Licencia por menstruación

En Japón, por ejemplo, donde existe licencia menstrual desde 1947, muchas mujeres prefieren no ejercer este derecho por miedo a que se vea como señal de debilidad, y que puedan disminuir las probabilidades de que sean contratadas. Esto me suena a algo que sucedería en el Perú de contar con esta licencia. En mi experiencia, en algunos lugares donde he trabajado, he sido testigo de discriminación contra mujeres en casos relacionados a la menstruación, y no solo por hombres, sino también por otras mujeres. También he sido testigo de cómo amigas han sido objeto de discriminación para acceder a un empleo por estar embarazadas, o he escuchado a personas decir antes de entrevistar a una mujer joven «pregúntale si está casada porque no queremos más licencias post natales». Es un hecho que en nuestro país existe discriminación contra la mujer en el ámbito laboral y que estamos muy lejos de lograr la igualdad, y preocupa que, de contar con una ley de este tipo, se pueda usar en contra de la mujer y aumentar la desigualdad.

En el Perú el empleo informal sobrepasa el 76%, y para ser exactos, la tasa de empleo informal afecta al 76,3% de las mujeres ocupadas (Fuente: INEI). Si tomamos en cuenta lo que pasa en Japón y la brecha de género existente en Perú en el ámbito laboral, por más que una ley que otorgue licencias por menstruación dolorosa sea necesaria, podría no ser positivo para el género femenino y en general, para la economía formal. Esto podría desmotivar las contrataciones de mujeres, podría aumentar el empleo informal para evitar cumplir con este tipo de leyes, y por ende ir en contra de la paridad que se busca lograr entre ambos géneros en el sector laboral.

Tags:

Licencia por menstruación
x