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También el viernes 5 de mayo se presenta el valioso volumen «Vallejo a un siglo de Trilce: nuevos estudios», editado por José Antonio Mazzotti y publicado este 2023 por el Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo, la Asociación Internacional de Peruanistas y la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. La presentación estará a cargo de los reconocidos investigadores Jorge Kishimoto y Marcel Velázquez.

También habrá libros de otras activas editoriales universitarias como la de la Pontificia Universidad Católica del Perú, las ya mencionadas UNMSM y Universidad Ricardo Palma, la Universidad del Altiplano, la Universidad Nacional Agraria La Molina, la Universidad Nacional de Trujillo, la Universidad Científica del Sur y muchas más.

Dése una vuelta por San Borja si quiere enterarse de lo último que se está produciendo en materia de investigación en el país. Así también se hace patria.

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editoriales universitarias, Libros, Ministerio de Cultura, poesía peruana, Primer Salón del Libro Universitario Peruano 2023, universidades

¿Pero usted ve factible que en un futuro cercano las universidades públicas puedan volver a unirse en una sola asociación?

Todo depende de las personas. Si se dan algunos cambios, es posible. Podríamos reagruparnos, sí, dejando de lado los intereses particulares y personales y viendo en la institucionalidad.

¿Cuáles son esos intereses personales?

Justamente esto de lo que estamos hablando, de la ley de la falsa autonomía universitaria. 

¿Eso responde a intereses personales?

Aparentemente, hay universidades que no son licenciadas y son muy poderosas. ¿No cree usted que puede darse una recomposición del consejo directivo de la Sunedu, y que ahí se vean estas cosas, y estas universidades vuelvan? Para nosotros, eso es motivo de preocupación.

¿Y por qué una universidad con el prestigio San Marcos, y otras como La Cantuta, se prestarían al juego de un grupo de universidades privadas no licenciadas?

La verdad, no hablo de San Marcos ni de la Cantuta. Debería hablar más de la AUNAP, no de la ANUPP.

Cambiando un poco de tema: ¿Cómo ven el proyecto del gobierno para el supuesto ingreso libre a las universidades?

En este momento, en el fondo, no es ingreso libre. Lo que habrá es un equipo de estudiantes de alto rendimiento que serán preseleccionados y van a entrar a cada universidad. Se les dará un ‘ciclo cero’, equivalente a una pre. Todo ellos, obviamente, entrarán con un presupuesto adicional. Pero el ingreso libre, en su verdadera magnitud, en este momento es imposible de realizar, por el presupuesto reducido que tiene la universidad. Eso involucra infraestructura, equipamiento, movilidad, docentes, etcétera.

De otro lado, si fuera ingreso libre, abierto, entonces habría que evaluar lo que pasa en otros países. Por ejemplo, Argentina, donde la tasa de deserción es muy alta. Tendríamos que modificar todo el sistema. Pero acá, en nuestro país, el término ‘ingreso libre’ se está utilizando, pero al final se trata de darle facilidades a un grupo de estudiantes de alto rendimiento que no tienen las condiciones económicas para acceder a la universidad.

¿Y ese presupuesto adicional, ya lo tienen?

No. El presupuesto adicional dependerá del número de estudiantes que irían a cada universidad. Ese número no lo tiene todavía el ministerio, por lo menos hasta donde sé.

¿Qué le responde usted a quienes afirman que las universidades peruanas están sometidas a intromisión política?

Bueno, en mi universidad no hay intromisión política. Esta entrevista la estamos dando con libertad. Y nuestros comunicados como AUNAP los hemos sacado con total libertad. Justamente las universidades son los únicos espacios donde se puede con toda libertad hablar, comentar, sugerir, siempre dentro de la ley. 

San Marcos se ha sumado como litisconsorte en el proceso de amparo contra la ley de ‘autonomía universitaria’. ¿Se sumarían también las universidades agrupadas en la AUNAP, para reforzar la posición contraria? 

Vamos a reunirnos para verlo. Pero tengo entendido que no hay necesidad, porque ya hay suficientes  equipos que se están oponiendo a la mal llamada ley de autonomía universitaria. Sin embargo, lo conversaremos a su debido momento, en una asamblea.

¿Cómo evalúa el nivel de compromiso del gobierno con la universidad peruana?

