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Pandemia archivos | Página 7 de 8 | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Pandemia

La pandemia afectó a la industria musical. La ausencia de conciertos, la cancelación de eventos y la falta de producción golpeó demasiado a este sector. Muchos artistas tuvieron que reinventarse o adaptarse a la nueva normalidad con recitales online que, si bien no les ha servido para reactivar su sector, sí ha logrado que muchos artistas obtengan ingresos o sigan vigentes en el mundo digital. TuneCore, líder global en distribución musical digital para artistas independientes y que acaba de lanzar sus operaciones en Latinoamérica, presenta las claves para que los músicos se mantengan vigentes pese a la crisis del Covid-19.

 

Impulso 2.0. Lo digital ya es una realidad para el mercado. Sabemos que hay algunos obstáculos en el camino, pero hoy en día facilita el ascenso de la carrera de un artista. Entonces tres puntos clave son: planificación, avance y consistencia.

 

Estos tres puntos son claves para el trabajo musical digital. Planificar: como en cualquier carrera o segmento, es fundamental.

 

Avanzar: A medida que los curadores y editores de playlists trabajen junto al artista. Por eso es importante que el músico anuncie, 15 o 20 días antes, la fecha de lanzamiento de su single.

 

Consistencia: Fundamental para que tu nombre, como artista, resuene siempre a tu alrededor. No sirve de nada lanzar un single hoy y esperar 6 meses para lanzar otro.

 

Uso de redes sociales: Son una gran ventana para los artistas y deben considerarse como una alternativa para quienes quieran hacer conciertos. Principalmente artistas en las primeras etapas de sus carreras. Son excelentes aliadas para los músicos. Sirve para expandirse y dar visibilidad. Son una potente ventana social.

 

Cabe señalar que TuneCore -asegura Bruno Duque, líder de TuneCore en Latinoamérica- ha desarrollado varias asociaciones en toda la región para ayudar a los artistas a tener mayor visibilidad. Son asociaciones con portales de música, con personas influyentes que difunden su música. Este mes, asegura Duque, la plataforma lanzó TuneCore Rewards. Se basa en una serie de videos educativos, «master class», que cubren temas como promoción, redes sociales y planificación de lanzamientos.

 

“Hasta ahora hay más de 1 millón de artistas que han pasado por TuneCore en todo el mundo. Lo hacen registrándose en la web www.tunecore.com/es”, detalló.

 

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Música, Músicos, Pandemia, Redes sociales, Tunecore

Ante los crecientes problemas de salud mental ocasionados por el teletrabajo, la pandemia y la constante incertidumbre.

 

El teletrabajo y las responsabilidades en casa pueden generar complicaciones y espacios de distracción que muchas veces nos llenan de frustración por no poder terminar con los pendientes del día. Es un agotamiento físico, pero sobre todo mental, que puede dañar tu salud mental.

 

Una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) da cuenta de que 7 de cada 10 personas han visto afectada su salud mental durante la pandemia. Es por eso que resulta muy importante el organizarnos para optimizar nuestro tiempo en el trabajo y luego disfrutar de un merecido descanso.

 

Para poder organizarnos y llegar con tranquilidad a descansar, existen diversas herramientas de gestión de tiempo. La que se consolidó como la más popular y eficiente en los últimos años es la Técnica Pomodoro. Se trata de una herramienta que usa el tiempo como un valioso aliado para permitirnos mejorar continuamente la forma en que trabajamos o estudiamos.

 

¿Cómo usar la Técnica Pomodoro?

 

Lo primero es hacer una lista con todos los pendientes del día, así sabremos concretamente a qué dedicaremos nuestro tiempo. Esta técnica trabaja con intervalos de 25 minutos altamente productivos, por lo que el siguiente paso es programar el temporizador con este tiempo y empezar con las tareas en orden hasta que suene el reloj. A estos intervalos los llamaremos Pomodoros.

 

Una vez que el tiempo se cumpla, asigna cinco minutos de descanso. Sigue trabajando, Pomodoro tras Pomodoro, hasta que la tarea que tienes entre manos haya finalizado. Cada 4 Pomodoros tómate un descanso más largo, que puede ir de 15 a 30 minutos.

