Por todo ello, es fundamental que la sociedad esté siempre vigilante y que defienda la libertad de prensa como un valor fundamental de la democracia. Los medios de comunicación deben ser libres e independientes para poder cumplir su función de informar a los ciudadanos de manera veraz y objetiva, y para poder ejercer su papel de contrapoder frente a las autoridades.
En definitiva, la libertad de prensa es esencial para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas de los gobiernos, así como para proteger los derechos y las libertades de los ciudadanos. Por eso, debemos estar siempre alerta ante cualquier intento de controlar o limitar esta libertad, y defenderla y fortalecerla.
Esperamos que el Congreso recapacite y si no lo hiciera, que el Ejecutivo observe esta ley, que a la postre, conducida a un tribunal mayor, como el constitucional, va a terminar dándole la razón a los medios de prensa. Pero es menester advertir de antemano el tufillo autoritario y controlista de un sector importante de la clase política respecto de una de las libertades esenciales de la democracia.
El periodista Luis Jochamowitz sobre el caso ‘Plata como cancha’ dijo que “es una sentencia insostenible que en segunda instancia va a quedar desechada. Es un disparate completo”. Agregó que “demuestra la torpeza de un político o negociante de la educación. Que peligroso es darle poder a una persona tan incompetente. Que peligroso es tener esa clase de líderes políticos”.
Adriana León, periodista del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) opinó que “es un nefasto precedente que el juez haya fallado de esa manera. Es absurda. Con lo que dice la sentencia, nadie podría ser periodista”. Agregó que “hay una instrumentalización de la justicia para acallar a la prensa” y resaltó “la solidaridad enorme de todos los colegas, organizaciones internacionales y sociedad peruana en este caso”.
El periodista Christopher Acosta indicó que se siente fortalecido pese al fallo en su contra. Sobre todo porque se trata de un trabajo de investigación riguroso que incluso después de su publicación continúa mostrando cómo es César Acuña.
Acosta también señaló que parece que a César Acuña le molesta la existencia del libro porque compila información del archivo judicial y mediático en un solo objeto.
La Corte Suprema y la Junta Nacional de Justicia tienen que hacer un trabajo urgente de fiscalización y sanciones a muchos fiscales y jueces de primera instancia, que cuando se abocan a ver casos vinculados a la libertad de prensa, muestran una ignorancia absoluta de las protecciones legales de los periodistas, sus garantías constitucionales y sus prerrogativas profesionales.
Lo acabamos de ver en la absurda y abusiva sentencia recibida por el periodista Christopher Acosta y el editor Jerónimo Pimentel, por obra y gracia del juez Jesús Vega, condenados ambos a dos años de prisión suspendida y al pago de cuatrocientos mil soles de reparación civil, luego de una querella planteada por César Acuña. Ha bastado escuchar los argumentos del juez para darse cuenta que no entiende absolutamente un ápice -o lo entiende muy bien y es motivado por otros afanes- de los márgenes jurídicos que garantizan el ejercicio periodístico.
Algo similarmente escandaloso ocurrió hace algunos días, cuando una bufalesca montonera de policías y fiscales allanó la vivienda del periodista Pedro Salinas, por una querella interpuesta por un aparente turiferario sodálite que ha buscado un despropósito para amedrentar al periodista. En este caso, el solícito fiscal contra la libertad de prensa se llama Reynaldo Abia.
He tenido a lo largo de mi carrera periodística casi una veintena de querellas, todas perdidas en primera instancia y luego ganadas en instancias superiores (salvo una, que se halla en revisión en estos momentos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dada su grosera improbidad). Hay un tic autoritario, antilibertario, inscrito en el ADN procesal de los jueces de primera instancia que es menester corregir rápidamente, porque constituyen una serísima amenaza a la libertad de prensa.
En el Perú ya no es el poder gubernativo, como suele suceder, el que amedrenta a la prensa. Son también poderes fácticos los que aprovechando su enorme influencia y poder, atarantan o seducen a magistrados para que fallen venalmente, como en los casos mencionados.
Se espera que en segunda instancia estos groseros dislates contra la libertad de prensa sean corregidos y la sociedad peruana no vea coartada una de las mayores libertades que una democracia debe exhibir. No es un fallo, no son uno o dos periodistas los afectados. Es la democracia en sus fundamentos la que ha sido magullada estas horas.
Acuña logra una condena con fundamentos vergonzosos. La hipocresía de Enrique Ghersi. Bermejo despotrica contra Cerrón. ¡Y por qué Salaverry en Peru Petro!
El juez Raúl Jesús Vega sentenció en primera instancia a Christopher Acosta y Jerónimo Pimentel a 2 años de prisión suspendida y al pago de 400 mil soles de reparación civil en favor de César Acuña porque consideró que el libro «Plata como cancha» ha traspasado los límites de la libertad de expresión y ha agraviado a Acuña.
Los detalles de la sentencia y el comentario de Patricia del Río junto a Pedro Salinas en el programa de hoy.
En sus primeros 120 días de gobierno, el Presidente Castillo tiene un balance negativo según la plataforma “Vigilantes”. “Esto debido a que solo en 18 de 45 indicadores no se encuentra jalado”, explicó Adriana Urrutia, Presidenta de la Asociación Civil Transparencia.
Urrutia explicó que se analizaron los compromisos asumidos ante la ciudadanía por el mandatario cuando era candidato; y es preocupante que se encuentre jalado en libertad de prensa, lucha contra la corrupción y transparencia. Por lo que espera, que esta información permita reencausar las políticas del Presidente.