No sé cómo será con el nuevo ministro [Kurt Burneo], pero los anteriores ministros de economía no han querido darle a cada universidad el presupuesto apropiado. Tenemos serios problemas presupuestales, y mucho más en estos tiempos de pandemia, en los que los recursos directamente recaudados ni siquiera llegan al 30%. Hemos presentado nuestras demandas adicionales y el MEF es indolente, no otorga. Pedimos que nos dejen usar las partidas que tienen ‘candados’, esas en las tenemos recursos, pero no nos dejan usarlos ni moverlos a otras partidas. El año pasado pedimos y ni eso nos dejaron utilizar. Y luego nos dicen que no tenemos capacidad de gasto. Las universidades sí tienen capacidad de gasto, lo que pasa es que hay recursos que no nos dejan utilizar

¿Sin esos recursos adicionales, la iniciativa del ‘ingreso libre’ tampoco sería practicable?

Ah, por supuesto. Si no hay recursos, simplemente la universidad no aceptará a ni un postulante más. Pero bueno, en las conversaciones que hemos tenido con el Minedu, siempre respetuosas, se nos ha dicho que eso va a venir con un presupuesto. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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AUNAP, SUNEDU, universidades

Además, brinda la posibilidad de contar con métricas avanzadas e informes de resultados para conocer la preparación profesional de los estudiantes, lo que ayuda a identificar tendencias significativas en el mercado laboral. Asimismo, facilita la realización de simulacros de entrevistas de trabajo, generación de Curriculum Vitae y cartas de presentación, ayudando en la preparación de los egresados antes de presentarse a una vacante.

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Curriculum vitae, mercado laboral, Trabajo, universidades

¿Qué consecuencias está teniendo esto en el aprendizaje y la salud mental de los jóvenes? El mismo “Consorcio de Universidades” conformado por la Universidad del Pacífico, la Universidad de Lima, la Universidad Católica (PUCP) y la Universidad Cayetano Heredia (UPCH) realizó una investigación sobre los efectos de la pandemia en los hábitos de estudio y la salud mental, con alumnos de 3 universidades del consorcio, que nos dan algunas respuestas. Según dicha investigación:

  • 46% de los alumnos reporta que su motivación para el estudio es baja o muy baja
  • Más del 70% declara experimentar algún nivel de depresión
  • Casi el 40% considera que su rendimiento ha empeorado
  • El 58% considera que su rendimiento académico es entre regular y muy malo

Tanto este como diversos estudios a nivel global vienen demostrando que la educación virtual no debe reemplazar a la educación presencial, especialmente en los primeros años, donde los estudiantes no solo desarrollan habilidades académicas sino también blandas. Pero a pesar de que toda la data lo demuestra, las universidades peruanas no parecen tomar cartas en el asunto.

¿De qué nos sirve defender a la SUNEDU, si es que los jóvenes peruanos pasan más de la mitad de sus carreras sin pisar una universidad? ¿Qué rol debe cumplir la SUNEDU en fiscalizar que las universidades regresen a clases presenciales los próximos semestres? 

Si la educación no es presencial, no hay mucho que defender.

*Fuente: Data elaborada por el colectivo “Educación superior presencial”

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

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Presencialidad, universidades

El colectivo “Educación Superior Perú” y la Defensoría del Pueblo ya han hecho un llamado tanto al MINEDU, para que pueda revertir esta situación modificando la Resolución Ministerial mencionada arriba y hacer las clases presenciales obligatorias, como a la SUNEDU e INDECOPI, entes reguladores de Universidades públicas y privadas. Pero necesitamos que alguien se coma este pleito. ¿Qué hay de nuestros Congresistas jóvenes, que tienen el deber de velar por el desarrollo y productividad de los jóvenes peruanos? Alejandro Cavero, Sigrid Bazán, Diana Gonzáles, Rosangela Barbarán, entre otros. ¿Alguno que esté dispuesto a tomar esta batalla por el futuro de nuestros jóvenes?

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de las organizaciones a las cuales pertenece.

 

 

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Minedu, universidades

Al tercer día de la designación del Ministro de Educación, un asesor diligente le alcanzó un informe sobre la situación de las universidades públicas y privadas en los rankings internacionales, una de las metodologías usadas para medir la calidad de las universidades, durante el 2020 y el 2021. El Ministro se detuvo en los debates acerca de la pertinencia y el objetivo de llevar a cabo tal medición, en los indicadores seleccionados para la misma y en los sesgos predecibles. Es más, puso particular atención a los resultados de dos reconocidos rankings: Times Higher Education y QS Latin America University Rankings. 