 

Si necesitas más de 5 o 7 Pomodoros para una tarea, lo mejor será dividirla en tareas más pequeñas. Si necesitas menos de un Pomodoro para una sola tarea, agrégala y júntala con otra. Evita usar la Técnica Pomodoro para las actividades que haces durante tu tiempo libre. ¡Concéntrate en disfrutarlo!

 

Beneficios de la Técnica Pomodoro

 

  • Alivia la ansiedad vinculada a comenzar con los pendientes.
  • Aumenta la concentración y el enfoque disminuyendo las interrupciones.
  • Aumenta la consciencia de las decisiones tomadas.
  • Impulsa la motivación y la mantiene constante.
  • Refuerza la determinación para alcanzar las metas propuestas.
  • Refina el proceso de estimación, tanto en términos cualitativos como cuantitativos.
  • Mejora el flujo de trabajo o de estudio.

 

Existen diversas aplicaciones móviles que funcionan bajo esta técnica para que puedas empezar ahora, como Focus To-Do, Be Focused, o Focus Keeper.

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Pandemia, Pomodoro, Salud Mental

Susana Stiglich tiene 46 años, es madre de dos adolescentes y es una de las más de 243,000 personas sordas que hay en nuestro país. Stiglich, docente universitaria de lengua de señas, estaba acostumbrada a leer los labios de las personas con las que interactuaba, pero los tapabocas han complicado esa tarea.

Recuerda, por ejemplo, que al inicio de la primera cuarentena, a mediados de marzo del año pasado, fue al mercado Santa Cruz de Miraflores, cerca de su casa. Calculó que, con el uso de la mascarilla, iba a ser imposible comunicarse con los comerciantes, así que llevó consigo varias tarjetas hechas a mano, que tenían inscripciones básicas para sortear la situación: “hola”, “gracias”, también nombres de verduras o frutas, y otra tarjeta que mostraba a la hora de pagar: “¿Tiene Yape?”.

“Me miraban raro y me contestaban hablándome. Les señalaba mi audífono [utiliza uno en una de sus orejas, que le permite reconocer muy pocos sonidos], diciéndoles que soy sorda, pero me contestaban hablándome. Les decía que, por favor, escriban, pero no aceptaban tan fácilmente”, cuenta Susana Stiglich, que enseña lengua de señas en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y en el Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico.

Desde aquella travesía, Susana sale muy poco a la calle. Sólo cuando es estrictamente necesario: a la panadería, por ejemplo, donde ya la reconocen y saben lo que compra. No ha vuelto a ir al mercado. Ahora compra sus alimentos por delivery.

No ha sido su único padecimiento. En sus ratos libres, Stiglich quisiera tener una oferta televisiva que le permita entretenerse, sobre todo en cuarentena. Pero los canales de televisión abierta y de cable no utilizan traductores a lengua de señas ni subtitulan la información. Sólo TV Perú lo hace en los noticieros. “Resulta imposible leer los labios de todos [los que aparecen en la TV], así subamos el volumen, no podremos escuchar ni entender nada, lo que genera un malestar grande”, explica Susana en un video subido a YouTube y titulado ‘Comunidad sorda frente a la TV’. La Ley de Radio y Televisión y la Ley de Personas con Discapacidad, que garantiza a las personas sordas el acceso a la información, es “letra muerta”.

Las personas con dificultad para ver, según el censo de 2017, representan el mayor número de personas con discapacidad que hay en nuestro país. Son más de un millón y medio de compatriotas (Infografía: Leyla López).

Vivir con un asistente personal

La comunicadora Bárbara Ventura, directora de la asociación Luchando Contra Viento y Marea, cuenta que cuando empezó la cuarentena, y para evitar contagios, tuvo que decirle a su asistente personal que ya no podría ir a verla. Ventura no puede caminar desde que nació. Padece de artrogriposis múltiple congénita, una enfermedad rara no degenerativa. Su condición no le permite hacer sus tareas cotidianas sin un asistente.

“Como uso silla de ruedas, no puedo hacer las cosas por mí misma. Entonces, siempre tengo a una persona que no necesariamente es una enfermera o enfermero. Trabaja para mí y me ayuda a levantarme y bañarme”, dice. “Muchas personas hemos sentido esa problemática y no hemos tenido asistencia.  Nuestros padres, que son adultos mayores, ya no pueden asistirnos porque su capacidad física no lo permite”, agrega la comunicadora de 37 años.

