Entrevistas

Efectivamente, se puede apreciar que hay más ciclovías en Lima. Pero lo que se aprecia, también, es que no todas se hacen siguiendo las mismas normas. Son diferentes de distrito a distrito, y muchas veces ni siquiera están conectadas. ¿Cómo se puede avanzar para que las ciclovías se habiliten correctamente?

Desde que se firmó el convenio con los alemanes, que fue el 29 de noviembre de 2021, hemos tenido un consultor puesto por ellos. Y todos los expedientes técnicos que hemos concluido cuentan con su aprobación. Tienen todos los componentes que debe tener una ciclovía de alta gama: medidas, conexiones, mobiliario urbano, componente semafórico, medioambiental, coordinación con los vecinos. Y puedo decir que estos primeros 96 kilómetros que se van a habilitar estarán en 20 distritos. Debieron haberse ejecutado este año, pero ha habido retrasos por temas administrativos que lamentablemente hubo.

En relación a lo que comentas, son ciclovías distritales, que han sido ejecutadas sin autorización. Los distritos no han enviado sus expedientes técnicos a la Dirección de Transporte No Motorizado para que les den el visto bueno, como es obligatorio. Lamentablemente, hemos visto que en algunos casos hasta las han pintado con el color del partido político al que pertenece el alcalde.

El caso es que es un problema recurrente. En muchos distritos se ven ciclovías que a simple vista no cumplen con ninguna norma técnica…

Eso es peligrosísimo. Yo te cuento: vivo en Chorrillos, y todos los días iba hasta mi oficina, en la Municipalidad de Lima, en bicicleta. Y hace un par de semanas, descubrí en Barranco, una ‘ciclovía’ que es realmente una burla. Tiene 200 metros, no tiene bolardos, no tiene medidas de seguridad, no tiene topellantas, ni la pictografía, ni señalización, nada. Así como esa, en mis recorridos veo ciclovías hechas por los distritos que no cumplen con las características técnicas. Y nosotros, en la Municipalidad de Lima, recibíamos todas las quejas. Hemos enviado oficios a los distritos, y a Fiscalización, para que corrijan. Pero no siempre lo hacen.

Las ciclovías que se ejecutarán con fondos de la cooperación alemana estarán en vías metropolitanas. 

¿No hay riesgo de que se caigan estos proyectos?

Hay un acuerdo marco y nueve anexos que la MML tiene que cumplir, obligatoriamente. La culminación tiene que ser en 2025.

¿Cuáles son los principales obstáculos para que se masifique el uso de la bicicleta y otras formas de transporte no convencional?

La falta de respeto al ciclista y de una cultura de seguridad vial, básicamente. Tenemos que lograr, a través de campañas masivas, educación y multas, es que todos los actores de la movilidad vivamos de manera civilizada. 

¿Y a quién le corresponde llevar esto a cabo?

Ese es otro de los inconvenientes. Acá, en Lima, las competencias están repartidas. Por ejemplo, los semáforos. Una parte de los semáforos la ve Protránsito, que pertenece a la MML. Otra, la ve el área de fiscalización que pertenece a la gerencia de movilidad urbana. Otra parte la ve la ATU, y otros, los distritos. 

¿Es iluso pensar que en Lima existan estas estaciones de intermodalidad que se ven en otros lugares, sitios donde por ejemplo uno puede dejar su bicicleta y tomar el transporte público?

Debería ser obligatorio. Pero actualmente, no. Es lo que decía antes: nosotros [desde la MML] promovíamos la intermodalidad, pero ahora está la ATU, las competencias están repartidas. El MTC, también tiene la competencia sobre la movilidad urbana. Ahora, esta es nuestra triste realidad. La Municipalidad de Lima debería tener [de nuevo] las competencias que siempre tuvo.

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¿Cuáles deberían ser las prioridades de la política exterior peruana en este momento?

Podría mencionar una agenda progresista en política exterior, cosas que creo que se deberían hacer, pero el momento no es el adecuado. Considerando las circunstancias, creo que el Perú debe impulsar una agenda de cooperación regional. Vimos lo de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) hace dos semanas, pero me pareció más discursivo que real.

¿Es realista proponer –como hizo el presidente Castillo– que Chile y Venezuela se integren a la CAN?

No es real. Y tampoco lo es creer que con eso se fortalecería la CAN, porque sus problemas son más profundos. Por ejemplo, algo que escuché en las sesiones que se dieron en esos días era que se repetía mucho la idea de hacer “reingeniería” de la CAN. Eso ya lo escuché en 2019 –cuando se reunieron por los 50 años–, en 2014, y varias veces más. Los problemas de fondo de CAN, ni se mencionaron: el mercado común fallido, los problemas institucionales. 

