fapjunk.com teensexonline.com
Repsol-La Pampilla archivos | Sudaca - Periodismo libre y en profundidad

Repsol-La Pampilla

José -el nombre ficticio que usaremos para proteger su identidad- lleva doce días limpiando petróleo en la playa Cavero (Ventanilla), el área más perjudicada por el derrame ocurrido el pasado 15 de enero. Desde que empezó este trabajo, no ha descansado ni un solo día. “Sé que estoy siendo inconsciente conmigo mismo porque arriesgo mi salud, pero también tengo cuentas que pagar”, dice. 

Lo encontramos en “el pozo”, una parte de la playa en forma de herradura de la que emana un olor insoportable. Allí, él y una docena de trabajadores sacan el petróleo del mar con barriles y lo suben a un peñasco a través de un rústico sistema de sogas.

La playa Cavero es una de las áreas más dañadas por el derrame del petróleo de Repsol.

Vestido con un mameluco blanco, botas de jebe, guantes y mascarilla, José mete medio cuerpo dentro del mar para cumplir su misión. A diario, se expone a los peligros de estar en contacto con el hidrocarburo. Y es que, a pesar de contar con los implementos de seguridad, eso no impide que el combustible manche la ropa que lleva debajo del mameluco. Tampoco que inhale el fuerte olor del petróleo, el cual se vuelve más insoportable con el sol.

“El trabajo es totalmente arduo. Es sofocante trabajar con este calor encima, porque, con el sol el petróleo te empieza a quemar la nariz. Pero ¿qué se va a hacer? Es lo que hay”, cuenta José. Cuando llega a su casa, todos los días, tiene que bañarse al menos tres veces para quitar el intenso olor de su cuerpo. 

La multinacional Repsol, responsable de este desastre ecológico, no está contratando directamente a aquellos que se encargan de limpiar los -ahora se sabe- 11.900 barriles de petróleo derramados el pasado 15 de enero. Lo que hace, en cambio, es tercerizar el servicio a través de ocho empresas. Algunas de estas son Ambipar, SEA, Coam, Mecor y Cime Ingenieros.

José, por ejemplo, dice que tiene un acuerdo de palabra con SEA (Servicios Energéticos Ambientales EIRL) para cobrar S/80 por cada jornada de limpieza, pero aún no firma un contrato. Otros de sus compañeros de trabajo -quienes sí han firmado acuerdos laborales- confirman a Sudaca que ese es el pago que realiza esta compañía. Sus turnos empiezan a las 8 am y terminan a las 5 pm. Entre esas horas, tienen momentos de descanso e hidratación. “Es imposible quedarse de corrido con ese olor”, comenta José, que suele trabajar en obras de construcción en Ventanilla.

Como estaba desempleado al momento del desastre, se acercó a ayudar a la playa Cavero como voluntario y encontró que podía obtener ingresos con esta labor. “Desde el primer día me ofrecieron un contrato por un mes y también un seguro de vida, pero aún no me han hecho firmar. Ojalá que en los próximos días me lo den”, apunta. Los trabajadores con los que pudo conversar Sudaca, y que sí tienen contratos, no pueden precisar con qué tipo de seguros cuentan. Aseguran que todo lo firmaron rápido.

Según el abogado Jorge Toyama, aunque el servicio de limpieza sea tercerizado, el seguro debe ser otorgado al trabajador el mismo día que empieza con sus labores o, máximo, un día después. Además, agrega que un seguro de vida no es suficiente. “Más que un seguro de vida (que solo sirve si falleces), se necesita uno de riesgo para cualquier atención médica que necesiten. Si mañana te intoxicas o si alguien tiene un accidente y queda con una lesión vitalicia, el seguro lo va a cubrir”, explica.

Nos comunicamos con SEA para conocer los detalles de estos contratos, pero no obtuvimos respuesta. La tercerización, sin embargo, no exime a la multinacional española de garantizar adecuadas condiciones de trabajo, explica el laboralista Toyama. “Repsol es responsable solidaria de que las condiciones se cumplan. Es decir, si es que las empresas no contratan los seguros, la empresa principal -en este caso Repsol- debe responder”, sostiene Toyama.

De acuerdo a Elizabeth Rojas, jefa de la Dirección de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud, “cuando las personas están expuestas a un agente comprobadamente tóxico, como lo es el petróleo, pueden sufrir problemas agudos como irritación en la piel, daños inhalatorios y hasta problemas digestivos”. 

La autora de este informe, por ejemplo, regresó de la playa con el cuello y la espalda irritada luego de permanecer en el lugar seis horas. Otro periodista que fue a la zona el mismo día se descompensó mientras tomaba fotos de las aguas manchadas.

Con rústicas sogas y barriles, los trabajadores deben recoger el petróleo que contamina el mar.

José, sin embargo, lleva ya más de una semana laborando sin pausa. Los domingos -asegura- no descansa. A los que trabajan ese día les pagan el doble. Se “premia” a quien trabaje más, pero se castiga al cuerpo y la salud.