Bárbara apunta que las personas pobres que están en su misma situación son quienes más se han perjudicado, porque no pueden costear un asistente personal, cuyo salario mensual base tendría que ser de S/930. “Hay personas con discapacidad, en extrema pobreza, que no cuentan con ese servicio y están postrados. No hay nadie que los ayude a alimentarse, bañarse y recrearse. Hay muchas personas con discapacidad que no trabajan y, con la pandemia, esto se ha agudizado más. Y de otro lado hay personas emprendedoras, que trabajan y han tenido pérdidas económicas”, comenta.

Para Bárbara es necesario un bono para estas personas, pero también una ley que obligue al Estado a subvencionar la asistencia personal para las personas discapacitadas. Hace poco, el pasado 7 de febrero, el Congreso aprobó un dictamen de ley que, según Ventura, interpreta erróneamente lo que debería hacer un asistente. “Está mal enfocado porque se refiere a una persona que toma decisiones por la persona con discapacidad, cuando el asistente personal es un trabajo de ayuda que debe ser remunerado”, explica.

No es la única deficiencia del proyecto, que propone la derogación de la ley de Personas con Discapacidad. La Comunidad Sorda del Perú ha expresado su rechazo al documento en parte porque ahora los temas de “accesibilidad” -todo relacionado al acceso a la información, a la educación, a la cultura, etc.- serán vistos por el Ministerio de Vivienda y no por los ministerio de Educación y de Cultura.

“Pone en peligro la educación de los/las niños sordos/as a nivel nacional. Nuestro idioma (la Lengua de Señas Peruana) perderá estatus, oficialidad y valor cultural”, se lee en un comunicado público de la comunidad, que además señala que dicho dictamen “anula todo el avance logrado” por su sector.

Para colmo, denuncian, el documento fue elaborado sin siquiera haberlos escuchado. “Nunca nos consultaron. El dictamen aprobado, además, no lo podemos leer, porque no está en video con la lengua de señas. El 60% de la población sorda en el país no sabe leer, porque el español es su segunda lengua”, explica a Sudaca la profesora Susana Stiglich, que inició, junto a 158 organizaciones que agrupan a personas con discapacidad, una campaña de rechazo. Algunas de ellas han presentado una demanda constitucional para que sus opiniones sean tomadas en cuenta.

El pasado 11 de marzo, la directora de la asocación Sociedad y Discapacidad, Pamela Smith, y otras organizaciones han presentado una demanda constitucional para que sus opiniones y propuestas sean escuchadas y tomadas en cuenta en el reciente dictamen de ley aprobado en el Congreso.

Contactamos al presidente de la comisión de Inclusión Social, José Luis Ancalle, que negó que el proyecto se esté elaborando sin la participación de la sociedad civil y las organizaciones interesadas. “Las puertas de la comisión y de mi despacho siempre han estado abiertas para escuchar sus posiciones. Hace unos días nos reunimos con algunas personas con discapacidad preocupadas por el tema y así estamos recibiendo todas las opiniones en mejora del dictamen. Permítame invocar, a través de su medio, a todas las asociaciones civiles que tengan propuestas para mejorar el dictamen”, dice el parlamentario del Frente Amplio.

Pero Bárbara Ventura lo desmiente. La mujer cuenta que el sábado pasado fue invitada a participar de un zoom organizado por dicha comisión, pero no se le dio el uso de la palabra.

Sudaca envió un cuestionario al Ministerio del Desarrollo e Inclusión Social (Midis), pero respondieron que no se pronunciarán sobre el dictamen. ¿Sobre qué se pronuncia entonces la cartera que dirige la señora Silvana Vargas Winstanley? No lo sabemos.

Bonos para todos

Julio Arana es masajista quiropráctico, padece de hipoacusia o sordera parcial, lo que le hace imposible oír a una distancia de más de tres metros. Además, perdió la vista hace 15 años a causa del glaucoma y el desprendimiento de la retina en sus dos ojos. “Después de acabar el colegio, ingresé a estudiar fisioterapia y rehabilitación en el Instituto Daniel A. Carrión. Toda mi vida he trabajado como masajista”, cuenta.

Julio Arana es masajista, invidente y posee sordera parcial o hipoacusia. Por la pandemia, el local de Barranco donde brindaba sus servicios profesionales cerró y ahora atiende a domicilio o en la casa de su padre. 

