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Turismo

[AGENDA PAÍS]  El Perú es un país bendecido por su diversidad natural, su gente y por una rica historia que permanece viva a través de nuestras culturas y vestigios arqueológicos. Pocos países en el mundo pueden brindar a un turista tantas experiencias en un solo viaje; desde enrumbarse en las rutas de la selva, caminar por senderos en la montaña, disfrutar de playas paradisíacas, contemplar la historia a través de monumentos arqueológicos que van desde 5,000 años de antigüedad (como Caral) hasta la reciente era republicana y disfrutar de nuestra exquisita gastronomía siempre acompañada con un buen pisco.

En el extranjero, para un potencial turista, el Perú es sinónimo de Machu Picchu. Y aunque tanto Promperú, los operadores turísticos, como nuestras misiones diplomáticas y consejeros económicos comerciales que nos representan en el exterior, se empeñan, y con mucha razón, en mostrar otros atractivos, los turistas en su gran mayoría, incluyen a nuestra maravilla cusqueña en su itinerario como prioridad.

Es por ello que las idas y venidas sobre cómo se comercializan las entradas para nuestro primer destino turístico afecta no solamente al Cusco, sino a todo el Perú.

Los turistas extranjeros, sobre todo aquellos que vienen desde lejos como los Estados Unidos de América, Europa y Asia, planifican con varios meses de anticipación sus viajes a destinos como el Perú. No estamos hablando de un par de meses, las ferias internacionales de turismo orientadas a operadores turísticos, que también contienen una porción de público en general, arrancan en setiembre y continúan hasta marzo (estas últimas ya completamente orientadas a potenciales turistas) para los viajes que se inician en junio.

La incertidumbre de viajar 6, 12 o incluso 24 horas para llegar al Perú y no saber si se va a poder visitar Machu Picchu, desalienta al potencial turista y nos impide recibir divisas (unos $1,600 dólares por cada turista de países desarrollados) que tanto necesitamos.

La venta por internet de entradas para monumentos y museos es ya una práctica común en todo el mundo y permite, no solamente organizar con mayor fluidez las visitas de los turistas, sino también, asegurar que esos turistas puedan reservar sus boletos con anticipación así el Perú los “captura” antes de que nuestra competencia, como México, Colombia o Chile (por citar a algunos), se nos adelante.

Es altamente positivo que el Ministerio de Cultura (MINCUL), con el apoyo incondicional del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) y los gremios turísticos, hayan lanzado la plataforma para la venta de entradas a la Llaqta de Machu Picchu (https://reservas.machupicchu.gob.pe/inicio).

Sin embargo, la presión de organizaciones locales como la Unidad de Gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu (UGM) y la Cámara de Comercio del Cusco, entre otros, ha ocasionado que la venta online no haya sido continua, perjudicando la planificación de aquellos turistas que tienen en su mente visitar el Perú y su emblema arqueológico.

Incluso, se está permitiendo la venta de 1,000 entradas de manera presencial en el pueblo de Machu Picchu, lo cual, además, es un exceso considerando que a la Llaqta entran entre 4.500 a 5.600 visitantes dependiendo de la fecha. La venta presencial debería ser mínima, en realidad solo las entradas que no han sido vendidas online deberían venderse de manera local. Pero, aun así, si uno llegara al pueblo de Machu Picchu sin entrada, se podría comprar una en su celular o en algún tablero electrónico con energía solar que podrían estar ubicados en lugares estratégicos de la Llaqta.

Se entiende que el pueblo de Machu Picchu quiere que los turistas pernocten al menos una noche para generar más ingresos, sin embargo, forzar la compra presencial de boletos es contraproducente.

Lo que sí se puede hacer, es que el pueblo de Machu Picchu sea más atractivo para que la gente se quede, empezando por un mejor terminal de tren, mayor orden en la circulación y con un calendario anual de actividades como festivales musicales (jazz, rock, criollo, vernacular), semanas culinarias, domingos de folklore, aprender a tejer telares incas, clases de cocina cusqueña, baños termales, spas y otras tantas iniciativas que harían del pueblo, un atractivo turístico en sí mismo.

Para ello se pueden destinar fondos concursables no reembolsables, tanto de MINCUL como de MINCETUR para proyectos de este tipo en la zona y articular con COPESCO y el gobierno regional del Cusco para que se financien las obras que se necesiten para apoyar estas iniciativas.