Yo creo que el Perú debería impulsar la integración regional. Claro, somos un país pequeño, no tenemos grandes liderazgos y hay dificultades internas. Tienes un gobierno tan cuestionado internamente, con debilidades, cuestionado a nivel judicial, con procesos de vacancia, con un presidente al que ni siquiera dejan salir del país… vamos a ver si el Congreso le da autorización para que asista a la asamblea general de Naciones Unidas. ¿Qué puedes hacer de política exterior en una situación así? Es muy difícil. Pero tendríamos de alguna manera que aprovechar el ‘cuarto de hora’ que tenemos, con una Alianza del Pacífico en la que tenemos cuatro gobiernos “de izquierda”, afines. También podríamos aprovechar el ‘cuarto de hora’ de la CAN.

¿La Alianza del Pacífico sigue siendo útil?

Yo creo que sí, desde que implica una red comercial entre los cuatro países [Perú, Chile, Colombia, México] y vinculación con el Asia-Pacífico. Y la Alianza del Pacífico, pese a que en los últimos años no ha tenido muchos avances, tiene cierto nombre y reconocimiento internacional. Habría que aprovechar este momento para ir más allá y pensar en lo que la Alianza del Pacífico se planteó en un inicio: la integración profunda. 

El Perú asumirá la presidencia pro-témpore de la Alianza del Pacífico el próximo año, por lo que coincidirá con la presidencia pro-témpore que acabamos de asumir en la CAN. Sería un buen momento para que Cancillería desarrolle un impulso en estos espacios, que son vitales para nuestros intereses.

¿Qué imagen está proyectando actualmente el Perú en cuanto a política exterior?

Una imagen bastante confusa, de una política exterior poco coherente, poco predecible. Estoy seguro que se ve con mucha preocupación a un gobierno que dice “estoy a favor de firmar el acuerdo de Escazú” y luego a su canciller diciendo “estoy en contra de Escazú”. 

¿Cómo se entiende que Rodríguez Mackay esté de acuerdo con “ceder soberanía” en el caso de Convemar y no esté de acuerdo con lo mismo en el caso de Escazú? 

Lo que pasa es que la discusión se ha planteado en esos términos, y no debería. En Convemar no se cede soberanía, porque la tesis de las 200 millas [de mar territorial] ya no existe, era parte del antiguo derecho del mar, y no del nuevo. Nadie más lo reconoce. Y tampoco en el caso de Escazú se estaría cediendo soberanía. Es nefasto plantear el debate en esos términos. 

Lo de Escazú es lamentable: en el transcurso de dos semanas tanto el ministerio de Justicia como el Minam prácticamente desdijeron al canciller. Y este se cerró, e insistió en que su posición representaba al Estado peruano. ¿Y el presidente Castillo? ¿Dónde estaba? En un momento pareció que se había comprometido con Escazú.

¿En situaciones como esta, qué papel debería jugar el Congreso?

En el Perú, los congresos no han tenido históricamente un papel muy fuerte en política exterior. El Congreso participa poco en el diseño de las políticas. Pero en estas circunstancias, estamos viendo como desde el parlamento se están utilizando todas sus herramientas, empezando por la comisión de relaciones exteriores, para cuestionar al gobierno.

Al inicio de este gobierno se temía un acercamiento a Venezuela, pero este no se ha dado, a pesar de que Maduro le ha tirado algunas flores a Pedro Castillo. ¿Le ha sorprendido eso?

El gobierno ha intentado mantener relaciones con todos los frentes. Ha tratado de quitarse el sello de marxista y chavista. Se ha reunido con todos: con Estados Unidos, con México, con Bolsonaro en Brasil, con Guillermo Lasso. Puntualmente, el Perú trató de mantener un papel activo en la crisis venezolana. Incluso se propuso como sede alterna a México para las negociaciones entre el gobierno venezolano y la oposición. Se mostró muy interesado en tener un papel en ese escenario de negociación. Pero todo eso se ha detenido, para bien y para mal. Para bien en el sentido de que no hemos tenido una relación muy cercana con Venezuela; y para mal porque el Perú dijo que quería tener una política más activa al respecto, quizás recuperar el liderazgo en su momento, en el grupo de Lima.

¿El grupo de Lima todavía existe?

Ahora mismo no tiene ninguna relevancia, casi podría decirse que no existe. En la medida de que se trata de un foro informal, no institucional, si los participantes no se reúnen, no existe. Y hace tiempo que no hay reuniones. Eso no es solo culpa del Perú, aunque sí se puede decir que quizás nos faltó hacer más pedagogía. Incluso desde Estados Unidos ha habido críticas muy severas al Grupo de Lima. No ha cumplido su labor, y al final terminó perdiendo legitimidad y fracturándose.

Otro tema sensible es la protección de los peruanos en el extranjero. ¿Cómo calificas la actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores en caso de Rodrigo, el connacional que fue detenido en Indonesia y terminó muerto?