Su nombre no se encuentra en la lista de las 74,000 personas con discapacidad severa que reciben el bono de S/300 que entrega el programa “Contigo”, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), y que es entregado cada dos meses desde el año 2015. Tampoco ha recibido ningún bono otorgado por el gobierno durante esta pandemia. Según el sitio web del ministerio, para acceder a este bono, una persona con discapacidad severa tiene que estar “en situación de pobreza”.

No es la situación de Julio Arana, pero cada día se acerca más. La pandemia ha golpeado sus bolsillos. Su último trabajo como masajista fue en un local de Barranco que, a inicios de llegada la pandemia, cerró sus puertas y tuvo que cambiar de rubro. Desde esa fecha, atiende a sus clientes en la casa de su padre, en Surquillo, donde ha instalado una camilla. La oferta incluye masajes a la espalda, mejoramiento de la postura, quiropraxia y reflexología.

Para ampliar sus ingresos, Arana también va a los domicilios de sus clientes. Ha llegado a trasladarse hasta San Bartolo. No se hace problemas, dice. Se orienta con un aplicativo llamado “Lazarillo”, que indica la ruta mediante indicaciones por mensajes de voz. “Si es una dirección cercana a mi casa, voy caminando. Si tengo que ir a un lugar lejano, voy en micro, combi, Metropolitano o en el tren eléctrico”, asegura el masajista. Antes de la pandemia podía ganar al mes hasta S/1.500; ahora, sus ingresos han disminuido a menos de la mitad: entre S/400 y S/600.  De ese monto, le pasa a la mamá de sus hijos S/300, como es parte del acuerdo de su separación.

158 organizaciones de personas con discapacidad han publicado, el pasado 11 de febrero, esta carta de rechazo al dictamen de ley aprobado en la comisión de Inclusión Social del Parlamento.

Otros inconvenientes, sin embargo, han surgido. Por ejemplo, cuando es hora de cruzar las calles y las avenidas. “Hay personas que ya no quieren ayudarnos, por el tema del distanciamiento”, dice Arana, que pide que el bono del programa “Contigo” pueda llegar a más personas con discapacidad, un bono universal que no excluya a quienes no son pobres.

Para Julio Arana tampoco es fácil mantenerse informado. Luzmila Muro, presidenta de la Comisión de Damas Invidentes del Perú y abogada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dice que los formatos en los que el gobierno emite sus comunicado no les permite traducirlos a mensajes de voz. “Los lectores de pantalla [los aplicativos que traducen en audio los textos] no pueden traducir los comunicados del gobierno y de las autoridades que difunden en redes sociales, porque están en formato de imagen. Pedimos que utilicen formatos que sí pueden detectar nuestros lectores de pantalla, como son los archivos en Word o PDF”, reclama doña Luzmila, quien perdió la vista, al igual que Julio Arana, por el glaucoma.

 

(*)  Bárbara Ventura es comunicadora, posee discapacidad severa de nacimiento, usa silla de ruedas y es directora de la asociación Luchando Contra Viento y Marea. Susana Stiglich tiene sordera total y es docente universitaria de lengua de señas en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y en el Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico. Apoya y promueve una campaña de recolección de firmas en www.change.org (No a la derogatoria de ley 29973 por las personas con discapacidad)

Fotocomposición: Leyla López

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Discapacitados, Pandemia

Se conocieron a través de Facebook. En enero de 2020, el peruano Iván Asencios (33) y la joven venezolana Vanessa Gil (27) intercambiaron mensajes por el chat, se hicieron amigos y se enamoraron. Cuatro meses después, empezaron a convivir. Tenían planes de casarse. En diciembre pasado, ella comenzó a sentir mareos: pensó, quizá, que estaba embarazada. Pero cuando le hicieron los exámenes médicos, le informaron que tenía leucemia aguda. Vanessa está internada desde el pasado 17 de febrero en el Hospital Neoplásicas. Allí se contagió de Covid y su vida corre peligro.

Aquel 17 de febrero, Vanessa llegó a emergencias luego de sentir fuertes mareos. Iván, que trabaja como obrero de construcción, la llevó en un taxi desde la casa donde alquila una habitación, en San Martín de Porres, hasta el centro de salud oncológico de Surquillo. La joven no tiene carnet de extranjería, uno de los requisitos para acceder a la modalidad gratuita del SIS ni a la tarifa base de 15 soles mensuales que también contempla el seguro. Así que decidieron asumir el costo real del tratamiento.