Desde que iniciaron las labores de limpieza, tres o cuatro personas tienen que ser atendidas diariamente por exponerse al combustible, según cifras brindadas a Sudaca por el personal de Defensa Civil que se encuentra en la playa Cavero. “Atendemos a personas que se descompensan por estar en contacto con el hidrocarburo. También hay casos de insolación, fatiga, dolor de cabeza”, nos dice Martín Meza Barriga, coordinador del Sistema de Comando de Incidentes. 

Si bien los problemas de salud suelen aparecer de manera inmediata, la directora de la Dirección de Redes Integradas de Salud de Lima Norte, Judith Falero, dice que algunos daños podrán aparecer recién a los seis meses o al año. Lo más preocupante es que estos podrían ser permanentes, dependiendo de la vulnerabilidad de la persona y del tiempo de exposición. “Algunos tipos de cáncer están relacionados con la exposición a este hidrocarburo”, advierte por su parte la doctora Elizabeth Rojas.

Sudaca le envío un pliego de preguntas a Repsol para conocer cómo garantizan que las empresas contratistas respeten las condiciones laborales y la salud de los trabajadores. Hasta el cierre de este reportaje, no obtuvimos respuesta.

La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) ya ha exigido “que los trabajadores laboren en condiciones adecuadas”. Hasta el momento, ha ordenado ocho inspecciones a las services. De detectar casos de empresas que no cumplan con las medidas de seguridad y salud necesarias,  estas podrían recibir una multa de hasta S/241.638.

 

PROMESAS ROTAS 

“Tenemos hambre. Tenemos niños. Queremos indemnización”, gritan los miembros de la Asociación de Pescadores Fundadores, Armadores y Estibadores Artesanales de Ventanilla (ASPEFAEA). Desde el domingo 23, estas personas llegan todos los días a la playa Cavero para solicitar trabajo. Luego de varios días sin poder pescar, ya no tienen qué comer.

Ellos cuentan que las empresas contratadas por Repsol para la limpieza prometieron darles trabajo. Incluso, asistieron a charlas de capacitación y hasta dieron sus tallas de calzado para que les proporcionaran botas de jebe. Pero todo fue mentira. “Se están burlando de nosotros”, dice Lucila Janampa Quispe, pescadora y madre soltera que ya no sabe qué hacer para alimentar a sus cinco hijos.

Por el mismo trance está pasando Luz Pacaya Tamani (60), que dice que llegaba a ganar hasta S/500 soles semanales solo por filetear pescado. Con ese ingreso, podía mantenerse y comprar las medicinas de su hijo, quien padece de esquizofrenia crónica. “Ahora ya no puedo comprar sus medicamentos. Me da miedo que empiece a tener alucinaciones y se haga daño”, dice preocupada la también miembro de esta asociación de pescadores.

Desde el 15 de enero, limpiar el derrame es una alternativa para generar ingresos. Durante varios días, Pacaya salía de su casa a las 6 de la mañana y caminaba durante una hora por una trocha silenciosa y desolada rumbo a la playa Cavero. “Iba con una amiga y llevábamos palos y piedras para protegernos en el camino”, cuenta.

Pero luego de días de espera, ya se ha resignado. En vez de perder el tiempo por un trabajo que parece no llegará nunca, ha empezado a reciclar en las calles. “Hoy [el jueves] ya no fui. Preferí juntarme con una vecina y buscar botellas. Ya las vendí y gané S/3.80. Con eso compré hígado, zanahoria y cebolla para poder comer con mi hijo”, dice Luz Pacaya.

El 20 de enero, Repsol se había comprometido a contratar a los pescadores afectados para las labores de remediación y a entregar canastas con víveres. La empresa señaló recientemente que “mantienen conversaciones avanzadas con pescadores de Santa Rosa y del distrito de Ancón”. Según ellos, “más de 2.000 personas llevan a cabo las acciones de limpieza”.

Luego de adentrarse en el mar teñido de negro, los trabajadores terminan cubiertos de petróleo. Incluso, la ropa que llevan debajo de sus mamelucos blancos también se mancha.

Pero hay muchos más trabajadores que se han visto perjudicados y aún no reciben respuesta. Al menos así lo dice Lucila Janampa, pescadora de esta asociación de pescadores. “Repsol no se puso en contacto con nosotros. Ni un caramelo nos han dado. Somos basura para ellos”, asegura. 

Janampa y sus colegas son conscientes de que no es su responsabilidad limpiar el desastre. Pero están ahogados por la falta de ingresos.