En el 2019 llegaron cerca de 4.5 millones de turistas y en el 2023 poco más de 2.5 millones. Está en nuestras manos tener una visión común que tenga como objetivo atraer más turistas de manera consistente y ordenada, respetando nuestra naturaleza, ciudades y arqueología, para que todo el mundo nos identifique siempre como Perú, Turismo Sostenible.

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Machu Picchu, propuestas, Turismo, venta online

[MIGRANTE DE PASO]  Ningún presagio de muerte, epifanía de vida o expectativa alguna parece relevante ante semejante brutalidad y ferocidad de la naturaleza cruda. La Garganta del Diablo. No se me podría ocurrir mejor nombre. Situada en la punta de la grieta donde se forma todo el complejo de las cataratas de Iguazú, la más caudalosa del mundo, acumula la mayor cantidad de agua, con caídas de hasta 80 metros. Genera un rugido que se puede escuchar a cientos de metros de distancia. Parece que una criatura colosal estuviera tragando tu diminuto ser. Te sientes encogido y reducido a un poco de polvo contemplativo.

Iguazú, considerado entre las siete maravillas del mundo natural, está situado entre las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay; las cataratas, compartidas entre las dos primeras. A lo largo del viaje tienes que cruzar la frontera entre Argentina, que contiene el 80% de cataratas, y Brasil, para conocer todo lo que se ofrece en este paraíso selvático. Doble aduana y migraciones cada vez que cruzas. Portar tu pasaporte es esencial en esta aventura. Me hospedé en la parte brasileña. En los alrededores no había nada, solo los fantasmas de ríos, jaguares y cascadas que sabes que existen no muy lejos de donde estas parado. A 1300 kilómetros de Buenos Aires y 1500 de Brasilia.

En la zona argentina, el tercer día, luego de un pequeño tramo recorrido en un tren rústico, de poca velocidad y ecológico, llegas a las pasarelas del recorrido superior. El medio de transporte está hecho para no ser disruptivo con el ambiente casi tropical. Todo es verde: frondosos helechos, troncos de palmera, orquídeas en su hábitat natural, begonias rojas y musgo que invade lo construido por lo humano. Despierta el pulso de muerte junto con la exploración, tentándote a desaparecer entre las paredes arbóreas y perderte en un laberinto desconocido y salvaje.

Desde el inicio del recorrido te acompañan decenas de coatíes, pequeños mamíferos, que se asemejan a ositos peludos y divertidos que juegan con el entorno. No tenerles respeto seria una falta de sabiduría ya que sin problemas podrían morderte y como consecuencia atraer alguna enfermedad contagiosa como la rabia. En el camino, pasando por encima del rio Iguazú, se ven restos de antiguas pasarelas arrasadas por temporadas de caudal muy alto. Solo quedan trozos de metal arrimados y consumidos por el paisaje mismo. Esta zona ha sido cerrada y reabierta múltiples veces por posibles peligros.

Solo ese día, en el trayecto de 15 minutos hacia la Garganta del Diablo, cuatro mariposas se posaron en mis manos y se quedaron ahí un buen rato. Es como estar alineado con todo lo que te rodea. Para ese momento ya era como un árbol caminando en su propia selva. En mi situación de humano no me atrevería a llamar a un lugar con esa potencia como algo propio. Cuando se posó sobre mí la famosa mariposa del 88, por la pigmentación que diseña algo semejante al número en sus alas, fue la primera vez que pensé en algo que no me agradaba. Inevitablemente pensé en el 88 como famoso símbolo neonazi: La octava letra del abecedario, HH y ya todos sabemos lo que significa. Felizmente, los pensamientos o recuerdos amargos y problemáticos son aspirados por la flora que te rodea.

Todo el último tramo ya se escucha la caída violenta de agua y la enorme nube blanca originada por el rebote. Para estas alturas los arcoíris ya no deberían sorprenderte, pero aparentemente nunca pierden ese factor que los caracteriza. Por su naturaleza misma, abundan en el corazón o garganta del gran templo acuático. La pequeña terraza repleta de personas disfrutando de la vista da indicio de la obsesión humana por lo inconmensurable.