“Es muy complicado. Sabemos que la mayoría de venezolanos no está en condiciones de pagar un servicio médico”, comenta a Sudaca Carlos Scull, a cargo de la embajada -aún no reconocida por el gobierno de Maduro- de Venezuela en nuestro país. Vanessa es parte de los 576.412 venezolanos que viven en Perú y que no tienen carnet de extranjería, según cifras oficiales de Migraciones. Carlos Scull añade que este vacío debería ser tomado en cuenta por las autoridades.

Cuando Iván Asencios aceptó pagar el tratamiento, los médicos le advirtieron que era mucho dinero y le preguntaron varias veces si estaba seguro. Iván respondió que Vanessa era su pareja, que iba a casarse con ella y que iba a prestarse dinero para costear el tratamiento. Les rogó que la atendieran. Les suplicó que no la dejaran morir. Entonces, los médicos ordenaron su ingreso, pero le exigieron que presente los resultados de una prueba de médula de la mujer, que compruebe el diagnóstico. Iván tenía ese documento entre sus papeles, porque días antes había tenido que pagar S/2.400 a una clínica privada para que a Vanessa le realicen el mentado examen.

El peruano Iván Ascencios y la joven venezolana Vanessa Gil se conocieron en Facebook, intercambiaron mensajes de chat, se hicieron amigos y se enamoraron. A ella le descubrieron que tiene leucemia aguda. No tiene seguro SIS, está internada en el Hospital Neoplásicas, tiene Covid y lucha por su vida. Él es obrero de construcción y tiene que gastar S/200 diarios en medicinas. Es una dramática historia de amor.

El vía crucis de la pareja venezolana-peruana recién había empezado. Cuando Vanessa estuvo internada en Emergencias, los médicos detectaron que un niño que estaba en una cama contigua a la suya tenía Covid. Entonces hicieron pruebas de descarte a todos los pacientes y ella dio positivo. La trasladaron al cuarto piso del hospital, a un centro de aislamiento, donde todavía se recupera del virus y donde ya ha sido sometida a seis quimioterapias para superar la leucemia. No sabe hasta cuándo permanecerá allí.

Desde que su pareja está internada, Iván tiene que gastar 200 soles diarios en medicinas. La estadía de Vanessa, en Emergencias, le costó S/3.000. Para conseguir ese dinero, ha realizado polladas, se ha prestado de amigos, ha gastado sus ahorros y CTS, y ha pedido un adelanto a su jefe de la construcción donde trabaja.

En enero pasado, Vanessa -que nació en  Caracas y estudió Arquitectura- fue despedida de un centro de terapia para niños con enfermedades psicomotrices, donde trabajaba como recepcionista. La dueña pensaba que estaba embarazada debido a los mareos que tenía. Pero al enterarse de que estaba internada en el Neoplásicas, le pidió perdón y ayudó a la pareja con algunos gastos del hospital. Pero el aporte es insuficiente. En Perú, Vanessa no tiene familiares.

La solución para seguir solventando el tratamiento de Vanessa es que Migraciones le otorgue el carnet de extranjería para personas vulnerables. De esa forma, podría obtener su seguro ‘SIS gratuito’, por la humilde condición en la que vive, y estarían cubiertos todos los costos de su tratamiento, al que se ha sumado el Covid. También podría acceder a la modalidad denominada “SIS pago”, que le permitiría acceder al seguro desde 15 soles mensuales. El pasado 18 de febrero, Iván inició el trámite para lograrlo.

Iván Asencios ha iniciado una campaña para solventar los gastos económicos diarios del internamiento, en el Neoplásicas, de Vanessa. Élla no tiene seguro porque no posee carnet de extranjería ni PTP. El joven peruano ha gastado sus ahorros, su CTS, realiza polladas y se ha prestado dinero de sus amigos. ¿Le ayudamos?

Casi todas las mañanas, el hombre de 33 años toma un bus para dirigirse al Hospital Neoplásicas y preguntar por el estado de salud de Vanessa. Durante el trayecto, a veces se le da por buscar una canción en su celular: ‘Te adoraré’, del compatriota de Vanessa, Ricardo Montaner. Y entonces llega a un estribillo (“te adoraré/te doy mi vida entera”) que le hace recordar la promesa que le hizo una vez a la joven: casarse y traer a Perú a la hija de ella -Valeska, de 10 años- que aún vive en Caracas. Asegura que la querrá como a una segunda hija.