 

*** Fotoportada: Darleen Leonardo

Tags:

afectados por el derrame de petróleo, derrame de petróleo, Repsol, Repsol-La Pampilla, Ventanilla

 

A más de diez días del derrame producido en el Terminal Multiboyas N° 2 de la Refinería La Pampilla, siguen saliendo a la luz nuevas versiones de cómo llegaron los 6 mil barriles de petróleo al mar peruano. Mientras que Repsol sostiene que un oleaje anómalo causó la ruptura de los cabos de amarre, Giacomo Pisani, capitán del buque Mari Doricum, ha presentado cartas de protesta que dan otra versión de los hechos. Estas indican que la compañía española cometió una serie de irregularidades en el proceso el día de la descarga.

En entrevista con Sudaca, Gonzalo Talavera, ingeniero mecánico y buzo profesional, con 35 años de experiencia en el rubro, considera que el oleaje anómalo producido el sábado 15 de enero, por su velocidad, no es suficiente para explicar el desastre. Asimismo, detalla todos los aspectos técnicos que tendrán que ser materia de investigación. 

¿Conocía el Terminal Multiboyas N° 2 donde se produjo el derrame? 

Sí, trabajé allí hace 25 años [además de su otra experiencia en el sector]. Ahí me especialicé en temas de tuberías submarinas y en amarraderos. El amarradero dos es el original de cuando se hizo la refinería, el más antiguo de todos.

De acuerdo a lo que dice Repsol, el oleaje hizo que el barco tuviera un movimiento brusco, se rompiera el cabo de amarre y la tubería submarina, ¿eso es posible? 

Todo es posible en el mar, pero hay un tema. Cuando el amarradero se diseña, se hace con muchos factores de seguridad para soportar bravezas anómalas. Si dicen que ha sido por la braveza, entonces, tienen que demostrar que las fuerzas que ocasionaron la braveza, rompieron el cabo porque los cabos están diseñados para soportar los esfuerzos. Todo eso está en el plan de maniobras.

En uno de los reportes del buque, hablan de una “ruptura inesperada de la tubería subterránea”, ¿cómo pudo ocurrir? 

Así como un choque vehicular no puede pasar por que sí, tiene que haberse pinchado una llanta o algo diferente; si se rompió un cabo [una de las cuerdas empleadas por el buque para amarrar la embarcación], tiene que haber pasado algo. El cabo es del buque, pero ¿de quién es la obligación de revisarlo? De Repsol. 

¿Que el cabo esté en buen estado depende del terminal? 

Los cabos pertenecen al equipamiento del buque. El buque llega al amarradero como cuando se estaciona un vehículo en el parqueadero, apoyado con remolcadores. Suelta las anclas de proa y empieza a pasar sus cabos, el buque los trae. Las lanchas llevan los cabos hacia las boyas y se templan hasta que el buque queda en posición. Una vez que está posicionado y firme recién empieza la maniobra de subir las mangueras. Las mangueras se conectan con pernos de acero, que son muy difíciles de retirar. Las mangueras sí son del terminal.

¿Alguno de estos elementos pudo estar en mal estado? 

Eso se tiene que investigar, como también tienen que investigar los protocolos previos al amarre, el plan de maniobras y el plan de contingencia. Además, ver quién certificó que los cabos estuvieran en buen estado antes del amarre. 

Para usted, ¿el oleaje no pudo ser la causa? 

Sí hubo un movimiento anómalo, pero no ha sido con una velocidad extraordinaria. Los ingenieros tendrán que calcular que, para que se rompa el cabo en cuestión, tendría que haber habido determinada fuerza y una velocidad de agua que logre esa fuerza, para que ellos puedan sustentar esa afirmación, tienen que demostrarlo con un estudio. Desde mi punto de vista, no ha sido así. 

Dicen que llamaron a capitanía y que les dijeron que procedan nomás, ¿es posible que pase eso con un oleaje anómalo?

Cuando un buque amarra es porque hay condiciones para operaciones marítimas. Cuando el buque navega en el mar, lo hace con las condiciones que haya, pero si al llegar al puerto, en ese puerto hay condiciones anómalas, el buque debe esperar a que Capitanía abra el puerto. Después la empresa manda al práctico [personal que lleva al buque a la zona de descarga], lo amarra al puerto y el buque sigue su operación. Una vez que están amarrados, solo si el mar es de una braveza extrema, se decide que es mejor salir.

Modelo de Repsol

Esquema de la descarga de combustible que terminó en el desastre. Imagen presentada por Repsol en Punto Final (Latina).

SUCESOS POSTERIORES AL DERRAME

¿Hay algún sistema para detectar la fuga rápido, que no sea la inspección visual? 

Hay un elemento que se coloca entre la tubería y la manguera o en la primera manguera, porque es una sarta de mangueras. Este elemento es el ‘break away’ que es precisamente para esto. Si el buque se abre, el flujo se cierra para ambos lados. El derrame resultante son tres galones, que es lo que hay al interior. 

¿Ese sistema viene con el terminal o con el buque? 

No, eso es del terminal. Me parece que no todos los amarraderos lo tienen todavía, había un proceso de adecuación. Osinergmin deberá de evaluar eso, porque es obligación suya y está en la normativa.