Fue muy mala. Quedó evidenciado en el primer comunicado que sacaron: poco empático, frío y prácticamente no hacía referencia a la muerte de un connacional en circunstancias muy extrañas. Además, asumió por completo la versión oficial de las autoridades indonesias. No hubo intento de investigación, de ver qué hubo detrás, y eso denota grandes vacíos y falencias a nivel consular. Luego se intentó corregir, pero no dudo de que haya sido una de las razones, una de las tantas rayas al tigre que derivaron en la salida del canciller. 

El viraje hacia la izquierda que se está dando en los gobiernos de toda la región, y que posiblemente se dé también en Brasil [con un eventual triunfo de Lula]… ¿Cómo crees que va a influir en la región y su manera de relacionarse con el resto del mundo?

Cuando se habla de este ‘viraje’, que creo que efectivamente se está dando, se le compara con el viraje que se dio a inicios de este ciclo, la ‘ola rosada’. Este, además, parece que va a ser más profundo, porque se está abarcando más países, como Chile e incluso el Perú. Pero ahora las circunstancias del mundo y de la región son distintas. La ‘ola rosada’ de hace 20 años se dio a partir de un boom del precio de los commodities y de la demanda de China por nuestros productos. Los gobiernos de izquierda de entonces se subieron a una ola de bonanza económica que les permitió aplicar políticas redistributivas, presencia del Estado y mucha inversión pública. Ahora será distinto.

Ahora, tendremos una izquierda sin plata.

Así es, y por eso los resultados que estamos viendo, por ejemplo, en Chile, donde Gabriel Boric rápidamente se está desinflando. En pocos meses estamos viendo ya protestas allí, y un gobierno cuya popularidad está cayendo. Probablemente pase algo parecido con Petro en Colombia. Le va resultar difícil a estos gobiernos satisfacer las demandas que explican su llegada al poder, demandas que nacieron en la calle y en protestas que tomaron años. Y ahora estamos saliendo de una pandemia horrible, con economía que no van a levantar, con crisis logística, energética, alimentaria… Yo creo que las demandas del corto plazo van a terminar agobiando a estos gobiernos que buscan reformas estructurales.

¿Qué piensa que sería lo mejor que le puede pasar al Ministerio de Relaciones Exteriores, luego de la salida de Rodríguez Mackay?

No sería mala idea que alguien de la casa asuma el liderazgo, para bajar el sinsabor que ha dejado este lapsus, que duró un mes. Creo que hay buenos cuadros, jóvenes, que han cumplido papeles importantes en los últimos años. Eso daría cierto respiro. Cancillería no es un ministerio al que le guste estar en el centro del escarnio público. Y ahí han estado estas semanas. O, en todo caso, si se nombra a una persona ajena a Cancillería, que trate de seguir con lo que se ha venido haciendo. Que conozca el funcionamiento del ministerio y que sepa como funciona la política exterior. Uno no puede mandarse a hablar de Convemar así nomás, por más que estés de acuerdo. Una cosa es lo que piensas como académico y otra lo que tienes que hacer como político. Se debe conocer un poco más las artes de la política exterior.

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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¿Y le han comentado quiénes son los candidatos que hacen eso?

No. En líneas generales, los que más lo hacen son los de APP. Plata como cancha.

¿Qué otros ofrecimientos está haciéndole APP a Alto Trujillo en esta campaña?

El alcalde provincial de Trujillo [N. de R.: Rojas se refiere a José Ruiz, que se está postulando para ocupar nuevamente el cargo de alcalde] está subiendo por acá y lo ven todos los vecinos. Que sube a ofrecer la titulación o a ofrecer los proyectos de agua y desagüe. ¿Por qué no lo hicieron antes? Él es alcalde de Trujillo, se quedó en el puesto cuando Daniel Marcelo se fugó y hasta la fecha no lo pueden capturar. Si él hubiera trabajado acá, habría tenido mucho tiempo para que hagan esos proyectos. Pero en su desesperación de ganar votos está haciendo eso. En la pandemia, mucha gente de Alto Trujillo ha muerto por no tener agua ni para lavarse las manos, ni para tomar.

Y Juan Antonio Carranza, el candidato distrital de APP para El Porvenir [Alto Trujillo sigue siendo parte de dicho distrito], ¿también ha aparecido por la zona recientemente?

Sí. Él también ha sido regidor distrital como en 2 o 3 periodos y por Alto Trujillo no ha aparecido mucho. Como regidor, no ha hecho nada por beneficiar a los vecinos de la zona. El año pasado, se comprometió con un proyecto de pistas y veredas, en el barrio 3 del centro poblado. Se comprometió a ayudar a gestionar las pistas. Tenemos el acta firmada. Dijo que si no cumplía su palabra, renunciaba del cargo, pero no ha pasado nada. 

