propusimos en una columna pasada.

Que siga el circo. Lo cierto es que con las renuncias de algunos y no de otros que se quedaron en la segunda lista el “establishment” limeño comienza a resquebrajarse. Ya veremos hasta dónde llega la nueva política del Mincul bajo este gobierno de izquierda. Ojalá no decepcione.

 

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Ciro Gálvez, escritores peruanos, FIL Guadalajara
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