Y cuando la fuga ya se dio, ¿cómo estimar lo perdido? 

El buque sabe cuánto bombea y la planta cuánto recibe. El flujo de metros cúbicos por segundo también es importante. Si no me equivoco, estas bombas mueven entre 14 mil y 16 mil barriles por hora. Los 6 mil barriles se han ido en 20 minutos en que nadie se ha dado cuenta. La compañía de buzos que está arriba detecta rápidamente el olor. Los únicos que pueden decir la verdad es la misma refinería o el buque que debe saber cuánto se botó. Además, hay una compañía supervisora que sube al buque. Es una empresa que debe contratar Repsol, como lo hacen otros terminales petroleros, esta empresa sube al buque y revisa el producto, inclusive saca muestras.

¿Qué empresas son las que trabajan en el Perú para hacer esa revisión? 

Hay varias. Generalmente, se hacen contratos anuales. En esas empresas incluso hay un ‘loading master’, que es el que se queda en toda la descarga y ordena todo, contratado por la planta, porque el capitán del buque usualmente descansa una vez que deja el buque en su punto. 

El lunes 24 de enero se informó de un nuevo derrame por una maniobra para retirar la tubería dañada, ¿era necesario esto? 

Lo que entiendo es que el aceite que estaba contenido dentro del elemento que han retirado, al haber desconectado la tubería, se ha derramado. Es un efecto que ha habido de desconectar el elemento que tenía petróleo en su interior, que es el PLEM (mencionado también en el comunicado de la OEFA). 

¿Es válido llamarlo derrame? 

Basta que vaya un litro al mar, es un derrame de hidrocarburo, en este caso, de ocho barriles. Lo han podido prevenir porque se podía succionar petróleo desde la planta, con bombas. Con buzos también se puede meter bombas de succión por el agujero de la fuga o poner un techo con los buzos como si fuera un paracaídas para que el material quede contenido ahí. Hay maneras de contener, es otro error humano más.

 

Fotoportada y gráfico: Darlen Leonardo.

Tags:

derrame de petróleo, Petróleo, Repsol, Repsol-La Pampilla, Terminal Multiboyas 2

Antes de protagonizar el derrame petrolero que ha afectado más de 7 millones de metros cuadrados de mar, dos reservas naturales y 21 playas en Lima y Callao, Repsol se ufanaba de ser la primera compañía de su sector en plantearse llegar a las cero emisiones netas de dióxido de carbono para el año 2050. Esto como muestra de su compromiso con las metas medioambientales planteadas por el Acuerdo de París del 2015.

Lo mismo hizo en julio del año pasado, cuando conmemoró los 10 años desde que firmaron los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos, una guía propuesta por las Naciones Unidas para que las matrices de las multinacionales se sujeten a las consecuencias legales de los países en donde operan sus subsidiarias.

“Desde entonces, hemos ido avanzando, empezando por nuestros propios empleados […] Y no menos importante con nuestros vecinos, de los lugares que operamos, gestionando los riesgos con la debida diligencia desde el inicio de los proyectos, estableciendo relaciones constructivas y de confianza con todos ellos”, indicó con mucha pompa Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol. Apenas un mes antes de esa presentación, un grupo de activistas medioambientales había bloqueado el ingreso a una de sus instalaciones en Madrid, luego de conocer un informe que colocaba a la petrolera como una de las que más gases de efecto invernadero emite.

Presentación de Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol para la iniciativa voluntaria Pacto Mundial de las Naciones Unidas. Según su portal oficial, no controlan el comportamiento de las empresas. Están diseñados para estimular el cambio. 

Los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos de la ONU brindan un marco legal a los gobiernos de cada país por el que es posible responsabilizar a las multinacionales cuando sus actividades comerciales en territorios ajenos vulneran los derechos humanos o las normas internacionales para la protección del medio ambiente.

Para aplicarlo, los países necesitan elaborar un Plan Nacional que adapte estos estándares internacionales a la realidad de cada uno. Este debe hacerse con participación de la sociedad civil y todas las partes interesadas.

En España, ese plan se aprobó el 2017. En el Perú, se hizo en junio de 2021, mediante el Decreto Supremo 009-2021-JUS. Uno de los cinco lineamientos estratégicos del plan peruano tiene como objetivo asegurar las reparaciones a los afectados. “Diseño y fortalecimiento de mecanismos para garantizar a los afectados por las vulneraciones a derechos humanos vías judiciales, administrativas, legislativas o de otro tipo para que puedan acceder a una reparación”, indica el decreto.

En diciembre del año pasado, la Comisión Europea también se lanzó a discutir la actualización de una directiva que plantea que las empresas culpables de delitos ambientales reciban multas de hasta 5% del volumen de sus negocios a nivel mundial. La iniciativa también abriría la posibilidad de quitarle a las compañías el acceso a la financiación y la contratación pública.

