gas camisea

Además, el Minem ha destinado un presupuesto de S/ 150 millones del FISE para el conocido proyecto “7 regiones” desde abril de este año, según informó dicho ministerio a Sudaca. Esta iniciativa busca impulsar la masificación del gas natural en las regiones de Ayacucho, Cusco y Ucayali en una primera etapa aprovechando su cercanía a ductos ya existentes. En una segunda etapa se hará lo mismo con Huancavelica, Apurímac, Puno y Junín. A comienzos de este año, el ministerio aseguró que en 2 años lograrían el objetivo. 

La construcción de más gasoductos también es necesaria. Uno de ellos es el recordado –y manchado por la corrupción de Odebrecht– Gasoducto del Sur. Ahora el proyecto se llama Sistema Integrado de Transporte de Gas Natural – Zona Sur del Perú (SITGAS). Desde el Minem aseguraron a Sudaca que “se encuentran coordinando la segunda etapa de los estudios necesarios para continuar con el proceso de adjudicación”, aunque sin un plazo fijo para hacerlo finalmente realidad. 

Aunque lo anterior suena prometedor, corregir la disparidad tarifaria es otro pendiente. El organismo estatal encargado de fijar las tarifas es Osinergmin. Cada cinco años las empresas concesionarias le presentan un plan quinquenal con proyecciones de demanda, metas y un mecanismo de promoción. Osinergmin analiza la propuesta alcanzada, arma una propia, y establece la tarifa final.

Contugas pasó por ese proceso este mismo año y no terminaron muy contentos. “En algunos puntos no estamos de acuerdo. Para fijar las tarifas Osinergmin usa un modelo regulatorio llamado empresa eficiente. Es idealizada. Hay infraestructura y gastos operativos que no son tomados en cuenta por el regulador y hacen que la tarifa finalmente no remunere las inversiones y los gastos operativos del concesionario”, reclama Luis Salas, gerente de tarifas y regulación técnica de la empresa operadora en Ica. 

Una comparación del kilometraje y recorrido de nuestros gasoductos con otros países de la región dan cuenta de lo mucho que falta por construir. 

Desde el Ejecutivo parecen haber tomado conciencia de este problema, aunque no contaban con que el Legislativo entorpezca las cosas. En noviembre del año pasado presentaron el proyecto de ley 679 que buscaba fijar una tarifa única de distribución para el GN. Este fue aprobado por el Congreso en julio. Sin embargo, Castillo observó su autógrafa el último 15 de agosto. 

La iniciativa del gobierno buscaba que el FISE y el Sistema de Seguridad Energética en Hidrocarburos (SISE) financiara la ejecución de proyectos para la masificación del gas en todo el país. Sin embargo, en su versión aprobada el Congreso excluía de su alcance a las empresas concesionarias con contratos vigentes. 

Al observar la autógrafa, el Ejecutivo manifestó que la postura legislativa constituye una decisión contraproducente con el objetivo de la ley, ya que dejaba fuera de su alcance a las regiones de Arequipa, Tacna, Moquegua, Áncash, Piura, Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Lima, Callao e Ica, donde sí hay concesionarios y no hay conexión absoluta. Hoy, el proyecto está de nuevo en la Comisión de Energía y Minas. 

“La tarifa única nacional es fundamental. Los congresistas se confundieron, pensaron que al extender la tarifa se beneficiaba el concesionario. Fue un error conceptual. Los concesionarios tienen un contrato y no ganan más por tener tarifas más reducidas. Si la aprobaban así en regiones donde hay concesionarios los domicilios pagarían una tarifa más cara que aquella donde no hay concesionario”, explica Felipe Cantuarias, presidente de la SPH. 

Sudaca buscó la versión de Osinergmin sobre las críticas planteadas a su sistema para establecer las tarifas, así como su opinión sobre el proyecto de una tarifa universal. Sin embargo, aunque se comprometieron a hacerlo, al cierre de esta edición no recibimos respuesta.

Para Erick García estos cortocircuitos entre Ejecutivo y Legislativo ocurren por la ausencia de un articulador estatal. “Acá lo que se necesita es una autoridad nacional que alinee a todos. Eso tiene que cambiar”, sostiene el ex funcionario.  

Complejo o no, el camino para masificar el gas natural ya está trazado. Falta, como es evidente, escoger una dirección segura para avanzar. Toca esperar que los poderes del Estado, tan acostumbrados a jalar agua para su propio molino, no lo hagan con este recurso energético fundamental para el futuro nacional. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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