Cifras de espanto

Scull señala que 500 mil venezolanos están a la espera del inicio del trámite del Carnet de Permiso Temporal de Permanencia (CPP), que fue aprobado en octubre del año pasado a través del decreto supremo N°010-2020. Es la fase previa para obtener carnet de extranjería y, además, les permitiría a los venezolanos contar con un RUC e ingresar al sistema bancario por un año (**).

Deivis Ramírez, por ejemplo, busca tener el nuevo carnet. Hace un año, su pareja quedó embarazada y estuvo a punto de pagar por la atención médica en el hospital Santa Rosa de Pueblo Libre, pero una asistenta social le permitió atenderse gratuitamente por su precaria condición económica. Él es vendedor ambulante. “En el parto de mi esposa, sólo pagué S/700 por las medicinas. Mi hija tiene su DNI y le han dado SIS gratuito”, señala Deivis. Su hija peruana se llama Isabela.

Deivis Ramírez es papá de Isabela. Ella es peruana, tiene un año y tres meses de edad y nació en el hospital Santa Rosa de Pueblo Libre. El joven ni su pareja están inscritos en el SIS porque no poseen carnet de extranjería ni PTP, al igual que Vanessa Gil. El nosocomio le apoyó en el nacimiento de su hija para que solo paguen los medicamentos (foto: Juan Carlos Chamorro).

El hombre de 27 años se dedica a la venta de mascarillas K-95 en la avenida La Marina, en Pueblo Libre. En su natal ciudad de Táchira trabajaba como pintor y, cuando llegó a Lima, hace cuatro años, empezó vendiendo gaseosas en las calles de San Miguel.

Es el único miembro de su hogar que trabaja. Su pareja se dedica a cuidar a la bebé de ambos, Andrea. Antes de la pandemia, Deivis podía ganar entre S/60 y S/70 al día vendiendo gaseosas. Ahora sólo obtiene S/40. El migrante anhela que las vacunas contra el Covid-19 también sean aplicadas a sus compatriotas. Según los reportes del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), hasta el pasado viernes, la cifra de venezolanos muertos desde que empezó la pandemia es de 286. No se especifica si fue a consecuencia del virus porque no se realizan las necropsias.

Los números que deja la migración venezolana no son alentadores. La directora de la ONG, Veneactiva, Nancy Arellano, dice que de los 826 mil venezolanos que viven en Perú, solo 50 mil venezolanos poseen un trabajo formal. Según cifras oficiales de Migraciones, de enero de este año, existen 32,500 trabajadores independientes, 21,001 comerciantes, 14,652 vendedores, 13,469 administradores de empresas y 76,617 empleados [ver infografía].

Lima, con 450 mil venezolanos, es la ciudad que alberga la mayor cantidad de migrantes que huyeron del régimen de Nicolás Maduro. De los 826 mil venezolanos que viven en nuestro país, solo 50 mil trabajan en el sector formal (Infografía: Leyla López).

Una encuesta regional del centro de investigación Equilibrium CenDE, realizada en octubre del año pasado a 687 venezolanos que viven en Perú, determinó que el 43% de los migrantes vio reducido sus ingresos por la pandemia a más de la mitad; y, un 17%, casi a la mitad. Es el caso de Will, que nos pide no revelar su identidad.

El joven de 28 años es natural de Caracas y es chef especializado en comida japonesa. En Lima fue cocinero en varios restaurantes, pero recibía un sueldo mínimo, que no le ayudaba a cubrir los gastos del colegio de su hermana de 17 años, que vive con él. Will también tuvo Covid, pero fue asintomático.

Hace dos años, la crisis lo llevó a ser repartidor de la empresa Rappi. Cuenta que sus ingresos han caído casi en un 40% desde que empezó la pandemia. Según cifras de la Embajada de Venezuela del 2019, había 5 mil venezolanos trabajando en la empresa distribuidora por el aplicativo Rappi. Hoy esa cifra podría haberse disparado.

