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[CIUDADANO DE A PIE] El primer discurso del flamante Presidente de la República Federal Argentina, Javier Milei, ha abundado en los tópicos libertarios acostumbrados, pero acompañados esta vez y como era de esperarse de los argumentos, verdaderos o no, que pudieran justificar ante los ojos de su nación la aplicación de las durísimas medidas económicas que se estaban preparando. Para este efecto, y como preludio del ajuste y shock que su gobierno ha puesto ya en marcha sin ninguna “sensiblería progresista”, Milei se ha referido a una inexistente inflación anual del quince mil por ciento y a una supuesta estanflación (estancamiento económico más inflación) que la Argentina vendría padeciendo desde hace una década. Pero lo que más ha llamado la atención de su discurso, ha sido la total ausencia de la palabra que hizo su fortuna política. En efecto, a todo lo largo de sus apariciones mediáticas y mítines, Milei se presentó siempre a sí mismo como un enemigo acérrimo de la “Casta”, y al calor del estribillo ¡La Casta tiene miedo! coreado por sus fervorosos seguidores, prometió solemnemente acabar con ella. ¿Qué explica entonces esta notoria ausencia? Para responder adecuadamente a esta pregunta, analicemos primero los significados que “Casta” posee en términos políticos.

Casta a la italiana

La grave crisis mundial capitalista del año 2007 golpeaba inmisericorde a la sociedad italiana, cuando la aparición del libro “La Casta. Así es como los políticos italianos se han vuelto intocables.”, escrito por los periodistas Sergio Rizzo y Gian Antonio Stella, puso los reflectores de la opinión pública sobre una corrompida clase política que, lejos de interesarse en las urgentes necesidades de los ciudadanos, disfrutaba de un escandaloso tren de vida gracias a sus turbias relaciones con los grupos de poder económico. Este título no era fortuito, pues evocaba directamente el término con el que dos intelectuales italianos de fines del siglo XIX, Gaetano Mosca y Vilfredo Pareto, utilizaron para describir a los miembros de una minoría social organizada que, gracias a una supuesta superioridad moral e intelectual, estaban en condiciones de monopolizar el poder a través del ejercicio de los altos cargos del Estado y disfrutar sin límites de todos los privilegios y ventajas inherentes a su posición. Este afortunado grupo social fue bautizado entonces como “la Casta”. Un siglo después, en 1992, la operación “Manos Limpias” llevada a cabo por fiscales de Milán, y que llevó a prisión a cientos de políticos y empresarios implicados en el pago de millonarias coimas para la adjudicación de obras públicas, mostró claramente el nivel de corrupción que la clase política había alcanzado. Por desgracia, algún tiempo después, el mafioso y recientemente fallecido Silvio Berlusconi, impulsó desde el gobierno el llamado “decreto salva-ladrones”, que excluía de la pena de cárcel los delitos de soborno, fraude, abuso de poder y financiación ilegal, debilitando significativamente la lucha contra la corrupción. Rizzo y Stella no hicieron sino reavivar el profundo malestar de la sociedad frente a los privilegios y corruptelas de una clase política al servicio de turbios intereses empresariales, y a partir de ese momento “Casta” terminó incorporándose al lenguaje cotidiano.

Casta, prensa y poder judicial

¿Qué futuro tiene un país como España donde las casi 80.000 personas que forman la clase política, están envueltas en un velo informativo sobre el despilfarro de sus privilegios? Para responder a esta lacerante interrogante autoimpuesta, el periodista Daniel Montero publicó en 2010 “La casta: el increíble chollo (ganga) de ser político en España”, una adaptación del libro escrito por Rizzo y Stella a las realidades de una España que vivía su propia crisis económica bajo el gobierno del socialista Rodríguez Zapatero. Como consecuencia de esta crisis, el 15 de mayo del 2011 se desató un movimiento de protestas pacíficas en toda España -conocida como “Movimiento de los indignados” o del “15-M”- que bajo el lema “Democracia real ya. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, buscaba promover una participación directa de la ciudadanía mediante un estilo asambleario. Fruto de esta movilización social surgió “Podemos”, una agrupación que, descartando la clásica división de la política en izquierda-derecha, adoptó un eje de confrontación los de arriba versus los de abajo, o como se repitió mucho entonces “la Casta contra los nadie”. Este nuevo planteamiento tuvo mucho éxito y Podemos no solo canceló el tradicional bipartidismo español PP/PSOE, del que los grupos de poder económico se habían servido por décadas para imponer sus intereses, sino llegó a formar parte del gobierno entre el 2019 y el 2023, impulsando importantes medidas de carácter social. Como era de esperarse la Casta española, definida por el politólogo Manuel Monereo como una “trama organizada de poderes económicos, políticos y mediáticos que hace de la corrupción un componente estructural del sistema político”, ha hecho uso de todos sus recursos para debilitar la agrupación, cosa que por cierto ha conseguido en buena medida, gracias a incesantes campañas periodísticas difamatorias, a las que se sumaron delirantes causas judiciales a cargo de jueces afines a la derecha y que terminan por archivarse debido a su absoluta falta de sustento.