Me instalé en tres sitios diferentes, apoyado en la baranda que me protegía de una muerte segura. Si te caes ahí probablemente no quede rastro de tu existencia. No se puede visualizar el fondo, después de ver el agua caer se pierde registro alguno de las profundidades. “Cuando miras largo tiempo el abismo, el abismo también mira dentro de ti”, el aforismo de Nietzsche estuvo presente en cada instante que pasé ante la Garganta del Diablo. Un abismo blanco. Las reflexiones más recónditas y sentimientos ponzoñosos respiran mientras ves el agua. ¿Quién soy? ¿Existe un dios o la verdad? ¿Vale la pena sufrir? ¿La culpa persecutora es necesaria? Todo eso y más fueron las incógnitas despertadas ante mis ojos impactados. Me sigo preguntando a qué conclusiones hubiera llegado si pasara mucho tiempo ahí. Si hubiera habido más tiempo, jamás me hubiera alejado. Mientras me iba, sentía que dejaba atrás a un titan mitológico que efectivamente se había apoderado de una parte mía, quién sabe hasta cuándo.

Finalizada la parte inicial del tour existencial regresamos al circuito inferior para dirigirnos a lo botes que te hacen un recorrido por las cataratas, sin adentrarse en las más peligrosas. Más selva. Pude identificar a una familia de “monos caí” sobre mí, saltaban de rama en rama. Era una locura. Ya estaba por completo sumergido en una novela de ficción. Lagartijas, hormigas y arañas de tamaños poco comunes en lugares urbanos donde la mayoría de nosotros creció. Eres un visitante en un lugar totalmente ajeno. Este terreno les pertenece a ellos: animales y plantas. Lamentablemente, algunos, al no seguir simples reglas, pasan de visitantes a invasores en un pestañar. Otra característica humana sacada a flote: creer que tenemos derecho sobre todo y que nos pertenece.

Llegué al pequeño puerto para embarcar luego de unos kilómetros a pie y el resto en buses estilo safari. Para mi sorpresa, los demás turistas estaban con ponchos impermeables y ropa de cambio; yo solo tenía mi casaca ligera. Antes de subir te dan una bolsa para poner todo lo que no quieres que se moje. Zapatillas, medias, casaca, billetera, dinero y documentos a la bolsa. Durante la navegación provocaba tirar el pasaporte y DNI al olvido. La sensación de libertad era tan grande que borrar cualquier resto del numero que soy en la enorme red humana parecía coherente.

Éramos aproximadamente 25 personas en el bote. Los pilotos conocían el rio perfectamente. Luego de ver desde abajo las enormes cascadas quedas perplejo. Se te dibuja una sonrisa de manera casi indeleble. Todo esto antes de comenzar la parte lúdica. Te vas acercando de a pocos a dos de las caídas. Escuchas gritos eufóricos y la algarabía predomina en el vehículo. Los ruidos vocales se van silenciando por el sonido del agua. Casi debajo de la catarata, sólo escuchas millones de impactos como un nido incesante de pájaros. La risa se te escapa hasta por las orejas. Sólo recuerdo no poder ver nada por mis lentes empañados y la neblina generada; la felicidad y cómo escuchaba mis propias carcajadas desde el interior. Lo mismo sucedió dos veces. No quedaba ni un milímetro de mi cuerpo seco. Hasta la ropa interior queda totalmente mojada. La risa permaneció en lo que resta del día. Me quité el polo y me puse la casaca. Remangué mi buzo y regresé secándome al sol.

La primera mañana, salí del hospedaje y caminé al costado de la carretera con selva a los dos lados. Carteles de peligro por jaguares en la zona que feliz y lamentablemente no pude ver. Son animales nocturnos. Ver uno y que no me ataque sería un sueño cumplido. Al llegar a la cumbre de una pendiente llegas a la zona del parque nacional. Tomas un bus de media hora y llegas a las cataratas. La parte brasilera es más pequeña, pero de una belleza sin igual. Al bajar del bus te diriges a las pasarelas mucho más cortas que las del lado argentino. Tras pasar una cortina de árboles visualicé las cataratas acompañadas de incontables arcoíris, en algunos podías incluso cruzar por debajo. Bajas un ascensor mirador para llegar a una terraza intermedia entre la parte más alta y el río abajo. El salpicar del agua te empapaba el alma. Tras pasar unas horas ahí me di cuenta de que el júbilo marcaría todo el viaje.