Will reclama que los montos que la empresa paga por el reparto de comida es muy bajo. Actualmente, sus ingresos diarios oscilan entre 20 y 40 soles diarios, trabajando más de 12 horas. Aunque -confiesa- a veces es menos.

El migrante se queja de que la empresa no considera, como parte de su pago, la distancia que recorre desde el punto donde se encuentra esperando el pedido hasta el local donde recoge la comida para llevársela a los clientes del aplicativo. Sudaca envió un cuestionario a Rappi, vía Messenger, pero no respondieron.

Will responde que su sueño es tener un local de venta de makis con entrega a domicilio. “¿Quieres seguir viviendo en Perú?”, le preguntamos. El migrante dice que el trato que recibe de las autoridades peruanas “es mejor que en Panamá”, donde pasó una temporada. “El tema migratorio [allá] es difícil. La persecución era atroz. Muy fuerte. Literalmente: entraban al restaurante a buscar extranjeros [sin papeles], para sacarlos y deportarlos. Tuve que irme”, cuenta, mientras coge su celular para ver si tiene un nuevo pedido.

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(**) Según Migraciones, de los 826.412 venezolanos que viven en el país, 439.362 recibieron la entrega del Permiso Temporal de Trabajo (PTP). Además, hay 250 mil que poseen carnet de extranjería. El PTP tenía vigencia de un año y permitía a los migrantes poder trabajar y, después, obtener el carnet de extranjería, que les da el acceso al Seguro Integral de Salud (SIS), solo bajo la opción de «SIS-pago». Cuando venció el PTP, que tenía duración de un año, de esos 439.362 venezolanos, muchos optaron por sacar su carnet de extranjería (entonces, si se hace cálculos separados, la cifra de venezolanos en el Perú pareciera que se incrementa, pero lo que pasa es que, en realidad, en el número de quienes tienen PTP se suma, en muchos casos, a los que les entregaron dicho documento y a los que, a su vez, han obtenido el carnet de extranjería; entonces, en el papel, aparecen migrantes que tienen los dos documentos; la cantidad de quienes tienen PTP «entregados» no discrimina a los que ya tienen carnet de extranjería); aparte, otro grupo, hizo su trámite y aún no recibe ese documento (carnet de extranjería). Además, hay 500 mil venezolanos que están tramitando sus refugios y no poseen PTP ni carnet de extranjería. ¿Qué harán? Ellos tendrán que sacar el Carnet de Permiso Temporal de Permanencia (CPP), que es un documento que reemplaza al antiguo PTP (cuya entrega se suspendió en eñ 2018). En octubre del año pasado, el gobierno promulgó la resolución suprema N°010-2020 que autoriza  la entrega del CPP, pero aún no se inicia el trámite de inscripción. ¿Por qué? Porque no habría aún la decisión política de hacerlo.

(*) Fotocomposición e Infografía: Leyla López

(*) Fecha de publicación: 7 de marzo de 2021

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migraciones, Pandemia, venezolanos

En medio de la campaña navideña es complicado evitar los gastos, pero teniendo en cuenta que la pandemia continuará siendo el principal factor de análisis el próximo año, Julio López, docente del curso Crédito y Finanzas de Cibertec, recomendó aprovechar el último mes del año para reevaluar el presupuesto mensual que se estuvo empleando en el 2020.

“Con un presupuesto se puede revisar los gastos e ir eliminando lo que excede mis ingresos. Incluso, ir más allá y eliminar algunos gastos adicionales para generar una fuente de ahorros. Lo más práctico es llevar un control de los gastos y los ingresos mensuales. Por ejemplo, el dinero que se ha retirado de los fondos de AFP, hay que usarlo en los gastos básicos”, afirmó.

Dentro del presupuesto, consideró que los principales puntos a evaluar son los siguientes:

Ahorros. Al inicio de la pandemia, un 75% de peruanos tuvo que emplear sus ahorros para sobrevivir a la crisis, según una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) en el mes de mayo. Para López, esto demuestra lo importante que es ahorrar en todo momento, a menos que los ingresos se corten al 100% o no se tenga ningún excedente.

“Quienes alquilan y están en tiempo de pandemia, podrían buscar la ayuda de algún familiar para retornar a vivir en un sitio donde paguen un alquiler simbólico o no paguen, con lo que generarían un ahorro”, precisó.