¿Y le han increpado esta falta de su promesa cuando ha vuelto en campaña?

Ya no lo hemos increpado porque hemos llamado muchas veces al alcalde por teléfono y no ha contestado. Igual al señor Juan Carranza: lo hemos llamado un montón de veces, pero no ha contestado. Ellos no han cumplido con su promesa de pistas y veredas. Y ya se acaba el periodo de APP. Ojalá que el pueblo elija a otro alcalde que nos ayude con este tema de las pistas y veredas, hasta que Alto Trujillo sea distrito. Ahí recién nos independizaremos de El Porvenir y dejaremos de recibir migajas del presupuesto. Eso se necesita. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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Un año después de que asumió este gobierno, y de ver muchos cambios y posiciones ¿qué temáticas consideras deberían trabajar las artistas?

Antes que nada tiene que ser la de género porque la mujer tiene que contar su historia, y mientras más presencia exista de la historia de la mujer, más presencia va a tener, así nos iremos dando cuenta que somos una comunidad más grande, más fuerte, que tenemos presencia. Pero tiene que hablarse de todo lo que aqueja a toda una comunidad femenina, yendo por las vivencias las faltas, la violencia física, psicológica, el día a día habla de todo lo que le pasa a la mujer.

Yo creo que la artista mujer en el Perú está poniendo su esfuerzo, sí veo el esfuerzo de las artistas mujeres, están empezando a reunirse en organizaciones, como que no necesitan mirar sólo afuera para hacer algo. Además, el internet es como si estuviéramos afuera, lo virtual nos ha demostrado que hay una universalidad, y la maravilla del celular de ver como se está luchando en diversas partes del mundo contra la violencia de la mujer y todo lo que se le está negando, o sea, todas esas noticias refuerzan el donde estemos, el que cada sitio donde estemos, la lucha es universal. Hay gente super capaz. Sin ir muy lejos, la última gran protesta que hubo en el país fue organizada por jóvenes,están armando su propio mundo. Lo único que realmente necesitan es que desaparezcamos todos para ellos poder hacer.

Y los jóvenes, mal llamados generación de cristal, no la están teniendo nada fácil: Vivir una pandemia, crisis política local y economía global dura.

Y su aporte en lo que tiene que ver con el género, esta nueva sociedad que se está formando, la sociedad no binaria, y el crearle identidad al ser humano, en códigos éticos diferenrtes a lo que había antes… Yo me maravillo cuando converso con jóvenes, me dan esperanza.

En tu proyecto de los huacos, donde tres de tus piezas han sido adquiridas por el Arts Institute de Chicago, tomas una postura más radical: no seas ocioso, no seas, ladrón, no seas mentiroso.

Eso sí parece una idea más radical. Siento que el tono tiene que ser más directo, el cuerpo me lo pide. 

¿Lo que vendrá de tu obra va a ser más radical?

Mis respetos por el ICPNA por haberme dejado construir, que apuesten por arte arriesgado. No quiere decir que sea una protesta, pero va a llamar a una reflexión. 

Ana de orbegoso
(Foto: Flor Ruiz)

Con tu proyecto de los huacos ha sido una metodología y apuesta en un proceso interdisciplinario, te instalaste en el museo Larco para hacer tu obra. ¿cómo hacer hablar a estos procesos internos para adentrarte?

Mi obra ha sido un colegio para mi, me ha hecho valorarme en la experiencia que día a día necesitaba. Uno necesita sentir pertenencia, sabía que el Perú era mi país, yo vivía aquí, tenía cierta edad, necesitaba conocer más mi país. Para mí es importante ver el país que tenemos, conocerlo, hacerlo mío, no solo porque he vivido fuera un montón de tiempo, mi cordón umbilical ha estado ligado al Perú.

Ese cordón umbilical presente en estas casi tres décadas de idas y venidas.

Me falta tiempo cada vez que vengo, quiero conocerlo más y más, y se refleja en que estoy haciendo obra y tiene que ver con eso, con mirarlo más. 

Para mí la última votación demostró la crisis en la que estaba el país, el límite al que hemos llegado. A pesar de que financieramente el Perú subió su nivel las últimas décadas, obviamente, aparte de eso, seguíamos desfasados. El avance más grande que vi fue el económico, pero, la violencia que se miraba, la violencia a la mujer, cada vez era peor. Si algo nos ha unido más estas últimas décadas, ha sido la comida, el darnos cuenta que nuestra comida de casa, que comíamos tan rico, se podía exportar fuera. 

Hay algo importante en el boom de la comida, que creo va a seguir. Cada vez se incrementa la imagen de nuestra comida afuera , el Perú ya tiene un nombre en eso, y para nosotros eso significa creérnosla. Ahora estamos orgullosos de nuestra comida y es algo que une.