En el Times Higher Education, a julio del 2021, figuraban ocho universidades nacionales en el ranking de las mejores universidades de América Latina y el Caribe. Dos más que en el 2020. Entre las 100 primeras, de un total de 177, se encontraban dos universidades privadas: la Pontificia Universidad Católica del Perú (puesto 36) y la Universidad Cayetano Heredia (puesto 51); y dos universidades públicas: la Universidad Nacional Agraria La Molina (puesto 76) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (puesto 81). Las otras cuatro, ubicadas a partir del puesto 151, eran las siguientes: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Universidad San Ignacio de Loyola, Universidad San Martín de Porres y Universidad Científica del Sur. 

En tanto, en el QS Latin America University Rankings 2020, entre las 100 primeras, se ubicaban la Pontificia Universidad Católica del Perú (puesto 18), la Universidad Cayetano Heredia (puesto 73) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (puesto 68). Al año siguiente, a las tres universidades señaladas, se sumó la Universidad del Pacífico (puesto 95). Entre uno y otro año,  con la excepción de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, mejoraron su ubicación en el ranking. De igual modo, el Ministro revisó con detenimiento los 16 indicadores que utiliza QS para formular sus rankings, algunos de los cuales los asoció con los estándares mínimos o Condiciones Básicas de Calidad que las universidades deberían contar para licenciarse tales como las de disponibilidad de docentes calificados, producción académica y mecanismos de inserción laboral para sus egresados. 

Asimismo, recordó algunas de las conclusiones del II Informe Bienal sobre la realidad universitaria en el Perú elaborado por la Superintendencia de Educación Superior Universitaria (Sunedu) en cuanto a los resultados de la investigación y su publicación en revistas indexadas. Así, entre el 2014 y el 2020, su número se triplicó pasando de 1770 a 5823; y el Ranking nacional de universidades según investigación. El cual se elaboró para que se contara con un indicador de la producción científica de la investigación universitaria según estándares internacionales de calidad. 

En su formulación se empleó la información de los documentos de todas las disciplinas publicados en revistas indexadas por Web of Science (WoS) y Scopus por separado, dos bases de datos reconocidas por sus rigurosos estándares editoriales y científicos. Así en el Ranking general – Wos la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad de Ingeniería y Tecnología y Universidad Nacional Agraria La Molina ocuparon los cinco primeros puestos. Mientras que en el Ranking general – Scopus, en las cinco primeras ubicaciones, figuraban la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Agraria La Molina y Universidad Científica del Sur. 

El posicionamiento e incremento de las universidades en los rankings internacionales; el aumento de publicaciones en revistas indexadas producto de las investigaciones llevadas a cabo;  y la elaboración de un ranking de universidades según su producción científica e impacto confirmaron al Ministro que la reforma universitaria había encaminado a las universidades licenciadas por la ruta de la mejora continua y la prestación de una educación de calidad en beneficio de sus comunidades académicas y el país. Por eso mismo, reafirmó su decisión de defenderla y profundizarla. Esta ficción sobre el Ministro y su postura favorable a la reforma universitaria ojalá se haga realidad. 

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reforma universitaria, SUNEDU, universidades

Desde el 16 de marzo de 2020, las universidades públicas y privadas permanecen cerradas. La suspensión de clases presenciales fue una medida decretada por el gobierno para contrarrestar la expansión del Covid19. A punto de terminar el segundo semestre académico, en la mayoría de universidades de las 94 universidades licenciadas del país, es importante conocer el impacto de la pandemia en el quehacer universitario. Dos documentos, de publicación reciente, permiten tener una idea más o menos aproximada del nuevo escenario y de los desafíos que supone en el corto y mediano plazo para la comunidad universitaria.   

El primero, “La Educación Superior Universitaria en el Perú post-pandemia”, elaborado por Rodolfo Benítez en abril del año en curso, analiza la educación superior universitaria en el país, discute sus características principales, propone cursos de acción y recomendaciones de política pública para su desarrollo en el lustro siguiente. El autor identifica cuatro aspectos centrales de la educación universitaria: 1. Tendencia a la masificación y privatización de la educación; 2. Participación desigual a la educación universitaria; 3. Bajos niveles de empleabilidad e investigación en la educación universitaria; y 4. La reforma universitaria y sus principales apuestas: regulación y gobernanza. Asimismo, analiza el tránsito de la educación presencial a virtual;  los impactos en el financiamiento de la educación; y los impactos en la matrícula y la deserción. 