Gastos. A propósito de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, comentó que no debería darse prioridad a los gastos suntuarios como un televisor o un electrodoméstico del que se pueda prescindir. Tampoco se mostró a favor de refacciones innecesarias en el hogar. En su lugar, propuso apuntar a compras que ayuden a cubrir necesidades, pero dentro de lo que cada bolsillo permite.

“No tiene sentido comprar un automóvil en épocas de pandemia si es que no va a producir. Si se compra solamente para moverse de la casa al trabajo, no es necesario que sea un automóvil de alta gama”, anotó.

Deudas. En caso de tener alguna deuda con el sistema financiero, aconsejó cumplirla porque los reportes negativos en las centrales de riesgo pueden restringir los proyectos profesionales de las personas. En un caso extremo, animó a pedir una reprogramación de deuda.

“Si tengo la posibilidad de pagar y cubrir mis necesidades básicas, pago para no incrementar los intereses. Pero si estoy entre pagarle a la entidad financiera o dejar de vivir, lo que queda es reprogramar porque, con estas reprogramaciones no se paga por unos meses, aunque los intereses sigan sumándose”, sostuvo.

Cabe indica que, de acuerdo a un estudio de Global Research Marketing (GRM), publicado recientemente, este año los peruanos gastarán en promedio unos S/ 730 en las celebraciones de fin de año, un 40% menos de lo que se registró el año pasado.

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Ahorros, Pandemia

En agosto de 2020, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que, en Lima Metropolitana, el 75.5% de las empresas se encontraban operativas. De las que tenían actividad al momento, el 67.4% señaló una disminución en sus ventas, y un 11.7% no registró ventas. Todo esto en el marco del impacto económico que la pandemia trajo consigo.

Dada la situación actual, y a puertas de un nuevo año, es importante reinventarse y explorar nuevas estrategias para potenciar el negocio. Para Sage, consultora internacional de emprendedores, las claves están en la colaboración, la capacidad de adaptación y la estrategia de marketing. ¿Cuáles son las claves para reinventar tu negocio en medio de una pandemia?

Colaboración

Facilitar el flujo de trabajo y los procesos son el primer paso. Es importante brindar las herramientas necesarias para que los trabajadores puedan realizar sus labores con total funcionalidad y eficiencia, ya sea mediante el teletrabajo o de forma presencial con todos los protocolos de seguridad.

Apóyate en tus colaboradores. Si hay momentos de dificultad, no dudes en pedir opiniones hacia vías de mejora. Los trabajadores suelen estar conscientes de los problemas que aquejan al negocio y las posibles soluciones.

Adaptarse

Puede que en los últimos meses hayas modificado tu oferta para adaptarla a las nuevas necesidades que aparecieron durante la pandemia, pero siempre existen más formas de potenciarla. Hazle saber a tus clientes actuales y potenciales, que tu negocio está evolucionando y transformándose en su beneficio. Concéntrate en el valor que aporta tu producto o servicio, las posibles combinaciones de tu stock y la asistencia posventa. Brinda al cliente una óptima experiencia de compra.

Estrategia de marketing

Existe la posibilidad de que tu competencia reduzca la publicidad, ya sea por cambios del presupuesto o por la fluctuación del mercado. Esto representa una oportunidad para aumentar la presencia en el mercado. Las campañas de marketing vía redes sociales ofrecen múltiples ventajas y soluciones si son dirigidas de la manera correcta. Las plataformas digitales en las que publicites tu negocio ofrecen la herramienta de segmentación por público, que muchas veces puede resultar más determinante en el éxito de una campaña, que la inversión realizada. Esto te permite encontrar usuarios según parámetros particulares como ubicación, edad, intereses, experiencias, gustos personales y otros.

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Covid-19, Negocio, Pandemia

Debate, Episodio 25

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En el vigésimo quinto episodio: ¿Cómo puede un político justificar que no haya avances para la vacuna? Petroperú implementa un rebranding inaceptable en pandemia. Y Salvador Del Solar dirigirá “Los Prisioneros”

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Pandemia, Salvador Del Solar

Debate, Episodio 22

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En el vigésimo segundo episodio: ¿Nos habíamos olvidado que el Covid todavía estaba entre nosotros? Y, por Navidad, el Congreso tiene una nueva lista de prioridades políticas peligrosas.

 

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Covid-19, Pandemia, Seguda ola
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