En Argentina, “la Casta está en orden” (Roberto Caballero, periodista)

Las experiencias italiana y española han permitido caracterizar a la Casta como una organización delictiva con cuatro componentes fundamentales: el político, el económico, el mediático y el judicial, los cuales se articulan y coordinan estrechamente con la finalidad de mantener el statu quo que les es favorable, sea mediante el soborno, la manipulación, la desinformación o la coerción. ¿Coincide esta definición con el pensamiento de Milei? Preguntado al respecto semanas atrás, el entonces candidato precisó que, en su concepto, la Casta agrupaba a políticos corruptos y los profesionales cómplices (economistas, abogados…), empresarios prebendarios, sindicalistas que entregan a sus trabajadore y micrófonos (periodistas) ensobrados (sobornados) que ocultan negociados. Esta definición dada por Millei, es bastante asimilable a la que acabamos de plantear, con dos salvedades: no incluye al poder judicial -cosa que los libertarios evitan debido a los importantes nexos de la derecha argentina con este poder del Estado- e inserta en cambio a los dirigentes sindicales, lo que corresponde naturalmente a su lógica de guerra contra el Peronismo de fuerte arraigo gremialista. Esta Casta “ladrona” con la que “nunca se negociará” declaró, sería extirpada totalmente de la conducción del país pues “es imposible hacer una Argentina con los mismos de siempre.” La realidad viene siendo en este y otros aspectos muy diferente, tal y como lo ha expresado el sociólogo y periodista Ernesto Tiffenberg: “Abandonados la dolarización, la voladura del Banco Central, la ruptura con China y Brasil y el repudio a la casta, poco queda de aquellos vestidos tan mágicos como extravagantes con que supo conquistar la imaginación de tantos argentinos.” En efecto, el nuevo gobierno mileista incluye una legión de “castatarios” neoliberales, ligados al expresidente derechista Mauricio Macri, cuyo fallido gobierno, según el propio Milei, intentó “restaurar un régimen fascista donde empresarios y políticos corruptos hacían negocios a espaldas de los trabajadores.”  La lista es larga y siniestra -no en vano Macri afirmó que “La Libertad Avanza” era fácilmente infiltrable-, pero de ella cabe destacar la figura de  Luis “Toto” Caputo, nuevo ministro de economía, y artífice del ilegal, descomunal e impagable endeudamiento de la Argentina con el FMI por 44 500 millones de dólares en el año 2018, gran parte de los cuales fueron utilizados irregularmente para pagar a fondos especuladores internacionales, además de estar acusado él mismo de servirse del fondo estatal de pensiones argentino para beneficio de una de sus empresas. Ahora es fácil entender claramente porque la palabra “Casta” no podía ser pronunciada en el discurso de Milei del domingo último. ¿Qué razones pueden haber llevado al mandatario argentino a desdecir con los hechos sus categóricas afirmaciones contra la Casta? ¿Será, como dice la excandidata izquierdista Myriam Bregman, que Milei es solo un “gatito mimoso” del poder económico, o acaso un “león domesticado” según la periodista Mar Centenera? Difícil saberlo, pero en todo caso, esto nos lleva a reflexionar sobre una idea expuesta en el libro “La Caste Cannibale” de Sophie Coignard y Romain Gubert: “La Casta está compuesta de altos funcionarios y astutos empresarios especuladores… pero también de idiotas útiles.”

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Casta, empresarios, justicia, Política, prensa

La oposición. Ay la oposición. Qué se puede decir. Que sea publicable quiero decir. Si usted se siente representado por algún partido de la oposición lo felicito. Hay una escena de la gran película argentina 9 reinas en la que el Marcos, el protagonista -personaje de Darín- le narra a Juan, su novel aprendiz, la tipología de cada uno de los ladrones que se pueden encontrar en las calles de Buenos Aires.