¿Qué nos hace falta para identificarnos como peruanos? 

En mi caso, me identifico con la  gastronomía. He visto también como los europeos antes que los estadounidenses se morían por nuestra cultura: ellos han tenido respeto por nuestras culturas pasadas de una manera increíble, han admirado nuestra cultura más que nosotros mismos, el haber trabajado en turismo una época me permitió ver eso.

Entonces, ¿no nos la hemos creído?

No se la creía todo el mundo. Nosotros no hemos tenido instituciones paralelas que puedan apoyar a la educación, por eso ha sido difícil, hemos demorado tanto en identidad. México nos lleva 40 años por delante. Cuando fui a mis 16 años a México, me quedé asombrada, el país era un festival de culturas. Allí me pregunté: “¿dónde está la mía?”. Tenemos una deuda con nuestro país. Recuerdo que una amiga me decía “ustedes no saben la suerte que tenemos los mexicanos que ustedes no hayan descubierto su cultura todavía”. ¡Imagínate! Es increíble que un mexicano haya dicho eso. México nos lleva ventaja, se la cree. Aquí tenemos zonas que sí se la creen, Cusco, Puno, Arequipa, la parte sureña, es ver la cultura al día cómo  te crea la identidad. Si todos fuésemos igualitos, ¿qué aburrido sería no?. Es maravilloso conocer diversas culturas, te ensancha el mundo.

Pero allí podría haber un diálogo con la industria cultural. El arte y la industria cultural necesitan estar juntos, ser dialogantes.

Necesitamos que el ministro de cultura sea un artista, que hable en su idioma. 

El Ministerio de Educación debería impartir un recorrido de galerías, obligatoriamente. Cada mes los colegios deberían estar recorriendo una cantidad de galerías. Necesitamos hacer un curso atipíco, obligatorio, de utilizar el arte en sus propuestas, necesitamos gestores culturales en el Ministerio de Educación, no solamente en el Ministerio de Cultura. La gestión cultural debería ser obligatoria para toda persona que trabaja con la comunidad. Aquí implica trabajar con los docentes, que muchas veces tienen que dedicar una gran cantidad de horas en temas administrativos.

Volvemos a hablar del tema inicial , Arte y Educación.

Así es, y hablar, y seguir, y no cansarnos de todo los que nos queda por reflexionar, y hacer.

 

(*) Flor Ruiz es fotoperiodista, videasta y viajera. Publica sus reportajes en texto y fotos en medios nacionales, también hace colaboraciones para prensa extranjera. Los temas que aborda en sus reportajes son la amazonia, destinos, naturaleza, conservación, emprendimientos,género y cultura viva. Vive en Lima.

@florruizperu  florfoto26@yahoo.com

 

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Le cambio la pregunta entonces: ¿por qué dentro de esas opciones considerar a una persona con antecedentes judiciales como una carta a la presidencia? Lo único que parece haber cambiado el Andahuaylazo es la vida de cuatro familias que ahora no cuentan con uno de sus miembros.

Creo que hablamos de temas diferentes. Yo no me estoy refiriendo a personas, sino a grandes cambios que el Perú necesita: un sistema de justicia que no funciona, un sistema de justicia que no funciona. No estoy defendiendo a ninguna persona…

Justamente porque ha expuesto sus planteamientos, yo le pregunto por las personas que van a llevar esas riendas.

No es el momento de hablar de personas, sino de difundir nuestras propuestas, nuestra doctrina y espero que usted lo escriba.

Entonces hablemos de ideas: ¿esto del etnocacerismo no le parece a usted un asunto anacrónico? El nacionalismo extremo, la visión idílica del Tahuantinsuyo…

Yo no puedo defender ni los idearios ni los objetivos del etnocacerismo porque no soy etnocacerista. Yo defiendo una propuesta de autonomía de cada región, de unidad para el país, una propuesta de esperanza y optimismo. Y alrededor de eso, que vengan todos los líderes y organizaciones para que construyan un nuevo país.

Pero tendrá que tener alguna afinidad con los partidos con los que se va a aliar. Una de las propuestas del antaurismo, por ejemplo, es la restauración del servicio militar obligatorio. Otra es la pena de muerte por varios delitos. ¿Eso entraría dentro del pensamiento de Perú Federal también?

La propuesta es la autonomía de cada región, como funciona Estados Unidos, Brasil, Alemania, Suiza. Dentro del país habrá regiones que promuevan la pena de muerte para corruptos, habrá diferentes posiciones respecto al servicio militar, respecto de la salud. Por eso se llama federal. Dejaremos que cada región tome decisiones para temas específicos.

¿La refundación del país pasa por un proyecto autoritario?