El impacto de la pandemia se registra en diferentes niveles del quehacer universitario y plantea a las universidades un desafío sin igual para enfrentarlo. Por eso, se prestará atención, siguiendo al autor, solo en dos de esos desafíos. Así, de un lado, el paso de la educación presencial a la virtual tuvo que lidiar con algunos desafíos como la pobreza digital en la que se encuentran estudiantes en situación de vulnerabilidad y muchos docentes. Es decir, la carencia de medios tecnológicos y también la ausencia de habilidades para interactuar “en un entorno virtual con fines académicos”. O el que se relaciona con “las condiciones del entorno”. Si se cuenta o no con espacios adecuados para llevar a cabo las actividades de enseñanza y aprendizaje durante largos períodos de tiempo, los distractores presentes en el hogar de los estudiantes y las responsabilidades que ellos asumen en los mismos. Finalmente, otro desafío guarda correspondencia con la casi imposibilidad de interactuar con sus pares y docentes la que fomenta “la motivación, la confianza interpersonal” o de realización de actividades que “ayudan a establecer redes académicas y profesionales que perduran en el tiempo”. 

Por otro lado, los impactos en la matrícula y en la deserción. Para aproximarse a la deserción estudiantil, el autor la comparó entre los semestres 2019-II y 2020-I y encontró una diferencia de 293 mil 769 estudiantes. Sería interesante comparar los semestres 2020-II y el 2021-I para tener una idea si se mantuvo o disminuyó. Otra cifra más, según Minedu, en el 2020 el número de estudiantes universitarios matriculados fue de 1´007,766. En comparación con el 2019 disminuyó en 310,522 estudiantes. “Esta caída representa un 24.01% con respecto al 2019 y se observan importantes diferencias entre las universidades públicas (9.96%) y privadas (26.72%)”. 

El segundo documento, “Salud mental en universitarios del consorcio de universidades durante la pandemia”, publicado en noviembre, da cuenta del impacto de la pandemia en la salud mental de los estudiantes de pregrado de la PUCP, la Universidad de Lima y la Universidad Pacífico. Mediante una encuesta anónima en línea, aplicada el año pasado, se investigó como se expresaba la crisis sanitaria “en sus hábitos de estudio y de alimentación, en su organización del tiempo para el estudio y el descanso, y en los diversos estados emocionales a los que la educación virtual [los] había empujado”. 

Los resultados permiten un acercamiento inicial a los problemas que afectaron y siguen afectando a los estudiantes universitarios en su potencial de aprendizaje y desempeño académico. Así, los niveles de motivación por el estudio son muy bajos. El 56% de los  encuestados presentó “sensación de fatiga o poca energía, dolor de espalda, dificultad para dormir y dolor de cabeza”. Asimismo, se encontró una disminución de sus hábitos de salud relacionados con la alimentación, el sueño y la actividad física. De igual modo, presentaron estrés (32%), ansiedad (39%) y depresión (39%). “Entre los participantes, el 19.1% ha pensado en el suicidio; el 6.3% ha planeado quitarse la vida”. 

Evidencias categóricas que la salud mental de los estudiantes encuestados se ha visto afectada. Con los resultados a la vista, es perentorio que cada universidad realice sus propias investigaciones para aproximarse al impacto socioemocional de la pandemia no solo en sus estudiantes sino también en los otros miembros de sus comunidades académicas como sus docentes y personal administrativo. Solo así se podrán diseñar e implementar políticas que lo mitiguen.

Ambas investigaciones bosquejan el escenario en el cual las universidades desarrollan sus actividades. Como se ha visto, los desafíos son enormes y se espera que sean vistos como oportunidades para seguir mejorando la calidad de la prestación del servicio educativo y teniendo muy presente el cuidado y bienestar de sus comunidades respectivas.  