Son descuidistas, culateros, abanicadores, gallos ciegos, biromistas, mecheras, garfios, pungas, boqueteros, escruchantes, arrebatadores, mostaceros, lanzas, bagalleros, pesqueros, filos… (9 reinas)

Esa escena representa de manera brillante lo que es nuestro Congreso y los locales de los partidos políticos:  Vacadores, conservas, mercantilistas, delincuentes prontuariados, fantoches, torquemaditas, figuretis, tramitadores, portapliegos y un muy largo etcétera.

Si dos cosas quedan claras para representar este primer año son que no hay proyecto de país desde el Ejecutivo ni desde la oposición. Y que la pelea política no se da desde la concepción del Estado y de las políticas que le den sentido. Si no más bien desde los sectores que mejor “rinden”, usted me entiende.

De acuerdo con eso, si alguna característica ha tenido este primer 20% de avance de lo que es este período es la República Lumpen. Si escucha con atención los discursos directos del Ejecutivo y los debates parlamentarios, hemos perdido por completo el pudor como país. No hay un gramo de decencia de nadie. Lo que se reclama es fundamentalmente que MIS intereses tengan prioridad y -literalmente- a la mierda con los demás. ¿La ley? ¿La constitución? Todo tiene solución. Léase esto con la voz de Marco Antonio, de la Teleferia.

Ojo que dentro de todo este panorama, dos actores que son recibidos con cierta benevolencia tienen de fondo serios problemas en lo que están representando. Por un lado el expresidente Vizcarra, que a partir de un jingle muy exitoso, que da la vuelta al mundo contando una historia bochornosa, trata de capturar un escenario político vía el show. Por otro lado, desde una esquina bastante más seria, el expresidente Sagasti insiste con una propuesta de adelanto de elecciones generales. En principio suena razonable que desde la sociedad civil existan iniciativas de esta naturaleza. Pero lo complicado resulta si esa iniciativa es una plataforma para postular. Hoy, en esta coyuntura, resulta increíblemente importante que si Sagasti quiere liderar un movimiento principista, se niegue a ser protagonista de la consecuencia. Nada de “el pueblo me lo pidió”, “no puedo negarme a la voluntad de la gente”, “mi vocación es el servicio”. Necesitamos iniciativas sin segundas.

Así, en este breve resumen, nos quedamos sin espacio para las proyecciones. Solo se nos ocurre una palabra: nada. No esperemos nada porque nada pasará. O nada a favor de usted o de mí. Nada. Solo sobrevivir. Esto que tenemos, en la Plaza Bolívar o en la Mayor, es lo que elegimos. Si lo vamos a cambiar, que sea legal y válido.

(continuará… 4 años)


[1] Meléndez, Carlos (2022). Populistas. ¿Cuán populistas somos los peruanos? Editorial Debate. Una reseña donde además se profundiza en el término la hace Omar Awapara en El Comercio: https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/populistas-por-omar-awapara-noticia/

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Pedro Castillo, prensa

LA FISCALÍA SUPREMA SOLO TOMA EN CUENTA LAS NOTICIAS CUANDO QUIERE

Otro de los temas que convoca la atención es el actuar absolutamente disparejo, poco homogéneo y desigual con que actúa la Fiscalía Suprema de los Fiscales Fernández y Quispe en los casos de Samir Abudayeh y Walter Ríos, en comparación con otros casos semejantes.

Por ejemplo, en el caso de la apertura de la investigación preliminar del empresario Óscar Peña Aparicio y el exfiscal superior Abel Concha Ccalla, la Fiscalía Suprema que dirige Fernández Alarcón se basó para abrir investigación única y exclusivamente en noticias periodísticas propaladas por medios de comunicación como Canal N, la República, RPP, diario el Comercio, entre otros. En cambio, pese a que varios medios de comunicación como El Comercio y Cuarto Poder habían informado acerca de los audios de Samir Abudayeh y Walter Ríos, la Fiscalía nunca hizo nada para abrir investigación a dichos personajes. Con las personas hostiles o que algunos fiscales no quieren sí se abre investigación, pero a los amigos de la fiscalía no solo se los protege, se los arropa y encubre, sino que ni siquiera se abre proceso contra ellos.

Nunca como hoy –para justificar la protección al empresario petrolero y el presidente de la Corte del Callao– es válido el dicho “para mis amigos todo; para mis enemigos la ley”. 

 

LA OMISIÓN DE FUNCIONES DE LOS FISCALES FERNÁNDEZ Y QUISPE

Es evidente que si la prensa independiente (Exitosa Noticias, Willax, PBO Radio, El Comercio, Expreso y América Televisión) no hubiera brindado cobertura al caso del empresario Samir Abudayeh y su relación probada con el expresidente de la Corte del Callao, la Fiscalía nunca se hubiera molestado siquiera en investigar y abrir proceso penal.

