tiny cake

Los pasteles nos han acompañado toda la vida. En cumpleaños, bautizos, matrimonios y todo aquello que conocemos como una ‘ocasión especial’. Pero realmente, con el ritmo al que se mueve el mundo hoy en día, incluso decir ‘te quiero’, dar ánimos a una amiga, o pedirle al vecino que deje de taladrar puede resultar una ocasión especial si se dice de la manera correcta. ¿Cómo? Con un tiny cake.

Esos ejemplos son solo algunas de las temáticas que Paula Virreira ha recibido en su buzón de pedidos personalizados de tiny cakes. Virreira es fotógrafa de profesión y hoy combina su carrera con su interés por la pastelería, que durante la pandemia dieron vida a Miel, marca de pequeña pastelería muy aclamada en Instagram.

“Miel comenzó como un proyecto pequeño, sinceramente no pensé que crecería tanto y en tan poco tiempo. Algo que sí supe desde el inicio es que quería que mi concepto rompa esquemas, que no se parezca en lo absolutamente a nada de lo que ya se haya visto en el mundo pastelero en Lima y alrededores”, cuenta la artista pastelera y visual.

Miel

Pequeños bocados de amor

Hoy Miel cuenta con cerca de 11 mil seguidores en Instagram, y cuando empezó con el proyecto, Paula no se sentía tan cercana a la pastelería. “Comencé con tostadas francesas a raíz del cumpleaños de mi entonces roommate, y cómo estábamos en plena cuarentena no había mucho de deliverys así que me ofrecí a hacer algo que a ella le guste. Cuando subí una foto en mi Instagram personal, muchos amigos me hicieron pedidos y es ahí donde decidí empezar a venderlas. Luego tuve la idea de hacer tortas en formato pequeño junto con un concepto artístico, y cómo ya tenía algo de audiencia decidí lanzarme con la propuesta de tiny cakes únicamente”, cuenta Virreira.

Cada mañana, Paula inicia el día a las 7:30 am con una taza de café y, de la mano de Carolina, que la apoya en la producción de los kekes, se prepara para empacar todos los pedidos que saldrán repartidos en el día. Luego se asegura que toda la información de los pedidos estén en orden, para enviarlos a su destino y empieza con el toque icónico de Miel: su buttercream. Se trata de la crema con la que cubre y decora cada uno de los tiny cakes de forma personalizada. “La decoración toma muchas horas de trabajo físico. A las 8 pm culmina mi día de trabajo acompañada de una copa de vino”, cuenta Virreira.

Sus tiny cakes miden 12 centímetros de diámetro, pero contienen una cantidad inmensurable de amor. De hecho, sus pasteles son su plataforma para hablar del amor propio. “El amor propio es algo que no nos han enseñado mucho. Creo que es un camino difícil pero que debe estar presente en muchas conversaciones, sobre todo en una mesa. Se me hace muy importante hablar de esto, sobre todo si ningún negocio de alimentos lo hace, es una puerta que yo decidí abrir para así poder incentivar a más marcas a hacerlo”, cuenta la artista, que en cada pedido incluye tarjetas o stickers que leen “Ámate mucho”.

Miel

Amor es amor

Cada concepto que lanza mes a mes está basado en sus experiencias y vivencias, pues hace que Miel no sea solo una marca, sino un ser humano real. Como tal, sueña, vive, siente y ayuda. Por ejemplo, el pedido más significativo que recibió Paula le permitió ayudar a una persona a hablar sobre su sexualidad con su familia. “Recibí muchos mensajes hermosos pero uno de ellos fue de una chica que ‘salió del closet’ con sus papás entregándoles una torta mía y el mensaje era ‘love is love’. Leer eso no tiene precio. Así como esos pedidos he tenido muchos que han sido regalados a personas que han perdido a alguien o que han sobrevivido el COVID, es muy especial el lugar donde viene esta necesidad de darle un detalle a alguien que ha pasado por algo muy difícil”, recuerda Paula.

Miel

A la fecha, Miel recibe decenas de pedidos a la semana, pero mide con cautela la cantidad de pedidos que aceptará en determinadas fechas para lograr hacer los pasteles con la mayor precisión posible. Esto lo aprendió luego de la Navidad de 2020, en la que llegó a recibir 68 pedidos por semana. “Ahí aprendí cuál era mi límite. Fue una temporada muy larga y cargada pero aprendí demasiadas cosas y a estar más preparada”, cuenta.

Para Paula, emprender con Miel ha sido una gran decisión, pues tiene el espacio ideal para hacerle bien a los demás, mientras deja suelta a su creatividad. Ahora trabaja día a día para que Miel siga creciendo y logre tener una tienda física. “Sé que cuando tenga la oportunidad de abrir un espacio para Miel será una nueva oportunidad para llegar a más personas con mis mensajes sobre el amor propio”, anhela.

Dato:

Para contactar a Miel pueden hacerlo a través de su cuenta de Instagram.

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