Ultimas noticias de un canalla
Hace unas semanas, Juan Carlos Reynoso fue detenido en la ciudad de México por los presuntos delitos de lavado de activos y de tráfico ilícito de drogas, durante un operativo conjunto de varias agencias mexicanas y extranjeras que se realizó en las oficinas de la financiera Black Wallstreet Capital, que, según medios del país norteamericano tendría una larga relación con esta empresa y, probablemente, con el jefe del Cartel de Jalisco Nueva Generación alias El Mencho. En relación a esta noticia policial, Juan Carlos Reynoso junior hijo del dueño de Omega ha salido a decir que su padre estuvo en el lugar equivocado a la hora equivocada y que esa detención no tiene que ver nada con lo que viene sucediendo con los reclamos que vienen realizando los afiliados de Omega Pro, es más, Reynoso hijo dijo que su padre es solo un simple vendedor de dicha empresa y que él también tiene dinero invertido en Omega Pro. Pese a que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP alertó sobre Omega Pro, las autoridades judiciales y fiscales de nuestro país no han condenado los actos que contravienen a la ley; hoy se sabe que Omega Pro ahora se llama Go Global y que Reynoso antes tuvo Icomtech que desapareció, luego que muchos de sus integrantes fueron detenidos por presunta estafa. Hasta ahora no sabemos nada de los futbolistas de élite que prestaron sus imágenes para avalar a esta moledora de carne humana, que transforma a los necesitados en menesterosos y los sepulta bajo toneladas de deudas imposibles de pagar.

Hace unos años, un periodista especializado en romper mitos, en aclarar conceptos y en divulgar conocimientos dijo que la forma más fácil de ponerle fin a una estafa piramidal era preguntando qué pasaría si cada uno de los treinta millones de peruanos le diéramos un sol a cada connacional, pues este sería multimillonario al instante, pero ese ejercicio no podría hacerse con el resto de peruanos, porque para eso cada hombre, mujer y niño nacido en este país tendría que aportar treinta millones de soles menos uno a cada compatriota. “¿Y por qué treinta millones menos uno?”, preguntó alguien. “Porque ese uno eres tú”, contestó el periodista.
Piensen en eso cuando aparezca el sucesor de Juan Carlos Reynoso.