No, nosotros somos absolutamente demócratas y refundar la República significa una discusión política. No estamos en una guerra a muerte con nadie, estamos en una actividad política y eso es una confrontación permanente de ideas. Descartamos de plano todo lo que sean actitudes dictatoriales…

¿Esa no es una contradicción con su alianza con Antauro Humala, que se perfila como un dictador?

Yo tengo amigos en todos los sectores y no puedo negar a mis amigos de izquierda, de derecha, de todos los tipos. Con 40 años de vida política y 50 de vida profesional, conozco mucha gente y eso no significa que porque soy amigo de Juan voy a tener la misma actitud de Juan. Yo tengo una personalidad formada. No puedo negar a mis amigos pero tampoco puedo aceptar que las actitudes de un amigo me las chanten a mí. Cada uno responde por sus actitudes políticas.

Pero si su amigo es a la vez su aliado y este tiene un proyecto dictatorial, ¿va a romper con él?

No nos pongamos en ese extremo, porque mi trabajo actual, mi recorrido por todo el Perú, mi conversación con miles de dirigentes regionales apunta a construir el partido político Perú Federal. Teniendo eso, llamaremos a todas las fuerzas políticas y sociales. No entrarán en nuestro grupo los corruptos ni líderes políticos que han fracasado, porque una de las razones por las que el Perú está jodido es por los líderes políticos que tenemos actualmente. Ayer mismo una congresista (Patricia Juárez) se burlaba de que el compatriota Antauro preparaba pasteles para Navidad. Esa actitud de los políticos de despreciar a la gente, al trabajo… Carajo, yo soy admirador de la gente que trabaja.

¿Usted considera que un proyecto de Hello Kitty es algo serio dentro de un programa de resocialización?

Yo considero que todo trabajo dignifica al hombre y que solo el trabajo será la actividad que pueda llevar a un hombre a la felicidad. Por eso soy un defensor del empresariado nacional. Yo conozco el mundo, he recorrido los cinco continentes y la enseñanza más ejemplar que he tenido ha sido la de Corea del Sur, que ha salido adelante por el progreso de sus cuatro empresas, entre ellas la Hyundai, Samsung… Conozco Estados Unidos, donde la libertad y la empresa han hecho que este país sea grande.

Pero el temor de la gente es que el frente patriótico no siga los lineamientos de Corea del sur, sino de Corea del Norte…

Están equivocados los que piensan así. Mi propuesta y la de los compatriotas de Perú Federal es que cada región tenga grandes empresas. Un empresario es un hombre que transforma, no un hombre que compre y venda. Un empresario es un hombre que hace industria, que hace fábrica. Mi sueño a mis 70 años es que las regiones tengan sus grandes empresarios, porque ellos harán que cada región progrese.

Revisando algunos paneles de Perú Federal, veo que le gusta que le digan “el tío Virgilio”. Deja usted muy buenas propinas: 150 mil soles por la reparación de Antauro Humala, por ejemplo, ¿lo hizo gratis?

El nombre de tío Virgilio no surge de la propina, sino de mi conocimiento de la industria de los videojuegos, tanto que he planteado que el gobierno apueste por esa industria, que tiene que está ligada al talento y a la creatividad de la gente. Yo conozco a miles de jóvenes que son gamers, youtubers, influencers y ellos son los que me empezaron a llamar el tío Virgilio. En un gobierno de Perú Federal, la mayor importancia, nuestra concentración, va a estar en la tecnología, la innovación, la creatividad…

¿Y qué nos puede decir del apoyo de los 150 mil soles?

Esos son temas políticos. Es un acto solidario de mi parte con un amigo que se llama Antauro Humala.

Hace unos meses, Sudaca entrevistó a un vocero del etnocacerismo. Decía, entre otras cosas, que se debería formar un trípode: el presidente Pedro Castillo, el doctor Vladimir Cerrón y el mayor Antauro Humala. ¿Qué le parece esa propuesta?

Soy respetuoso de las propuestas de mis compatriotas. Respeto la opinión de ellos, lo importante es que las propuestas vayan para construir un nuevo país.

¿Pero qué le parecen las figuras de Vladimir Cerrón y Pedro Castillo?, ¿está a favor, por ejemplo, del adelanto de elecciones?

No. Somos un país demócrata, hemos elegido a un presidente por cinco años y tenemos que esperar cinco años. Tenemos que ser respetuosos de nuestra constitución.

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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¿Pero usted ve factible que en un futuro cercano las universidades públicas puedan volver a unirse en una sola asociación?

Todo depende de las personas. Si se dan algunos cambios, es posible. Podríamos reagruparnos, sí, dejando de lado los intereses particulares y personales y viendo en la institucionalidad.

¿Cuáles son esos intereses personales?

Justamente esto de lo que estamos hablando, de la ley de la falsa autonomía universitaria. 