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educación virtual, Pandemia, Perú, universidades, universitarios

Los estudiantes de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV) están en vilo. La casa de estudios enfrenta un proceso de liquidación y no está asegurada la continuidad de las clases para miles de estudiantes. La misma Sunedu les ha dado la espalda, aunque lo niegan. El pasado 31 de agosto acudieron al Poder Judicial en busca de un salvavidas.

La decisión de liquidar la universidad se tomó debido a cinco años seguidos de pérdidas, según se puede ver en sus estados financieros. A fines de 2019, la Sunedu había sancionado a la UIGV por infracciones muy graves debido al mal uso de excedentes de la universidad por más de S/77 millones y de los activos de la universidad para fines no académicos, además del incumplimiento de la Ley Universitaria. La superintendencia terminó negándole la licencia a esta casa de estudios

En ese momento, el rector era Luis Cervantes Liñán, que ocupó el cargo por más de 15 años y tenía un poder casi absoluto sobre la administración de esta casa de estudios. «Ganaba ocho veces más que el rector del MIT y como 10 veces lo que percibe el rector de Harvard. Se le acusó de al menos seis delitos, como apropiación ilícita, asociación ilícita para delinquir, estafa, lavado de activos, entre otros. En ese entonces, el Estado había dejado de percibir al menos S/47 millones por defraudación tributaria”, dice a Sudaca Daniel Mora, excongresista que investigó la corrupción en la UIGV.

Las millonarias multas hicieron que la gestión de la UIGV sea inviable y se sumaron acreedores que exigían el pago de millonarias deudas. De acuerdo a la última resolución publicada por Indecopi, los principales son la Sunedu con S/10.5 millones (46.8%), Prima AFP (28%), Hewlett Packard (9.8%) y sus trabajadores (7.1%), de un total de más de 400 afectados.

El pasado 28 de junio, finalmente, los acreedores y la empresa Gestión Económica acordaron la liquidación de la universidad, un proceso que debe ejecutarse en el plazo de un año. Esto porque el convenio entre ambas partes reconoce que no se puede interrumpir unilateralmente las clases.

El convenio señala, además, que se establecerán los mecanismos de continuidad de los estudios, ya sea en la misma universidad o en otra que los reciba, por lo que la empresa liquidadora «realizará el costeo del traslado de los estudiantes a las universidades receptoras». Los alumnos, sin embargo, viven un presente bastante gris.

FUTURO INCIERTO

El caos ha hecho que algunos estudiantes preocupados por el futuro se organicen en la Federación Comunidad Garcilasina, presidida por Sonia Negreiros, una estudiante de Estomatología que cursa el 10 ciclo.

Los estudiantes -dice la representante estudiantil- vinieron estudiando con normalidad hasta fines de 2019, luego vino la pandemia y en muchas carreras no se permitió la matrícula a todos los cursos. El inicio del semestre debió empezar en agosto, pero no han podido porque el rectorado, designado por la empresa liquidadora, aún no determina el reinicio de clases. Según Negreiros, en una reunión con la empresa liquidadora se les comunicó que eran cerca de 12.000 alumnos los que podrían perjudicarse con toda esta situación.

En un comunicado del 25 de septiembre, Patricia Concha, gerente general de Gestión Económica, les dijo que estaban atados de manos porque las autoridades salientes «han hecho caso omiso y no han cumplido con entregar el acervo documentario, bienes muebles e inmuebles de la UIGV, hecho que perjudica directamente la prestación del servicio educativo».

Negreiros asegura, además, que se han cesado decenas de trabajadores de la universidad como parte del proceso de liquidación. “La Ley Universitaria indica que el nombramiento de las autoridades se hace en base [lo dispone el] al Consejo Universitario, pero han destituido a estos y han enviado carta de cese a los docentes ordinarios, que son constituyentes [miembros] de la Asamblea Universitaria”, explica Negreiros a Sudaca.

Cabe precisar que con el nuevo reglamento de la universidad, los órganos de gobierno son la Asamblea General de Asociados, a cargo de la Junta de Acreedores; y la Asamblea Universitaria y el Consejo Universitario, ambos a cargo de la liquidadora.

Los estudiantes han tocado la puerta de la Sunedu en varias oportunidades en busca de ayuda. En febrero de 2021, más de 200 estudiantes le indicaron a la superintendencia que no podían obtener el registro de sus títulos, de acuerdo a una nota de prensa de la entidad. El escollo era Cervantes Liñán, cuya designación no cumplía los requisitos de ley, por lo que no podía registrar más de 2.000 títulos. Con el ingreso de la empresa liquidadora a la administración de la universidad, Cervantes fue destituido a inicios de este mes.