“Al final, las decisiones recaerán en los tribunales nacionales, pero este texto les ofrecerá claridad”, explicó Virginijus Sinkevicius, comisario europeo de Medio Ambiente a la Agencia AFP.

ACUERDOS ROTOS

Hay otros acuerdos firmados por Repsol que no son vinculantes. El de París, por ejemplo, que mencionamos al inicio. O el Pacto Mundial de las Naciones Unidas. La compañía española tiene, además, alianzas poco útiles con nueve organizaciones vinculadas a temas de responsabilidad social. Estas solo se limitan a compartir información sobre el impacto de las compañías en el medio ambiente.

Es el caso de IPIECA, la Asociación Mundial del Sector del Petróleo y el Gas para cuestiones medioambientales y sociales, que difunde entre sus agremiados las mejores prácticas que encuentran en la industria para reducir su impacto. “Estas plataformas o asociaciones vinculadas a buenas prácticas en responsabilidad social son más una declaración de intenciones y, salvo que la empresa tenga una sentencia firme por alguna falta ética o negligencia dolosa, no suele tener mayor trascendencia”, explica Natalia Manso, profesora de Pacífico Business School.

Para Manso, la responsabilidad social tiene un “componente de maquillaje importante” en muchas empresas. Aún con todo eso, considera que hay algunos avances y que los accionistas tienen el toro por las astas. 

“Los accionistas cada vez tienen más poder incluso para decidir a favor o en contra de cómo se remunera a los altos ejecutivos, o si se les debe cambiar. Desde luego, aquí [en el caso de Repsol] debería haber una respuesta de los líderes de la organización que están demostrando estar muy ausentes”, dice Manso, que también es docente de responsabilidad social empresarial.

De acuerdo a la última Memoria Anual publicada por Repsol, sus principales accionistas con derecho a voto son la española Sacyr S.A. (8.03%), la firma financiera JP Morgan (6.85%), la gestora de fondos de inversión BlackRock (4.99%) y la francesa Amundi Asset Management (4.50%). Todas son adherentes al Pacto Mundial de las Naciones Unidas y aseguran promover las finanzas que sean responsables con el medio ambiente. Como informó Sudaca, en una nota anterior, BlackRock tiene un historial de inversiones en empresas que violan los derechos humanos y tienen sanciones por infracciones contra el medio ambiente.

Más del 70% de las acciones de la empresa española son de «libre flotación» y se negocian constamente en el mercado bursátil. Después de esas acciones, la empresa Sacyr es la que tiene mayor participación con derecho a voto y dos asientos en el Consejo de Administración.

Repsol reporta a estas empresas cada una de sus acciones. El 2020, por ejemplo, publicó un informe de gestión donde da cuenta de las medidas de seguridad con las que cuentan sus operaciones. En la página 98 precisan: 

“Si, a pesar de toda la actividad preventiva, se produce un derrame, es prioritaria la detección temprana y la minimización del impacto a las personas y al medioambiente. Para ello, la compañía dispone de los medios humanos y técnicos necesarios”.

Agregan que, en caso de derrames marinos, Repsol mantiene contratos con empresas que garantizan la actuación rápida de especialistas y equipamientos externos como Oil Spills Response Limited – OSRL (empresa británica que atiende a todo el sector), el Global Dispersants Stockpile (reserva mundial para acceder a productos dispersantes) y Wild Well Control (compañía estadounidense con sede en Houston, Texas).

Pero ninguna de estas firmas está actuando sobre el reciente desastre en las costas peruanas. A través de su portal web, Repsol Perú indicó que las labores de remediación vienen siendo atendidas por las empresas ERM (Environmental Resources Management), para el asesoramiento y control de la emergencia; y por Aiuká Consultoría Ambiental, para el rescate de fauna marina.

Al cierre de esta nota, la información del derrame producido en Ventanilla todavía no era publicada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España. Mediante una carta, la Superintendencia del Mercado de Valores en Perú le preguntó directamente a la empresa por qué no se había informado de estos eventos como Hecho de Importancia. La respuesta, como parece ser costumbre, no deja nada claro.

“Teniendo en cuenta la complejidad del tema, la valoración de la magnitud e impacto del acontecimiento no pudo ser inmediata. Además de ello debe considerarse que, de momento, este acontecimiento no ha afectado la continuidad de nuestras operaciones ni la capacidad de atención al mercado”, respondieron desde Repsol.

Respuesta de Repsol a las consultas de la Superintendencia del Mercado de Valores en Perú, enviadas al cierre de la sesión del jueves 20 de enero.

Tags:

Acuerdo de París, derechos humanos, derrame de petróleo, Medio ambiente, Repsol, Repsol-La Pampilla
Por Cristian Rebosio

El presidente Pedro Castillo recién se acercó a la playa de Ventanilla el jueves y Repsol se pronunció el miércoles, ¿cuándo advierten ustedes que ocurrió el derrame?