¿Eso responde a intereses personales?

Aparentemente, hay universidades que no son licenciadas y son muy poderosas. ¿No cree usted que puede darse una recomposición del consejo directivo de la Sunedu, y que ahí se vean estas cosas, y estas universidades vuelvan? Para nosotros, eso es motivo de preocupación.

¿Y por qué una universidad con el prestigio San Marcos, y otras como La Cantuta, se prestarían al juego de un grupo de universidades privadas no licenciadas?

La verdad, no hablo de San Marcos ni de la Cantuta. Debería hablar más de la AUNAP, no de la ANUPP.

Cambiando un poco de tema: ¿Cómo ven el proyecto del gobierno para el supuesto ingreso libre a las universidades?

En este momento, en el fondo, no es ingreso libre. Lo que habrá es un equipo de estudiantes de alto rendimiento que serán preseleccionados y van a entrar a cada universidad. Se les dará un ‘ciclo cero’, equivalente a una pre. Todo ellos, obviamente, entrarán con un presupuesto adicional. Pero el ingreso libre, en su verdadera magnitud, en este momento es imposible de realizar, por el presupuesto reducido que tiene la universidad. Eso involucra infraestructura, equipamiento, movilidad, docentes, etcétera.

De otro lado, si fuera ingreso libre, abierto, entonces habría que evaluar lo que pasa en otros países. Por ejemplo, Argentina, donde la tasa de deserción es muy alta. Tendríamos que modificar todo el sistema. Pero acá, en nuestro país, el término ‘ingreso libre’ se está utilizando, pero al final se trata de darle facilidades a un grupo de estudiantes de alto rendimiento que no tienen las condiciones económicas para acceder a la universidad.

¿Y ese presupuesto adicional, ya lo tienen?

No. El presupuesto adicional dependerá del número de estudiantes que irían a cada universidad. Ese número no lo tiene todavía el ministerio, por lo menos hasta donde sé.

¿Qué le responde usted a quienes afirman que las universidades peruanas están sometidas a intromisión política?

Bueno, en mi universidad no hay intromisión política. Esta entrevista la estamos dando con libertad. Y nuestros comunicados como AUNAP los hemos sacado con total libertad. Justamente las universidades son los únicos espacios donde se puede con toda libertad hablar, comentar, sugerir, siempre dentro de la ley. 

San Marcos se ha sumado como litisconsorte en el proceso de amparo contra la ley de ‘autonomía universitaria’. ¿Se sumarían también las universidades agrupadas en la AUNAP, para reforzar la posición contraria? 

Vamos a reunirnos para verlo. Pero tengo entendido que no hay necesidad, porque ya hay suficientes  equipos que se están oponiendo a la mal llamada ley de autonomía universitaria. Sin embargo, lo conversaremos a su debido momento, en una asamblea.

¿Cómo evalúa el nivel de compromiso del gobierno con la universidad peruana?

No sé cómo será con el nuevo ministro [Kurt Burneo], pero los anteriores ministros de economía no han querido darle a cada universidad el presupuesto apropiado. Tenemos serios problemas presupuestales, y mucho más en estos tiempos de pandemia, en los que los recursos directamente recaudados ni siquiera llegan al 30%. Hemos presentado nuestras demandas adicionales y el MEF es indolente, no otorga. Pedimos que nos dejen usar las partidas que tienen ‘candados’, esas en las tenemos recursos, pero no nos dejan usarlos ni moverlos a otras partidas. El año pasado pedimos y ni eso nos dejaron utilizar. Y luego nos dicen que no tenemos capacidad de gasto. Las universidades sí tienen capacidad de gasto, lo que pasa es que hay recursos que no nos dejan utilizar

¿Sin esos recursos adicionales, la iniciativa del ‘ingreso libre’ tampoco sería practicable?

Ah, por supuesto. Si no hay recursos, simplemente la universidad no aceptará a ni un postulante más. Pero bueno, en las conversaciones que hemos tenido con el Minedu, siempre respetuosas, se nos ha dicho que eso va a venir con un presupuesto. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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¿En qué otro aspecto el Estado podría colaborar?

Definitivamente los aeropuertos concesionados tienen que tener alguna ayuda mayor y facilidades mayores por parte de OSITRAN y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para aprobar los proyectos de modernización. No es posible que el aeropuerto de Chiclayo no sea remodelado porque demoran las aprobaciones demoran cinco años. Hay un problema gordo de burocracia que no permite que los aeropuertos sean más competitivos. Algunos no tienen luces para vuelos nocturnos o sus pistas están en pésimo estado. Deberíamos tener vuelos transfronterizos. Hay tantos vuelos que requiere el mercado y tenemos que incentivarlos.

¿Qué se puede hacer ante las rutas que solo tienen una línea aérea que las cubre?

