multitasking

En estos tiempos de teletrabajo y necesidad de alta eficiencia, muchas personas han recurrido al multitasking, es decir la capacidad de llevar a cabo distintas actividades de forma simultánea. Muchas veces el multitasking puede resultar positivo si se consigue realizar con eficacia, pero para algunas otras personas puede no ser la mejor opción.

Un informe de la EAE Business School explican algunos beneficios del multitasking:

Ahorro de tiempo: Ser multitasking permite ser más rápidos y eficientes al realizar las labores, lo que implica un mayor rendimiento y facilidad para conciliar trabajo con vida personal.

Aumento de productividad: El multitask bien ejecutado permite asumir volúmenes de trabajo importantes gracias a un aumento del rendimiento sin renunciar a la calidad. Esto también se traduce en un rendimiento económico.

Asumir más responsabilidades: Ser un multitasker eficaz facilita asumir más responsabilidades gracias a esa habilidad para hacer varias cosas a la vez para el logro de una mayor eficiencia.

Trabajo de calidad en entorno caótico: Si el espacio de trabajo o el clima laboral exige una atención constante, el planteamiento multitasking será de ayuda para no sucumbir a las distracciones constantes.

Superar los inicios de una empresa: El multitasking puede convertirse en una necesidad en situaciones difíciles, como por ejemplo cuando iniciamos un proyecto empresarial o en contextos de crisis.

Por otro lado, existen algunas desventajas de esta capacidad adquirida:

Estrés: Este es uno de los factores que más afectan a los profesionales multitask, pues la mayor parte del tiempo se encuentran saturados de trabajo y -pese a que lo intentan- sienten que no suelen llegar a los resultados que esperan.

Entorpecimiento del trabajo: En caso de no prestar la atención requerida en cada tarea por estar realizando muchas a la vez, el trabajo multitarea suele sacrificar calidad en beneficio del tiempo de realización.

Efectos negativos en la vida personal: Cuando un trabajador es multitasking suele estar más cansado e irritado de lo habitual debido a la exigencia laboral y puede trasladar estos problemas a su entorno personal.

Lo recomendable es encontrar el punto de equilibrio entre la lista de tareas pendientes y la productividad que se desea alcanzar, generando una sana organización mediante el criterio de prioridades para ordenar las tareas de mayor o menor urgencia. Además de ser posible, es bueno delegar tareas y desconectarse de los dispositivos electrónicos relacionados al trabajo, sobre todo durante los fines de semana para poder recargarse de energía.

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