Nosotros, como federación, nos enteramos el mismo día por los pescadores que venían regresando de su jornada de trabajo.

¿Alguna autoridad se acercó para ayudarlos o advertirles de los peligros del derramamiento de petróleo?

Más bien fuimos nosotros los que hemos avisado al OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental), que no se ha tomado la molestia de responder. Le hemos enviado otro comunicado advirtiendo lo que está sucediendo ahora, para que no se siga insultando a la inteligencia del pescador artesanal ofreciendo canastas y trabajo para realizar la limpieza del desastre. Parece que en Repsol, además de no tener una alternativa para asumir sus responsabilidades, desconocen que los hidrocarburos son altamente tóxicos y el pescador nunca fue entrenado para su manipulación. Por lo tanto, en vez de generar una solución, estarían ocasionando mayores problemas.

¿La posibilidad de ser contratados por Repsol para limpiar el petróleo derramado no es del interés de los pescadores?

El trabajo más difícil que hemos enfrentado en plena pandemia ha sido que el pescador haya tenido que salir al mar sin una protección de parte del Ministerio de la Producción ni del gobierno. Si tenemos que ir a trabajar no le corremos al trabajo, pero estamos hablando de hidrocarburos que son altamente contaminantes. La correcta manipulación es para aquel que fue entrenado y no es nuestro caso. Esta empresa, si no sabe administrar estos recursos altamente tóxicos en aguas peruanas, debe retirarse no sin antes cumplir con lo que la ley exige. Repsol debe estar pensando en cómo asumir no solo el 100% de lo que está pasando con la parte superficial del mar, sino con las aguas medias, el fondo marino y la destrucción de todo el ecosistema. 

Tras el derrame de petróleo, ¿observaron que Repsol desplegara algún tipo de plan de contingencia?

Más rápido hemos reaccionado nosotros. Mientras ellos estaban pensando que iban a solucionarlo con una o dos embarcaciones pequeñas, nosotros estábamos pensando en una solución macro a todo esto. Pero se ha podido ver que poco o nada les está interesando. No hay una real intención de darle solución a esto.

La primera ministra, Mirtha Vásquez, y algunos congresistas se han reunido con representantes de Repsol, ¿los pescadores han tenido representación en estas reuniones?

Parece ser que a los señores de Repsol lo que les interesa es la gente que tiene carro, terno y corbata. Pero no hay ningún problema. Los hermanos pescadores también usamos terno y, si no lo tenemos, lo podemos alquilar. Y si no tenemos carro, tomamos un taxi. Nosotros estamos buscando que Repsol demuestre que es una empresa responsable. Está bien si no ha tenido alternativas de soluciones, pero de aquí en adelante tiene que remediar. Más de uno está pensando que esto va a pasar en cinco o seis meses. Nosotros no somos técnicos, pero hemos podido ver, con tanta experiencia en el mar, que este hidrocarburo ya se mezcló con el agua. Quién va a mejorar nuestro fondo marino y decir a nuestras especies que retornen. Han destruido nuestra única fuente de trabajo. Esto nos lleva a que desembarcaderos como el de Ancón estén cerrando y va a generar más hambre del que ya tenemos. 

¿No han podido tener reuniones con Repsol para manifestar estas preocupaciones?

Si Repsol tuviera bien puesta la camiseta de la bandera peruana, ya debería haberlo hecho [convocarlos a una reunión]. 

¿Han podido dialogar con representantes del gobierno?

Hemos conversado con el presidente de la Comisión de Producción, Bernardo Quito (Perú Libre). También nos ha llamado el congresista Abel Reyes (Perú Libre) de la Comisión de Inclusión Social. Mañana, como federación, nos estaremos apersonando a Ancón a las ocho de la mañana para una convocatoria [a una reunión] en esa caleta histórica y hacer respetar nuestros derechos.

¿Cuál sería una compensación aceptable para los pescadores?

Deben resarcir económicamente a los pescadores. Independientemente que deben asumir las responsabilidades al 100% de la catástrofe que han generado, deberían participar [se refiere a que deberían buscar soluciones] directamente con los pescadores que están en la zona de influencia para resarcir esta problemática. En Chancay también advirtieron que van a cerrar ese embarcadero.

¿Está conforme con el papel del gobierno actual en este desastre ecológico?

El gobierno ha dictado una medida de emergencia. Si hubiera estado el señor Alan García o Alberto Fujimori, llegaban a la prensa, hablaban de crisis y luego aplausos. Creo que el presidente Castillo, al haber firmado el decreto de urgencia ambiental, merece el mismo respeto.

¿Siente que se ha intentado blindar a Repsol?

Hasta ahora, por lo que he visto en televisión, no se da la misma importancia que a otros temas. Tengo la impresión que, si esto le hubiera sucedido a Petroperú, le hubieran dado duro día y noche. Pero ha sido Repsol y hay que darle, pero no tanto. Ahí hay un blindaje.