Los empresarios van donde hay negocio. Si no han entrado a Tacna es porque el mercado no está lo suficientemente desarrollado. Lo que hay es una aerolínea con una flota más grande que tiene las posibilidades de llenar una o dos frecuencias por día. Eso significa que hay que hacer rentables las rutas. Se puede hacer campañas para que vayan a ese destino promovidas por los gobiernos regionales. El empresario aeronáutico va a llevar sus aviones donde tenga mayor ocupación de asientos.

¿Se está cuidando la experiencia del cliente?

Son los aeropuertos de provincias los que generan demoras o cancelaciones de los vuelos. Es ahí donde hay que estar alerta con Indecopi para que cualquier perjuicio al usuario pueda manejarse a través de reclamos a defensa del consumidor. La insatisfacción no es por la tarifa sino por las demoras.

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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Actualmente, a los trabajadores peruanos se les descuenta el 10% de su salario para aportar al fondo de pensiones. ¿Eso ya no se descontaría?

Se podría descontar, siempre que haya un mecanismo equivalente para todos los trabajadores contribuyan a su pensión. Me parece que la mejor forma es a través del impuesto a la renta. Me puedes replicar que los informales no pagan impuesto a la renta. Pero si vas cambiando la estructura de incentivos poco a poco, a lo mejor logras bajar la informalidad gradualmente. ¿Por qué Chile tiene una informalidad de 25%? Porque su sistema es menos perverso y causa menos distorsiones que el de ustedes. Hay países que han logrado reducir la informalidad en 50 o 60 puntos, yo no veo por qué el Perú no lo puede hacer. Lo que tienen que hacer es poner las leyes y los incentivos en la dirección para que eso ocurra. Y eso no está sobre la mesa ahora.

¿A quién hay que convencer para que eso pase?

A todos. Hay que sentarse alrededor de la mesa y plantear: ¿Por qué lo que legislamos hace 60 o 70 años ha fracasado? Reconozcamos eso, no es culpa de nadie. Así se veía el mundo antes y esa visión ha demostrado ser errónea. Si seguimos con ella, seguiremos igual. Pero hay posibilidades de cambio y hay que explorarlas. Tenemos muchas lecciones aprendidas. Solíamos pensar, hace digamos 25 años, que la informalidad era porque la gente no tenía educación. Pero esa historia ya no la podemos contar ahora, porque en las últimas tres décadas América Latina ha mejorado la calidad de la educación, y también la cantidad. Y la informalidad no ha cambiado. Entonces, no se trata de eso. El problema es de regulación laboral, de seguridad social, tributario. Todas esas normas que generan estas conductas.

¿La cultura del emprendedurismo tiene que ver también en esto?

Diferentes individuos tienen diferentes talentos. Hay gente con talento para tomar riesgos y ser creativa, y hay gente que no. Lo que yo sé es que en el Perú hay demasiadas empresas. Muchas personas se están desempeñando como “emprendedores” porque se les cerró la puerta a tener un empleo formal productivo.

Ustedes tienen, aproximadamente, tres millones de empresas. ¿Sabes cuántas empresas hay en Estados Unidos? Son como ocho millones. Y el Perú tiene el 1/100 del PBI de Estados Unidos. El 95% de las empresas peruanas debe tener menos de tres trabajadores. ¿Cuántas economías de escala se consiguen ahí? ¿Economías de alcance? ¿Cuánta capacitación laboral ocurrirá en esas empresas? ¿Innovación tecnológica? ¿Qué costo paga el Perú, en términos de productividad, por tener el talento y el esfuerzo de millones de trabajadores en esas empresas? Es altísimo. Y en la parte de inclusión social, este sistema no genera un sentimiento de pertenencia, de que todos somos parte de un esquema que nos protege.

No es un sistema solidario…

El capital social que se genera con esto es muy poquito. Más bien genera una cultura de oportunismo. Como el Estado me da poco, yo trataré de sacarle todo lo que pueda y darle poco a cambio. Estamos muchos años en un círculo vicioso, este no es un tema solo del Perú. Yo soy mexicano y en mi país la situación es igual. ¿A quién tenemos que convencer de que se puede cambiar? A nosotros mismos, primero.

¿Y se ha avanzado en ese camino?.

Me cuesta trabajo juzgarlo yo mismo. Lo que creo es que la gente se está dando cuenta de que lo que tenemos no funciona. Y eso es un avance. No podemos seguir con la pretensión de decir que este tema pasa por estabilizar la macroeconomía. Eso podíamos decirlo hace 25 años. En eso se ha avanzado, en la idea de que efectivamente este es un problema diferente. No estamos todavía en el punto en el que la mayoría de la gente que está en las políticas públicas se ha convencido de que hay que transitar a la universalidad. Pero Roma no se hace en un día.

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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