Ya conocidas las zonas de ambas naciones, luego de ver las cataratas desde la altura donde cae el agua en las pasarelas y desde abajo en bote, sólo faltaba verlas desde arriba. La opción existía. Contra todo pronóstico, debido a mi pánico por las alturas, hice un recorrido en helicóptero. La primera vez que me subía a uno. Entrábamos seis contando al piloto. El viento de las hélices me tomó por sorpresa y me empujó hacia atrás, lo había visto en películas, pero no pensé que fuera tan fuerte. Me aproximé y subí mudo de miedo.

Ya todos sentados y asegurados, despegó. El miedo se diluía en cada metro de altura. Desde la ventana se veía como la selva se apoderaba de todo el terreno, mires el horizonte que mires. Las cataratas desprendían una nebulosa blanca y los arcoíris se veían desde cientos metros en el aire. Parece que vuelas dando vueltas hipnotizado por la belleza. Se logra ver la enorme grieta en su máximo esplendor. Si por casualidad el helicóptero se acercara a la Garganta del Diablo seria destruido en cuestión de segundos. Fueron solo 10 minutos, pero parecieron 30. Volando completé la apreciación total de la maravilla natural. Aunque estoy seguro de que cuando vuelva encontraré algo nuevo. Recuperaré mi parte engullida a cambio de otra que será devorada por la naturaleza y la tentación que despierta: regresar a nuestra oscura naturaleza. Entendí por qué Iguazú viene de la palabra guaraní de “grande” y “agua”.

El ultimo día enrumbé por casi tres horas en la provincia argentina de Misiones. El destino: las ruinas de la reducción San Ignacio. A inicios del siglo XVII, los jesuitas en sus llamadas misiones evangelizadoras, se asentaron en este lugar para trabajar con la población guaraní. Es asombroso y aterrador lo que una religión hizo para propagar su doctrina. Al igual que medidas extremas, llegaron a lugares extremos. Si en esta época da la impresión de estar en mitad de la nada, hace 4 siglos la jungla debe haber estado más vívida, más frondosa y temible. Lo más asombroso es el portón que permanece erguido. Queda la estructura base de todo el recinto.

A pesar de haber presenciado los paisajes más impresionantes en los días anteriores, las ruinas me sorprendieron igual. Los restos arqueológicos vienen impregnados de magia e imaginación. Documentación de la historia de la humanidad. Todo esto tan cerca de las cataratas que simbolizan lo indomable. La falta de control y la introspección que desata lo inmenso permite dar cuenta de quiénes somos. Algo diminuto en el ciclo del uno y el todo. Todos parecemos nacer de él para regresar cuando nos liberemos de lo corpóreo o cuando nuestros sueños mueran.

 

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Más promesas incumplidas

Tras un accidentado viaje, muchos de los pasajeros exigieron la devolución de su dinero. No obstante, la postura de la empresa no mostraba predisposición para escucharlos y, por el contrario, hasta parecían querer intimidarlos. «Llegó el representante y nos dijo que había hablado con el abogado y este les había dicho que no ofrezca nada y que si queríamos hacer la denuncia correspondiente que la hagamos porque al final no teníamos las de ganar», recuerda Raúl.

Resignados ante la actitud de la empresa y con la intención de disfrutar los tres días que restaban, los clientes de Quovadis aceptaron la devolución de cincuenta soles que les ofreció el representante de la empresa y la reprogramación de los tours prometidos. Sin embargo, las promesas seguirían siendo incumplidas. «Llegó el día viernes y esto tampoco se cumplió. El bus llegó once de la mañana (una hora tarde), salimos y llegamos prácticamente a la una. Hicimos un tour rápido y el bus recién partió a las tres y media para llegar a Ayacucho a las cinco de la tarde», cuenta Raúl.

La situación no mejoró para el día domingo. El bus que los llevaría de regreso a Lima también llegó tarde y el representante de Quovadis que les entregaría los cincuenta soles nunca apareció. «Como entro a trabajar a las siete de la mañana, no podía esperar que la empresa venga a la hora que se le de la gana a entregar el dinero. No podía perder un día de trabajo. Preferi partir y que en Lima nos hagan el depósito del dinero», explica Almonacid y agrega que la mayoría de pasajeros adoptó esa misma postura, aunque su desconfianza aumentó al percatarse que en las boletas figuran que el pago hecho a Quovadis fue de cero soles pese a que todos hicieron el depósito correspondiente en la cuenta bancaria de dicha empresa.