Sin embargo, en la rendición de cuentas con la justicia y la sociedad que tiene pendiente la Fiscalía Suprema de Fernández y Quispe –que de manera clara han cometido el delito de omisión de funciones y encubrimiento– se debe resaltar que falta abrir investigación a Walter Ríos y a otros personajes por dos hechos gravísimos. 

En primer lugar, falta abrir investigación a Samir Abudayeh y a Walter Ríos por la declaración testimonial prestada por Gian Franco Paredes Sánchez ante la Fiscalía Suprema el 30 de junio del 2021 donde señaló de que su jefe (Walter Ríos) el 10 de agosto del 2017 había recibido en el stud del hipódromo de Monterrico regalos y atenciones especiales del empresario petrolero consistentes en el desfile de 10 prostitutas y el uso de favores sexuales de dos de ellas a cambio de ayuda en procesos judiciales. De ese hecho, da cuenta el diario La República, medio a quien nadie podría acusar de ser hostil con el Ministerio Público, en tres artículos; el primero del periodista César Romero titulado “Walter Ríos solicitaba dinero a los empresarios para ayudarlos” publicado el 31.10.2021, el segundo de la periodista María Elena Hidalgo titulado “Imputado revela que Samir Abudayeh es amigo del cabecilla de Cuellos Blancos” del 22.12.2021 y el tercero del periodista Ángel Páez, rotulado “Fotografías confirman agasajo de Samir Abudayeh a Walter Ríos” del 26.12.2021. De igual forma, la periodista Graciela Villasís del diario El Comercio publicó el 31.01.2022 el artículo “Los Cuellos Blancos: Empresario Abudayeh buscó que Walter Ríos ‘direccionara’ proceso hacia el Callao”. Paradójicamente, este hecho no aparece siquiera mencionado en la disposición fiscal del 26.04.2022.

Sorprende que la Fiscalía investigue a Samir Abudayeh, Carlos Moreno y a Walter Ríos por la ventaja de haber recibido souvenirs del Club Universitario de Deportes y por la entrega de 1,000 pelotas para la navidad de los hijos de los trabajadores de la Corte y no quiera investigar a dichas personas por haber recibido y disfrutado Walter Ríos de favores sexuales de prostitutas a cambio de ayuda en procesos judiciales en la Corte del Callao. 

El testimonio de Gianfranco Paredes Sánchez del 30 de junio del 2021 no solo sigue vigente y no ha sido invalidado, sino que se corrobora con las fotografías del stud del empresario petrolero. Es increíble que la Fiscalía Suprema haya hecho una geolocalización de los celulares de Walter Ríos y el empresario Óscar Peña el 16.09.2021 en su stud “doña Licha” del hipódromo de Monterrico y no quiera hacer una geolocalización del día 10 de agosto del 2017 de los celulares de Walter Ríos y Samir Abudayeh en el stud de este último, que queda al frente del stud “doña Licha”. La Fiscalía Suprema le cree a Walter Ríos cuando señala que recibió souvenirs de Carlos Moreno, que recibió 1,000 pelotas de Samir Abudayeh y que recibió U$1,000 de Sandro Herrera, de los que se quedó con US$400, pero no le cree insólitamente a Gian Franco Paredes cuando declara como testigo y señala que Walter Ríos recibió favores sexuales de dos prostitutas contratadas ex profesamente por el empresario Samir Abudayeh el 10.08.2017. 

En segundo lugar, la Fiscalía Suprema no ha abierto investigación alguna en relación a lo publicado por nosotros en el artículo “WALTER RÍOS Y EL NARCOTRÁFICO. LOS AUDIOS OLVIDADOS DEL CASO “CARACOL” del 25.04.2019 en el que se informaba de los audios del expresidente de la Corte del Callao con su pareja sentimental la abogada Pamela Acuña en los que conversaban sobre favorecer en un hábeas corpus presentado por Gerson Gálvez, alias “Caracol”. Pese a que el caso Cuellos Blancos se abrió para seguir la pista de la conexión de algunos magistrados del Callao con el narcotráfico, cuatro años después la Fiscalía Suprema se niega investigar el hilo de la madeja que destapó el caso y que constituye su ADN original.

Se debe estar atento para que la manifiesta impunidad selectiva en la que incurren los fiscales Fernández y Quispe no avance ni se mantenga; ni se termine brindando una inmunidad a la carta a los empresarios todopoderosos y a los delincuentes confesos como Walter Ríos.

 

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Fiscalía, Pedro Castillo, prensa
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