En julio pasado, además, la federación que comanda Negreiros denunció ante la Sunedu que no se habían programado matrículas para el ciclo regular 2021-I a excepción de los de último año debido a que «no había docentes que lo dicten».

Señalaban que la transferencia de alumnos a otras universidades podría perjudicar hasta con dos años académicos no reconocidos. La denuncia también apuntaba que los egresados entre 2019 y 2020 no podían solicitar su diploma de bachiller ya que no había atención administrativa o esta era muy deficiente, pese -aseguran- a haber cumplido con sus pagos.

A fines de octubre, Sunedu les respondió y les dio apenas dos días hábiles para que adjunten una serie de documentos que respaldaran las denuncias, aun -según Negreiros- habiéndolos adjuntado desde el inicio del proceso. Les fue imposible. Hace unos días, la entidad le respondió a los alumnos que «habiendo vencido en exceso el plazo otorgado de fecha límite el 12 de octubre, no se atendió el requerimiento efectuado, por lo que, corresponde disponer el archivo de la denuncia». La respuesta les fue enviada el 26 de octubre, aunque el documento tiene fecha de 19 de octubre. En otras palabras, tiraron al tacho sus demandas.

Desde Sunedu niegan esta versión y señalan que Negreiros presentó una denuncia solicitando 7 puntos, de los cuales se le pidió que se subsane en tres y se reiteró lo mismo mediante una carta. Al no obtener respuesta, se archivó la denuncia, aunque con la posibilidad de volver a presentar evidencia posteriormente.

“La Sunedu podría contratar a profesores y administrativos para reiniciar las clases, pero quieren que los alumnos se cansen. Casi el 70% se han quedado en el aire y apenas un grupito ha podido matricularse”, cuenta Negreiros.

“[La Sunedu] tiene un área de supervisión para ver los títulos, pero luego de varios meses me piden que adjunte todos los actuados en la denuncia, evidencias de pagos que hemos realizado con dos días de plazo de vencimiento. Piensan que soy una abogada para acopiar todo eso”, agrega.

En la Sunedu explican que la responsabilidad recae en la liquidadora. Una fuente de la superintendencia consultada para este informe señala que la responsabilidad de la gestión de la universidad está a cargo de esa empresa, ya que -como acreedora- la entidad no puede ser juez y parte sobre la supervisión de la UIGV.

Los estudiantes también han intentado acercarse al nuevo rector, Julio César Villar Castillo. “Le hemos enviado una carta notarial y una persona cercana a él nos dijo que ya nos iba a contestar. Por ahora ya hay rumores de que están cotizando los locales más costosos que son las facultades de Estomatología, Derecho e Ingeniería”, dice una agobiada Negreiros.

En una reunión realizada el día de ayer entre Sunedu, algunos representantes de la universidad y empresa liquidadora, esta última informó que se está dialogando con universidades para la suscripción de convenios, pero aún sin formalizar ello y sin dar mayores detalles.

Sudaca buscó comunicarse en reiteradas veces con la liquidadora sin éxito. La Sunedu le ha otorgado a la universidad un plazo para que cese sus actividades hasta marzo del 2023. Por ahora, el 18 de octubre, el Poder Judicial admitió una demanda de acción de amparo interpuesta por los estudiantes que buscan el reinicio de todas las actividades académicas. Mientras tanto, viven con el miedo de no saber en qué han invertido sus años de juventud.

 

Fotoportada: Darlen Leonardo.

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SUNEDU, uigv, universidades

Todos los días de lunes a viernes «Si el Río suena» con Patricia del Río, entrevistas exclusivas. Este es nuestro episodio número 9.  Tras su participación en la comisión de educación Oswaldo Zegarra – jefe de la SUNEDU – señaló que aunque cuentan con el respaldo del ministro de educación, es cierto también que los vaivenes políticos pueden afectar a la institución. Además descubre la historia detrás del video de Claudia Falcón. La joven que perdió a su abuela durante la pandemia y decidió ir a vacunarse llevando una foto suya y conmovió a las redes sociales.

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Lima – Perú

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Educación, Oswaldo Zegarra, SUNEDU, universidades
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