Ha pasado cerca de un mes de aquel viaje y los afectados siguen siendo ignorados por la empresa Quovadis cuando piden la compensación prometida. «Nos han dicho que no pueden hacer el depósito porque ha ocurrido un accidente con una de sus unidades y están pagando el seguro y compensando a los pasajeros. Dijeron que están esperando tener otros ingresos para hacer el depósito», explica Raúl sobre la excusa que les dieron en una de las pocas oportunidades que se comunicaron.

Sudaca consultó con Martín Cuellar, abogado especialista en defensa del consumidor, para conocer los pasos que podrían seguir los clientes de esta empresa. «Si es posible el reembolso total. En la negociación directa pueden concederse una serie de compensaciones, pero si no existe esa voluntad necesariamente se tiene que ir a Indecopi para velar por el derecho de recibir un servicio acorde a la contratación», explica el abogado.

Según la web de Sunat, Empresa de Transporte y Multiservicios Quovadis S.A.C. empezó sus actividades en abril del 2013. Además, acorde a su perfil en redes sociales, se ha encargado de organizar viajes por Semana Santa durante años anteriores.

Ante la indiferencia de la empresa Quovadis, Raúl y los más de cincuenta pasajeros que fueron a Ayacucho ven con poca esperanza la posibilidad de recibir algún tipo de compensación por un viaje por Semana Santa que prometía ser una experiencia inolvidable y terminó siendo un viacrucis a Ayacucho. Sudaca intentó comunicarse con los representantes de Quovadis, pero no obtuvimos respuesta hasta el cierre de este informe.

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Sin duda Promperú, como otras instituciones del Estado, con las herramientas tecnológicas que se encuentran a disposición, requiere de una modernización en sus procesos para facilitar la gestión de sus funcionarios y adaptarse a los nuevos requerimientos de los mercados internacionales.

La relación Regiones-Promoción Comercial y la transversalidad del programa Ruta Exportadora son claves no solamente para la inclusión de nuevas empresas de todos los rincones del país, sino también, para tener un constante monitoreo que apoye su crecimiento en el tiempo y evite que su incursión en el mundo exterior, sea de corto plazo.

Por último, la presencia de Promperú en el extranjero a través de sus Oficinas Comerciales en el Exterior (OCEX), debe fortalecerse a través de su concentración en los mercados más importantes, dotándoseles de recursos y de personal especializado en comercio exterior y turismo en todas ellas, y de captación de IED en aquellos países priorizados para la inversión.

Solo con continuidad en la gestión profesional, técnica y meritocrática de las instituciones, se podrá crecer de manera significativa y eficiente, beneficiando a los ciudadanos que son, finalmente, la razón de ser de toda institución pública.

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Mincetur ha estado al tanto de lo que ocurre en Cenfotur.

Pero las acciones cuestionables por parte de Cenfotur incluso se han dado en el método para sacar del camino a las personas incómodas a sus intereses. El jueves 1 de diciembre, Miguel Torres Condor, como parte de la secretaría técnica, le envió un informe a Oscar Carretero Tarazona, jefe de la unidad de recursos humanos, recomendando que a cinco personas se les abra un proceso administrativo disciplinario.

Este mes se recomendó abrir procesos disciplinarios a cinco trabajadores.

Micheline Mora Huayre fue una de las personas señaladas en este informe. Sin embargo, en el caso de esta abogada se cometió más de una irregularidad. Como la propia Mora Huayre señala, la persona que recomendó el inicio del proceso disciplinario no fue un abogado conocedor del tema sino una persona como Miguel Torres Condor, quien es licenciado en educación y ha entrado en noviembre de este año a Cenfotur para desempeñarse como asesor de la dirección nacional.

Cenfotur
Pero este no ha sido el único aspecto criticado por Mora Huayre. Según documentos que ha presentado, el proceso también ha sido cuestionado por haber afectado el derecho a defensa que debía tener la abogada. Esta situación se produjo debido a que Micheline Mora no fue notificada de forma correcta y los responsables de llevar a cabo el proceso habrían inventado una historia en la que sí se procedía con la notificación correcta.