La federación que usted representa le envió una carta a la primera ministra, Mirtha Vásquez, pidiendo declarar en emergencia la pesca artesanal en la zona afectada, ¿recibieron alguna respuesta?

Sinceramente, no.

Muchos pescadores han visto perjudicada su actividad económica, ¿están evaluando la posibilidad de demandar a Repsol?

Sí. Nosotros, como federación, lo estamos evaluando y también las mismas organizaciones. Pero, en caso los hermanos no pudieran hacerlo, estamos coordinando con técnicos y profesionales para poder hacer la denuncia que corresponde.

Tags:

derrame de petróleo, pescadores, Repsol, Repsol-La Pampilla

Repsol y la Marina de Guerra se contradicen sobre el derrame de 6.000 barriles de petróleo que ha contaminado 21 playas de la costa peruana. Mientras que la empresa española dice en un reporte interno que el 15 de enero, día en que se desencadenó el desastre, ocurrió un “oleaje violento”; la Dirección de Hidrografía y Navegación del instituto armado reportó “oleajes anómalos de ligera y moderada intensidad”. Es por esta sutil diferencia que la Marina afirma que no fue el oleaje lo que provocó el vertido del crudo, tal como adelantó la primera ministra Mirtha Vásquez en conferencia de prensa.

Los marinos apuntan a fallas en los protocolos para contener el desastre de parte del buque “Mare Doricum”, que llegó con 985.696 barriles de petróleo a la Refinería La Pampilla, de Repsol. Así lo dice a Sudaca una fuente cercana a la institución castrense. 

Derrame- Repsol-Andina
Imagen de tres trabajadores contratados por Repsol para limpiar un sector de la playa Cavero, en Ventanilla, Callao. Fuente: Andina.

Repsol, por su parte, ha achacado su accionar a las comunicaciones que tuvo con la Marina el día del desastre. Pero resulta que en sus memorias presentadas en Perú y en España alardeaba de tener todo bajo control y de poder manejarse con solvencia en casos de derrame.

Por ejemplo, en la memoria del 2017 que emitió en Perú, la compañía informó que había invertido US$109 millones para “superar los crecientes eventos de cierre de terminales marítimos por oleaje anómalo”. Y en el 2019, en una auditoría que presentó ante la Comisión Nacional de Mercado de Valores de España, la firma declaró lo siguiente: “Si a pesar de toda la actividad preventiva eventualmente se produjera algún derrame, la compañía dispone de mecanismos internos y externos de respuesta a emergencias y cuenta con equipos especializados y entrenados que utilizan las herramientas más avanzadas de detección y siguen protocolos de gestión y formación específicos”.

Repsol informe
2019. Informe financiero anual presentado por Repsol ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España, en el que asegura tener todo bajo control en caso de un derrame.

Lo cierto es que la Marina también actuó diferente antes, en casos similares. El 25 de agosto y el 3 de septiembre del año pasado, por ejemplo, dispuso el cierre de los terminales multiboyas de La Pampilla 1, 2 y 3 por presentarse “oleajes anómalos de intensidad moderada”. Así lo dicen dos resoluciones de capitanía a las que tuvo acceso Sudaca. 

Agosto, 2021. Resolución de Capitanía de la Marina en donde se da cuenta del cierre temporal de los terminales multiboyas de La Pampilla por “oleajes anómalos”. Un criterio distinto al de hace una semana.

En el desastre de la semana pasada no hubo rastro de esa precavida actitud. Aún así, ¿podría un oleaje moderado causar un derrame petrolero de grandes proporciones? “No. El mar del norte tiene un oleaje más violento y los buques no se andan cayendo”, dice el experto en temas pesqueros Juan Carlos Sueiro, de la ONG Oceana.

 

LA HISTORIA AL DETALLE

Sudaca ha podido reconstruir los hechos que componen esta cadena de negligencias. La historia empieza el 14 de enero pasado cuando, a las cuatro de la mañana, el Centro Nacional de Alertas de Tsunami de la Marina minimizó el riesgo de la erupción de un volcán de la isla de Tonga y reportó que “no genera tsunami en el litoral peruano”. Esto a pesar de que países vecinos como Chile y Ecuador sí lanzaron sus respectivas alertas.

Horas después, a las 2:30 de la tarde, el buque italiano “Mare Doricum” ancló en el terminal multiboyas Nro. 2 de la refinería La Pampilla, en el distrito de Ventanilla, en el Callao, para descargar crudo. Esta imponente nave tiene 274 metros de longitud y llegó tras hacer una escala en Uruguay.

24 horas después, a las 2:46 de la tarde del sábado 15, y ante la hemorragia de información por la erupción del volcán en Tonga, Repsol dice haberse comunicado con el Servicio de Control de Tráfico Marítimo (Tramar) para saber si había alerta de tsunami. Según la empresa española, la Marina le respondió que no y decidieron continuar con la descarga. Sudaca consultó con la institución naval sobre la veracidad de esa versión, pero al cierre de edición no hubo respuesta. 