Cenfotur

En Cenfotur sostienen que sí entregaron la notificación aunque carecen de pruebas.

Esta situación plagada de irregularidades ha llevado a que Micheline Mora solicite que Oscar Carretero Tarazona, jefe de la unidad de recursos humanos, se abstenga de tomar parte del proceso disciplinario debido a las mentiras que han alegado sobre la notificación que debían entregarle para que pueda hacer uso de su derecho a defensa luego que se le abriera el proceso disciplinario.

“Quieren sacarnos a todos para meter a su gente”, comentó a este medio uno de los trabajadores de Cenfotur. Para ellos, la situación actual sumada a los casos como el que se relató meses atrás con Tania Mabel Zurita Sánchez, jefa encargada de la Oficina de Planificación, demuestran el interés por sacar del camino a quienes no juegan en favor de los intereses de la plana mayor de Cenfotur. “Nos dijeron que el Reglamento de Organización y Funciones (ROF)  no cumplía con la filosofía que tenía el presidente Castillo”, cuenta uno de los trabajadores sobre las críticas que recibían para que avalen la creación de nuevos puestos de trabajo dentro de Cenfotur.

Para estos trabajadores no sólo existe el riesgo de perder injustamente un trabajo que habían desempeñado sin ningún inconveniente por varios años y durante distintos gobiernos sino que podrían ver su expediente manchado debido a que una de las consecuencias de los procesos disciplinarios los llevaría a verse imposibilitados a trabajar para el Estado durante un periodo de cinco años.

Sin duda para Dina Boluarte y Luis Helguero, el nuevo titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, uno de sus grandes retos será trabajar para que la meritocracia vuelva a prevalecer en el sector y desterrar la impunidad con que se manejaban los amigos de los ex aliados del gobierno.

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¿En qué otro aspecto el Estado podría colaborar?

Definitivamente los aeropuertos concesionados tienen que tener alguna ayuda mayor y facilidades mayores por parte de OSITRAN y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para aprobar los proyectos de modernización. No es posible que el aeropuerto de Chiclayo no sea remodelado porque demoran las aprobaciones demoran cinco años. Hay un problema gordo de burocracia que no permite que los aeropuertos sean más competitivos. Algunos no tienen luces para vuelos nocturnos o sus pistas están en pésimo estado. Deberíamos tener vuelos transfronterizos. Hay tantos vuelos que requiere el mercado y tenemos que incentivarlos.

¿Qué se puede hacer ante las rutas que solo tienen una línea aérea que las cubre?

Los empresarios van donde hay negocio. Si no han entrado a Tacna es porque el mercado no está lo suficientemente desarrollado. Lo que hay es una aerolínea con una flota más grande que tiene las posibilidades de llenar una o dos frecuencias por día. Eso significa que hay que hacer rentables las rutas. Se puede hacer campañas para que vayan a ese destino promovidas por los gobiernos regionales. El empresario aeronáutico va a llevar sus aviones donde tenga mayor ocupación de asientos.

¿Se está cuidando la experiencia del cliente?

Son los aeropuertos de provincias los que generan demoras o cancelaciones de los vuelos. Es ahí donde hay que estar alerta con Indecopi para que cualquier perjuicio al usuario pueda manejarse a través de reclamos a defensa del consumidor. La insatisfacción no es por la tarifa sino por las demoras.

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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“Los seguros de autos se adaptan a las necesidades de las personas. Por ejemplo, un Plan Kilómetros es económico ya que pagas sólo por los kilómetros que recorres y cubre los daños a tu carro y a los otros vehículos ante choques, lesiones a las personas dentro y fuera del auto en un accidente, o el robo total o de las piezas de tu vehículo, además de incluir asistencias”, señala Renzo Zapata, gerente de Negocios Vehiculares de Pacífico Seguros.

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Al profundizar en los motivos de los viajes, el 26% de los viajeros peruanos quiere tener nuevas experiencias y un 20% se motiva a viajar con el fin de descansar y desconectarse. De cara a este 2022, los viajeros planifican viajes de 6 días si son nacionales, prefiriendo en primer lugar un pueblo nacional, seguido por una playa y finalmente una ciudad, y 13 días si son internacionales: a lugares fuera de Latinoamérica y en segundo lugar dentro de la región.

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