Hasta las 5:18 de la tarde del sábado 15, el buque “Mare Doricum” había descargado el equivalente a 628.956 barriles a tanques de tierra. En ese momento, de acuerdo a un reporte interno de Repsol que Sudaca revisó, “se rompen cabos de popa estribor y se produce un movimiento brusco del buque ante oleaje violento”.

La compañía italiana Fratelli D’ Amico, que administra “Mare Doricum” y que fue contratada por Repsol, informó a este medio que el derrame ocurrió por una “ruptura inesperada de la tubería submarina”, aunque no especificaron si esto fue a consecuencia del oleaje.

Mare Doricum
Imagen del buque italiano “Mare Doricum”, que contrató Repsol para la descarga de 985,696 barriles de petróleo. El 15 de enero pasado esa nave derramó 6 mil barriles del crudo, ocasionando una verdadera catástrofe ambiental. Fuente: Marine Traffic.

“Al momento de la observación, aproximadamente a las 5:25, el personal de turno informó rápidamente al oficial a cargo, quien de inmediato detuvo todas las operaciones y se aseguró de que las maniobras de descarga y las válvulas de los colectores estuvieran firmemente aseguradas”, dice la empresa que administra el buque italiano en un comunicado. Hasta ahí todo parecía mantenerse bajo control.

En diálogo con el portal Convoca, Roberto Texeira, capitán de navío del puerto del Callao, dijo que, cinco minutos después del inicio del derrame, lo llamaron de “Mare Doricum” para reportar lo sucedido. Texeira señaló a ese medio que “un incidente a bordo del buque provocó el derrame”. No mencionó el oleaje, pero anunció una investigación interna.

Fuentes cercanas a la Marina alegan a Sudaca que el buque habría incumplido protocolos internos, como demorarse en parar el bombeo, que no hubo suficiente atención del personal de guardia y de los maniobristas, y que  no dispusieron inmediatamente de skimmers (aspiradores utilizados para recoger el petróleo).

Los españoles han señalado que colocaron barreras de contención y usaron tanques flotantes para recoger parte del petróleo derramado. Después -según el gobierno- informaron al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) que el daño era mínimo, del “tamaño de un jardín”. La evidencia hoy los aplasta: 1,7 millones de m2 de tierra y 1,2 millones de m2 en el mar han sido afectados.

Aquel 15 de enero por la tarde, la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina emitió un nuevo reporte poniendo, otra vez, paños fríos al asunto de la erupción y diciendo que “el evento no genera tsunami en el litoral peruano”. El oleaje, sin embargo, arrastró una camioneta con dos mujeres a bordo en la playa Naylamp, en Lambayeque. Ambas murieron.

“La empresa es la principal responsable del derrame y, sin duda, hay responsabilidad de la Marina. Lo que me parece inaceptable es lo que se hizo posteriormente a los hechos. Se supone que hay un plan de contingencia, en métodos, procedimientos. Hay herramientas, instrumentos y remediación. Dicen tener diversas cosas y a la hora de actuar lo hacen con un recogedor de basura. Hay que ver auditorías, procedimientos, bitácoras. Los dichos son especulaciones”, dice el especialista Juan Carlos Sueiro. 

Al momento, “Mare Doricum” permanece anclada en el terminal donde opera la refinería La Pampilla. El buque italiano, si quiere zarpar, tendrá que pagar una fianza de S/150 millones. Mientras tanto, el efecto devastador del derrame en la flora y fauna de nuestro país avanza incontenible.

*Fotoportada: Darlen Leonardo

Tags:

derrame de petróleo, Marina de Guerra, Repsol, Repsol-La Pampilla

Pedro Castillo firma un decreto enunciativo sin mucha utilidad. Mirtha Vásquez anuncia que Repsol contratará a los pescadores en la limpieza: ¿es eso justo? ¡Y repensando el toque de queda!

En Youtube:

En Spotify:

En Soundcloud:

Síguenos en Sudaca.pe

Lima – Perú

Tags:

conferencia presidencial, derrame de petróleo, Mirtha Vasquez, Repsol, Repsol-La Pampilla, Ventanilla

Por Youtube:

Por Spotify:

Por Soundcloud:

Recuerda seguirnos en vivo por Youtube, Facebook live y Twitter

Tags:

derrame de petróleo, Percy Grandez, Repsol-La Pampilla

El derrame de petróleo de Repsol-La Pampilla por oleaje que la Marina no advirtió. ¿Es el fin de SERVIR? ¡Y hablamos de uno de los problemas de Lima en su aniversario!

En Youtube:

En Spotify:

En Soundcloud:

Síguenos en Sudaca.pe

Lima – Perú

Tags:

18 de enero, Alcaldía de Lima, Aniversario de Lima, derrame de petróleo, elecciones municipales, Lima, Repsol-La Pampilla, SERVIR
x